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Alcorcón
Alcorcón defiende la sanidad pública y acalla el ruido de las cacerolas
Después de una semana de tensiones en el municipio madrileño, el pasado sábado 23, vecinas y vecinos salieron a reivindicar la sanidad pública eclipsando las protestas contra el gobierno.
El pasado sábado 23 de mayo, vecinas y vecinos de Alcorcón se concentraron en el Parque de Lisboa para aplaudir a la sanidad pública y corear consignas antifascistas. Las personas presentes portaban carteles y pancartas, en evidente contestación a las recientes caceroladas promovidas por la extrema derecha.
Para diferenciarse de la ultraderecha hasta en el estilo y las formas, los participantes cuidaron escrupulosamente las normas de distanciamientos social dictadas por el Ministerio de Sanidad e iban ataviados con sus respectivas mascarillas, como se puede ver en numerosas imágenes y vídeos que recorren las redes.
“Los aplausos en favor de la sanidad pública, se solaparon con el ruido de algunas cacerolas, consiguiendo imponerse a su estruendo"
Se escucharon cánticos como: “¡sanidad pública!”, “¡fuera fascistas de nuestros barrios!”, “las cacerolas no matan virus” o el proverbial “viva la lucha de la clase obrera”, entre otros. Tuvo un colorido diverso y popular, animado por personas solas, parejas, familias y algunos vecinos que, desde los balcones que circundan la plaza, se unieron a los aplausos a favor de la sanidad pública, que se solaparon con el ruido de algunas cacerolas, consiguiendo imponerse a su estruendo, así como en el predominio presencial y escenográfico.
Esta tarde en Alcorcón cientos de personas hemos salido a la calle para reivindicar una sanidad pública, universal, gratuita y de calidad.
— Alkorkón Combativo (@AlkorCombativo) May 23, 2020
En todo momento se han respetado las medidas de seguridad y se ha conseguido arrebatar la plaza al fascismo.
¡Menos cacerolas, más sanidad! pic.twitter.com/Bwp6NCgLx6
Durante la acción un pequeño grupo envuelto en banderas de España, cacerola en mano, ingresó a la plaza en actitud desafiante. Los manifestantes, en vez de apelar al enfrentamiento directo, se pusieron de espaldas a ellos, ignorándoles, para mostrar su rechazo. Poco tiempo después los ultraderechistas desistieron y se retiraron de la plaza. Antes de dar por terminado el acto, una manifestante recordó a los presentes la convocatoria de apoyo a los centros de salud primaria convocada para este lunes 25 de mayo a las 20 horas.
ALGUNOS PRECEDENTES
La protesta se realizó en las proximidades de la conocida Plaza de los Príncipes de España, en el barrio del Parque de Lisboa. Durante las últimas semanas grupos de ultraderecha, a cuyo frente iban reconocidos activistas alineados con VOX y con el Partido Popular, protagonizaron caceroladas, encuadradas en la estrategia de desestabilización política promovida por estos dos partidos.
“El domingo 17 varias decenas de jóvenes antifascistas ocuparon la plaza para hacer un contundente rechazo de las expresiones ultraderechistas”
El episodio fue precedido de caceroladas sostenidas durante varios días y por algún precario intento de concentración protagonizado por este pequeño colectivo, que —según vecinos que ofrecieron su testimonio— contaba con la pasividad de los cuerpos y fuerzas de seguridad y las autoridades del municipio. La rutina se detuvo el domingo 17, cuando varias decenas de jóvenes antifascistas ocuparon la plaza para exteriorizar su repudio a las expresiones ultraderechistas. Ante el cariz que la deriva tomaba, ese día las autoridades decidieron cerrar la plaza.
Coronavirus
La defensa de la sanidad pública gana espacio a las caceroladas en Moratalaz
El pasado miércoles en la avenida Moratalaz coincidían quienes se concentran en defensa de la sanidad pública y quienes se manifestan con cacerolas contra el gobierno. Las tensiones derivaron en una pelea relatada por muchos medios como un ataque de la izquierda radical contra un joven que resultó herido. Sin embargo los vídeos y el relato de otro herido, que ignoraron los medios, custionan esta versión.
Pero, esa medida no impidió que en el transcurso de la semana las caceroladas prosiguieran a pie de calle, contando —nuevamente— con la omisión de las fuerzas y cuerpos de seguridad, tal y como sucediera días atrás en el mucho menos popular barrio de Salamanca. Así, el pasado jueves 21, la policía detuvo a una joven que pasó por la zona donde los grupos de ultraderecha estaban realizando sus caceroladas, expresando algún gesto de desafección ante la protesta. La acción policial acabó por detonar la enérgica respuesta del vecindario de Alcorcón, cuyos ánimos se habían ido caldeando al calor de los episodios descritos. Y ha acabado por responder de modo inequívoco, aunque respetuoso con las normativas dictadas en el contexto de la pandemia.
UN AMBIENTE CALDEADO POR UNA DISPUTA CON TRASFONDO POLÍTICO
El hecho se enmarca en un cada vez más caldeado ambiente entre la estrategia de desestabilización política al gobierno nacional promovida por la derecha, a través de manifestaciones y caceroladas y las expresiones en favor de la sanidad pública, por parte de sanitarios y colectivos ciudadanos. Sin ir más lejos, esta misma semana en Moratalaz se vivió un episodio de violencia sobre cuya responsabilidad hay diferentes versiones. Los medios de la derecha —y el alcalde madrileño, Martínez Almeida— se apresuraron a culpabilizar a su “eterno maldito” —el colectivo Distrito 14— por los acontecimientos. Testimonios de vecinos y una mirada atenta a los vídeos y fotografías existentes cuestionan esa versión.
Recogimos el testimonio de Alba, vecina de Alcorcón, quien relata que “mientras estábamos en la plaza manifestando nuestro apoyo a la sanidad pública, se aproximó un grupúsculo capitaneado por reconocidos elementos de Vox, que comenzó a agredirnos con insultos verbales y gestuales. Y profiriendo amenazas a algunas como ‘te vamos a cortar el pelo’, entre otras. Se acercaron poniendo en peligro nuestra salud, ya que no respetaron en lo más mínimo las distancias de precaución”.
La vecina enfatiza que era evidente que buscaban la confrontación y que cuando, por toda respuesta, los vecinos les dieron la espalda, los miembros del grupo ultraderechista se enardecieron aún más y aumentaron el tono de los insultos. También relata que después de la concentración, el Partido Popular de Alcorcón subió un tweet en el que afirmaba que dos personas habían sido agredidas por los vecinos, mientras que la imagen que muestra, según Alba, “es de dos señores filofascistas que se acercan a insultarnos, mientras nosotros permanecemos de espaldas a ellos y solo nos damos vuelta para pedirles que se retiren”.
Finalmente, aprovecha para destacar la acción de las redes de apoyo que han desarrollado los vecinos que —asegura— van desde realización de compra de alimentos y medicinas, compañía virtual, reparto de comida a los más necesitados, al cuidado y paseo de mascotas, entra otras muchas tareas. Y termina su testimonio, asegurando que “no vamos a tolerar que se instaure en Alcorcón un lenguaje de odio, fascista y retrógrado como el que está intentando introducir esta gente“.