Universidad
“Deberías volver a tu país”: decenas de alumnas exponen los abusos machistas de un catedrático de la UPO

Decenas de alumnas y colectivos feministas denuncian las actitudes machistas de un catedrático de la Facultad de Trabajo Social en la Universidad Pablo Olavide de Sevilla.
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Universidad Pablo Olavide en Sevilla

En otoño de 2021, Julia, nombre ficticio, estudiaba y llevaba varios años viviendo en la residencia universitaria Flora Tristán de la Universidad Pablo Olavide en Sevilla. Un espacio que, además de residencia para los estudiantes de la universidad, es desde 2003 un Proyecto Social que busca “mejora de la comunidad y el entorno en el que se inserta”, el distrito de Polígono Sur de la ciudad, a través de la colaboración de los residentes, según palabras de la propia institución.

Dentro de las horas que como residente dedicaba al Proyecto Social de la RUFT, y en el marco del 25N, Julia, con el resto de sus compañeras, replicaron una actividad que ya se había realizado en el centro con anterioridad y que contaba con la aprobación de la residencia: un buzón en el que las residentes escribían, de forma anónima, situaciones de violencias machistas a las que se habían enfrentado. Luego, el grupo encargado de dinamizarlo colgaba carteles con los mensajes recibidos con el objetivo de fomentar la conciencia en torno a esta problemática.

Uno de los mensajes hacía referencia a “las actitudes machistas de los trabajadores de la residencia”. Los carteles apenas duraron unas horas colgados en los pasillos, ya que la dirección ordenó quitarlos. El director de la institución, José Luis Sarasola, convocó a Julia a una reunión urgente sobre la actividad. “Fue contra mí”, sostiene la alumna.

“La Universidad es una parte indisoluble en todo esto", sostiene una de las alumnas afectada
La reunión se realizó de inmediato “a puerta cerrada” con Sarasola, dos hombres de su equipo y Julia. “No dejaron que nadie más fuera conmigo”, señala esta. Durante el encuentro, el director “me amenazó con denunciarme por haber ofendido a los trabajadores”, cuenta la alumna, y me dijo que habría consecuencias”. Dos semanas después de la reunión, Julia recibió una nota en la que se le informaba de que iban a quitarle la beca que le permitía vivir en la residencia. “Yo en aquella época trabajaba de camarera y estudiaba, estaba en una situación muy precaria”, añade. Julia acude a la Oficina de Defensa del Estudiante de la UPO y a la Oficina de Igualdad para denunciar su situación y semanas después José Luis Sarasola, en otra reunión a puerta cerrada, le dice que si pedía perdón le devolvería la beca, “me estaba haciendo chantaje, vaya” insiste la alumna.

Desde la Oficina de Igualdad y la Defensa del Estudiante de la UPO también le recomiendan que pida perdón: “Me hicieron sentir culpable y aterrada, pero gracias a mi grupo feminista tuve la fuerza para no pedir perdón, no había hecho nada malo”. La alumna interpuso un recurso de alzada y la UPO le devolvió la beca, “Sarasola jamás se disculpó por lo que me había hecho pasar”, añade.


Antes de este episodio dentro de la residencia Flora Tristán, empleadas y alumnas aseguran que conviven con la actitud machista del director: “A muchas trabajadoras nos llamaba con diminutivos o nos decía 'chiqui' o 'preciosa' con mucho paternalismo”, sostiene una trabajadora del entorno. Sarasola llegó a la residencia en 2020 y, según cuenta una empleada del enclave, “nos quitó toda responsabilidad a las mujeres y se hizo un equipo de hombres, a mí llegó a amenazarme con echarme si no le demostraba que quería quedarme”. Personas del entorno laboral de Sarasola también señalan comentarios de carácter racista dirigido a mujeres racializadas: “Llamaba a una becaria la negrita”.

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En este contexto, en otoño de 2021, Clara, estudiante y residente por más de cuatro años de la Flora Tristán, se da cuenta de que está embarazada. La alumna le comunicó al equipo directivo la situación —“quería que todo fuese lo más transparente desde el principio”— y preguntó si a pesar de estar esperando un bebé podía terminar su estancia y su beca de colaboración en junio del año posterior. “Desde dirección me dijeron que no había ningún problema”, señala. Clara siguió con sus obligaciones mientras avanzaba el embarazo.

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Concentración en la UPO el pasado 19 de diciembre

En marzo, durante el séptimo mes de embarazo, que se había complicado y obligaba a Clara a desplazarse con muletas, José Luis Sarasola le llama para tener una reunión “en su despacho, la sala donde ajusticiaban a la gente porque eso es lo que hacían”. La residente comenta que no se esperaba que la reunión fuese sobre su situación y, según señala, el director le dijo: “Olvídate de quedarte y continuar con tu beca porque en el momento en el que des a luz ya no eres una estudiante, tú te conviertes en una madre. La niña no puede nacer aquí”.

Según recuerda la alumna, Sarasola se dedicó a comentarle cosas como “por qué no te vas a tu país” e incluso amenazarla: “Me dijo que si entraba en la residencia con la niña en brazos el mismo se paraba en la puerta y no me dejaba entrar”

Clara argumentó que ya se le había dicho que podía quedarse y que en el estado tan avanzado del embarazo le era físicamente imposible moverse. Según recuerda la alumna, Sarasola se dedicó a comentarle cosas como “por qué no te vas a tu país” e incluso amenazarla: “Me dijo que si entraba en la residencia con la niña en brazos, él mismo se paraba en la puerta y no me dejaba entrar”.

Clara buscó apoyos y denunció la situación a distintas estancias de la UPO, desde la Universidad la invitaron a tener una mediación con Sarasola que ella rechazó: “Yo no quería volver a exponerme a esa violencia”. Desde distintos espacios burocráticos de la institución educativa se le pidió que excusara la actitud del director. “Me decían que lo perdonase, que se había puesto nervioso y que fuese discreta”, relata. Clara tuvo a su hija en la residencia aunque nadie le confirmó que podía hacerlo: “Estuve con la incertidumbre hasta que me fui”.

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Concentración en la UPO el pasado 19 de diciembre

Durante esa primavera, Sarasola fue sustituido como director, sustitución justificada desde la Universidad debido a su “elevada carga de trabajo”. Desde el entorno del proyecto comentan que no se dieron razones para su marcha: “Llegó un día diciendo que se iba, nos presentó a la nueva directora y dijo: os dejo con ella que es más guapa”.

El pasado noviembre la UPO anunciaba que José Luis Sarasola se convertía en Catedrático de la Facultad de Trabajo Social, además actualmente también es el director del Colegio Oficial de Trabajo Social de Sevilla. Las redes sociales de la Universidad se llenaron de comentarios de repulsa por parte del alumnado que actualmente no aparecen. El nombramiento ha llevado además a que decenas de alumnas y trabajadoras den su testimonio acerca de las actitudes del profesor. “Fui alumna de Sarasola y salí llorando de todas sus clases. Te humilla en clase, busca reírse de ti, ridiculizarte y mostrarte como que estás loca”, comenta una ex alumna.

Otra mujer recuerda un episodio en el que el profesor jugó con las ilusiones de una oferta laboral para mostrar su poder. “Este señor contactó conmigo a través de una plataforma de trabajo con objeto de concertar una visita en su despacho y proponerme trabajar juntos”. Durante la reunión, Sarasola “me abrazó y se acercó mucho a mí, fue muy incómodo e intimidatorio”.

El Sindicato de Estudiantes y la Comisión Feminista Flora Tristán organizaron el pasado 19 de diciembre una manifestación en el rectorado de la UPO para pedir “la inhabilitación inmediata de José Luis Sarasola”; “Las personas que promueven el machismo tienen que ser apartadas de la carrera docente”, señalan. Desde ambos colectivos han denunciado que la UPO ha pedido a las trabajadoras que “arrancaran los carteles de la manifestación”, algo que consideran “censura” y “antidemocrático”.

La Universidad no ha hecho declaraciones al respecto pero el Colegio Oficial de Trabajo Social de Sevilla emitió un comunicado el pasado 1 de diciembre “ante la campaña de acoso en las redes sociales que viene sufriendo nuestro presidente”, en el que expone que pone al servicio jurídico del COTS a disposición de Sarasola y muestra el apoyo del Colegio a su director. El texto está firmado por la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Trabajo Social de Sevilla. Días después, todas las colegiadas del COTS publicaron un manifiesto en el que se desmarcan del comunicado de la Junta de Gobierno y en el que piden que “se investiguen los hechos vía corporativa”.

Desde el Sindicato de Estudiantes insisten en poner el foco en la responsabilidad que tiene la UPO en toda la situación de abuso del catedrático. “La UPO se ha encargado de que Sarasola siga teniendo un lugar importante en la universidad”, sostienen. Julia y Clara abrieron expedientes disciplinarios y otros recursos para investigar al profesor por sus actitudes pero este verano todos los recursos fueron desestimados, “La Universidad es una parte indisoluble en todo esto, es el brazo ejecutor de Sarasola; es su colchón, su trampolín”, sentencia Julia.

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