Personas refugiadas
Arsal, el pueblo libanés donde las personas refugiadas triplican a la población nativa

Cuando comenzó la guerra en Siria en el 2011, el Líbano —un país de cuatro millones de habitantes— recibió a más de un millón y medio de personas desplazadas. Arsal es una de las ciudades del Líbano que triplicó su población. Allí, el desempleo y la precarización del mercado laboral local afecta tanto a la población libanesa como a las personas refugiadas.

Ahmad refugiado sirio
Ahmad Hussein frente a su casa en uno de los campos de refugiados sirios de Arsal Raquel Barrera Sutorra
Beca DEV-Reporter/Frame, voice, report /PeMón Film
20 jun 2019 06:30

Cuando Khaled Youssef El Houjeiri comenzó a trabajar en una panadería, no tenía ni idea de cómo se hacía un pan. Con 18 años, Khaled había vivido siempre bajo el amparo de sus padres y con la única preocupación de estudiar. No había pasado ni siquiera un año desde que había comenzado su formación profesional en electrónica cuando su padre, Youssef Ahmad El Houjeiri, murió a causa de la explosión de una mina antipersona y su vida dio un giro radical.

“De repente me transformé en adulto”, dice Khaled con voz entrecortada y con una aflicción constreñida que se atisba en el brillo de sus profundos ojos negros. “Tuve que dejar de estudiar y ponerme a trabajar porque era la única forma de traer ingresos a casa y además pagar los gastos médicos de mi madre”.
Siria
Al Raqa: para que sus hijos puedan decir “esta es la tumba de mi papá”

El Califato proclamado en el verano de 2014 por el grupo terrorista Estado Islámico ha llegado a su fin. Durante más de cuatro años de guerra, ciudades enteras han sido destruidas y un gran número de civiles ha desaparecido. En Al Raqa, anteriormente considerada como la “capital” de la organización yihadista, los equipos de rescate siguen extrayendo cuerpos de las ruinas que se extienden hasta donde alcanza la vista.

La madre de Khaled se llama Fatoum Mahoud El Houjeiri y la mina antipersona que le quitó la vida a su marido y la dejó a ella con severos problemas físicos y psicológicos, es uno de los centenares de artefactos explosivos que dejaron los combatientes del Estado Islámico (ISIS) y de Fateh al-Sham (antes Frente Al-Nusra) en los alrededores de la ciudad libanesa de Arsal, ubicada a solo 12 kilómetros de la frontera con Siria.Durante tres años —desde agosto de 2014— esta comunidad libanesa de 37,000 habitantes estuvo asediada por las fuerzas extremistas salafistas, hasta que el ejército libanés las expulsó de la zona a mediados de 2017.Actualmente Arsal padece las consecuencias de esa ocupación que se manifiestan no solo a través del férreo control militar que existe para entrar y salir de la ciudad, o la presencia de las minas antipersona; también por la alarmante precarización del ámbito laboral y el creciente desempleo, una situación que se agudiza más debido a la presencia de las 70,000 personas desplazadas de Siria que se han establecido en el lugar, y que también precisan ganarse la vida con dignidad.

LA RUDEZA DEL SISTEMA

Por trabajar en una panadería Khaled gana mensualmente 754,000 libras libanesas —unos 444 euros—, un monto que se ha ido devaluando de manera paulatina. Por ello se ve obligado a tener un segundo trabajo como vendedor de utensilios de cocina, labor con la que se agencia otras 300,000 libras libanesas, es decir unos 177 euros adicionales.Ambos sueldos apenas le alcanzan para pagar tanto la alimentación y otros gastos de su casa, como las enormes deudas contraídas para la recuperación de su madre. Y como muchas veces la suma de ambos ingresos no es suficiente, se ve obligado a pedir prestado lo que le genera aún más dificultades. Aun así, Khaled puede sentirse un “privilegiado” por tener un empleo. No hay cifras oficiales recientes pero se estima que en el Líbano el desempleo afecta al 20% de su población económicamente activa. En Arsal la situación es mucho más complicada ya que el paro allí alcanza al 30% y la precarización del empleo existente afecta con especial fuerza a la juventud, ya sea esta local o desplazada.
Desde hace cuatro años Ahmad Hussein trabaja en una tienda de “todo por un dólar” por un salario de menos de tres euros diarios. Tiene 17 años, es sirio, y vive con su familia en el Campo de Refugiados 4 de Arsal
Desde hace cuatro años Ahmad Hussein El Masri trabaja en una tienda de “todo por un dólar” por un salario de 5,000 libras libanesas diarias. Menos de tres euros. Ahmad tiene 17 años, es sirio y llegó a Arsal junto con su madre, Fátima Ahmad El Masri, y cuatro hermanas en el año 2012, cuando tenía diez años y tuvieron que salir huyendo de su natal Homs. Ahmad y su familia viven en uno de los habitáculos que conforman el Campo de Refugiados 4 de Arsal, uno de los 132 asentamientos para personas desplazadas que se han construido sobre fincas que alguna vez fueron tierras de cultivo o terrenos baldíos.“Desde que llegamos aquí he tenido que hacerme cargo de mi familia”, dice Ahmad casi en un susurro para luego pasar a enumerar los detalles de su jornada laboral que comienza a las 7 de la mañana y termina pasadas las 11 de la noche: antes de abrir la tienda, pasar a recoger mercadería de los proveedores y luego colocarla en las estanterías del local. A media mañana toca cargar una camioneta con los productos que se van a otras tiendas de los mismos dueños. Al mediodía, una pausa de media hora para comer, así que debe salir volando en una destartalada moto color rojo que compró de ocasión. Al regreso, por la tarde, el trabajo consiste en atender al público. Se queda hasta las 11 de la noche, que no es la hora de cierre sino cuando ha dejado el local ordenado para el día siguiente y cuando sus patrones hace varias horas que se han ido a casa. Llega al campo de refugiados, donde vive con su madre y una hermana; come algo y a dormir. Una jornada de 14 horas que se repite de lunes a domingo, sin días de descanso.Los empleadores de Ahmad son libaneses y cuenta de ellos que algunos días lo tratan bien y otros, la mayoría, le gritan o se enfadan. Una actitud que mantienen con él, dice Ahmad, por el simple hecho de ser de Siria ya que a los otros trabajadores, libaneses, no les dan el mismo trato.Rima Krombi es la ex vicealcaldesa de Arsal. Ella es una política laica que fue elegida en las elecciones municipales de 2016 y que ejerció el cargo hasta junio del 2019. Ha sido una de las autoridades locales que ha seguido con atención estos problemas. “Un agricultor libanés no acepta menos de 22,600 libras libanesas (13 euros) por jornada, porque con esa cantidad puede al menos solventar sus necesidades más básicas-dice.— Un sirio por ese mismo trabajo, o cualquier otro, llega a aceptar hasta 5,000 libras libanesas (2.95 euros) ya que complementa esos ingresos con la ayuda, en dinero o alimentos, que le entrega Naciones Unidas”.Un estudio reciente en cuanto a la generación de empleo, desempleo y la precarización del mismo en oriente medio, revela que las tensiones en el ámbito laboral se han incrementado marcadamente en los países que son receptores de personas desplazadas, sobre todo los que han recibido gran número de refugiados provenientes de Siria.Tal como lo explica Moussa Bourekba, investigador del CIBOB y uno de los responsables de esta investigación, hay dos factores que potencian esta situación: el contexto frágil de países como el Líbano, y que determinados actores económicos ven a estas personas como “mano de obra barata”, lo que no hace más que acrecentar los problemas.

TENSIÓN COMERCIAL

Rima Krombi advierte también de otro tipo de conflictos: la inocultable tensión en el sector comercial que enfrenta a comerciantes libaneses y sirios.

Camino a la sede del ayuntamiento de Arsal, la ex vicealcaldesa detiene su camioneta en medio de la ruta. Es una esquina en la que confluyen tres comercios. Rima señala una de las tiendas y dice que pertenece a libaneses, pero los dos locales que están frente de aquel establecimiento son de negociantes de origen sirio.“En Arsal vivimos solo 37 mil libaneses y ahora hay 70 mil sirios”, dice Rima. Enciende el vehículo y se detiene pocos metros más adelante. “Aquí vemos las tiendas de verduras. Otra vez dos son de sirios y una de libaneses. Los sirios benefician a su gente y por eso solo compran en sus tiendas. Esa actitud está perjudicando los negocios de los arsalíes”.La labor de Rima en el ayuntamiento se destacó por ser referente en cuanto a la lucha por los derechos humanos y la convivencia, y por ello asegura que esta situación está perturbando seriamente a los comerciantes autóctonos. Más aún cuando todos los negocios regentados por personas sirias no cuentan con permisos municipales.“La apertura de esas tiendas han escapado a nuestro control. En teoría ellos no tienen derecho a abrir ningún tipo de negocio al ser refugiados, pero no podemos hacer nada al respecto. Cuando los problemas surgen entre sirios y arsalíes, lo que hacemos es interceder para que no haya violencia, pero nada más”, asegura Rima.
“Los sirios son personas y necesitan trabajar”, dice por su parte el alcalde de Arsal, quien asegura entender las necesidades de las personas desplazadas pero también se preocupa por los habitantes locales de su comunidad.
Para las autoridades de Arsal los problemas entre los comerciantes, la precarización del empleo y la explotación laboral de la población siria no es un tema en el que puedan ocuparse directamente ya que las leyes libanesas prohíben trabajar a las personas refugiadas. Si ellos quisieran trabajar legalmente tendrían que pagar sus impuestos, alquilar un piso y dejar de recibir la ayuda humanitaria.“Pero por la parte humana si tú los miras hay niños, mujeres, que tienen necesidades. Los sirios son personas y necesitan trabajar”, dice por su parte Bassel El Hjeiri, el alcalde de Arsal, quien asegura entender las necesidades de las personas desplazadas pero también debe preocuparse por los habitantes locales de su comunidad. Además, es consciente que esta situación no solo está afectando a las personas en el tema económico, también en la salud y sin importar la nacionalidad.

APOYO PARA ARSAL

Radma Mustafa Krumbi es enfermera en una de las clínicas que existe en Arsal, la cual fue construida gracias al apoyo de la Associació Catalunya-Líban, organización que trabaja en el país desde los años noventa. Por este centro médico pasan a diario más de una docena de pacientes y si hay un común denominador entre las personas jóvenes que llegan para consulta, es que padecen en su mayoría de problemas de depresión.“La crisis generada por la llegada de los refugiados y de los terroristas hizo aumentar el paro entre la juventud. La economía del pueblo se cayó. No había trabajo. No había comercio. Todo esto afecta la salud sin importar de qué país eres. Y aquí en Arsal lo que estamos viendo son muchas personas con depresión, un estado que a veces va acompañado de enfermedades como diabetes o hipertensión”, dice la enfermera.
“El problema de Arsal y de todos los pueblos como este, que están alejados de Beirut, es que han sido y son completamente ignorados y olvidados por el Estado
Khaled, por ejemplo, sufre de continuos dolores de cabeza originados, asegura, por su precaria situación laboral y familiar. En el caso de Ahmad, él suele pensar mucho en esos amigos que perdió por la guerra, lo que lo lleva a profundos estados de melancolía que se ahondan aún más por esas interminables jornadas laborales y sin casi tiempo para descansar.A pesar de este escenario ambos jóvenes creen firmemente que si pudieran volver a estudiar tendrían una verdadera alternativa para conjurar su realidad actual.“A mí me gustaría, algún día, tener una profesión”, dice Ahmad, quien dejó de estudiar el día mismo que tuvo que salir de su natal Siria, país al que quisiera volver en algún momento. Un anhelo que no es solo de las personas sirias, también lo es de la propia población y autoridades de Arsal ya que muchos piensan que esa podría ser la solución definitiva a los problemas que aquejan al pueblo.Janine Jalkh es periodista del diario libanés L'Orient Le Jour y durante los últimos años ha cubierto lo ocurrido en Arsal. Desde su punto de vista, no cree que el retorno de las personas refugiadas ayude a mejorar la situación de esta localidad.“El problema de Arsal y de todos los pueblos como este, que están alejados de Beirut, es que han sido y son completamente ignorados y olvidados por el Estado. Puede que si finalmente las personas refugiadas se van la situación mejore un poco pero no mucho”, dice Janine, para quien la efectiva solución a los problemas de la ciudad fronteriza es que se implemente una auténtica política de desarrollo por parte del gobierno central.


Esta reportaje se ha producido con la contribución financiera de la Unión Europea. El contenido de este documento es responsabilidad exclusiva de la Associació Catalunya-Líban y no refleja necesariamente la posición de la Unión Europea

 


Sobre este blog
El blog de luchas sociales a lo largo del planeta, conflictos internacionales y propuestas desde abajo para cambiar el mundo. El Salto no comparte necesariamente las opiniones volcadas en este espacio.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Siria
Siria Cuando el miedo a la deportación es real: obligados a volver a Siria
Turquía lleva mucho tiempo deportando a los refugiados sirios. Aunque intenta justificar sus prácticas ante la comunidad mundial, estas vulneran el derecho internacional.
Tribuna
Tribuna Personas solicitantes de asilo, las grandes olvidadas en la reforma del Reglamento de Extranjería
El nuevo reglamento deja un vacío en el sistema, como forma de disuadir a las personas que quieren pedir asilo en el Estado español y que reúnen las condiciones para ello.
Fronteras
Fronteras Cientos de personas refugiadas, incluidas menores, duermen al raso en la isla griega de Rodas
Organizaciones humanitarias denuncian que unas 350 personas refugiadas, algunas de ellas procedentes de Líbano, están durmiendo a la intemperie sin comida, sin agua, sin baños y sufriendo la violencia de las fuerzas de seguridad en Rodas.
#36102
20/6/2019 12:05

Gracias por el artículo!

0
0
Sobre este blog
El blog de luchas sociales a lo largo del planeta, conflictos internacionales y propuestas desde abajo para cambiar el mundo. El Salto no comparte necesariamente las opiniones volcadas en este espacio.
Ver todas las entradas
Ibex 35
Ibex 35 Las retribuciones de los grandes empresarios multiplican por 118 lo que ganan sus trabajadores
Los directores y ejecutivos de Inditex, Banco Santander, Iberdrola, Indra, CIE Automotive y otras empresas del Ibex 35 multiplican por cientos de veces los sueldos medios de sus empleados.
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Catalunya
Derecho a la vivienda La “revuelta de las llaves” echa a andar con tres huelgas de alquileres en Catalunya
Tres promociones de vivienda deciden ir a la huelga de inquilinos, una de las medidas defendidas por las manifestaciones del 13 de octubre y el 23 de noviembre en Madrid y Barcelona para hacer frente a los alquileres impagables.
Galicia
Economía ¿Quién lidera el negocio del eucalipto en Galicia al que Altri quiere sumarse?
El estallido social que ha producido el intento de la multinacional Altri y la Xunta de instalar una nueva celulosa en Galicia abre la necesidad de poner el foco en el sector forestal, donde se encuentran algunas de las mayores fortunas del Estado.
Inteligencia artificial
Inteligencia artificial Los creadores rechazan las licencias ampliadas para el uso de sus obras en la IA: “Es un genocidio cultural”
El Real Decreto para regular la concesión de licencias colectivas ampliadas para la explotación masiva de obras protegidas por derechos de propiedad intelectual para el desarrollo de modelos de Inteligencia Artificial recibe un rechazo generalizado.

Últimas

Personas sin hogar
Personas sin hogar Encierro en el Ayuntamiento de Granada para reclamar albergues para las personas sin hogar
Decenas de activistas exigen tratar, en el Día Internacional de los Derechos Humanos, con la alcaldesa de la ciudad sobre la necesidad de medidas urgentes ante la gravísima situación de las personas sin hogar en plena ola de frío.
Opinión
Tratados UE-Mercosur, el acuerdo que acabará con el modelo de agricultura europeo
Toda la producción agroalimentaria familiar, de pequeña escala y que desarrollan la economía local va a salir perdiendo, sea en Europa o los cuatro países latinoamericanos.
Siria
Siria Israel bombardea la transición siria
Mientras el nuevo gobierno del país intenta proyectar legitimidad dentro y fuera de sus fronteras, el ejército sionista expande su control del territorio en los Altos del Golán, y Europa congela miles de solicitudes de asilo de personas sirias.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda La moratoria del ‘escudo social’ no ha servido para impedir tres de cada cuatro desahucios
Un redactado poco claro, que deja libertad a los jueces para saltarse la moratoria, limita su alcance. A pocas semanas de su fin, organizaciones de vivienda piden que sea mejorada, ampliada y convertida en permanente.
Baleares
Memoria histórica Acuerdo en Baleares entre la izquierda y el PP para no derogar la ley de memoria histórica
El Govern ya no buscará los apoyos de la ultraderecha en los presupuestos ni cumplirá con uno de los puntos más calientes del programa, como era la derogación de la ley de memoria democrática.
Más noticias
Tribuna
Tribuna El día después del derrocamiento de Al Asad en Siria
El pueblo sirio ha sufrido lo indecible en los últimos años en sus aspiraciones de soberanía y de liberación. La pregunta ahora es ¿cómo se va a reconfigurar el reparto de poder en Siria y en la región?
Tren de alta velocidad
Explotación laboral Huelga en Iryo para los días clave de Navidad: “Solo queremos que respeten el Estatuto de los Trabajadores”
CGT convoca paros los días fuertes de estas vacaciones para, antes de comenzar a negociar un convenio propio, conseguir el abono de dietas a la plantilla de tripulación y el cobro del plus de nocturnidad.
Estados Unidos
Estados Unidos Detenido el presunto autor del asesinato de un CEO: “Parece que tiene mala voluntad hacia las corporaciones”
El presunto asesino del director ejecutivo de UnitedHealth, Brian Thompson, ha elogiado en un manifiesto a Unabomber, el terrorista de la derecha estadounidense que en los 80 cometió varios atentados con fines políticos.

Recomendadas

Siria
Rojava El rompecabezas sirio que estalló en Alepo
El nuevo escenario sirio se ha gestado bajo la intervención implacable de Turquía, patrocinadora del Ejercito Nacional Sirio y otros grupos yihadistas que libran la guerra de Erdogan contra el pueblo kurdo.
Cine
Ramón Lluis Bande “Asturies tiene sin construir el relato de su tiempo revolucionario”
El cineasta Ramón Lluis Bande entiende la memoria histórica como un “camino de exploración formal infinito” y de reflexión sobre el propio lenguaje cinematográfico “en relación con la realidad, la historia, el arte y la política”.
Fondos buitre
Madrid Ecosol, la cooperativa agroecológica que lucha por sobrevivir al desalojo del fondo buitre Élix Rent
Este gigante inmobiliario, que ya ha logrado hacerse con la práctica totalidad del edificio que alberga el proyecto, se niega a renovar su contrato de alquiler ya que busca rehabilitar el inmueble y alquilarlo a precios desorbitados.
Siria
Siria Cuando el miedo a la deportación es real: obligados a volver a Siria
Turquía lleva mucho tiempo deportando a los refugiados sirios. Aunque intenta justificar sus prácticas ante la comunidad mundial, estas vulneran el derecho internacional.