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América Latina
América Latina se despidió del 2017: un año lleno de contradicciones
El 2018 se presenta como un año interesante, aunque no lejano de las contradicciones sucedidas en 2017.
América Latina ha finalizado el 2017 como el año que podrá pasar al recuerdo por sus tensiones electorales. Choques que han ido más allá de la histórica dicotomía progresismo/conservadurismo, o incluso soberanía/dependencia, que tanto se ha reflejado en la primera década del siglo XXI. Han nacido nuevos choques internos tanto en un bloque como en otro sumando mayor complejidad de la realidad política en América Latina.
Este fenómeno tuvo unos antecedentes el año anterior con la imposición del impeachment contra la expresidenta brasileña Dilma Rousseff en agosto de 2016, donde el Movimiento Sin Tierra (MST) ya puso previamente sobre la mesa el debate sobre seguir apoyando al gobierno de Dilma Rousseff al insertar la Presidenta algunos ministros conservadores en su gabinete, como al economista neoliberal Joaquim Levy1.
En Bolivia, la derrota de Evo Morales en el referendum constitucional para poder presentarse a la reelección no solo fue calada por la campaña sucia de la derecha sobre la vida privada de Evo en referencia al llamado caso Zapata (véase el documental El cartel de la Mentira2) sino también por las críticas de históricos dirigentes de la izquierda boliviana como el exministro del Interior Rafael Puente3.
No fueron menos las críticas desde la izquierda al Kirchnerismo antes de su derrota electoral frente a Macri a finales de 2015, o al gobierno de Maduro que perdió las elecciones parlamentarias en Venezuela. Sucesos nacionales que algunos analizaron regionalmente como "el Fin de los Procesos de Cambio en América Latina" y no como contradicciones dentro de un mismo bloque. En el progresismo el choque entre movimientos sociales pidiendo aceleración de las reformas sociales y los gobiernos reteniendo algunas de las propuestas iniciales dada la bajada de precios de las materias primas (commodities) a nivel internacional los últimos años.
No solo la izquierda latinoamericana ha vivido esa correlación de fuerzas internas en 2016, sino también hay ejemplos en la derecha. El caso de Colombia es ejemplar. La pugna entre la élite tradicional bélica uribista y la economicista del Presidente Manuel Santos4 fue evidente en el referéndum de los Acuerdos de Paz, imponiéndose finalmente la línea de Uribe en contra del proceso y cualquier negociación con las FARC por parte del gobierno de Santos.
Con este pretexto, el 2017 se presentaba con gran incertidumbre, acompañado de un simplismo en la opinión pública centrado en la dialéctica histórica izquierda-derecha, y olvidando las contradicciones internas que el año anterior ya se hicieron visibles como hemos citado algunas.
Repaso a las agendas electorales en 2017
Ecuador fue la primera batalla electoral destacada en el calendario de América Latina. El mes de febrero de 2017 se realizaron las elecciones presidenciales, sin la presencia del Presidente Rafael Correa que era substituido, después de una década, como candidato del partido Alianza País por el exvicepresidente Lenin Moreno. Correa estuvo presente en toda la campaña electoral dando apoyo a Moreno contra una fuerte oposición. El binomio Correa-Moreno ganó la primera y la ajustada segunda vuelta contra el neoliberal Guillermo Lasso, con una participación mayor del 80%. La Revolución Ciudadana no caía, y cerraba las bocas a los analistas que difundían la (hipo)tesis del Fin del ciclo de los procesos progresistas en las Américas. Pero como anunciamos al inicio, en Ecuador no serían portadas de los diarios durante los siguientes meses la disputa entre progresismo y conservadurismo, sino la batalla interna dentro del mismo progresismo. El conflicto entre Moreno y Correa. El acercamiento de Moreno hacia la oposición, partidos y movimientos sociales, para coordinar un cierto paraguas de pacto nacional generó un distanciamiento con la anterior gestión de Correa. Produciendo esta estrategia de Moreno la dimisión de algunos líderes correistas en el gobierno, como el exancanciller Ricardo Patiño que criticó "que Moreno no reconoce los logros de la Revolución Ciudadana"5 y se acerca a la oposición política. Además, miembros de la dirección del partido Alianza País pidieron la dimisión de Lenin Moreno de la organización política6 demandando la vuelta de Correa, quien estaba residiendo en Bélgica. Y no tardó Correa. A finales del mes de noviembre regresó a Ecuador con el fin de “rescatar a Alianza País de la traición de su sucesor”7. El choque Moreno y Correa fue la noticia en Ecuador durante el 2017, el choque interno entre acelerar la Revolución Ciudadana (Correa) o acercarse a la oposición de esta misma revolución (Moreno).Las siguientes elecciones a destacar, más allá de algunas primarias y locales que se celebraron también en la región latinoamericana, fueron las regionales en Venezuela. Saliendo el gobierno de Nicolás Maduro de la dura derrota de las legislativas, estas elecciones se vestían de referéndum para su gobierno, e incluso para el progresismo latinoamericano después de las derrotas de 2016 y el nuevo complejo conflicto interno en la Revolución Ciudadana del Ecuador. El resultado de las elecciones regionales el pasado mes de octubre, con la total y libre participación de la oposición (Mesa de la Unidad Democrática, MUD), no sentaron bien a muchos medios de comunicación8 que siguen disparando constantemente al gobierno de Venezuela por sus intereses políticos y económicos. El PSUV se impuso finalmente en 17 de las 23 gobernaciones, y la MUD dada su derrota, pese a la presencia de observadores electorales internacionales, protestó sobre posible fraude electoral. La siguiente jornada electoral en Venezuela fueron las elecciones municipales del 10 de diciembre, y la MUD decidió no participar como boicot para acompañar la protesta de ilegitimidad de los resultados electorales de las regionales. Posiblemente una estrategia de la oposición no solo como función de boicot sino por pánico a una nueva derrota electoral que les podría afectar duramente. El Gran Polo Patriótico Simón Bolívar de Maduro se impuso en el 91% de las alcaldías con una participación electoral del 47,32%. El chavismo volvía a respirar sin Chávez en lo electoral pero con críticas en las organizaciones sociales que seguían apoyando a Maduro como frente de resistencia contra la oposición neoliberal y no tanto por premiar su gestión de gobierno tan afectada por la bajada de precios del petróleo. Incluso criticas desde la izquierda a su proyecto de Asamblea Constituyente9.
En Perú se han levantado ampollas, no solo entre la izquierda y la derecha, sino dentro de la misma derechaViajando a Argentina, el 22 de octubre estaban convocadas también las elecciones legislativas para elegir un tercio de senadores, 24 en total, y casi la mitad de los diputados, 127. El resultado fue otra vez un duro revés al bloque de Cristina Fernández, saliendo victorioso la candidatura Cambiemos de Macri con 107 diputados y 26 senadores en total. Una victoria de Macri que proviene de la división del histórico Partido Justicialista (peronismo) más que de los logros de la gestión de Macri. El Frente para la Victoria de Cristina por un lado y el bloque Argentina Federal por otro. Además, el giro izquierdista y antineoliberal de Cristina, que le llevó a los conflictos y ruptura electoral con el sector peronista conservador, no estaba dirigido a sumar a otro actor de la izquierda más radical, el Frente de Izquierda y los Trabajadora de origen troskista que sumó más de un millón de votos, con 3 diputados, en las elecciones.
El siguiente marco electoral fueron las elecciones presidenciales de Chile, celebrada la primera vuelta el 19 de noviembre. Unas elecciones que presentaban una novedad al bipartidismo histórico de la derecha pospinochetista (Renovación Nacional y Unión Demócrata Independiente) y la izquierda moderada de la Concertación (Socialistas, Comunistas, Demócrata Cristianos,...), la candidatura rupturista de Beatriz Sánchez, el Frente Amplio. Beatriz finalmente no pasó a la segunda vuelta, por una diferencia de poco más de 100.000 votos con el candidato de la Concertación Alejandro Guillier. Finalmente se impuso en la segunda vuelta, celebradas el 17 de diciembre, el derechista y expresidente Sebastián Piñera frente a Guillier. A pesar del apoyo personal de Sánchez a Guillier como venganza tras las declaraciones que hizo Piñera acusándoles a los dos de fraude electoral10, el Frente Amplio compuesto por varios partidos y movimientos de la izquierda rupturista, en contra del neoliberalismo chileno y el bipartidismo, decidieron no dar su apoyo oficial a Guillier contra Piñera. Una contradicción cada vez más visible en Chile entre la izquierda institucional pospinochetista de los años 90 y la nueva izquierda de movimientos sociales del siglo XXI.
Dos elecciones de las que poco hablaron los medios pese a su trascendencia como crítica al electoralismo occidental electoral fueron las municipales de Cuba, y las jurisdisccionales en Bolivia. En Cuba las elecciones municipales son el primer paso en su modelo electoral para nombrar al futuro nuevo presidente el próximo mes de abril. Elecciones donde participaron más del 80% de la población para elegir 12.515 delegados locales que elegirán 168 asambleistas de Cuba para nombrar, posteriormente, al Presidente y Vicepresidente de la República11. Por primera vez el presidente, ya que no renovará Raúl Castro, parece que será un perfil que no estuvo presente en la Revolución de 1959. La nueva generación de la Revolución. Y en Bolivia, el 3 de diciembre, se eligieron los 52 cargos para el Órgano Judicial y el Tribunal Constitucional. Una experiencia única a nivel internacional. Unas elecciones donde se impuso el voto nulo, no por las críticas al desconocimiento de los candidatos y la falta de más transparencia en la campaña electoral, sino por la crítica a que unos días antes el Tribunal Constitucional aceptó la posible reelección de Evo Morales en 2019 pese perder el referéndum en 2016. El voto nulo superó más del 50% sufragio12. Un voto que no solo sumaba a la oposición derechista que hizo campaña por ello, sino la contradicción de que una parte de la izquierda criticó con este gesto la decisión del Tribunal Constitucional.
Y para finalizar el año, dos sucesos anormales bajo el marco democrático sucedieron en América Latina. Uno en relación a la falsa jornada electoral, y otro sobre el falso impeachment. El primero es Honduras. Se celebraron el 26 de noviembre las elecciones generales. Unas elecciones que sufrían todavía el Golpe de Estado de 2009 contra el gobierno de Manuel Zelaya. Las elecciones partían con dos candidatos como líderes a obtener la Presidencia. El Presidente conservador Juan Orlando Hernández, y el candidato opositor, con apoyo de Zelaya, Salvador Nasralla, quien rompía con el bipartidismo histórico al hundir al Partido Liberal. Un dudoso conteo de votos dando la victoria electoral a Orlando con una diferencia mínima de 50.000 votos hizo que Nasralla y muchas organizaciones sociales no aceptaran el resultada. Incluso la OEA, con sus observadores e informes finales, recomendó repetir las elecciones13. Una sugerencia que no ha apoyado la Casa Blanca de Donald de Trump quien considera a Orlando, uno de sus principales títeres de Centroamérica, como ganador legítimo y repetir elecciones "no tienen base en la ley"14. La represión a las protestas contra el resultado electoral ha dejado decenas de muertos en Honduras y centenares de detenidos. Honduras es un ejemplo claro de los bajos niveles de democracia que viven muchos países de América Latina por el poder elitista histórico y el apoyo de los Estados Unidos bajo el marco de la dependencia económico y política. Este etiquetaje de baja democracia también se ha repetido en Perú en el cierre del 2017 y su falso impeachment.
El choque Moreno y Correa fue la noticia en Ecuador durante el 2017
A diferencia de otros países latinoamericanos donde hemos hecho un diagnóstico sobre las contradicciones en la izquierda, en Perú podemos aplicarlo a la derecha conservadora, como sucede en Colombia. El impeachment que propuso la oposición fujimorista al Presidente neoliberal Pedro Pablo Kuczynski por un caso de corrupción con la empresa brasileña Odebrecht, finalmente no fue llevado a cabo por la abstención contradictoria de la misma líder Keiko Fujimori y 9 diputados más de su partido. Esta acción produjo el beneficio buscado tras un pacto de despacho entre las élites de los dos partidos. No derrocar a Kuczynski para indultar al encarcelado como violador de los Derechos Humanos, y padre de Keiko, Alberto Fujimori. Este pacto no solo ha alterado a los partidos de izquierda y organizaciones de los derechos humanos, sino a llevado a la renuncia de cargos dentro del gobierno de Kuczynski, como el ministro de Cultura Salvador del Solar, o el presidente ejecutivo de las emisoras de radio y televisiones públicas, Hugo Coya. En Perú se han levantado ampollas, no solo entre la izquierda y la derecha, sino dentro de la misma derecha.
La continuidad de las contradicciones electorales, del 2017 al 2018
Este panorama general de 2017, nos ayuda a reafirmar lo presentado al inicio, que los gobiernos izquierdistas de América Latina no están en el fin de sus procesos de cambio por el crecimiento de la derecha, sino pasan duros baches por sus contradicciones internas dentro del mismo gobierno (Ecuador) o las contradicciones con otros actores sociales progresistas (Bolivia, Brasil). Entre retener o acelerar los cambios. En los países donde se ha impuesto la derecha no es por su aumento de apoyo popular, sino por el beneficio que les genera las divisiones dentro de la amplia izquierda. El choque entre el sector reformista dentro del mismo sistema capitalista y el sector de apoyo a un nuevo modelo rupturista poscapitalista (Chile, Argentina). Por ello, el progresismo latinoamericano en general sigue teniendo finalmente la llave de la situación en América Latina, sobre abrir la puerta para dar oxigeno a la derecha o tenerla cerrada. Todo lo define sus contradicciones internas.El 2018 se presenta como un año interesante, aunque no lejano de las contradicciones sucedidas en 2017.
O las excepciones elecciones de Colombia en mayo donde las FARC-EP, tras el proceso de paz, participarán por primera vez en el proceso electoral compitiendo posiblemente el exguerrillero Rodrigo Londoño con otros candidatos de izquierda institucional como el exalcalde de Bogotá Gustavo Petro o el exalcade de Medellín Sergio Fajardo, candidato del Polo Democrático Alternativo.
Además vienen las elecciones presidenciales en México el mes de julio, donde se verá si el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) liderado por López Obrador sumará para romper con el bipartidismo entre el PRI y el PAN de los últimos años.
O si en las elecciones de Brasil, el mes de octubre, se podrá presentar Lula como candidato del PT y se vista como un símbolo sumatorio de la izquierdas contra el impeachment de 2016.
Y como no, algo tan esperado y tan contradictorio en las izquierdas de América Latina por el ataque constantemente de los medios de comunicación para desacreditar: las elecciones presidenciales en Venezuela para ratificarse o no el apoyo del pueblo a la Revolución Bolivariana en un momento histórico complicado.
Texto: Anibal Garzón
[1] Leer entrevista al dirigente del MST Joao Stedile
[2] Cartel de la Mentira de Andrés Sal.lari
[3] Ver noticia sobre algunos dirigentes y fundadores del MAS que no apoyan la reelección del Evo
[4] Reunión de Santos y Uribe con el Papa Francisco I como mediador
[5] Nota sobre la dimisión de Patiño y otros cargos el gobierno
[6] Alianza País retira su apoyo a Lenin Moreno
[7] Correa regresa a Ecuador
[8] EL PAÍS un claro ejemplo del ataque mediático a Nicolás Maduro subrayando la “polémica victoria”
[9] Análisis crítico sobre la Asamblea Constituyente que propuso Nicolás Maduro
[10] Beatriz Sánchez da su apoyo a Guillier
[11] Proceso electoral cubano
[12] En Bolivia se impuso el voto nulo
[13] La dudosa victoria de Juan Orlando Hernández
[14] Estados Unidos, a diferencia de la OEA, pide no repetir elecciones en Honduras
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Gracias por tu observación. Tienes razón. Se celebraron municipales en 2017 con victoria sandinista. Un saludo. Aníbal
Muy buen resumen, y muy completo. Faltó Nicaragua, para otra ocasión.