Bienes comunes
Unos nuevos comunales para el campo

De la mano del comentario del último libro de César Roa, La defensa de los Comunales, el autor propone los bienes comunes como una posible solución a los dilemas de la propiedad rural en el mundo actual.

Militante de Solidaridad Obrera.

27 nov 2017 15:26

Pese a los impactantes episodios represivos de estas últimas semanas no está mal dedicarle algún tiempo a la ensayística de fondo, la que te hace crecer intelectualmente, la que te genera preguntas y te obliga a investigaciones propias. En mis manos ha caído un libro de ese tipo. Corto, vibrante, pero con mucha miga. Se trata de La defensa de los comunales de César Roa Llamazares, publicado por Catarata.

El libro es un texto serio, riguroso, breve y directo. Combina la erudición y la bonhomía que acompañan a César allí donde va. Y, sobre todo, nos obliga a plantearnos elementos centrales de nuestra comprensión clásica del mundo rural desde una perspectiva fundamentada y no acríticamente idealizadora. 

El hilo conductor del libro son las resistencias opuestas en el siglo XIX a la destrucción de los regímenes de propiedad rural comunal en todo el mundo. La emergencia de determinadas líneas políticas y sociales vinculadas con el llamado “populismo agrario”, representado por figuras como Henry George, Herzen o Joaquín Costa que enfrentaron, de manera dispersa pero decidida, el proceso de expolio de los comunales, una forma de gestión colectiva de determinados recursos rurales que se habían convertido, en el previo escenario del Antiguo Régimen, en elementos estratégicos para la supervivencia de las comunidades campesinas.

El proceso de los enclosures (el cercamiento de las tierras en manos de la producción familiar de subsistencia junto al expolio acelerado de los comunales) dio lugar al éxodo rural en dirección a las ciudades que garantizó en estas la mano de obra jurídicamente libre y hambrienta que permitió, junto al creciente excedente agrícola y comercial dispuesto a ser invertido, el nacimiento del modo de producción capitalista. Este proceso vino acompañado, en el Estado Español, de las llamadas desamortizaciones, que pusieron masivamente la tierra y los recursos de las comunidades aldeanas en manos de algunos elementos de la naciente clase burguesa, así como de las familias aristocráticas. 

La pervivencia de la conciencia de la importancia de estas fuentes de tenencia colectiva de tierras y recursos rurales para la vida campesina, puede rastrearse aún hoy en día en la supervivencia de regímenes como el de los montes en mano común de Galicia o en la influencia que un teórico internacional de la autogestión obrera, como Abraham Guillén, reconocía, en los años 90, que había tenido en su pensamiento su relación infantil con los montes comunales de su localidad de nacimiento (Corduente, Guadalajara) y a cuyo cuidado había contribuido de niño. 

Pero César Roa va más allá: no sólo hace el recuento del proceso de expolio de los comunales, sin idealizar innecesariamente su praxis efectiva, sino que, además, plantea una provocadora tesis respecto a la relación de las izquierdas con el campo.

La visión socialista de la izquierda sobre el mundo rural ha desconocido a veces la textura real de lo que podría ser una forma ecológica y sostenible de desarrollo agrario

Y es que la visión socialista y colectivista de la izquierda sobre el mundo rural, teñida además de la metafísica del desarrollo y el tecnologismo acríticos, ha desconocido en muchas ocasiones la textura real de lo que podría ser una forma ecológica y sostenible de desarrollo agrario. Entendámonos: la izquierda de los siglos XIX y XX, pese a su vinculación sentimental con las formas comunales de gestión, ha defendido generalmente la tesis de que, para el pleno desarrollo de las fuerzas productivas en el ámbito agrario, y el aumento de la productividad producto de la utilización de la tecnología agrícola, era necesario el proceso, que el capitalismo estaba desarrollando, de concentración de la tierra en pocas manos, generando fincas mayores y más competitivas.

La idea de la generación de grandes granjas, al estilo de las fábricas urbanas, donde pudieran ponerse en funcionamiento todos los procesos tecnificados que la ciencia agraria recomendaba, aumentando la productividad, ha estado en la base de la comprensión de socialista de la agricultura que, a falta de socialización o colectivización de dichas granjas por un proceso revolucionario, ha saludado históricamente el proceso de mercantilización de la tierra implementado por el capitalismo como el dinamizador del necesario desarrollo ampliado de las fuerzas productivas que estaba construyendo la infraestructura material del socialismo futuro.

Esta idea podía acompañar un proceso de movilización del proletariado rural allí donde el proceso de concentración de la tierra ya había sido operado, generando grandes latifundios, en muchos casos fuertemente improductivos por la mala gestión de terratenientes incapaces o absentistas, como en la mayor parte de Andalucía. Los jornaleros sin tierra podían fácilmente imaginar la colectivización del latifundio y su gestión colectiva como alternativa socialista. Que esta gestión iba a verse acompañada de un aumento de la productividad y del desarrollo ulterior de nuevos servicios para las familias campesinas (como ha ocurrido en la localidad de Marinaleda) era algo evidente, dado el abandono y la desidia de la clase dirigente local y la profundidad de los procesos de autoorganización del proletariado rural.

Sin embargo, en los lugares donde los tipos de cultivo y la historia previa habían generado una hegemonía de las formas de la pequeña propiedad familiar de la tierra, la alternativa de la izquierda fue vista con una enorme desconfianza. No podía ser de otro modo, ya que, en cierta manera y a los ojos de las comunidades rurales, lo que hacía era legitimar el proceso de expolio que estas estaban sufriendo a manos de los terratenientes y prestamistas. Y, en última instancia, y si llegamos al momento actual, de las grandes multinacionales del agro business.

Así, en lugares como Castilla o Galicia, la alternativa de la izquierda, que había olvidado los comunales y llamaba a la colectivización de la pequeña propiedad, contribuyó a enajenar toda posible simpatía del campo con la propuesta socialista, y a vincular a los sectores agrarios con las fuerzas de la derecha y el conservadurismo. Que dirigentes del falangismo de primera hora como Ramiro Ledesma vinieran del mundo del asociacionismo agrario castellano, mientras el anarcosindicalismo tenía sus feudos entre los jornaleros gaditanos o sevillanos no era casualidad.

Sin embargo, quizás la clave que permita solucionar esta dicotomía entre la izquierda y la propiedad familiar campesina sea más ideológica que real. Y esté, precisamente, en el concepto de los bienes comunales. César Roa apunta esta solución, aunque no la desarrolla (esperamos una próxima entrega), haciendo hincapié en un elemento naciente de la conciencia política de la izquierda que la articula con la cosmovisión del mundo rural: la perspectiva ecológica.

Así, frente a la alternativa de la mercantilización creciente del campo, vehiculada por fenómenos como la posible ratificación del CETA por la Unión Europea (el Tratado de Libre Comercio con Canadá, de efectos futuros realmente perniciosos para el agro español), cabe la posibilidad de plantear una alternativa basada en la sostenibilidad ambiental y la articulación social, incluso en las zonas donde predomina la pequeña propiedad familiar. Y el elemento central de esa alternativa es el concepto de los bienes comunales.

Bienes y recursos comunales que, desde esta perspectiva, no se agotan en la propiedad colectiva de una serie de montes o en una serie de derechos de uso de los productos de esos montes, sino que alcanzan, partiendo de una conceptualización extensiva como recursos colectivos para uso de toda la colectividad campesina, a constituirse en el armazón de una forma de desarrollo sostenible y ecológica para el campo.

¿Para cuándo un Banco de la Cooperación y la Participación para todo el tejido cooperativo, de economía social y de trabajo autónomo y de propiedad familiar de este país?

Estamos hablando de alternativas factibles como la articulación de formas cooperativas de distribución de la producción agraria en vinculación directa con formas de cooperativismo de consumo en la ciudad, promoviendo circuitos cortos de distribución y el desarrollo local; mecanismos de ayuda mutua en el trabajo estacional entre las unidades campesinas o de tenencia colectiva de aperos y maquinaria agrícola; financiación cooperativa y responsable socialmente, como la que articulan organismos como Coop57, pero extensible a la pequeña propiedad rural (¿Para cuándo un Banco de la Cooperación y la Participación para todo el tejido cooperativo, de economía social y de trabajo autónomo y de propiedad familiar de este país?).

Urge la generación de un sector industrial cooperativo para las actividades de transformación de la producción agraria, que busque el control de la totalidad de las cadenas de valor por la propiedad social y familiar, contra la extensión de las transnacionales y la pérdida de la soberanía alimentaria. Ayudas públicas al desarrollo agrario no vinculado a la exportación al mercado mundial, sino a la articulación social de zonas agrarias despobladas y empobrecidas como la llamada “Siberia castellana” o zonas montañosas de La Rioja.

La constitución de toda una nueva red de bienes comunes, de nuevo tipo, que articulen la vida campesina de una forma que garantice un desarrollo ampliado desde el punto de vista humano, al tiempo que una relación sostenible con los recursos naturales y la biosfera. Promoviendo la colectivización de la tierra allí donde es la solución adecuada, pero respetando a las comunidades campesinas allí donde la propiedad familiar es la alternativa más adaptada ecológica y socialmente. Favoreciendo la integración y el desarrollo de las gentes que viven en el campo y la recuperación de la soberanía efectiva sobre nuestra tierra.

Archivado en: Bienes comunes
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Historia
Historia Miguel Martínez: “En Villalar, la izquierda arrancó los comuneros al franquismo”
Miguel Martínez, profesor de historia y literatura españolas en la Universidad de Chicago, analiza desde una óptica progresista la Edad Moderna, el momento histórico fetiche de las derechas españolistas.
Economía
Capitalismo Reinterpretando a Adam Smith: propiedad, economía, libertad y bien común
Reinterpretación su pensamiento, analizando cómo su visión de la propiedad y la economía, centrada en la seguridad y el bienestar individual, podría adaptarse a las necesidades actuales desde enfoque ético y colectivo.
Opinión
Opinión El desafío del siglo: hacia un futuro que nos salve de nosotros mismos
El tic tac del reloj de la muerte nos susurra en el oído. Sobrevivir consistirá en replantear el futuro y nuestro modelo de vida capitalista, racista, patriarcal y ecocida. Tenemos una sola oportunidad.
Ricardo Chao
10/10/2018 15:17

Le animo a conocer los comunales leoneses, ya que es en nuestra región donde más propiedad comunal se mantiene de España. Saludos y gracias por un artículo tan interesante.

0
0
Energía
Gran apagón Apagones, energías renovables y estabilidad del sistema eléctrico: tareas pendientes y visos de futuro
Es posible avanzar en la penetración de las renovables, al menos hasta cierto punto, sin perder seguridad en el sistema energético. Este debe modernizarse, descentralizarse y estar planificado por el Estado, opina un experto.
Ley Trans
Ley trans El Constitucional enfrenta el recurso del PP a la ley trans, los colectivos piden evitar la senda antiderechos
El Alto Tribunal deliberó por primera vez sobre este recurso sin llegar aún a ninguna decisión. Plataforma Trans pide que no se sume a la carrera de odio contra las personas trans y avale la norma.
Laboral
1º de Mayo Inmigración y sindicatos: derechos universales o derrota colectiva
Los líderes sindicales no pueden ofrecer soluciones realistas para la situación de las personas migrantes, porque parecen asumir la vieja tesis de que la inmigración perjudica a la clase trabajadora en su conjunto.
Eléctricas
Oligopolio eléctrico Sánchez no admite responsabilidades en el apagón mientras sus socios piden nacionalizar la red eléctrica
El presidente del Gobierno señala a los “operadores privados”, entre ellos Red Eléctrica, cuyos últimos dos presidentes vienen del PSOE y cuyo principal accionista es el Estado, con el 20%, seguido por el 5% de Amancio Ortega.
Cómic
Fabien Toulmé “Hablar de trabajo es menos sexy que hablar de amor o de guerra”
En su libro ‘Trabajar y vivir’, el autor francés recorre distintas realidades reflejando cómo las personas se relacionan con ese mandato ineludible de hacerse con un empleo para sostenerse económicamente.
Antimilitarismo
Rearme El gasto militar mundial se dispara
El gasto militar en el planeta aumentó en 2024 un 9,4% respecto a 2023, lo que supone el mayor incremento interanual desde la Guerra Fría.
Eléctricas
Sistémica eléctrico Del lobby nuclear a la burbuja de las renovables: comienza la pugna por encontrar al culpable del apagón
Un crecimiento desmedido de las renovables guiado por intereses corporativos y una red eléctrica que no ha sido actualizada a la nueva realidad energética son algunas de las causas señaladas del apagón del 28 de abril.

Últimas

Pobreza energética
Energía Apagón crónico: lugares donde no volverá la luz, a pesar de la restauración del sistema eléctrico
Miles de personas en el Estado español viven día a día apagones y falta de suministro en lugares como Cañada Real (Madrid), la Zona Norte de la ciudad de Granada o los asentamientos de jornaleras y jornaleros migrantes en Huelva y Almería
València
València El tejido social presenta su propuesta de reconstrucción tras la dana
Los Comités Locales de Emergencia y Reconstrucción y las asociaciones de víctimas definen los presupuestos de Mazón y Vox como una declaración de guerra.
Galicia
Galicia La Xunta aprobó la celulosa de Altri argumentando que su chimenea de 75 metros sería “icónica”
El Informe de Patrimonio Cultural, favorable a la multinacional, se emitió en base a dos encargos externos, contratados y pagados por la empresa al ex presidente y al actual tesorero de Icomos-España.
Opinión
Opinión Provoquemos la próxima interrupción
Lo que nos resta es gobernar el apagón que habrá de venir, ser la causa colectiva de las próximas interrupciones, aquellas que lleven al fin de este mundo desbocado y sin sentido.
Más noticias
Energía
Energía El gran apagón de abril | El suministro de energía se recupera al 99%
Pedro Sánchez explica que se produjo una “pérdida” del 60% de la electricidad a las 12:33h: “15 gigavatios se han perdido súbitamente del sistema en apenas 5 segundos. Aproximadamente el 60% del sistema eléctrico”.
Energía
Energía La ley marca permisos retribuidos para situaciones como el apagón eléctrico
El Estatuto de los Trabajadores, en su artículo 37.3, protege a la plantilla cuando no es posible llegar a su puesto de trabajo o desarrollar con normalidad su tarea en situaciones como no tener electricidad durante horas.
Electricidad
Apagón ¿Qué le puedo reclamar a la empresa eléctrica y al seguro tras el apagón?
Tras el incidente con la electricidad de este lunes 28 de abril, los consumidores deben conocer qué pueden reclamar a las compañías de la luz o a sus seguros.

Recomendadas

Empresas recuperadas
Natalia Bauni “En este primer año del Gobierno de Javier Milei casi no hubo empresas recuperadas”
Natalia Bauni es coordinadora del Observatorio Social sobre Empresas Recuperadas y Autogestionadas del Instituto Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.
Senegal
Migraciones El mito de la migración ordenada: la denegación de visados por el Consulado de España en Dakar
Maltrato institucional. Estas dos palabras son las más escuchadas cuando se pregunta a personas descontentas con el Consulado de España en Dakar. Cada vez más personas denuncian denegación de visados que no consideran justificados.
Guinea-Bissau
Internacional Guinea-Bissau arranca una ola de represión tras el sabotaje popular de una mina de arena en un parque natural
Una acción liderada por las mujeres del pueblo de Varela provocó un incendio en la bomba de extracción de la mina de arena pesada. El Gobierno ha llevado a cabo la detención de 16 personas, entre las que se encuentran líderes locales.