Pista de aterrizaje
Aleka Manolas: “Cuando el arte no tiene nada de político, es decoración”
Ha sido ilustradora, guionista o dramaturga, y trabaja artísticamente con infraestructuras. Aleka Manolas decora e interviene desde hace meses el patio del Centro Social La Ingobernable.

Nació en Grecia y antes de llegar a Madrid vivió en París y Berlín. Ha sido ilustradora, guionista o dramaturga, y trabaja artísticamente con infraestructuras. Dice haber encontrado en Madrid el espacio donde siente que puede hacer lo que le gusta. Por ahora, Aleka Manolas decora e interviene desde hace meses el patio del Centro Social La Ingobernable, en el que lleva muy avanzado un curioso jardín vertical, además de elaborar mobiliario con material reciclado.
No sé cómo referirme a ti. ¿Eres artista?
El título de artista me representa pero no me convence. Para mí el arte es una parte integrada a la política y, si hay una persona que realmente se llama artista, hace falta que haga cosas muy fuertes. Si no, es decoración. Este jardín para mí es decoración, no una obra de arte. La obra puede ser el arte que hay dentro, la filosofía o las conversaciones que hay en él. Esto es solamente el cuadro. Creo que en mi vida he hecho algunas poesías, obras de teatro de la que puedo decir “esto es arte”, y otras cosas son decoración porque no tienen nada de político.
¿Qué haces en Madrid?
Estoy en Madrid desde hace poco más de un año. Antes estuve en Berlín para hacer teatro con un grupo, pero pinto y escribo desde siempre. Este es mi trabajo. En París fui también ilustradora de libros para niños, un trabajo artístico que hice para un editor. Pero lo que realmente me interesa es hacer algo del común en centros sociales. Cuando llegué a Madrid busqué durante algún tiempo un sitio que me gustase. Cuando vine a La Ingobernable por primera vez hice la propuesta de hacer este jardín vertical. Hice alguna cosa en el CS La Villana de Vallekas y ahora estamos haciendo algo también en Carabanchel.
¿Qué es eso que te gusta hacer?
Aquí, en el patio, se prepara un sitio para invitar a filósofos y otra gente. Este es un jardín para la filosofía. No es una obra en sí, es algo para participar, como un jardín de los filósofos antiguos.
¿Cuáles son los elementos que has trabajado en este proyecto?
Pues vamos a la calle a encontrar lo que haya, como los azulejos. Sí hemos comprado las estructuras metálicas y las ha fundido Guerri, de Zaragoza. Siempre salimos a la calle a buscar cosas. Hemos encontrado mármol y piedras. A veces también salimos al campo y recogemos todo. Compramos lo mínimo, que también es mi filosofía.
¿Aunque tú eres el motor, el trabajo acaba siendo colectivo?
Sí, siempre quise que más gente participara. Aquí en La Ingobernable están los “sábados rojos”, que son los días de trabajo colectivo para arreglar ventanas, puertas, pintar… el trabajo más constante lo hacemos dos, Joseo y yo. Para lo que queda del jardín esperamos que más gente venga a hacer sus mosaicos. Es un libro abierto para las ideas de la gente.
El jardín vertical aún no está terminado, ¿qué le falta?
Falta mucho. ¡Queremos ir todavía más arriba! Vamos poco a poco, primero con las plantas de sombra que van abajo y luego más arriba con plantas que no necesitan tanta agua pero si más luz. Tenemos plantas que hemos reciclado del Jardín Botánico [que está enfrente], del Retiro, de la calle y las que ha traído la gente, y también vamos a hacer una cascada. Muy importante, un jardín sin agua no es jardín.
Tu obra más visible es el jardín pero recién has elaborado más mobiliario para el centro social, ¿no?
Sí, hemos encontrado algunos materiales y hemos empezado a mejorar el mesón. Para mí todo eso va junto. Mi idea es plantar cosas para comer, no para ser autosuficientes sino para tener unas pocas plantas de huerto.
Aparte de esto, ¿sigues haciendo tus otras cosas?
Ilustración ya no, después de haber hecho 30 libros para niños. Lo que hago siempre es pintar mis cosas y escribir. Tengo varias obras de teatro terminadas y pienso adaptar algunas. Estoy leyendo también a filósofos que hablan de esta sociedad capitalista y me interesa el tema del poder, de cómo la gente no se da bien cuenta de las cosas que pasan en el poder.
¿Piensas seguir en Madrid?
No me importa tanto dónde viva, para mí lo importante es la gente que me encuentro. Pero por el momento me quedo. España ahora mismo no está tan mal y aquí, en este centro social, hay mucha más diversidad que en toda Europa.
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