Coronavirus
Las vecinas vallecanas en primera línea

Desbordados los Servicios Sociales en la ciudad de Madrid, las redes vecinales y los espacios autogestionados han entrado al quite para apoyar a familias cuya alimentación diaria se ha convertido en primera necesidad. Cada semana aumenta el número de personas atendidas por estas iniciativas ciudadanas.


Lidia-VillanaVk 2
Una vecina de Vallecas acude al reparto de comida caliente, iniciativa de la Asociación de Vecinos de Puente de Vallecas, La Villana de Vallekas, y la cooperativa Veguiterráneo. Sara Garchi
@sara_garchi
29 abr 2020 10:00

Puente de Vallecas, una de las zonas con mayor riesgo de exclusión y pobreza, es el segundo distrito, por detrás de Carabanchel, donde más se están concentrando las solicitudes de ayudas alimentarias durante el estado de alarma (13,28 por ciento según datos del Ayuntamiento). Los servicios sociales se están viendo desbordados y ante la repentina situación de emergencia, no están teniendo capacidad para llegar a las muchas familias y personas más vulnerables que se han visto afectadas por esta dramática crisis.

Conforme se mantiene el estado de alarma una de las demandas que más se está solicitando a diario es la de comida caliente. Vecinas y vecinos del barrio y activistas de diferentes espacios autogestionados como La Villana de Vallekas o La Brecha, llevan más de un mes organizándose como parte de la red de apoyo mutuo Somos Tribu VK, para tratar de cubrir las necesidades alimenticias básicas y de cuidados del vecindario. Hannah Gómez, una de las personas voluntarias que coordina una de estas iniciativas desde La Villana, explica cómo se está viviendo la situación.

Hanna Villana Vk
Hannah, una de las 3 socias de la cooperativa Vegiterranea, que ha puesto en marcha esta iniciativa de apoyo vecinal en Vallecas. Sara Garchi

“Es necesario que se sepa: en mi caso yo recibo más de quince llamadas al día y otros tantos mensajes de personas que en Cruz Roja, Cáritas, o servicios sociales, no les están ofreciendo ninguna ayuda. Para tratar de cubrir la ineficacia de estas organizaciones, nos hemos juntado la Villana de Vallekas con nuestra cooperativa de comida vegana Veguiterráneo, y repartimos comida caliente y cestas de alimentos semanales a las familias que más lo necesitan. Gracias al dinero recaudado a través del crowdfunding que realizó la Asociación de Vecinos Puente de Vallekas-San Diego, cada día podemos llenar los tuppers con comida caliente para más de 70 personas durante el periodo que dure el confinamiento”.

Lidia-VillanaVk
Lidia le explica a un vecino afectado por la crisis en qué consiste el menú de comida que se llevará en sus tappers Sara Garchi

Desde las ocho de la mañana, David, otro de los socios de la cooperativa, cocinaba en dos enormes ollas un puré de patatas y puerros junto a una sopa de verduras. Era viernes y se repartía también comida para el fin de semana, así que no había tiempo que perder. Todos ayudaban a cortar la verdura y preparar la comida para llevársela a quienes no podían ir a recogerla por mayor riesgo de contagio. A las 13 horas, incluso minutos antes, fueron llegando las y los vecinos con sus carritos y bolsas llenas de envases vacíos. Lidia, la tercera socia, con ayuda de Hannah y Geena, otra vecina, los llenaban y repartían según se acercaban a la puerta y comprobaba sus datos en la hoja. “Hace semanas que tuvimos que poner una lista de espera. No tenemos comida suficiente para todas las personas”, se lamentaba Lidia.

Cestas comida La Villana Vk 1
Yogures, leche, fruta, legumbres, galletas... Cada cesta contenía una variedad de alimentos para la semana y algunos productos básicos de higiene como pañales para familias con bebés Sara Garchi

Al mismo tiempo, otro grupo de voluntarios y voluntarias, organizaba las cestas que repartirían esa tarde a otras casi 60 familias; productos frescos, también no perecederos y otros de primera necesidad como pañales para bebés, adquiridos gracias a las donaciones recogidas. Una muestra más de la solidaridad que existe, ahora más que nunca, en uno de los barrios más afectados por las consecuencias del Covid19.

Carmen-vecina-Vk
Carmen, vecina del barrio de Puente de Vallecas, afectada por la crisis del covid, se acerca cada día a este espacio autogestionado para llevarse comida caliente en sus tuppers. Sara Garchi

“Qué Dios os bendiga por esto que estáis haciendo”, les dijo Carmen al marcharse con su carrito rojo lleno. Rodolfo, otro vecino, trajo a modo de agradecimiento un pastel con nueces que no se iba a poder comer por culpa de su intolerancia. Solo había que ver la mirada de agradecimiento de esas mujeres y hombres para saber lo necesaria que estaba siendo su labor. Pero, la pregunta que está en el aire es ¿qué pasará después de la cuarentena, cuando todavía muchas familias se vean gravemente afectadas por esta crisis económica, y apenas sean ya sostenibles las redes de apoyo vecinal que ahora suplen la labor de servicios sociales, y otras organizaciones caritativas?

A Hannah también le preocupa la comida que se está sirviendo en algunos comedores. Por ejemplo, según vecinos y vecinas que reciben menús del comedor de Santa Eugenia, la comida es escasa para una persona y apenas tiene ingredientes que puedan suplir las necesidades nutricionales. Otra vecina, hablaba de los mareos que sufría su hijo por la comida del menú infantil del Telepizza que, según el acuerdo con la Comunidad de Madrid, están dando a los niños del comedor escolar para familias sin recursos.

Vecina-comida-Vk
Las vecinas agradecidas se marchan de La Villana con los tuppers llenos para alimentar a su familia en este periodo de confinamiento Sara Garchi

“Estas personas tienen derecho a ser tratados con amor y cariño, no como un número más en un banco de comida”, reclama Hannah, una de las muchas heroínas sin capa que forman parte de esta red de cuidados vecinal, que hace posible que en Vallecas, como en otros muchos barrios de Madrid, la vida siga adelante.

Geena-voluntaria-VillanaVk
Geena, una vecina voluntaria que participa en la iniciativa de apoyo mutuo, sirve la comida caliente en los recipientes que traen sus vecinas Sara Garchi
Sandra-VillanaVk
Sandra, vecina de Vallecas: "Cuando me enteré de que me hacían ERTE, quise aprovechar el tiempo para ayudar de alguna manera ante esta crisis. Encontré La Villana en Internet y he venido algún día a ayudar con las cestas" Sara Garchi
Cestas comida Villana Vk 1
Otros voluntarios y voluntarias que participan en esta iniciativa de La Villana, preparan las cestas para el reparto semanal Sara Garchi
Sobre este blog
Ante estos días extraños en los que vivimos entre la tragedia y la esperanza, entre quienes afrontan un futuro incierto en un pasillo de urgencias y quienes unen sus manos para practicar el apoyo mutuo, es necesario poner voz y rostro a todas esas personas que no abren telediarios pero que están construyendo esta página de la historia. Abrimos 'Los rostros de la cuarentena' con el ánimo de dar luz a testimonios de gente desconocida que batalla contra el covid19 desde todos los frentes: tanto dentro de los hospitales y residencias, como en los descansillos de las comunidades, donde se amontona la compra traída a alguna vecina. Tanto en los balcones donde originales iniciativas permiten a las peques tener cine gratis, como en las habitaciones donde las impresoras 3D trabajan a todo meter y un grupo de 'makers' prepara mascarillas para su centro sanitario. Tanto de quienes cuidan de su familia y de otras personas del barrio, como de quienes no pueden tener contacto con sus familiares y viven su destino pendientes de una llamada. Si tienes una historia que contar, este también es tu sitio.¡Bienvenidas!
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Música
Música Réquiem por Las Víctimas Civiles, el grupo que mejor cantó a la socialdemocracia (y a la tibieza)
Las Víctimas Civiles, el singular proyecto musical encabezado por Héctor Arnau, se resiste a sacar la bandera blanca en su lucha contra el miedo ensordecedor y el aburrimiento. Pero parece que el final de la batalla se acerca.
Centros sociales
Centros sociales La Policía Nacional desaloja sin orden judicial el CSO La Atalaya
Una veintena de furgones policiales desaloja la sede del centro social ocupado en Vallecas que llevaba diez años siendo un punto neurálgico de cientos de colectivos sociales de todo Madrid.
#59944
10/5/2020 3:01

Servicios Sociales han estado mes y medio cerrados, justo cuando más se necesitaban, por decisión del ayuntamiento. Normal que ahora estén desbordados.

0
0
Sobre este blog
Ante estos días extraños en los que vivimos entre la tragedia y la esperanza, entre quienes afrontan un futuro incierto en un pasillo de urgencias y quienes unen sus manos para practicar el apoyo mutuo, es necesario poner voz y rostro a todas esas personas que no abren telediarios pero que están construyendo esta página de la historia. Abrimos 'Los rostros de la cuarentena' con el ánimo de dar luz a testimonios de gente desconocida que batalla contra el covid19 desde todos los frentes: tanto dentro de los hospitales y residencias, como en los descansillos de las comunidades, donde se amontona la compra traída a alguna vecina. Tanto en los balcones donde originales iniciativas permiten a las peques tener cine gratis, como en las habitaciones donde las impresoras 3D trabajan a todo meter y un grupo de 'makers' prepara mascarillas para su centro sanitario. Tanto de quienes cuidan de su familia y de otras personas del barrio, como de quienes no pueden tener contacto con sus familiares y viven su destino pendientes de una llamada. Si tienes una historia que contar, este también es tu sitio.¡Bienvenidas!
Ver todas las entradas
Oriente Próximo
Oriente próximo La diáspora kurda ante la caída de Bashar al-Assad
Siria enfrenta el fin de un régimen que durante décadas pareció inquebrantable. Desde la diáspora, la esperanza contenida de quien ha vivido demasiadas traiciones y promesas incumplidas.
Amazonía
Caso Chevron Pablo Fajardo: “Sacrificaron la Amazonía y la vida de la gente por racismo y por la ganancia económica”
El activista y abogado Pablo Fajardo fue elegido hace casi 20 años por la Unión de Afectados por Texaco para el juicio más importante contra la petrolera Chevron. Dos décadas después sigue luchando por la justicia ambiental y social en Ecuador.
Ley de Seguridad Ciudadana
Congreso de los diputados Reforma de la Ley Mordaza: ¿esta vez sí se puede?
Una de las mayores deudas de toda la izquierda del Estado español parece que está a punto de saldarse.
La vida y ya
La vida y ya Ya no sé quién vive en el primero
El barrio se ha transformado tanto que pueden pasar semanas sin ver por la calle una sola cara conocida porque los vecinos han sido sustituidos por turistas.
Análisis
Análisis El independentismo se reorganiza, pero ¿sigue siendo independentista?
Los partidos independentistas han sufrido la crisis del procés y el posprocés, y todavía no la han resuelto, sino, a lo sumo, la han aplazado. El PSC aparece como el ganador de una carrera con corredores agotados.
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Análisis
Análisis Rojava en peligro
Las intenciones de Turquía en Siria ponen en peligro no solo la Administración Democrática Autónoma del Norte y Este de Siria (AADNES) sino también la convivencia del resto de minorías presentes en el país.
Literatura
Gustavo Faverón Patriau “Quizá la novela sea ahora mismo más relevante que nunca”
El escritor peruano Gustavo Faverón Patriau quería narrar en su nueva novela la historia de un boxeador que no sabía boxear pero tumbaba a sus rivales recitándoles al oído versos de César Vallejo. ‘Minimosca’ acabó siendo un cuentacuentos inagotable.
Galicia
Memoria histórica Así fue como el Patronato de Protección a la Mujer transformó Galicia en un convento de clausura
Las mujeres que cayeron en las redes del Patronato iniciaron un periplo de encierro, humillaciones, abusos y explotación que es desconocido para la mayor parte de la población. Queda hoy en la impunidad de un silencio que tenemos el deber de romper.

Últimas

Opinión
Tribuna Todas las razones para decir ‘Altri non’
Aquí van unos cuantos motivos para juntarnos este domingo en Compostela y dejar clara nuestra postura frente a un expolio que nos están tratando de imponer disfrazado de progreso, pero que sólo trae beneficio económico a unos cuantos indeseables.
Relato
Relato Descubrirse las manos
Descubres tus manos: el palmar y el dorso, la posibilidad futura de la pinza atrapacosas, dos miembros que te vinculan al chimpancé y al lémur. Aprendes su mecanismo.
Música
Música Un coro para homenajear las luchas obreras: “La canción protesta del pasado es historia viva”
El coro de canción protesta de Madrid nació para rescatar del pasado las tonadas de la lucha obrera y ponerlas al servicio de distintos activismos en el presente.

Recomendadas

Palestina
Eyad Yousef “No cuentes lo que queremos ser, cuenta lo que nunca hemos dejado de ser: un pueblo que quiere la paz"
Eyad Yousef es profesor en la Universidad de Birzeit, Cisjordania, y comparte su experiencia en una universidad que “representa el pluralismo y la libertad que tanto anhela la sociedad palestina”
Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.
Ocupación israelí
Palestina Vivir en alerta: la resistencia palestina frente la ocupación israelí
La cruda realidad de las feministas palestinas que, ante la represión y las detenciones arbitrarias, continúan su lucha por la libertad, la justicia y los derechos humanos.
Madrid
Ciudades Fake Madrid, un paseo por los hitos del simulacro
Un recorrido por los grandes éxitos de la conversión de Madrid en una ciudad irreal.