We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Memoria histórica
Llerena homenajeó a sus víctimas de la represión fascista
Esa mañana de sábado de octubre, fría por la cercanía del arroyo, rendimos homenaje junto al Puente Romanzal a las más de 400 personas que fueron asesinadas en Llerena (Badajoz) tras la entrada de los fascistas en 1936.
Estuvimos allí, en la curva que hace el arroyo apenas a cien metros del puente, justo donde hace años señalaron José Franco y otros que se encontraba la inmensa fosa donde fueron arrojados más de 40 hombres y mujeres después de pegarles un tiro o matarlos a golpes. José Franco, que apenas tenía 12 años cuando vio todo aquello, contó como la grasa de los cuerpos se salía de la fosa, de tantos como allí echaron. Uno de ellos era su padre, Ramón Franco Escudero, “Boquineto”, quien hizo frente el 5 de agosto, con una sola escopeta, al avance de la columna de regulares marroquíes y soldados comandada por Castejón. Disparaba cartuchos a un blindado de la columna. Tenía solo 37 años y era jornalero.
Memoria histórica
Memoria histórica La transmisión de la memoria histórica: el caso de Llerena
Podría poner aquí fotografías del más de medio centenar de personas que han asistido al acto, en el arroyo Romanzal y luego en el cementerio, pero tal vez no es el lugar adecuado, porque cada vez que acudimos a un acto de este tipo el protagonista es siempre el dolor de la familia, la tristeza infinita, el desamparo por los años de silencio, los pasados y los venideros.
El duelo está presente en todo momento, en la voz de los familiares que quedan, en el recuerdo de los testimonios, en el gesto frente a los lugares que, a día de hoy, solo están señalados por el recuerdo de quienes hubieran deseado que la historia hubiera sido diferente para sus seres queridos. Como sucede en el caso de la fosa del arroyo del Romanzal, no existe ninguna señalización física, ninguna placa, ninguna indicación que diga que allí fueron fusilados y asesinados con el tiro de gracia más de 40 vecinos y vecinas honrados, gente de Llerena. Solo en la memoria, en lo que nos cuentan y escribimos, está ese lugar señalado.
Pongo en su lugar el mapa elaborado junto a Ángel Olmedo Alonso para seguir la ruta de la memoria en Llerena y una fotografía cedida a Ángel por la familia de Pablo Fernández-Grandizo Niso y Soledad Martín Ortiz de la Tabla, el matrimonio que regentaba la Imprenta Grandizo, después expoliada por los fascistas. Desde esta imprenta se difundieron numerosos folletos y periódicos destinados a educar a las masas obreras. Pablo Fernández fue fusilado por esto en los primeros días de ocupación. Encontraron su cuerpo amarrado a Antonio Sánchez, vecino socialista, y a ambos les metieron juntos en un ataúd improvisado, que fue echado a una fosa común. Al día siguiente fusilaron también al que había construido el ataúd.
Sus cuerpos aún no han sido encontrados.