We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Política
Agroturismo en el Congreso
Dicen que la política se basa en sembrar y recoger: poner las semillas de un proyecto y recolectar los frutos. Hoy haremos un recorrido por las diferentes variedades agrícolas que podemos encontrar en el panorama político español.
En nuestra peculiar huerta encontraremos diversas variedades de frutas y verduras con las que podemos preparar diferentes platos al servicio del consumidor.
Nada más entrar, a mano izquierda, podemos ver, bastante crecidos para el tiempo en el que estamos, una planta muy curiosa el Solanum Sanchezae, también conocido como tomate socialista. Se caracteriza por adquirir un tono muy rojizo en los meses de Julio, sobre todo cuando aumentan las temperaturas al nivel "exhumación de Franco" y un color verde ecologista en las hojas en las épocas de ganar adeptos entre la sociedad civil. Estas características se deben a que son tomates transgénicos, modificados genéticamente por el Ibex 35 para parecer rojos y bonitos a ojos del consumidor. Sin embargo, pasada la temporada de verano tienden a pudrirse y a dejar el rastro de lo que siempre fueron: unos tomates abonados con cal viva.
Girando de nuevo a la izquierda, se aprecian renques de lo que científicamente se llama Capsicum Coletamorada o, popularmente, pimientos del padrón. Su singularidad reside en la gran capacidad de adaptación al medio. Si en unos primeros momentos, debido a la sequía, eran muy picantes, actualmente siguen al pie de la letra el refrán: "Unos pican y otros no". Estos pimientos, al verse menos aceptados, han decidido rebajar sus demandas en la escala Scoville para pasar de asaltar los cielos a pedir permiso para llevarnos al infierno. Por su cercanía, están tratando de beber del mismo agua que los tomates. Por el contrario, la fuerza transgénica de éstos está debilitando a esta curiosa variedad de pimiento y las hojas, rendidas, empiezan a darse la vuelta.
A lo lejos podemos divisar tras las lindes dos especies autóctonas de gran implantación en su parcela del huerto. A la sombra de un roble centenario, una pequeña plantación de manzanas verdes (Malus Arana) capaces de producir vastas cantidades de sidra aún a pesar de sus reducida extensión. Es destacable entre sus cualidades su buena presentación, aunque al primer mordisco podemos comprobar que no solo no son tan dulces como parecen sino que son bastante ácidas.
Enfrente se erigen unos cuantos nogales o Juglans Per Cat venidos a más en los últimos años. La virulencia de los temporales ha provocado una decaída desde hace aproximadamente un par de octubres, obligando de esta manera al agricultor a buscar su supervivencia en lugares como Bruselas. Además, varios de los árboles más representativos han sido talados y quemados sin justificación alguna. Dejando así en cuarentena un rendimiento que desde hace un tiempo produce mucho ruido y pocas nueces.
Si seguimos a mano derecha y pasando sobre los tiestos de pensamientos y alegrías, tenemos una pequeña zona de terreno dedicada a los frutos rojos. Todos sabemos que el nombre engaña y esta no iba a ser una excepción. Los Vaccinium PPunicae Gurtelensis, desde la llegada de una nueva variedad originaria de Harvard (o Aravaca), dicen tener propiedades antioxidantes que ayudan a frenar el envejecimiento de la derecha. En cambio, estas propiedades se muestran falsas al resultar que no solo no rejuvenecen sino que acaban convirtiéndose en pasas rancias.Tal y como hemos podido ver en los medios, estamos llegando a la zona más bonita del huerto. Los girasoles o Helianthus Riverus suelen merodear alrededor del Sol que más calienta. Lo mismo están flirteando con los tomates que apegados a los frutos rojos. Aunque, últimamente, hemos podido comprobar cómo cada vez están más Cara al Sol sin sentirse incómodos. Qué interesante la naturaleza política española.
Ya casi vamos terminando el recorrido. Bajo nuestros pies, podemos apreciar una serie de malas hierbas. Los Cynodon Voxfachit no tienen ningún valor culinario o gastronómico, pero por más que los intentemos arrancar su nostalgia de un pasado añorado les hace volver a crecer y limita la belleza de la huerta democrática. Sin embargo, debemos reconocer que para lavarse las manos con determinadas cuestiones a algunos les suelen venir bastante bien.
Llegados al final del paseo me gustaría dejarles una reflexión. Si realmente levantan la cabeza podrán ver que el panorama es mucho más desolador. No existen los tomates ni los pimientos ni los frutos del bosque ni los girasoles. Ni siquiera las malas hierbas. Estamos delante de una gran plantación de cebollas. Alrededor de 350 que cuando las cortemos, inevitablemente, nos producirán una gran llorera. La realidad desbordada.