La población civil sigue atrapada en el conflicto del este del Congo

El M23, la milicia apoyada por Ruanda, mantiene el control en 8.000 kilómetros cuadrados en la RDC; el presidente del país ofrece un acuerdo de minerales a cambio de seguridad a Washington
Congo entrenamiento FARDC
Las FARDC recibiendo entrenamiento de combate, impartido por la MONUSCO, parte del programa de desarrollo de la capacidad operativa de las fuerzas armadas congoleñas, Kivu del Norte, abril, 2025. MONUSCO/Ado Abdou

“Visto desde fuera parece que la situación se haya estabilizado, pero el calvario continua para la población civil”, cuenta Steward Muhindo, investigador congoleño en el exilio. Muhindo, habitante de Goma, huyó de su ciudad cuando las milicias del M23, apoyadas por Ruanda, avanzaron hacia la República Democrática del Congo a finales de enero. Entonces, ocuparon la ciudad y marcharon hasta Bukavu, también en la República Democrática del Congo.

Ambas poblaciones están cerca de la frontera con Ruanda, el país que apoya al M23 según los informes de la ONU y el Departamento de Estado de los Estados Unidos. “Cada día hay asesinatos, violaciones, robos y secuestros”, añade Muhindo. Se trata del último capítulo de un conflicto cuyas raíces se pueden encontrar en la última década, los últimos treinta años o los últimos cien, según la perspectiva.

El M23 invadió Goma por primera vez en 2012, y tras una ronda de cancelaciones de ayuda de varios países occidentales a Ruanda, fue derrotado poco después. Después de una década de perfil bajo, a finales de 2021 reinició su ofensiva sobre el territorio congoleño, del que ya controla, más allá de Goma o Bukavu, minas como la de Rubaya, donde se extrae el 15% del coltán mundial, un mineral que sirve para las baterías de dispositivos electrónicos. El primer trimestre de este año ha representado su consolidación en un territorio que ronda los 8.000 km²: el equivalente a un país pequeño, ligeramente inferior a Gambia, pero mucho más rico en recursos naturales que fluyen de forma continua hacia Ruanda, que los exporta al resto del mundo.

“El Gobierno tiene que invertir en nuestras fuerzas armadas”

El 16 de febrero pasado, la vida de Peter Hamuli cambió por completo. Este militante de LUCHA, un movimiento social congoleño a favor de la democracia, recuerda esta fecha como el día en que Bukavu, su ciudad, fue ocupada por un grupo que la mayoría de la población considera extranjero: “La actividad económica ha parado, también en negocios como Bralima, una empresa cervecera en la que trabajaban cientos de personas. Los comerciantes han tenido que suspender sus actividades, no hay seguridad y ha habido pillajes. Las tiendas pueden ser atacadas y saqueadas”. No solo eso: en el territorio se ha producido una depreciación de la moneda; los bancos han cerrado y encontrar dinero se ha convertido en algo cada vez más difícil. Todo ello ha encarecido considerablemente la vida de la ciudadanía.

Con un toque de queda a partir de las ocho de la tarde, la mayoría de los habitantes no sale de casa a esa hora, pero incluso en estas circunstancias su seguridad no está garantizada: “Hace poco fui atacado y torturado por hombres armados, me robaron el teléfono y el ordenador. Me llevaron con ellos y después me dejaron ir”, recuerda Hamuli. Su deseo es el de muchos habitantes de la ciudad: que el Gobierno congoleño acabe con esta guerra. “El Gobierno tiene que invertir en nuestras fuerzas armadas, el ejército es el único capaz de proteger la integridad de nuestro territorio”, añade. Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo, queda a más de 2.200 kilómetros de Bukavu, la misma distancia que separa Barcelona de Varsovia, en un país cuya superficie es equivalente a toda Europa occidental.

Un conflicto africano con beneficiarios globales

Desde su conquista y conversión en el jardín personal de Leopoldo II, el rey de los belgas, a finales del siglo XIX, las riquezas del Congo han atraído el interés de las grandes potencias de cada época. Este sentimiento de agravio histórico se ha trasladado al discurso público de muchos congoleños, que hoy ven a Ruanda como una herramienta de los intereses de sus antiguos explotadores. El protocolo de entendimiento que la Unión Europea firmó con Ruanda en febrero de 2024, cuyo objetivo declarado era reforzar la trazabilidad y la transparencia en la cadena de suministro de minerales, fue leído como una confirmación de esa visión.

Nicolás Berlanga, embajador de la Unión Europea en la República Democrática del Congo, considera que la situación es más compleja: “Yo creo que es positivo que la Unión Europea influya en Ruanda hasta donde pueda en el tema de la transparencia y la trazabilidad, es bueno para Ruanda y para el Congo. El protocolo de entendimiento está bajo revisión, paralizado. El Gobierno de Ruanda no ha avanzado en las medidas propuestas en ese texto, como las de transparencia”, explica en declaraciones para El Salto. Berlanga considera que la Unión Europea, a través de su alta representante, Kaja Kallas, ha tenido una posición coherente: lo que no vale en Ucrania con la invasión rusa no vale en el Congo con la invasión ruandesa. A mediados de marzo, varias personalidades vinculadas al ejército ruandés y al M23 fueron sancionadas por la UE.

En lo que llevamos de año, Pekín ha comprado el doble de coltán a Ruanda que al Congo, según los datos de la administración general de aduanas china

Peter Hamuli, sin embargo, sí que incluye a la Unión Europea en la lista de entidades que considera que han perjudicado a su país: “Citamos a la Unión Europea en la lista de instituciones implicadas, por sus acuerdos de partenariado con Ruanda —aunque puedan romperse—. China también tiene vínculos económicos con Ruanda, igual que los Emiratos Árabes Unidos. No hay un embargo de armas contra Kigali, y la ONU no hace lo que debería. La misión de Naciones Unidas ha estado aquí 25 años, ha sido la más cara de la historia, y no ha habido resultados sobre el terreno”.

En lo que llevamos de año, Pekín ha comprado el doble de coltán a Ruanda que al Congo, según los datos de la administración general de aduanas china. El otro gran actor en este comercio de minerales son los Emiratos Árabes Unidos, que le compran oro a Ruanda pese a que el país no posee suficientes minas que justifiquen su volumen de exportaciones.

Ruanda, que entre 2000 y 2010 apenas exportó 129 kilos de oro, ha convertido este mineral en su principal fuente de divisas. Entre 2014 y 2023 ingresó más de 4.000 millones de dólares por la venta de 87.000 kilos,  el 98% acabó en los Emiratos Árabes Unidos

Un informe de Naciones Unidas de 2019 ya alertaba de esta situación. Ruanda, que entre los años 2000 y 2010 apenas exportó 129 kilos de oro, ha convertido este mineral en su principal fuente de divisas. Entre 2014 y 2023 ingresó más de 4.000 millones de dólares por la venta de 87.000 kilos de oro, y el 98% acabó en los Emiratos Árabes Unidos. Este, ya refinado, acabó llegando a otros mercados a través de Suiza, Turquía y Hong Kong. El coltán, parte de una batería, circula en los móviles, tabletas y ordenadores que llegarán a los mercados de Europa, Estados Unidos y el resto del mundo.

Conversaciones de paz

Estados Unidos y Qatar han dinamizado las últimas conversaciones de paz entre la República Democrática del Congo y Ruanda, aunque hasta ahora no han fructificado. El presidente congoleño, Felix Tshisekedi, llegó a ofrecer concesiones minerales a Washington a cambio de protección militar. Steward Muhindo, el investigador exiliado, considera que hasta el momento, los diferentes mediadores han priorizado sus intereses económicos por encima de la justicia que merece  la población congoleña.

“Quizás la solución para el futuro es una regionalización de la gestión de bienes, en el que se cree un clima de confianza con unas reglas comunes en las que todo el mundo pueda participar, pero de manera pacífica”

Berlanga, el embajador de la Unión Europea en el Congo, apunta a la necesidad de ir más allá de los intereses económicos de las partes, y cita el plan de paz de la ministra de exteriores congoleña, que implica la retirada del M23 de la zona: “Quizás la solución para el futuro es una regionalización de la gestión de bienes, en el que se cree un clima de confianza con unas reglas comunes en las que todo el mundo pueda participar, pero de manera pacífica”, apunta. Una perspectiva compartida por Peter Hamuli, el activista de LUCHA en Bukavu: “Los pueblos de la región no tenemos problemas entre nosotros: es la política del Gobierno de Ruanda la que está frenando la paz. Es necesario que ambos países tengan dirigentes responsables que entiendan que los ciudadanos queremos vivir juntos y en paz, y que respeten la integridad territorial de cada país”, concluye.

República Democrática del Congo
Claves para entender la guerra en la República Democrática del Congo, más allá de sus recursos
El análisis de este conflicto se ha centrado en la avaricia de estos actores armados ante las riquezas congolesas, obviando e invisibilizando el resto de cuestiones en la génesis de este complejo conflicto.
Cargando valoraciones...
Comentar
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Cargando relacionadas...

Crisis climática
¿Es posible el bienestar humano en un planeta finito? Sí, pero con “cambios extraordinarios”
El modelo económico dominante está desestabilizando las sociedades y el planeta, advierten especialistas en economía sustentable. Aclaran, no obstante, que el “catastrofismo” es evitable y que el bienestar a finales de siglo todavía es posible.
Racismo
Miles de personas por todo el Estado se concentran contra la ola racista de Torre Pacheco
Convocados por diversas asociaciones antirracistas y colectivos sociales, varios miles de personas se concentraron este sábado por todo el Estado español en respuesta a las agresiones de ultras en la Región de Murcia.
Crisis climática
Friederike Otto
“La industria fósil tiene un lobby; los trabajadores que mueren bajo el sol no”
La climatóloga alemana y cofundadora del World Weather Attribution (WWA) lanza un nuevo libro que pone el foco en quienes sufren, mueren, o pierden por la emergencia climática; víctimas, en su mayoría, aún invisibles para el mundo.
Psicoactivos
Psiquedélicos, patentes y trumpismos: el campo antagonista que inaugura el renacimiento psiquedélico
Vivimos un momento de transición en el que algunos intereses empresariales ya están invirtiendo en psiquedélicos sin pillarse los dedos y siempre bajo las lógicas capitalistas.
Galicia
Las embarazadas de Ourense exigen dar a luz con seguridad mientras la Xunta maniobra para trasladar el paritorio
Demandan que se detenga el traslado a la ubicación temporal y que el Sergas tenga en cuenta sus demandas.
Economía social y solidaria
Cuando el arte se organiza: economía social y solidaria frente a la precariedad de la cultura
Artistas y gestoras culturales encuentran en cooperativas y asociaciones una alternativa para combatir la inestabilidad laboral, pero también para desarrollar proyectos con un trasfondo social.
Extrema derecha
Nuria Alabao
“Frente a la lógica reaccionaria que explota el odio, una política cara a cara y apoyo mutuo”
La periodista analiza en su primer libro, 'Las guerras de género. La política sexual de las derechas radicales', los elementos centrales de este movimiento ultraconservador global, desde su lucha contra los valores de la contracultura del 68 hasta el presente, en relación con las cuestiones de género.
Análisis
La descentralización de la guerra y el fin de la Agenda de Paz Internacional
El hecho de que desde 2017 no se hayan aprobado nuevas operaciones de mantenimiento de la paz por parte de ONU pone de manifiesto que la Agenda de Paz Internacional está en retirada.
Río Arriba
Núria Soto (Riders X Derechos)
“Ver salir del juzgado con ojeras al CEO de Glovo es una victoria”
Nueva entrevista en Río Arriba sobre la uberización de la economía, capitalismo de plataforma y sus nuevas vías de explotación laboral, pero también de sindicalismo, cooperativas y economía social.

Últimas

Comunidad El Salto
El Salto estrena nueva página: una web como una casa
Después de un año de trabajo, lanzamos en julio la nueva web de El Salto, con un nuevo diseño, pero, sobre todo, con una nueva Zona Socias llena de ventajas para las personas que hacen posible El Salto con su apoyo.
El Salto n.79
Galicia dice 'no' al capitalismo verde y en el último número de la Revista El Salto te lo contamos
Ya está disponible el número 79 de nuestra revista, en el que destacamos la investigación y el rechazo social que encuentra el proyecto de macrocelulosa de la multinacional Altri.
Portugal
Portugueses en los dos lados de la Guerra Civil española
Mientras Salazar prestó desde julio de 1936 apoyo a Franco, muchos antifascistas lusos vieron en la República la oportunidad de liberar a sus país del fascismo.
Galicia
Todo lo que podría ser el género y cómo deshacerlo desde el escenario
La compañía Disiden.cia rompe los moldes de la identidad con ‘Bipedestrucción’ en la Mostra Internacional de Teatro de Ribadavia, que cumple 41 ediciones con una apuesta radical por la diversidad, la memoria y el pensamiento crítico.
La vida y ya
Romper todas las fronteras
Buena música que lleva al norte de África. Aunque el lugar donde está el altavoz es un barrio a las afueras de Girona. Uno de esos barrios donde las calles están llenas de ropa tendida esperando a secarse al sol y al viento.
Siria
Drusos: tierra, honor y armas
En el sur de Siria, la comunidad drusa mira con desconfianza el nuevo Gobierno de transición y, aunque no quiere la independencia, sí pide más autonomía.
Más noticias
Francia
Calais, lugares de vida en la frontera
Segunda crónica desde la Caravana Abriendo Fronteras-Mugak Zabalduz, desde el paso fronterizo de Calais, lugar de paso entre Francia e Inglaterra.
Asturias
Las Seis de la Suiza consiguen el tercer grado penitenciario a la espera del indulto prometido por el Gobierno
Las sindicalistas podrán cumplir su condena en régimen de semilibertad y durmiendo en la cárcel. Se prevé que las manifestaciones continúan a la espera del indulto prometido por la vicepresidenta Yolanda Díaz, aún sin fecha de posible aprobación.
Portugal
La derecha y la extrema derecha portuguesas acuerdan una ley antimigrantes sin precedentes
El Parlamento luso aprueba una ley que endurece los requisitos para la obtención de nacionalidad a los extranjeros, incluyendo a los lusófonos, y limita extraordinariamente los supuestos de reagrupación familiar.

Recomendadas

Siria
Wael Tarbieh
“Israel hace que tu vida sea un infierno para que huyas por tu cuenta”
El ejército israelí, que ocupa los Altos del Golan desde 1967, amplía la ocupación a nuevos territorios sirios. Grupos locales denuncian que los soldados israelíes echan a la población civil de sus pueblos.
Laboral
Legislación laboral en condiciones de calor extremo: existe pero ¿se aplica?
Los sindicatos y expertos demandan mejoras en los reglamentos, que muchas veces dejan en manos de la buena voluntad de las empresas aplicar medidas de protección en alertas meteorológicas.
Pensamiento
Nuria Romo
“Los procesos de medicalización no son neutros, se hacen sobre todo hacia las mujeres”
Catedrática de Antropología Social y Cultural, Nuria Romo Avilés lleva más de dos décadas compaginando la investigación con perspectiva de género acerca de drogodependencia con la docencia en la Universidad de Granada.
Comunismo
Jodi Dean
“Sin organización, los movimientos surgen y desaparecen como setas”
La politóloga e historiadora Jodi Dean ha estado en Barcelona para reivindicar el poder de las organizaciones políticas y de la camaradería. En la actualidad trabaja sobre el neofeudalismo y la reconfiguración de la clase trabajadora.
Comentarios

Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.

Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!

Cargando comentarios...