Feminismos
Cuerpo colectivo y afectos: la subjetividad nómada como antídoto para el encierro

En el contexto de confinamiento actual, analizamos las posibilidades de formar una subjetividad colectiva atravesada por la circulación de afectos comunes, desde la reivindicación de la multiplicidad y las diferencias.

Liquen
"El liquen no es un organismo sino un colectivo de cuerpos orgánicos que escapan de la estructura binaria". Foto: liquen Rhizocarpon geograficum

Doctoranda en Filosofía y librera en CSL La Pantera Rossa
27 mar 2020 10:00

Somos cuerpos. Cuerpos que se ven afectados por otros cuerpos y que a su vez afectan a cuerpos. Pero mientras que esta afirmación resulta el punto de partida de cualquier forma de pensamiento materialista, el racionalismo que arrastramos desde de la Modernidad sigue entendiendo el cuerpo como un receptáculo biológico de una historia individual, que aflora solo cuando se predica como cuerpo enfermo, cuerpo productivo, cuerpo reproductivo o cuerpo sexualizado.

Somos cuerpos dóciles y sometidos, cuerpos atrapados en estratos, hábitos o fuerzas. Cuerpos que si se tuercen, revientan, se inventan perversos, salvajes o impensables se convierten en cuerpos que no importan, expulsados incluso del encierro, enterrados en los márgenes. Y del pasto que crece en la tierra que los cubre se alimenta día a día el sistema neoliberal.

Pero la potencia de nuestros cuerpos es igual de incognoscible que su vulnerabilidad, también la de nuestros cuerpos colectivos. Podemos aventurarnos a pensar los cuerpos colectivos como lo que Deleuze y Guattari denominaron cuerpo sin órganos: un colectivo que se constituye a partir de un agenciamiento, de «una multitud que comporta términos heterogéneos y establece uniones a través de distintas naturalezas». Pues si un colectivo no se compone a partir de una diversidad de relaciones entre quienes lo constituyen, «a través de reinos de diferentes naturalezas», será poco más que una organización. La práctica del cuerpo sin órganos remite siempre a un lugar, a un colectivo y a una intensidad que atraviesa los cuerpos, abierto a relaciones en devenir. Pero cuando la intensidad pasa, cuando el cuerpo colectivo se repliega, cuando toma o retoma su significación y se estratifica, corre el peligro de ser fagocitado por ese Afuera al que se ha abierto, por ese caos. O lo que es más peligroso y frecuente ―y que nos ilustran los movimientos sociales que toman forma de partido―, se pueden generar cuerpos internos totalitarios: «todos nosotros tenemos que reconocer al Duce que llevamos dentro».

El cuerpo colectivo del feminismo viene llevando a cabo una política de los cuidados donde los afectos marcan la agenda y las formas. También aquellos lugares a los que muchos movimientos feministas remiten, como son los centros sociales, son punto de referencia en la política de los cuidados. El colectivo de La Ingobernable, en Madrid, volvía a principios de este mes de marzo a ocupar un espacio que reclamaba como sede para la organización del 8M en Madrid. El CSC Luis Buñuel, de Zaragoza, se ha desmarcado como un espacio donde los cuidados se entienden como las prácticas que nos ayudan a satisfacer las necesidades personales y colectivas esenciales para sostener la vida.

Pero allí donde los cuidados no llegan, ¿cómo prevenir? ¿Qué tipo de subjetividad soportaría mejor la reestratificación de un cuerpo colectivo cuando la vuelta a la significación y la subjetivación sea inevitable? Nos advierte Butler que un sujeto que se establezca como estable, absoluto, único y que niegue su carácter relacional e interdependiente está condenado a caer en prácticas totalitarias y, podríamos añadir, para las que cualquier ética o política de los cuidados será insuficiente.

Spinoza no binario

El feminismo ha tomado a Spinoza, quien consideraba que «los hombres y las mujeres no pueden gobernar por igual sin gran daño a la paz», y lo ha sodomizado more deleuziano para engendrar los que han sido llamados nuevos materialismos. Estos postulan la construcción de un sujeto mujer no identitario, que no se base en esa enfermedad moderna, alentada aún a día de hoy por cualquier tipo de fascismo: la identidad. Su propuesta es la de un sujeto mujer en constante devenir que no se construya como oposición a lo masculino y que entienda la diferencia como una multiplicidad de diferencias posibles. Esto implica deshacerse de la alteridad, tomar distancia del planteamiento dialéctico y ver la diferencia como positiva. Sería, por tanto, una subjetividad somática, una subjetividad no dualista y encarnada, entendiendo el cuerpo como materia viva en continuo devenir a la que atraviesan intensidades y sobre la que actúan diferentes fuerzas sociales.

Un sujeto que se establezca como estable, absoluto, único y que niegue su carácter relacional e interdependiente está condenado a caer en prácticas totalitarias.

Así, el monismo spinozista ha resultado crucial también para pensar el sexo y el género. Y desde el continuum de naturaleza y cultura es desde donde los nuevos materialismos afirman que ni el sexo es lo natural ni el género es lo cultural, sino que ambos aspectos están imbricados el uno con el otro. Podemos hacer arqueología de los estratos que configuran nuestra subjetividad, pero nos encontraremos con que el barro que cubre nuestra vasija forma parte de la pieza, de tal manera que naturaleza y cultura configuran una sola realidad.

Matar a Descartes

Solo hay materia, por lo que el sujeto no es más que afectos y fuerzas que se entrelazan en la materia, dirá Deleuze mostrando el lado práctico de la filosofía de Spinoza. Si el sujeto es un estado momentáneo donde se expresan algunos de los múltiples modos de la naturaleza, si los sujetos se caracterizan por los afectos que son capaces de experimentar, establecer un sujeto cerrado basado en una ficción momentánea deja de lado a otras subjetividades que pueden sentirse afectadas de la misma forma.

Pero los cuerpos se ven también oprimidos por las relaciones que establecen en torno a su etnia, clase, estatus migratorio, capacidades físicas y psíquicas, compromiso político, edad, orientación sexual… y a las que se les pueden sumar el sexo y la identidad de género para disparar esa opresión, como sabemos.

Filosofía
Un mundo menor: la pregunta de una niña como arma revolucionaria
¿Y si la infancia supusiera un quiebre radical con el mundo que habitamos que solo pretendemos canalizar hacia el espacio social de la dominación?

Desde su propuesta de subjetividad nómada, Butler entiende la libertad como una cuestión colectiva y afirma que la desigualdad se constituye como legítima sobre la ilusión de un yo, sobre la pretensión de una identidad estable. El yo olvida que la opresión y la precariedad se sufre de múltiples maneras, puesto que obvia las interdependencias entre los cuerpos. Sobre esa ilusión se sostiene el sistema actual y el hecho de que los cuerpos tomaran conciencia crítica de ello y actuaran en consecuencia podría ser determinante para conseguir una transformación.

Que a mayor miedo externo se produce un mayor sentimiento de identidad relacional, como afirma Almudena Hernando en La fantasía de la individualidad, lo podemos comprobar estos días de la pandemia. Pero el miedo no es suficiente para acabar con el yo. ¿Qué tipo de pensamiento colectivo puede resultar de un estado en el que el espacio público queda suspendido? ¿Qué tipo de ficción de hermanamiento puede tener lugar si el otro es siempre sospechoso? Una identidad relacional originada por el miedo no genera el sustrato necesario para que germine un cuerpo colectivo. Millones de cuerpos aislados mediante decreto, y con fuerzas coercitivas patrullando la calle o por ese otro espacio público que son las redes sociales, no pueden formar un cuerpo colectivo. Los cuerpos se encuentran en la calle o en espacios para actuar colectivamente desde su materialidad, no negándola, y el espacio público se crea a partir de los cuerpos que se encuentran o reúnen. En todo caso, trazamos el ritornelo del pájaro enjaulado que canta para conjurar su reclusión, el de quien tiene que reterritorializar su casa y su comunidad de semejantes. Pero si no hay lugar común que ocupar ni en el que juntar los cuerpos, si no hay intensidad que atraviese salvo el miedo, no hay cuerpo común. Aunque sí podemos estar preparando el acontecimiento venidero que tome las calles de una u otra forma.

Desantropomorfizar para despatriarcalizar (y viceversa)

Habría que hacer mapas de afectos para cada animal, animales humanos incluidos, para saber de qué afecciones son capaces, porque esa capacidad de ser afectado es lo que distingue a un animal de otro. Y también a una persona con una situación social y cultural determinada de otra con distinta situación. Ese sería el único tipo de naturaleza humana para el tándem Spinoza-Deleuze, por lo que un animal se definirá menos por el género y la especie que por los agenciamientos de los que forma parte. Esa cartografía de afectos transgrediría entonces las fronteras de los reinos y las dicotomías dialécticas. Si un cuerpo de mujer o de hombre es un entrelazado cultural y biológico, esa subjetividad mujer u hombre puede tener más nociones en común con otro ser de distinta identidad de género con quien comparta esas nociones comunes. Y si la naturaleza humana no remite a ninguna esencia, también podremos establecer nociones comunes con el resto de animales y con los vegetales. «Las nociones comunes oscilan entre dos umbrales, el umbral máximo de todo lo que es común a todos los cuerpos y el umbral mínimo de lo que es común a dos cuerpos al menos, al mío y al otro». Un perro desconocido y yo unificamos realidades cuando el viento nos acaricia la cara por la ventanilla del mismo coche, una mujer encarcelada en América Latina sincroniza sus pasos con los de la pantera exhibida en el Jardin des Plantes de París. Monismo del devenir en el que podemos vislumbrar al animal en nosotrxs.

No parece posible escapar de las estructuras patriarcales sin renunciar al racionalismo antropocéntrico que ha sostenido la base de ese sistema hasta ahora.

¿Cuánto tiempo llevamos matando al Hombre? Braidotti y los feminismos posthumanistas nos proponen alejarnos de las representaciones de la feminidad y la masculinidad y, con ello, del antropomorfismo, para desarrollar formas posthumanas. Con la manipulación genética de animales y plantas, el ser humano ha antropomorfizado la naturaleza. No parece posible escapar de las estructuras patriarcales sin renunciar al racionalismo antropocéntrico que ha sostenido la base de ese sistema hasta ahora. Por lo que, como afirma Paul B. Preciado, el feminismo no puede ser un humanismo, sino un animalismo.

La crisis climática y, como consecuencia, las enfermedades y epidemias a las que parece que vamos a tener que acostumbrarnos, son factores que nos deben llevar a pensar qué es lo humano, qué lugar ocupa en el mundo y qué consecuencias políticas y materiales tiene. ¿Podríamos pensar un modelo de lo humano que permita germinar un escenario más deseable para las vidas humanas y no humanas? ¿Podemos desarrollar una subjetividad posthumana que sea sostenible con sus propios grupos y con el resto del planeta? En cualquier caso, a partir del monismo del devenir y la razón afectiva, no resulta legítimo hacer protagonista de una revuelta a un sujeto único y dejar así de lado la multiplicidad de subjetividades que también podrían formar parte de ella.

Del rizoma al liquen: el estilo como herramienta

Este deseo de despatriarcalizar para desantropomorfizar deriva también en un abandono del falologocentrismo. Para ello no es suficiente con la utilización de otros términos lingüísticos, sino que es necesario otro uso del discurso. Esto implica una defensa de la aporética y de la poética, o en definitiva, una defensa del discurso contradictorio basado en una razón afectiva que acompañe a esa pretendida subjetividad en devenir. Braidotti menciona, en su Metamorfosis, su preocupación por el estilo, entendido no solo como retórica, sino como herramienta: «cuando escojo defender las “formas” a menudo poéticas en las que lrigaray o Deleuze, por citar dos ejemplos, presentan sus teorías, me uno a la llamada a una renovación del lenguaje y del aparato textual de la escritura académica y, también, de la discusión política que tiene lugar en la esfera pública. Así pues, estoy hondamente comprometida con la tarea de reconfigurar el estilo teórico de manera que refleje y no que contradiga el nomadismo teórico».

Si en esta búsqueda de subjetividad nómada abandonamos el camino trazado por el pensamiento logocéntrico y saltamos a la maleza de la metáfora y la contradicción, tal vez nos encontremos con un lugar cubierto de liquen, el único ser que ha escapado de la ciencia racionalista al no poder encajarlo en ninguno de sus reinos. La taxonomía moderna puso orden la diversidad de la vida mediante un sistema jerárquico que clasifica los organismos vivos en cinco grupos principales: Monera, Protista, Fungi (hongos), Plantae (plantas) y Animalia (animales). Aunque se ha convenido en clasificar el liquen dentro del grupo Fungi, porque resulta de la asociación de un hongo junto con un alga y una levadura, el liquen no es un organismo sino un colectivo de cuerpos orgánicos que escapan de la estructura binaria. Además es un rizoide que crece en horizontal, cubriendo las superficies orgánicas sin dañarlas y presentando multitud de morfologías posibles.

Cubramos la Tierra como lo hace el liquen. Sostengamos una ética materialista basada en una razón afectiva que acoja las subjetividades nómadas y sus diferencias, que respete la cadena del hambre sin caer en el ansia. Tracemos una cartografía de los afectos comunes y dejémonos contagiar de los no comunes, en el encuentro de los cuerpos.

Archivado en: Filosofía Feminismos
Sobre este blog
La filosofía se sitúa en un contexto en el que el poder ha buscado imponerse incluso en los elementos más básicos de nuestro pensamiento, de nuestras subjetividades, expulsando así de nuestro campo de visión propuestas teóricas y prácticas diversas que no son peores ni menos interesantes sino ajenas o directamente contrarias a los intereses del sistema dominante.

En este blog trataremos de entender los acontecimientos del presente surcando –en ocasiones a contracorriente– la historia de la filosofía, con el objetivo de poner al descubierto los mecanismos que utiliza el poder para evitar cualquier tipo de cambio o de alternativa en la sociedad. Pero también de producir lo que Deleuze llamó líneas de fuga, movimientos concretos tanto del presente como del pasado que, escapando del espacio de influencia del poder, trazan caminos hacia otros mundos posibles.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Opinión
Opinión Sin ceder en la potencia
No es solo que nos resulte más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo; también nos cuesta menos imaginarnos el fin del mundo que una sociedad sencillamente mejor.
Filosofía
Laura Llevadot “En este retorno al fascismo hay una nostalgia de la ley”
Su escritura no elude el desgarro, la herida, la vida. Apuesta, en tiempos de una promesa constante de felicidad y autorrealización, por la negatividad. Su posición filosófica es la de quién piensa que “la lengua que hemos heredado nos impide pensar.
Filosofía
Brais Arribas, filósofo “Non se trata de empoderar senón de disolver o poder”
Durante a conversa, o profesor reflexiona sobre a saúde da filosofía galega, o poshumanismo, as novas masculinidades ou a experiencia da pandemia.
Sobre este blog
La filosofía se sitúa en un contexto en el que el poder ha buscado imponerse incluso en los elementos más básicos de nuestro pensamiento, de nuestras subjetividades, expulsando así de nuestro campo de visión propuestas teóricas y prácticas diversas que no son peores ni menos interesantes sino ajenas o directamente contrarias a los intereses del sistema dominante.

En este blog trataremos de entender los acontecimientos del presente surcando –en ocasiones a contracorriente– la historia de la filosofía, con el objetivo de poner al descubierto los mecanismos que utiliza el poder para evitar cualquier tipo de cambio o de alternativa en la sociedad. Pero también de producir lo que Deleuze llamó líneas de fuga, movimientos concretos tanto del presente como del pasado que, escapando del espacio de influencia del poder, trazan caminos hacia otros mundos posibles.
Ver todas las entradas
Política
Política Feijóo radicaliza al Partido Popular en medio del terremoto Cerdán con la vista puesta en las elecciones
Miguel Tellado será el nuevo secretario general del partido. Un movimiento con el que Feijóo consigue el control casi absoluto del PP y le come espacio del discurso ultra a Vox, pero que lo aleja de eventuales pactos con PNV y Junts.
Opinión
Opinión Espejismo España
La descomposición del Gobierno de coalición es un reflejo de la expansión de la ola ultraderechista, pero no implica que los movimientos de transformación no puedan organizarse para contrarrestar esa amenaza.
Naciones Unidas (ONU)
Cumbre de la ONU ¿Quién teme una arquitectura de la deuda justa?
Aunque muchos Estados habían presionado para que se establecieran compromisos de reformas estructurales ambiciosas, el texto final revisado del 'Compromiso de Sevilla' las eliminó o diluyó. La sección sobre deuda no es una excepción.
Comunidad de Madrid
Sanidad Pública Cae el techo de la entrada principal del Hospital Isabel Zendal
El hospital de pandemias, inaugurado por Isabel Díaz Ayuso en 2020 y que generó unos sobrecostes del triple de lo presupuestado en su construcción, ha visto cómo se desplomaba el techo de entrada.
Córdoba
Turismo El número de pisos turísticos en Córdoba se reduce a los tres meses de la moratoria para nuevas licencias
Otras normas tratan de limitar la proliferación de las viviendas de uso turístico por la ciudad. Un portavoz de Stop Desahucios predice que estos pisos se trasladarán a los barrios no afectados por la moratoria.

Últimas

Crisis climática
Datos El junio más cálido jamás registrado cierra con 330 fallecimientos por calor
103 personas han muerto en los primeros tres días de la ola de calor, según las estimaciones. Los datos de la Aemet señalan al pasado mes como el junio más caluroso; ha pulverizado la máxima anterior por 0,8 grados de diferencia.
Oriente Medio
Oriente Medio La plantilla de EFE en Oriente Medio denuncia salarios por debajo de los mil euros
La delegación, formada por 24 personas, anuncia paros en sus funciones al verse reducida más de un 25% su nómina sin opción a negociar.
Alquiler
Racismo y alquileres Siete de cada diez migrantes se ve en la necesidad de vivir de alquiler frente al 14% de los hogares españoles
“El precio del prejuicio” es el título del más reciente estudio del Instituto de Investigación Urbana de Barcelona, IDRA, en el que disecciona la relación entre las personas migrantes y su acceso a la vivienda.
Comunidad de Madrid
Sanidad privada Inspección propone sancionar a un hospital de Quirón por exponer a la plantilla a sustancias cancerígenas
El organismo inicia un procedimiento administrativo sancionador por infracción grave. Tras una visita al Hospital Quirónsalud Sur, de Madrid, constataron deficiencias en la zona de almacenamiento de los productos farmacéuticos y en el mortuorio.
València
València Una comunidad vecinal lucha para impedir el enésimo proyecto de bajos turísticos en València
El vecindario de un bloque en Aiora se organiza contra la construcción en su patio de luces de catorce alojamientos turísticos en una zona ya saturada de este tipo de negocios.
Más noticias
Sphera
Sphera Nueva convocatoria para medios independientes de Europa
La red Sphera financia con un máximo de siete mil euros vídeos cortos documentales elaborados por medios independientes de todo el continente. El plazo finaliza el 12 de julio.

Recomendadas

Malasia
Malasia Durian, la fruta fétida que triunfa en Asia
El durian es tan maloliente que su consumo está prohibido en interiores, pero la popularidad de esta fruta, considerada un superalimento, no deja de aumentar en China y en el resto de Asia.
Economía social y solidaria
Historia Lo que Franco arrebató al cooperativismo y a la economía social y solidaria
La dictadura franquista combatió de forma cruel el movimiento cooperativo fraguado en la II República, y durante la propia guerra con las denominadas colectividades, y pervirtió la idea de autogestión a través de los ideales falangistas.
Historia
Historia ‘Weimar’, y su eco
‘Tiempos inciertos’, la exposición dedicada a la República de Weimar en el CaixaForum de Barcelona, apenas se deja nada, pero vuelve a incurrir en la idea de las “dos Alemanias” contrapuestas.