Opinión
La alegría sin etiquetas de El Guincho
Una década después de su lanzamiento, “Kalise”, de El Guincho, sigue siendo una canción innovadora, visionaria y transmite esa demoledora alegría del primer día.

Alegranza salió a finales de 2007 casi de tapadillo, publicado en sello pequeño (Discoteca océano) y sin padrinos de ningún tipo. Casi nadie conocía a El Guincho, las redes sociales estaban aún en pañales y el papel del boca a boca y la prensa musical aún podían ser cruciales. Publicado a finales de año, ni siquiera dio tiempo a meter el disco en las listas de lo mejor del año (que se preparan en noviembre) pese a que no solo lo era, sino que se convirtió en uno de los álbumes más relevantes de la música española: El Guincho sacudió el polvo a una entumecida y autocomplaciente escena independiente que se repetía hasta la saciedad y, de paso, traspasó fronteras copando titulares en la prensa extranjera, fichando con sellos internacionales y colándose en los carteles de festivales de medio mundo.
A quienes pudimos verle presentando el disco antes de que fichase por XL, su éxito no nos cogió por sorpresa: él solo, con un pequeño sinte, una baqueta y (si la memoria no me falla) una tabla que hacía las veces de tambor era todo lo que necesitaba para poner en pie a la sala e incluso reventar el soundsystem del Nasti.
Construido a base de samples y loops, Alegranza es absolutamente imposible de catalogar: es pop, pero electrónico, pero psicodélico, pero casi-todo-lo-que-puedas-imaginar.
“Kalise” quizá sea su mejor single: el tiempo lo ha tratado bien, como al resto del álbum, y no suena gastado ni anticuado. Una década más tarde, “Kalise” sigue siendo innovadora, visionaria y transmite esa demoledora alegría del primer día. El Guincho sigue siendo esa imprescindible rara avis en la música española y cuya última aventura como productor de Rosalía le ha vuelto a colocar, una vez más, en el punto de mira.
Música
40 años en 40 canciones
Los cuarenta años de canciones en España bajo el marco constitucional instaurado en 1978 han dado para mucho. O para poco, dirán las voces más críticas. Como la propia Constitución, se apuntará desde la bancada escéptica. Unos y otros pueden elegir su canción favorita de este periodo, votando en la encuesta que se encuentra al final del artículo.
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