Derecho a la ciudad
Gentrificación en el corazón de la excepción sueca

La crisis económica y la necesidad de cumplir los criterios de convergencia fijados por el Tratado de Maastricht llevaron a Suecia a emprender un potente y dirigido proceso de reestructuración general.

Isla de Södermalm (Estocolmo)
Dos personas pasean por la Isla de Södermalm en Estocolmo. Antjeverena

Antropólogo y profesor universitario

@antroperplejo


17 oct 2017 10:56

“Recuerdo cuando un día, un amigo mío que trabajaba como camionero me dijo, ‘oye, se ha mudado a mi bloque un tipo que, me dicen, es presentador de televisión’. Ambos nos extrañamos, ¿quién vendría a vivir a un sitio como Södermalm, lleno de antiguas fábricas y viviendas obreras? Más tarde nos enteramos de que un músico muy popular también había comenzado a vivir en el barrio. Y una periodista… Un continuo goteo de gente conocida y con recursos. Así comenzó todo”. El relato de Toni sobre la reciente historia de la isla de Södermalm, en Estocolmo, forma ya parte de los cánones de los procesos de gentrificación que han vivido –y viven– muchas de las grandes ciudades de Europa y Norteamérica, aunque también en América del Sur y Asia. Sin embargo, este caso cuenta con una característica añadida: Estocolmo es la capital de Suecia, el paradigma del Estado de bienestar y la socialdemocracia, la excepción sueca.

Al comienzo de la década de los 90, la vivienda en alquiler en Suecia suponía un 57% del total. De este porcentaje, un 22% se encontraba gestionado por la administración, principalmente local, a través empresas públicas; el 16% formaba parte del sector cooperativo y un 18% pertenecía al sector privado. Para el año 1992, Suecia invertía en políticas de vivienda un 4,10% de su Producto Interior Bruto (PIB) cuando, a modo de comparación, España solo dedicaba a ello un 0,98% un par de años antes.

Tal y como recogían diversos informes europeos (European Parliament, 12/1996), la política de vivienda sueca se caracterizaba, junto a la de los Países Bajos y el Reino Unido, por una intensa intervención estatal, contando con el sector de provisión de viviendas públicas de alquiler más extenso de la Unión Europea (UE), y niveles de inversión superiores al 3% del PIB.

Las antiguas tiendas han dado paso a franquicias de conocidas cafeterías y tiendas de productos naturales y biorresponsables

Sin embargo, la crisis económica que vivió el mundo a comienzos de la citada década y la necesidad de cumplir los criterios de convergencia fijados por el Tratado de Maastricht, unidos al cambio ideológico general sufrido tras la caída del Muro y la desintegración de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), llevaron a Suecia, entre otros, a emprender un potente y dirigido proceso de reestructuración general.

El cambio llegó a Suecia para quedarse con la victoria del Partido Moderado, liberal de centro-derecha, el cual gobernó entre los años 1991 y 1994 e introdujo cambios fundamentales en las políticas socialdemócratas tradicionales: recortes de impuestos, disminución en el gasto público, cheques-escolares, privatizaciones parciales en el sistema de salud, la liberalización del mercado de las telecomunicaciones y la energía, así como la privatización de grandes empresas públicas. Cuando los socialdemócratas volvieron al poder de la mano de Göran Persson, no solo no revertieron dichas políticas, sino que abundaron en ellas.

En relación a la vivienda, los sucesivos gobiernos suecos promovieron una notable expansión de la propiedad, redujeron las ayudas al alquiler y fomentaron y liberalizaron el mercado hipotecario, algo que facilitó las condiciones de acceso a la financiación, sobre todo mediante las consecuentes reducciones de los tipos de interés resultado de la convergencia europea. En lo referente al sector público de alquiler, se pusieron en marcha políticas de privatización y reformas legales que permitieron, a modo de ejemplo, transformar las empresas municipales sin ánimo de lucro en ordinarias empresas capitalistas.

La vivienda pasó, de este modo, de suponer como señala David Harvey, “un techo sobre tu cabeza, un buen lugar, rodeado de gente agradable”, a una simple mercancía en manos del capital local e internacional.

El proceso relatado por Toni comienza justo entonces, a finales de los 90, cuando Södermalm, tras un periodo inicial en el que sus antiguos edificios y calles –rastros de un pasado industrial– habían atraído a colectivos de artistas y representantes de la contracultura local, pasó a convertirse en un área con fuerte presencia de clases medias y altas, bohemios y miembros de las clases creativas que pueblan sus galerías, calles peatonalizadas y terrazas con privilegiadas vistas al Báltico y sus islas.

Un simple paseo por Södermalm muestra, además, cómo su paisaje urbano ha cambiado. Las antiguas tiendas han dado paso a franquicias de conocidas cafeterías y tiendas de productos naturales y biorresponsables, además de agencias inmobiliarias que muestran pisos de 56m2 y una sola habitación a 4,39 millones de coronas, unos 450.000 euros al cambio actual.

El caso sueco demuestra que el desplazamiento socio-espacial, la gentrificación, solo es posible mediante una intervención estatal que, a veces, puede llegar al paroxismo. Este es el caso de aquellas políticas urbanas que emplean directamente la intimidación, el mobbing o la violencia simbólica con el objeto de forzar el destierro de una parte de su población, como en el caso de la ciudad de Landskrona, una ciudad de tamaño medio del sur de Suecia donde el alcalde ha llegado a realizar declaraciones en la prensa –Sydsvenskan, 23/09/2012– pidiendo a los inmigrantes y los receptores de ayudas sociales que se marchen de la ciudad.

Tal y como me recordó Toni, “la vieja socialdemocracia sueca no existe, acabó con la liberalización de capitales”

Actualmente, el país se encuentra en una situación controvertida. Las políticas emprendidas han conllevado una importante reducción en la producción de vivienda nueva a pesar de la alta demanda existente. Las medidas destinadas a suplir las necesidades están basadas en el fomento del mercado a través de la agilización de los procesos de planificación y gestión urbanística, ayudas a los constructores privados de viviendas, etc. Sin embargo, los precios continúan altos, los inquilinos de alquiler público, siguiendo una lógica aplastante, se niegan a abandonar sus viviendas, aunque muchos se han subido al carro de la privatización.

Tal y como me recordó Toni, “la vieja socialdemocracia sueca no existe, acabó con la liberalización de capitales”. En definitiva, posiblemente estemos antes el fin de la excepción sueca.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Turismo
TURISTIFICACIÓN ¿Cómo reducir nuestro impacto como turistas? P2
En este segundo artículo atendemos aspectos más concretos sobre cómo practicar un turismo de menor impacto, como dónde ir, dónde alojarnos…
Bilbao
Espacio Público Ecos de actualidad #9
Los colmillos de la Sociedad. Ecos de actualidad es una producción de Antonio Cantero para Hordago.
Bilbao
Bilbao Espazio publikoan gatazka ikusezin bihurtzeko hiru hamarkadako prozesua
Kalea bilakatu da espazio publiko. Ezarri zaio ordena diseinuaren, arauen eta bigilantziaren bitartez. Higienismo garaikidea aztertu dugu Bilboko errealitatea ardatz hartuta.
yolanda
20/10/2017 3:58

Desgraciadamente, en Latinoamérica, en medio de las diferencias socio económicas abismales, la gentrificación es una realidad excluyente más dentro de las ya suficientemente crueles existentes...no por eso menos inhumana.


2
0
Naciones Unidas (ONU)
Genocidio El Informe Albanese denuncia ante la ONU a las empresas que se han lucrado del exterminio en Gaza
La relatora presenta un informe al Consejo de Derechos Humanos en el que detalla la responsabilidad de decenas de empresas en las políticas de ocupación, apartheid y genocidio que está llevando a cabo Israel en Palestina.
Movimiento BDS
Movimiento BDS Sidenor cede a la presión y anuncia que dejará de vender acero para las armas israelíes
La acerera vasca toma esta decisión después de que los sindicatos ESK, LAB y ELA requiriesen información y exigiesen acciones para frenar la complicidad con el genocidio.
Palestina
Palestina Israel bombardea un cumpleaños infantil y asesina a 39 personas en otra jornada mortífera en Gaza
Las Fuerzas Armadas de Israel siguen extendiendo la muerte por todo el territorio de Gaza. Un ataque contra una cafetería frecuentada por periodistas acaba con la vida de varios niños y niñas, un fotoperiodista y una artista plástica.
Fiscalidad
Impuestos España y Brasil se unen para proponer mayores impuestos a los superricos
La propuesta ha sido presentada en la IV Conferencia Internacional de Financiación para el Desarrollo de la ONU que se celebra en Sevilla.
Justicia
Justicia Huelga de jueces y magistrados: ni servicios mínimos ni descuento de salario
Las asociaciones conservadoras convocan por primera vez un paro de tres días, una situación sin sustento legal según el Consejo General del Poder Judicial.
República Democrática del Congo
República Democrática del Congo La RD del Congo y Ruanda, mediados por Estados Unidos, firman un acuerdo de paz incierto
El acuerdo busca crear cadenas de valor en las que intervengan ambos países, con una mayor presencia de los Estados Unidos en la zona. La poca presencia de las víctimas del conflicto en las conversaciones genera dudas en la sociedad civil congoleña.

Últimas

Corrupción
Corrupción El juez decreta prisión provisional sin fianza para Santos Cerdán
El juez acepta la propuesta del fiscal y decreta cárcel contra el ex secretario de organización socialista por integración en organización criminal, cohecho y tráfico de influencias.
Análisis
Análisis Negar, polarizar, avanzar: el asalto de la ultraderecha a las políticas climáticas
El llamado Pacto Verde Europeo se ha convertido en el principal caballo de batalla de la guerra cultural del negacionismo climático, sobre el que anudar los diferentes discursos negacionistas de la extrema derecha.
Opinión
Opinión Feminismo de clase y lucha por la hegemonía cultural
Muchos espacios feministas suelen incorporar códigos simbólicos y culturales burgueses que deslegitiman a los de la clase obrera. Aparte de las condiciones materiales, es necesario abordar la hegemonía cultural que estructura esta exclusión.
València
València La Audiencia de Valencia confirma la imputación a Argüeso en el juicio de la dana
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial concluye que la resolución de la instructora “no es irrazonable ni arbitraria”, ratificando la imputación del ex secretario autonómico de Emergencias.

Recomendadas

Historia
Historia ‘Weimar’, y su eco
‘Tiempos inciertos’, la exposición dedicada a la República de Weimar en el CaixaForum de Barcelona, apenas se deja nada, pero vuelve a incurrir en la idea de las “dos Alemanias” contrapuestas.
Economía social y solidaria
Historia Lo que Franco arrebató al cooperativismo y a la economía social y solidaria
La dictadura franquista combatió de forma cruel el movimiento cooperativo fraguado en la II República, y durante la propia guerra con las denominadas colectividades, y pervirtió la idea de autogestión a través de los ideales falangistas.
Río Arriba
Río Arriba Yayo Herrero: “El holocausto nazi no es una excepcionalidad en la historia de Europa, es un modus operandi”
Nueva entrevista de Río Arriba en formato podcast y vídeo en el que hablamos de ecofeminismo, transiciones ecosociales justas, decrecimiento, colapso, poner la vida en el centro y mucho más.