We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Energía nuclear
Un potencial inherente de catástrofe

Artículo publicado originalmente por Reaching Critical Will.
Las armas nucleares no son el único riesgo nuclear. La energía nuclear también tiene riesgos inherentes y la capacidad de desencadenar formas de devastación singularmente horripilantes sobre los cuerpos humanos, el medio ambiente y nuestra infraestructura socioeconómica.
En 1953, pocos años después de que Estados Unidos utilizara dos armas nucleares contra Japón, el presidente estadounidense Eisenhower lanzó su programa Átomos para la Paz en las Naciones Unidas.
El resultado fue la difusión de la tecnología y los materiales nucleares por todo el mundo para usos supuestamente pacíficos: energía, usos medicinales e investigación. En realidad, la tecnología nuclear es cualquier cosa menos pacífica.
El resultado fue la difusión de la tecnología y los materiales nucleares por todo el mundo para usos supuestamente pacíficos: energía, usos medicinales e investigación. En realidad, la tecnología nuclear es cualquier cosa menos pacífica.
La energía nuclear es la forma más cara y peligrosa de hervir agua para hacer girar una turbina. Contiene el potencial inherente de catástrofe. No existe un reactor nuclear seguro. Todos los aspectos de la cadena del combustible nuclear, desde la extracción del uranio hasta el almacenamiento de los residuos radiactivos, son devastadores para la Tierra y todas las especies que viven en ella. La radiación es duradera y tiene efectos intergeneracionales.
La energía nuclear no es una solución a la crisis climática. No sólo no es neutra en carbono, sino que sus otros impactos ambientales y los riesgos de contaminación por accidentes y atentados suponen graves riesgos para los ecosistemas y los seres vivos del mundo. Como afirmaron cientos de grupos de la sociedad civil en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima (COP26), la energía nuclear es “una distracción peligrosa del movimiento real sobre las políticas y acciones climáticas que necesitamos urgentemente”.
Sin embargo, la industria nuclear y algunos gobiernos siguen promoviendo la energía nuclear como limpia, segura y fiable. Esto tiene todo que ver con el capitalismo y nada que ver con la protección del planeta o de sus habitantes.
Sin embargo, la industria nuclear y algunos gobiernos siguen promoviendo la energía nuclear como limpia, segura y fiable. Esto tiene todo que ver con el capitalismo y nada que ver con la protección del planeta o de sus habitantes.
Para la industria de la energía nuclear, el principal motivo de funcionamiento es el beneficio. La historia nos demuestra que el aumento de los beneficios suele conseguirse de formas que no son coherentes con el diseño o el funcionamiento de los equipos pertinentes con el menor riesgo para la humanidad o el planeta.
Es menos probable que se consigan beneficios explorando honestamente fuentes alternativas de energía que podrían requerir inversiones iniciales o que podrían no ser elegibles para los mismos subsidios gubernamentales (es decir, financiados por los contribuyentes) como lo es la nuclear en muchos países.
También es menos probable que se consigan beneficios diseñando fuentes de energía económicamente eficientes, orientadas a las necesidades y respetuosas con el medio ambiente. Tanto los científicos como los activistas han señalado que la energía nuclear, que produce energía “en instalaciones grandes, caras y centralizadas”, no sirve “para resolver las necesidades energéticas de la inmensa mayoría de la población [mundial], y mucho menos de forma que ofrezca alguna ganancia medioambiental neta”.
Mientras tanto, la difusión de la energía nuclear en el mundo desde 1953 ha permitido el desarrollo de armas nucleares en varios países, y la proliferación de materiales y tecnología nucleares que se hacen susceptibles de ataques terroristas o accidentes.
La situación en Zaporizhzhia
En 2022, las fuerzas rusas tomaron las centrales nucleares de Chernóbil y Zaporizhzhia, en Ucrania, y se ha producido un conflicto armado en la central de Zaporizhzhia, con el riesgo de que se produzca una catástrofe radiactiva.
Los combates en torno a una central nuclear entrañan numerosos peligros; además de los cortes de electricidad, los tanques de refrigeración o los propios reactores podrían resultar dañados, lo que provocaría fugas de radiación o incluso explosiones.
Muchos gobiernos de todo el mundo condenaron la ocupación rusa de estas instalaciones y pidieron el cese de los combates en la central de Zaporizhzhia.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) pidió la creación de una “zona de protección de la seguridad nuclear” en torno a la central nuclear de Zaporizhzhia, para “prevenir un accidente nuclear derivado de daños físicos causados por medios militares”. La Junta de Gobernadores del OIEA adoptó una resolución en la que pedía a las fuerzas rusas que se retiraran de la central.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) pidió la creación de una “zona de protección de la seguridad nuclear” en torno a la central nuclear de Zaporizhzhia, para “prevenir un accidente nuclear derivado de daños físicos causados por medios militares”. La Junta de Gobernadores del OIEA adoptó una resolución en la que pedía a las fuerzas rusas que se retiraran de la central.
La Conferencia de Revisión del TNP de 2022 dedicó un tiempo considerable a debatir la situación de la instalación de Zaporizhzhia. El texto final del documento final, que no fue adoptado, expresaba una gran preocupación por las actividades militares llevadas a cabo cerca o en Zaporizhzhia y pedía a los Estados que apoyaran los esfuerzos del OIEA para asegurar el emplazamiento.
Sin mencionar explícitamente Zaporizhzhia, el documento también señalaba que “los ataques o amenazas de ataque contra instalaciones nucleares dedicadas a fines pacíficos tienen peligrosas implicaciones políticas, económicas, para la salud humana y el medio ambiente, y suscitan serias preocupaciones en cuanto a la aplicación del derecho internacional, lo que podría justificar la adopción de medidas apropiadas de conformidad con las disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas”.
En ninguno de estos párrafos se mencionaba a Rusia como responsable de la situación actual en Ucrania, como habían sugerido varios Estados durante la Conferencia de Revisión. Sin embargo, la delegación rusa bloqueó la adopción del documento final por las enmiendas que quería introducir en cinco párrafos.
No se permitió a la sociedad civil asistir a las negociaciones finales del borrador del documento, pero en las reuniones abiertas quedó claro que Rusia quería que se nombrara a Ucrania como responsable de los ataques en Zaporizhzhia.
La situación en Zaporizhzhia seguía siendo “extremadamente frágil”, según el Director General del OIEA en 2023. Advirtió de que la destrucción de la presa de la central hidroeléctrica de Kajovka suponía una amenaza para el funcionamiento de Zaporizhzhia, ya que podría perderse el nivel de agua necesario para refrigerar los reactores; sin embargo, tras una inspección, indicó que se estaban tomando medidas para estabilizar la situación.
La situación en Zaporizhzhia seguía siendo “extremadamente frágil”, según el Director General del OIEA en 2023. Advirtió de que la destrucción de la presa de la central hidroeléctrica de Kajovka suponía una amenaza para el funcionamiento de Zaporizhzhia, ya que podría perderse el nivel de agua necesario para refrigerar los reactores; sin embargo, tras una inspección, indicó que se estaban tomando medidas para estabilizar la situación.
Abolir todos los materiales y tecnologías nucleares
En el contexto del TNP, la energía nuclear es defendida por la mayoría de los Estados como un “derecho inalienable”. Esto significa que la mayoría de los Estados alaban sus beneficios percibidos y promueven su expansión, independientemente de los riesgos para la humanidad, el medio ambiente y la proliferación.
Sin embargo, desde 1945, muchos científicos, activistas y funcionarios gubernamentales han señalado que el material, la tecnología y las instalaciones nucleares son peligrosos, ya sea en forma de armas o para “usos pacíficos”.
La eliminación de todo el material y la tecnología nucleares, sea cual sea su finalidad, es la única forma de garantizar que no provoquen una catástrofe, ya sea por accidente o por diseño. Algunos Estados Parte reconocen estos riesgos inherentes y han optado por no utilizar la energía nuclear o por eliminarla gradualmente como parte de sus combinaciones energéticas. Cuantos más Estados Partes sigan este camino, mejor para todos.
Recomendaciones
Las delegaciones deben plantear su preocupación por las repercusiones de la energía nuclear en la salud, el medio ambiente, la seguridad y la protección, incluso en el contexto del cambio climático. Aunque el TNP indica que los Estados pueden utilizar la energía nuclear, esto no significa que sea lo mejor para la humanidad o el planeta.
Las delegaciones deberían apoyar la declaración del 25 de mayo de 2011 de los gobiernos de Austria, Grecia, Irlanda, Letonia, Liechtenstein, Luxemburgo, Malta y Portugal, en la que argumentaban que la energía nuclear no es compatible con el concepto de desarrollo sostenible y pedían la conservación de la energía y el cambio a fuentes de energía renovables en todo el mundo.
Los Estados también deberían apoyar el llamamiento realizado en febrero de 2011 por un grupo de hibakusha para eliminar progresivamente todas las fuentes de radiación -procedentes de la minería de uranio, los reactores nucleares, los accidentes nucleares, el desarrollo y las pruebas de armas nucleares y los residuos nucleares- y para invertir en energías renovables y limpias para un futuro sostenible.
Los Estados deben comprometerse a trabajar por un futuro sostenible reduciendo el consumo de energía, invirtiendo en fuentes de energía renovables y no emisoras de carbono, eliminando progresivamente la energía nuclear y no desarrollando más tecnologías radiactivas nocivas.
Las delegaciones deben hacer un llamamiento a todos los Estados que utilizan actualmente la energía nuclear para que respeten todos los instrumentos y normas de seguridad nuclear y pongan fin al peligroso transbordo de residuos radiactivos y materiales nucleares.
Las delegaciones deben condenar los conflictos armados y las actividades militares en o cerca de instalaciones de energía nuclear y acatar y manifestar su apoyo a la decisión de la Conferencia General del OIEA sobre la “Prohibición de ataques armados o amenazas de ataques armados contra instalaciones nucleares, en funcionamiento o en construcción” (GC(53)/ DEC/13).
Los Estados no deben participar en conflictos armados y actividades militares en las instalaciones nucleares o cerca de ellas. Rusia debe poner fin a su guerra contra Ucrania y a su ocupación, junto con la retirada de sus fuerzas armadas de la central nuclear de Zaporizhzhia y otros emplazamientos relacionados, y cesar las actividades militares en las instalaciones nucleares o en sus proximidades.
Traducción de Raúl Sánchez Saura.