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Literatura
Alaine Agirre: “Me he transformado en el proceso de buscar la maternidad y no poder encontrarla”
Alaine Agirre (Bermeo, 1990) es la autora de las novelas 'Odol mamituak', 'X hil da' (que tradujo Consonni) o 'Bi aldiz erditu zinen nitaz, ama'. En septiembre de 2021 publicó 'Karena' (Elkar, 2021). Dos años después ha llegado la tarducción en castellano 'Placenta' (Tres Hermanas Libros). La autora reivindica más y diversa escritura sobre maternidades, porque existe un “discurso hegemónico, idealizado, medicalizado y prescrito por los hombres de la maternidad, pero de ese océano casi infinito de maternidades plurales apenas sabemos nada”. “En 'Placenta' existe el diálogo del dolor. Y que uno mismo se haga preguntas para lograr respuestas propias”, afirma.
¿Cuáles han sido sus referentes?
Hice el camino de formarme en la lectura bastante sola –excepto por una par de profesoras que tengo en la mente y en el corazón–, y tengo la pena de no haber tenido quien me ayudara a desarrollar la competencia literaria.
¿Y en el feminismo?
Lo he sentido parecido. El interior me pedía ir hacia ahí, pero no supe por dónde empezar. En Zinegoak descubrí a Miquel Missé y por ese camino empecé a leer sobre feminismo. Entré al feminismo desde el transfeminismo.
Literatura
Literatura Alaine Agirre: “Zeharkatzen nauen eta gorpuzten dudan horretatik dator nire literatura”
Los referentes han ido yendo y viniendo en función de la curiosidad y necesidad que he tenido en el momento, pero a lo largo del tiempo vuelvo a Annie Ernaux. Me sorprendo de que aunque yo vaya cambiando, no me cambia la complejidad de lo que siento al leerla. Por otra parte, los nombres de todos los referentes no aparecen en las portadas de los libros. Hoy, por ejemplo, mi terapeuta es un referente para mí –sin idealizarlo– por su forma de ver la política y el ámbito personal. Un amigo que trabaja como profesor de niños también es mi gran referente de estos días, que me está abriendo muchas puertas, compartiendo libros y reflexiones.
“Tenemos que contar las maternidades desde nuestros cuerpos y nuestras voces, escuchando también a quienes no se corresponden con nuestras vivencias”
Últimamente he oído con desprecio que vivimos un boom de libros sobre la maternidad. ¿Qué te parece?
Me indigna ese comentario. De la maternidad no hablamos ni escribimos bastante, pero como ha sido rechazada y ahora se le ha dado una pequeña cuota, hay la sensación de que está cogiendo demasiado espacio. Estamos hartos del discurso hegemónico, idealizado, medicalizado y prescrito por los hombres de la maternidad, eso es cierto, pero de ese océano casi infinito de maternidades plurales apenas sabemos nada. Y mira cuántas corrientes de agua de colores y temperaturas hay en un mar. Tenemos que contar las maternidades desde nuestros cuerpos y nuestras voces, escuchando también a quienes no se corresponden con nuestras vivencias.
Explíquese más a fondo, por favor.
No me interesan los discursos patologizadores, paternalistas, sancionadores y cargados de presión procedentes de fuera hacia dentro, de los supuestos “expertos” y de su supuesta “neutralidad”. Me ocurre lo mismo con la neurodivergencia. Me he hartado de escuchar a psiquiatras, psicólogos y otros “profesionales” que se esconden detrás de la bata blanca y miran más al DSM-V que a las personas: del autismo no he aprendido realmente hasta que he escuchado testimonios en primera persona y proclamas del colectivo de autistas.
Maternidad
“Reivindicar otra maternidad implica reivindicar otro modelo de sociedad”
Con Mamá Desobediente (Capitán Swing, 2019) Esther Vivas suma su voz a la polifonía que desde el feminismo encara la cuestión de la maternidad desde nuevos ángulos y con menos prejuicios. Su apuesta: politizar la institución materna liberándola de los modelos impuestos por patriarcado y neoliberalismo.
Tú estás interesada en las que callan...
Sí, sin buscarlo se me va la mirada ahí. Seguramente porque no me va bien detenerme en la superficie de las convenciones. Y una vez puestos a desnudar tabúes, ¿por qué no desnudarse realmente? Por ejemplo, si hablamos de técnicas de reproducción asistida, no lo haremos con las frases e imágenes que una empresa dedicada a ello pone en la propaganda de las marquesinas de autobús. O si hablamos de aborto no buscado, no lo hagamos con clichés como “tendrás otro” y “por algo habrá sido”.
¿Cómo influye que estos temas sean tabú en la salud mental de las mujeres?
Afecta a la salud en general, porque, en realidad, ¿podríamos separar la salud mental de la física?¿Cómo y hasta qué punto? No sé decir cuánto y cómo ha afectado; aunque sé que me ha afectado en muchos grados, en gran profundidad, en todos los ámbitos de la vida y durante mucho tiempo. Me lo ha quitado, pero también me lo ha dado y, sobre todo, me he transformado en el proceso de buscar la maternidad y no poder encontrarla. Para mí ha sido un proceso y un aprendizaje vital ineludible. Eso sí, otra cosa es que ese proceso tengas que llevarlo en secreto, que te sientas sola, que no tengas referentes que te ayuden a comprenderte a ti misma, que no te puedas quitar del vestido el peso de la culpa y la viscosidad de la vergüenza... El proceso en sí es natural, que uno mismo debe atravesar y escribir, mientras que el tabú que lo engloba es cultural y genera mucho sufrimiento sobre el proceso, lo que dificulta enormemente el tránsito del cuidado.
“El proceso de buscar la maternidad en sí es natural, que uno mismo debe atravesar y escribir, mientras que el tabú que lo engloba es cultural y genera mucho sufrimiento”
¿El sistema atiende adecuadamente a las maternidades?
Claramente, no. Y se puede ver más claramente en las palabras del libro M escrito por Erika Lagoma y Estitxu Fernández, en Mi parto robado de Nahia Alkorta, en Maternidades precarias de Diana Oliver, y en palabras de muchas otras: Ibone Olza, Esther Vivas...
A quien aún no lo haya leído, ¿por qué le recomienda Karena?
En Karena existe el diálogo del dolor. Y que uno mismo se haga preguntas para lograr respuestas propias. También hay un diálogo entre la presión social de la maternidad y el deseo del personaje para poder entender hasta qué punto el deseo de ser madre es “propio”, y hasta qué punto contagiado por la cultura. La novela narra un proceso vital y me gustaría llevar al lector en ese viaje, mostrando al viajero los paisajes interiores del protagonista. Susurrando a los que callan, a veces incluso clamando.
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Estoy de acuerdo en la vision de escuchar a las personas que sienten cualquier problema/patologia/enfermedad, sentimiento.. En el ejemplo expuesto, el autismo, estamos hartos de escuchar a medicos explicando el autismo, pero en rarisimas ocasiones oimos la voz de los autistas. Esto se puede extrapolar a muchas otras cuestiones.
Respecto al tema del articulo, la maternidad, como bien apunta la periodista, y es mi impresión tambien, ultimamente se ha escrito muchisimo de la maternidad. No asi de otra cuestion que es tabú en la sociedad porque economicamente no interesa, esto es los que hemos decidido al precio que sea, no traer hijos a este mundo. A veces el precio de esta decisión es la soledad, puesto que no es facil encontrar una pareja que comparta esta visión. En mi caso, no creo que el mundo necesite hijos mios, ni mas personas en general y en lo personal, no estoy dispuesto a perder mi libertad bajo ningun concepto. Porque tener hijos es perder tu libertad, es esclavizarte y esto la mayoria de las mujeres no lo ven asi, por eso este si que es un verdadero tabú del que no se habla.
No se habla de la satisfacción de no tener preocupaciones, de dormir bien, no digamos si tu hijo tiene una enfermedad grave... A mi me parece inaudito que haya gente que crea con 9000 millones de personas , piensen que es necesario que haya hijos suyos sobre la faz de la tierra. Tengo 40 ytantos y sigo saliendo de noche, me sigo levantando tarde, eso si, el precio ha sido que las parejas (mujeres) llega un momento que sacaron la conversación de tener hijos en el futuro y para mi es algo absolutamente innegociable y una vez que ese tema queda claro es cuestion de tiempo que la relacion acabe, por eso decia que el precio es la soledad, en cuanto a tener pareja fija o un proyecto de vida comun. En mi caso estoy dispuesto a pagar el precio, si lo que compro segun mi manera de ver , es mi libertad y que no voy a traer esclavos a este mundo. Segun yo lo veo, que lo sean los hijos de otros.
Ahora entenderan porque este tema si es tabú. Son argumentos cuasi terroristas contra el capitalismo de tener hijos para que haya mano de obra barata.
Aparte de esto, todo lo que sean visiones "disidentes" al status quo de la familia, tener hijos etc me parece positivo.