Opinión
Cómo y por qué suspender el Acuerdo entre Israel y la UE

“El respeto a los derechos humanos y los principios democráticos constituye un elemento esencial del presente Acuerdo.” — Artículo 2 del Acuerdo de Asociación UE-Israel.
Von der Leyen y Netanyahu
Ursula Von der Leyen y Benjamin Netanyahu, el 13 de octubre de 2023.
2 jun 2025 07:01

Durante años, el artículo 2 del Acuerdo de Asociación entre la UE e Israel ha sido un recordatorio retórico del doble discurso europeo sobre derechos humanos. Desde la firma del Acuerdo en el año 2000, Israel nunca ha recibido ninguna sanción, pese a reiteradas peticiones. En 2008, más de 100 organizaciones europeas pidieron suspender el Acuerdo por violaciones de derechos en los territorios ocupados. En 2015, 63 eurodiputados de cinco grupos políticos hicieron lo mismo tras la ofensiva israelí sobre Gaza en 2014. Ese mismo año, más de 300 entidades exigieron a la jefa de la diplomacia europea que actuara, todo ello sin éxito. En 2024 más de 200 organizaciones vuelven a reclamar la suspensión inmediata del Acuerdo. Una simple revisión del mismo es insuficiente. Cualquier otra opción implica complicidad.

Lo que puede hacer que esta vez sea diferente es que la Unión Europea ya no puede esconderse detrás de su retórica. En una serie de fallos históricos, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) ha intensificado el escrutinio sobre las acciones de Israel en el Territorio Palestino Ocupado. En enero de 2024, la CIJ ordenó a Israel adoptar medidas provisionales para mitigar el riesgo creíble de genocidio en Gaza; estas órdenes fueron reforzadas en marzo y mayo de 2024 para garantizar el cumplimiento de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio.

En julio de 2024, la CIJ emitió una histórica Opinión Consultiva y declaró que la ocupación de Palestina por parte de Israel es ilegal según el derecho internacional. Afirmó que todos los Estados, incluidos los Estados miembro de la UE, tienen la obligación de no apoyar ni mantener dicha ocupación, lo que incluye abstenerse de relaciones económicas o comerciales vinculadas a los asentamientos, no reconocer la presencia ilegal y evitar inversiones que la sostengan.

El Tribunal también concluyó que las leyes israelíes que imponen la segregación en los territorios ocupados violan el artículo 3 de la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial (CERD).

La Unión Europea tiene la obligación legal de asegurarse de que sus acuerdos no contribuyan al mantenimiento de situaciones ilegales, como la ocupación de los territorios palestinos

Juristas como Yusef Al Tamimi y un exabogado del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) han analizado las implicaciones de esta opinión consultiva para el Acuerdo de Asociación entre la UE e Israel, especialmente a la luz del párrafo 274 de dicha opinión. Sostienen que la UE tiene la obligación legal de asegurarse de que sus acuerdos no contribuyan al mantenimiento de situaciones ilegales, como la ocupación de los territorios palestinos. Continuar con el Acuerdo sin abordar estas violaciones podría hacer que la UE sea cómplice de incumplimientos del derecho internacional.

Además, expertos de la ONU han coincidido en que los Estados tienen la obligación jurídica de cumplir con el fallo de la CIJ y actuar en consecuencia; y han señalado 14 medidas concretas a tomar, entre ellas: “Cancelar o suspender relaciones económicas, acuerdos comerciales y vínculos académicos con Israel que puedan contribuir a su presencia ilegal y al régimen de apartheid en el territorio palestino ocupado.”

¿Cómo se suspende un Acuerdo de Asociación de la UE?

Estos acuerdos incluyen cláusulas esenciales sobre derechos humanos. Su incumplimiento debería permitir la suspensión total o parcial. Sin embargo, estas cláusulas rara vez se aplican. Hay pocos precedentes y, cuando los hay, han sido parciales, como con Siria en 2011. El Acuerdo de Asociación con Israel demuestra la inutilidad de dichas cláusulas.

Además, solo el Consejo de la UE puede decidir finalmente la suspensión, normalmente tras una propuesta de la Comisión Europea, un Estado miembro o del Alto Representante de Política Exterior. Para suspender partes del acuerdo, se requiere apoyo del 65% de la población de la UE representada en el Consejo, y para una suspensión total hace falta unanimidad. Por eso Israel está tan seguro de que no sucederá, ya que países grandes como Alemania e Italia se oponen incluso a la propuesta de una revisión y tampoco queda claro que los países que ahora apoyan la revisión más adelante apoyen la suspensión total del Acuerdo: “No veo que vaya a haber ningún cambio o suspensión debido a la unanimidad que se requiere del bloque de 27 países de la UE”, dijo Catarivas, presidente de la Federación Israelí de Cámaras Binacionales de Comercio e Industria.

Suspender el Acuerdo podría tener impactos concretos

El Acuerdo de Asociación de 2000 permitió a Israel acceder preferencialmente al mercado europeo. Actualmente, el comercio bilateral supera los 42.000 millones de euros anuales. Alemania lideró las exportaciones hacia Israel, con 5.600 millones de dólares en productos como vehículos, maquinaria o farmacéuticos. Alemania también es el mayor exportador de armas en 2024, seguido por países como Italia, pero también España, pese a las declaraciones oficiales de detener la venta de armas tras el 7 de octubre de 2023.

Si se suspendiera, podría implicar la interrupción de los beneficios concedidos en el marco del acuerdo, como las preferencias comerciales (aranceles y barreras regulatorias)

Volviendo a la parte comercial, si se suspendiera, podría implicar la interrupción de los beneficios concedidos en el marco del Acuerdo, como las preferencias comerciales (aranceles y barreras regulatorias), el acceso a la contratación pública o acuerdos específicos sobre productos. Por ejemplo, en 2024, Irlanda fue el mayor comprador de circuitos integrados israelíes. Si se imponen restricciones, el sector tecnológico que contribuye un 20% al PIB israelí, podría verse gravemente afectado.

Pero más allá de medidas concretas, la imagen internacional es crucial para Israel, lo que explica su fuerte inversión en propaganda, como su presencia en Eurovisión. Más, ahora que parece que incluso la opinión pública en Alemania está cambiando. Así, el presidente de la Federación Israelí de Cámaras Binacionales de Comercio e Industria exigía al Gobierno “que explique al mundo exterior el propósito y los objetivos de la lucha.” En otras palabras, que maquille la ofensiva militar y el genocidio en Gaza para que no pierdan dinero.

Por eso urge la suspensión inmediata, no una revisión

Desde el inicio del ataque sobre Gaza en octubre de 2023, la sociedad civil ha exigido suspender el Acuerdo. Solo en febrero de 2024, Irlanda y España enviaron una carta a la Comisión Europea solicitando una “revisión urgente”, sin mencionar la suspensión. La Comisión ni siquiera respondió.

El 7 de mayo de 2025, Países Bajos —tradicional aliado de Israel— envió una carta a la Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas, para revisar el Acuerdo, y fue algo más allá que la carta de España e Irlanda, pues condicionó la renovación del Plan de Acción UE-Israel a una revisión formal del artículo 2. Lo que podría significar que Países Bajos, si se mantiene firme, podría vetar la ayuda en el marco de la cooperación que incluyen programas como Horizon Europe.

El riesgo es que la Comisión use la revisión como táctica dilatoria es real: elaborar informes sin conclusiones, mantener contactos con Israel sin exigir responsabilidades

Hay que reconocer que la petición neerlandesa, respaldada por 17 Estados miembro, incluida la gran aliada Austria y otros como Finlandia y Suecia, representa un giro. Pero estas acciones habrían sido significativas hace 19 meses. Ahora resultan insuficientes. Lo que se propone no es suspender el acuerdo, sino activar un mecanismo de revisión que podría prolongarse meses y carecer de consecuencias reales. Alemania e Italia ya han mostrado su rechazo, y Países Bajos tampoco ha apoyado explícitamente una suspensión total.

Pero el riesgo es que la Comisión use la revisión como táctica dilatoria es real: elaborar informes sin conclusiones, mantener contactos con Israel sin exigir responsabilidades. Ya ha ocurrido. En 2024, el equipo del entonces Alto Representante Borrell encargó una evaluación sobre el respeto del artículo 2 al exrepresentante especial para Derechos Humanos, Olof Skoog. En el informe se recopilan datos sobre más de 45.000 muertes en Gaza y repetidas violaciones de derechos humanos, pero los informes terminaron sin acciones concretas. Este informe de 35 páginas fue enviado a los Estados miembros antes del Consejo de Asuntos Exteriores del 18 de noviembre. No se tomaron medidas algunas, haciendo cómplice a los representantes de la UE en crímenes de guerra.

Si la UE quisiera actuar, bastaría con incorporar las conclusiones de los informes del Representante Especial de Derechos Humanos y suspender el acuerdo en 24 horas. La revisión parece, más bien, una cortina de humo.

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