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Migración
El retorno de la diáspora extremeña. Sobre los jóvenes que se fueron del país para poder trabajar
Hay más de 30.000 extremeños viviendo fuera del país. Extremadura tiene un problema demográfico grave: todos los años pierde jóvenes. Sin embargo los planes de la Junta al respecto son puramente propagandísticos, no están pensados para enfrentar el problema de verdad. La Junta no genera empleo público para los jóvenes, en vez de eso, se invierte dinero público para que las empresas privadas capten “talento”, que es siempre selectivo y no incluye más que a una minoría de la población.
Ve caminando al trabajo o en bici, no está lejos. Sigue comiendo los platos caseros de tu madre. Lleva al parque a tu sobrino, no te pierdas lo rápido que crece. Vete a otra región o al extranjero, pero de vacaciones. Innova, pero a tu manera. Trabaja, sé profesional, no desperdicies tu talento.
Así es como empieza el plan de empleo joven de la Junta de Extremadura 2017-2018, creado para “extremeños que quieran quedarse” y con ganas de emprender en Extremadura. Si no tienes ganas de endeudarte, perdón, de emprender, no hace falta que nos quedemos porque no le interesamos a la Junta. “Talento joven”. Los que no entremos en esta descripción sobramos. Me gustaría que alguna vez la Junta describiese exactamente a qué llaman ellos talento.
“Talento joven”. Los que no entremos en esta descripción sobramos. Me gustaría que alguna vez la Junta describiese exactamente a qué llaman ellos talento
La Junta sabe que Extremadura tiene un problema demográfico muy serio, con un saldo migratorio negativo, es decir, se van más personas de Extremadura que las que vienen. Según las estadísticas, 7 extremeños al día se marchan, o lo que es lo mismo, 200 al mes. En el año 2018 se contabilizaron en la región una entrada de 15.171 personas, sin embargo, se marcharon a otras regiones unos 16.306, lo que supone un saldo negativo de 1.135 personas. Todo esto, sin contar que la cifra de los que se marcharon a otros países en 2018 subió un 1,4%. Esto hace un total de 31.648 extremeños que vivimos en el extranjero, según cifras oficiales de los residentes permanentes en el extranjero.
Conociendo este problema, la Junta decidió el año pasado organizar un Congreso de la Ciudadanía Extremeña en el Exterior, para conectar extremeños con “talento” con empresas en la región. No sé si os acordáis de lo que costó dicho evento de dos días de duración: unos 250.000€ frente a los 60.000€ de ayudas al retorno que la Junta tenía en su presupuesto (una partida de la que en 2018 solo se dieron 36 ayudas a extremeños que querían volver). Ese mismo año, había 548.569 extremeños residiendo en otras comunidades autónomas, a los que si sumamos los residentes en el exterior, hacen un total de 580.217. Lo que supone que el equivalente al 40% de la población extremeña habita fuera de la región.
Hay 580.217 extremeños viviendo fuera de Extremadura. Lo que supone que el equivalente al 40% de la población extremeña habita fuera de la región
Este año, la Junta está organizando otro encuentro sobre “Retorno y conexión del talento”. Al parecer no les está yendo muy bien su plan de retorno cuando solo han concedido 36 ayudas. Otra de las ayudas al retorno del “talento” es conceder 5.600€ para la creación con éxito de una empresa en ocho meses. No hay número oficial sobre cuántas ayudas se dieron. ¿Acaso los jóvenes que se tienen que ir fuera porque no tienen trabajo son el perfil de jóvenes que se pueden permitir montar una empresa?
Y mi pregunta es, después de todos estos datos: retorno, ¿a qué? ¿A qué volvemos exactamente? ¿A la comunidad más pobre del Estado español con un 44,6% de población en riesgo de exclusión social, casi duplicando a la media nacional, que está en el 26,1%? ¿A la región que está dentro del plan de ayudas “Región Menos Desarrollada” de la Unión Europea? ¿Volvemos a la comunidad donde el 50% de la población no puede permitirse siete días de vacaciones al año? ¿Donde casi el 18% no puede permitirse calentar su casa en invierno? ¿O quizás volvemos a la comunidad donde se conoce de sobra la falta de infraestructura en el transporte público, tanto en autobuses como en tren?
Y mi pregunta es, después de todos estos datos: retorno, ¿a qué? ¿A qué volvemos exactamente? ¿A la comunidad más pobre del Estado español con un 44,6% de población en riesgo de exclusión social, casi duplicando a la media nacional, que está en el 26,1%?¿Podemos volver a una comunidad autónoma donde los recortes en sanidad hayan causado que no se cuente con personal sanitario suficiente para atender a los extremeños? El último año, más de 90 médicos han solicitado la baja por traslado a otra CC.AA debido a “las malas condiciones económicas y las guardias interminables”. ¿Volvemos a la comunidad que encabeza la mayor pobreza entre la población infantil con un 54% en Cáceres y un 50,1% en Badajoz? ¿Donde sigue habiendo un absentismo escolar crónico de 206 casos y un absentismo de temporada de 202 casos? Curioso que este último caso de absentismo coincida con las temporadas en el campo, ¿no? ¿Volvemos a Extremadura, donde la media salarial está en 700€ y las empresas como ASAJA no quieren pagar el SMI actual sus trabajadores? ¿Donde llevamos esperando desde siglos una reforma agraria que no llega para acabar con el latifundismo y poder trabajar nuestra propia tierra?
¿De qué sirven ayudas económicas para facilitar el retorno cuando nuestra tierra está muriendo y pidiendo auxilio? De nada. No se puede volver a Extremadura hasta que Extremadura tenga un bienestar social básico. Paripés como este congreso con los emigrados que estamos en el exterior son inútiles cuando miran para otro lado y la Junta no genera empleo público, teniendo en cuenta que es su obligación constitucional, ni crea las condiciones materiales necesarias para que este empleo pueda desarrollarse. En vez de eso, se invierte dinero público para que las empresas privadas capten “talento”, que es siempre selectivo y no incluye más que a una minoría de la población. Es el gobierno que está en la Junta el que debería reconstruir el tejido económico, social, educativo, sanitario y de las infraestructuras para que Extremadura se pueda ir recuperando de tantos años de saqueo, malversación, colonialismo y pobreza que nos han causado y entonces, solo entonces, todos aquellos a los que nos han expulsado de nuestra tierra, esa diáspora extremeña, eterna tierra de emigrantes, podamos volver a casa. Porque lo estamos deseando.
¿De qué sirven ayudas económicas para facilitar el retorno cuando nuestra tierra está muriendo y pidiendo auxilio? De nada. No se puede volver a Extremadura hasta que Extremadura tenga un bienestar social básico
Así que modifico el lema que tiene la Junta en el plan de empleo joven: Ve caminando al trabajo o en bici, no está lejos (no te queda otra, no hay transporte público). Sigue comiendo los platos caseros de tu madre (porque es problabe que acabes volviendo a la casa familiar por necesidad). Lleva al parque a tu sobrino, no te pierdas lo rápido que crece (esperamos que tu sobrino no entre dentro del porcentaje de pobreza infantil). Vete a otra región o al extranjero, pero de vacaciones (repito, el 50% de extremeños no se puede ir ni una semana de vacaciones). Innova, pero a tu manera (si no hay médico en tu pueblo, tira con los remedios naturales de las abuelas, no te queda otra). Trabaja, sé profesional, no desperdicies tu talento (el talento de tener que volver a emigrar).
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En la Memoria de objetivos, actuaciones e indicadores que acompañan a los presupuestos de 2020 de la Junta se puede comprobar el fracaso de las ayudas a retornados y sus familias: se ha presupuestado en 2020 para un total de 30 personas
beneficiarias (en 2018 se la concedieron a 22 personas y en 2019 estaba previsto para 28).
Todo esto además mientras se despilfarra un pastizal en el omininoso congreso de emigrantes.
http://www.juntaex.es/ddgg002/presupuestos