España no es (solo) blanca
Thiambou Laye, emitiendo en YouTube desde Valencia

Thiambou Laye, el youtuber senegalés que rompe esquemas con su humor africano, se viste de bufón en la red para atacar con histrionismo algunas convenciones.

Thiambou Laye, youtuber senegalés que reside en Valencia
Thiambou Laye, en Valencia. Eva Máñez
15 oct 2017 08:00

Su personaje para la red, Thimbo Samb, es un bufón negro que casi siempre va ataviado con la bandera senegalesa y que nos introduce en temáticas como el racismo y la desconfianza cotidiana, el choque cultural de un Paco Martínez Soria africano, los matrimonios dobles, el miedo a la policía y hasta el Ramadán y las relaciones domésticas entre africanos musulmanes, ese gran universo desconocido para los euroblancos.

Sin embargo, tras el personaje y sus divertidos histrionismos está un actor de teatro senegalés que ya formaba parte de una compañía local pese a que sus amigos se burlaban porque “eso de actuar no es cosa de hombres”.

Llegó a Tenerife en un cayuco siendo aún menor de edad, pasó por un CIE y acabó en Madrid. Un bus le llevó a Valencia, “lo único que hizo Cruz Roja por mí”, durmió en la calle junto con otros muchos bajo los tristemente célebres puentes del río Turia, hostigado un día sí y otro también por la Policía.

Terminó apareciendo en el Canal 24 Horas como ejemplo de superviviente de un CIE. Su historia es un arquetipo de determinación personal por encontrar su camino en España sin renunciar nunca a su raíz africana. La persona tras el personaje tiene mucho que contar. No se limita a reírse de la ignorancia, a veces miserable, de los españoles blancos sobre África.

¿Cómo un actor de teatro se mete en un mundo tan rápido, banal y competitivo como YouTube?
Gracias a CEAR un profesor de teatro me vio y me invitó gratis a sus clases y aprendí mucho. Pero ser un actor negro de teatro era muy difícil, poca gente te conoce y siempre te dan el papel del inmigrante. Así que me dije, voy a medias o voy a por todas. Yo lo que quería era actuar. Así que pegué un giro y empecé hablando en serio a una cámara fija sobre lo que nos pasaba a los inmigrantes, pero poca gente me prestaba atención, hasta que conocí a Omar el Pretinho, que ya estaba haciendo cosas y me di cuenta de que podía contar lo mismo, pero de forma cómica, como ya había hecho Lory Money. Y el primer vídeo así fue un éxito y pasó de golpe de las mil visitas. Se llamaba ¿Por qué no saludas?.

Ya que hablas de Omar, tú formas parte de esa joven generación de afrocreadores audiovisuales de menos de 30 años, junto a otros que empiezan a ser conocidos en la red, como Mostopapi, Danger Love, PhilM6 o Lamine Thior y su ingenioso Black Hermano. Algunos estáis en Colectivo Limbo, que no sé si es una respuesta generacional a la plataforma Black View, más cercana a la industria del cine. ¿En qué se diferencia tu personaje de todos los mencionados?
Lo de Limbo en parte es lo mismo que Black View, pero se diferencia en que estos son personas mayores que han trabajado ya en la industria del cine, y nosotros somos todos youtubers que cada uno tiene más de 20.000 seguidores entre españoles y africanos, por tanto hemos visto que el futuro está con nosotros, porque los niños nos siguen o porque gente como Omar el Pretinho tiene 70.000 seguidores en Instagram y la mayoría son blancos, entonces decimos el cambio está en nuestra generación, porque para estos niños somos realmente sus líderes. Así que si formamos un grupo y nos llaman para hacer una película o una obra teatral pero no aceptamos papeles de inmigrantes, ni el negro es el primero que muere, y seguimos a lo nuestro, tal vez cambien y los niños y seguidores tomarán nota del camino.

Thimbo es un sinvergüenza. Hace lo que quiere, como lo siente. Una vez que la cámara está delante, hace una sola toma. No le importa salir guapo o feo. Yo no busco fans, yo busco hablar de lo que la gente habla. Siempre trato de lanzar un mensaje y mostrar mi cultura para que la gente hable de eso. Y luego tengo el contrapunto femenino de Eva, que cada vez participa más en guión e interpretación. Por ejemplo, en los vídeos sobre el Ramadán la mayoría de los guiones los escribió ella. Ella siempre quiso actuar, pero hasta que no cumplió 18 años su familia no le dejaba.


Además de plantarse, ¿qué hace falta para que aquí llegue un momento en que haya protagonistas negros en películas y series de TV o haya grupos musicales para adolescentes enteramente compuestos por negros/as como ocurre en nuestro entorno?
Lo que estamos comentando que tenemos que hacer es dejar de hacer de figurantes para la industria. Si no nos llaman, haremos nosotros nuestra propia industria. Por ejemplo, en Limbo estamos escribiendo una parodia de Modern Family pero donde los personajes son enteramente negros en España y todos los miembros del colectivo apareceremos, con Malcolm T. Sitté a la cabeza, que es el actor negro que más está trabajando ahora mismo en España.

Pero tú, además, hablas en tu lengua wolof incluso en los vídeos en castellano, a sabiendas de que mucha gente incluso afroespañola se enfada y no lo entiende.
Para mí, mi idioma es lo más importante que tengo. El español no es mi idioma, sería falso pretenderlo. Algunos se enfadan y me amenazan, tanto españoles como africanos, con que si no dejo de hablar solo wolof van a dejar de seguirme. Pero si alguien quiere entender lo que digo, que aprenda wolof. Solo subtitulo algunos de ellos, porque quiero que se enganchen y luego dejar de hacerlo, porque si quieren acercarse a África tienen que adaptarse a África y no solo los africanos a Europa. Y algunos hasta me mandan mensajes diciendo “gracias a tus vídeos mis hijos están aprendiendo wolof”. Eso es lo que busco, que no perdamos nuestra cultura aquí.

Te siguen también en tu país, hasta te han llamado de la televisión de Youssou N’Dour.
Sí. De hecho, mi madre me llamó hace dos semanas desde Senegal para que dejara de hacer los vídeos porque dice que viene gente a casa todos los días preguntando por mí, por los vídeos, y ya sabes cómo es la gente allí. Cuando todo el mundo habla de ti, tienen miedo de que te echen mal de ojo o que puedas morir antes de tiempo. Pero yo le dije: “No, mamá, yo creo que me has educado para que pueda caminar solo”. Hasta tengo en proyecto un documental sobre mi vida, pero para enseñar aquí y allí que sí podemos salir adelante con nuestras vidas haciendo lo que decidamos. No me interesa tanto hablar de los blancos como de los míos.

¿Cómo llevas ese choque cultural que supone no seguir ni lo de aquí ni lo de allí?
Pues yo muy bien, porque amo la cultura africana, pero también hay cosas que no me gustan. Por ejemplo, estoy en contra de que allí mis amigos tengan tantos hijos para que trabajen enseguida por ellos, pero también que aquí se críen como españoles y no sepan de dónde vienen. Y no necesito estar denunciando todo el tiempo el racismo de España, porque, de hecho, los negros somos casi más racistas con nosotros mismos, en el sentido de que los blancos siempre se apoyan entre ellos y nosotros, no. Y eso sí que tiene que cambiar. No me interesa tanto hablar de los blancos, como de los míos.

Visto desde fuera, a veces da la sensación que resulta muy fácil ridiculizar la evidente ignorancia popular española sobre África, pero si te interesa hablar de los tuyos, no parece tan fácil hacer autocrítica en público por parte de los negros en España sobre los propios negros. ¿Tal vez sea que solo lo hacéis en privado por cuestiones tácticas? Lo de “Africa Unite”, ¿es un cuento en España?
No es que no vaya a poner en ridículo a los españoles o a los africanos. Yo, si hablo, es a los dos lados. Pero no se trata de ridiculizar sino de contar la verdad. Estoy preparando unos vídeos diferentes con Mostopapi en esa línea. Siempre lo digo, ¿por qué no vamos a salir nunca adelante? ¡Porque no estamos juntos, no somos así!

En mi mesa de trabajo hay gente de Mali, de Senegal, de Nigeria, marroquí, pero me fijo que cuando vamos a comer cada grupo va por su lado. Eso de “Africa Unite” no existe y yo voy a hablar de eso. Diré la verdad de lo que hay. Luego se enfadarán conmigo, pero después me llamarán y me dirán que “soy el puto amo” (se ríe como si estuviera de vuelta).

Desde que llegué aquí e hice mi primera entrevista con Levante TV ya dije que yo quiero ser la voz de los que quieren hablar y no tienen voz. ¿Me pueden acabar pegando un tiro? Adelante, no seré el primero ni el último que muere por contar la verdad de lo que nos pasa. Cuando ya no tienes nada que perder, ya no tienes miedo, y yo no lo tengo desde hace mucho. Cuando encarcelaron al rapero ecuatoguineano ese (Jammin Dogg, por apoyar la huelga de taxistas en Malabo), me llamaron y en 48 horas ya tenía listo un vídeo de denuncia, aunque sabía que me podía meter en problemas con la comunidad guineana que sigue al presidente Obiang.

Con todo, existen proyectos como la serie del canal de Mostopapi Black Hermano que sí muestra la diversidad y diferencias entre africanos en España, e incluso creo que tenéis un proyecto de grupo teatral para salir del formato youtuber y de monólogos y hacer algo más serio.
Bueno lo de Mostopapi es una parodia del concurso de Tele5 que va en la línea de enseñar un poco cómo se relacionan entre sí los africanos aquí. Porque si lo ves son tres personajes muy diferentes entre ellos, por lo tanto, vamos a ver cómo un africano “se come” a otro africano. Eso se va a ver, pero de una forma muy divertida y guay, porque va a haber más personajes que van a ir entrando en la segunda temporada para sustituir a los eliminados, y uno de ellos seré yo. Lo tiene todo pensado Lamine Thior que es el guionista. Sí, es que ni África es un país, ni todos los negros somos iguales.


Además de los vídeos por los que la gente te conoce como Thimbo Samb, también tienes otro tipo de cortos más en serio como uno sobre microracismos en BlaBlaCar u otro llamado Barcelone Ba Barsakh sobre la angustia y la ocultación a los familiares de cómo es la inmigración en cayuco, en los que eres protagonista absoluto. ¿Tienes planes para seguir también en esa línea de producción?
Lo de BlaBlaCar me lo hice prácticamente yo solo para denunciar algo que me pasó en la vida real, y fue mi primer trabajo para YouTube. Pero en lo de Barcelone Ba Barsakh me eligieron como actor. Los guionistas eran unos amigos blancos que me dieron a leer el papel, me gustó, me sentí identificado con el personaje y por eso lo hice.

Ahora están escribiendo un largometraje también para que lo protagonice yo, que no tiene nada que ver con el corto anterior, sino que es sobre un tipo de universidad que ha estudiado mucho y tal, pero no puedo contar más del guión, ni siquiera tiene título por el momento. Si me hacen propuestas que no son humillantes para nosotros, por supuesto que las valoro.

De hecho, últimamente estoy entre Valencia y Madrid porque hay un director español que va a hacer un documental sobre mí, sobre cómo todo lo que he pasado para llegar a donde estoy hoy, puede motivar a otros a ver que sí pueden lograr sus sueños, y sobre todo en África, donde creen que no se puede. Lo que no quiero es que la gente siga pensando que solo pueden trabajar en el campo y a casa, vender en la calle y a casa. O sea, no va sobre mi vida personal, mi vida privada no es importante.

Es verdad que has sido muy valiente al abordar en otra serie de tus vídeos el tema de la poligamia senegalesa en España y cómo las dobles mujeres sobrellevan ese asunto tan delicado, pero no he visto nada de dos temáticas que me parecen esenciales para dar a conocer vuestra realidad aquí. De un lado, el espinoso tema del top manta y su persecución; y de otro, el de las castas sociales en una sociedad musulmana como la vuestra. Son ausencias muy sonoras, ¿no?
Sí, en el tema de la poligamia siempre digo que hay que decir la verdad. 11 años aquí sin papeles, hombres jóvenes, es algo casi inevitable, pero hay que tratar de no mentir y quien lo acepte, que lo haga sin mentiras. Lo del top manta sí que lo vamos a hacer, pero los mismos chicos manteros me han pedido que de momento lo pare, porque hay un cierto entendimiento con el Ayuntamiento de Valencia de Compromís ahora mismo, algo muy discutible, y no queremos tensar el asunto. Lo que tú llamas castas sociales también lo trataremos más adelante con otro compañero de Barcelona, pero es un asunto muy delicado.

¿Qué posición tienes respecto a movimientos de defensa negros más políticos como los americanos de Black Lives Matter, o los movimientos de empoderamiento negro en España como los espacios Afroconciencia en Madrid o Black Barcelona?
En general, me parecen muy bien, ojalá eso aumente en España. Lo que no me gusta son los movimientos que parten de “pobrecito negro”, pero cuando ves que la gente lucha por salir adelante, que lo hacemos nosotros mismos, que no viene el blanco para salvarnos, para decirnos lo que tenemos que hacer. Y en África también. Es lo que pasa con las ong blancas allí.

Yo no digo que no vengan y nos ayuden, ojo, pero no que vengan para seguir dictando lo que tenemos que hacer como han hecho siempre. Es más, tengo en preparación un video muy crítico sobre Unicef que va sobre eso, sobre cómo aprovechan para su captación de fondos las peores imágenes de niños africanos, posiblemente sin derechos de imagen. Pero España no es América, que queman una ciudad una semana por la brutalidad de la policía racista. Aquí la inmigración llegó hace relativamente poco, así que hay que hacerlo poco a poco. Es lo que siempre digo: nosotros, los chicos de Limbo, podemos cambiar la historia, y es lo que vamos a hacer.

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Carlos
17/10/2017 16:56

Muy interesante. Gracias por mostrar algo que desconocía por completo.

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