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Crisis climática
El Parlamento europeo debatirá un “impuesto de carbono” a la carne
La iniciativa pretende reducir un 3% las emisiones actuales de gases de efecto invernadero en la UE para 2030.
El 14,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero globales proviene de la actividad ganadera y el 80% de la deforestación de la Amazonía, ya sea para plantar cultivos destinados a la alimentación animal como para pasto, se atribuye a esta práctica, según datos de Greenpeace. Es “tanto como todos los coches, trenes, barcos y aviones juntos”, recuerdan desde la ONG ecologista, desde la que destacan además que el 75% de la superficie agrícola se destina a la ganadería hoy en día. Ahora, una iniciativa planteada por la fundación True Animal Protein Price Coalition (TAAPC), integrada por organizaciones dedicadas al medio ambiente, la agricultura, la salud y la caridad, plantea gravar el consumo de carne mediante un “impuesto de carbono”.
La coalición ha conseguido que la iniciativa llegue al Parlamento europeo, organismo que la debatirá este mes de febrero como parte de las deliberaciones sobre el Pacto Verde europeo, que fue presentado en la Cumbre del Clima de Madrid pero que aún debe ser concretado. La organización pretende así que el impuesto “refleje los costes medioambientales de su producción, incluidos los de las emisiones de CO2 y pérdida de biodiversidad”.
La propuesta de TAAPC supondría un incremento del precio de la carne de vaca de 0,47 euros por cada 100 gramos para el año de 2030, 0,36 la de cerdo y 0,17 la de pollo. En virtud esas cifras, la organización calcula en 32.200 millones los ingresos generados, además de una reducción de los consumos de carne de vaca, cerdo y pollo del 67%, el 57% y el 30%, respectivamente.
Asimismo, dese TAAL aseguran que “la iniciativa podría llevar a una reducción de 120 millones de toneladas de CO2 por año”, una calidad equivalente a las emisiones de Dinamarca, Eslovaquia, Estonia e Irlanda juntas, el 3% de las emisiones actuales de la UE.
33,48 kilos por persona
El último Informe del Consumo Alimentario en España, con datos de 2018 y elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, señala que en el Estado español se consumen 2.114,78 millones de kilos de carne por persona —33,48 kilos por persona—, una cifra que se redujo un 2,6% respecto a 2017.
Para Greenpeace, “el consumo exacerbado de carne y otros derivados animales procedentes de la ganadería industrial es una de las cuestiones alimentarias más importantes de nuestros tiempos”, llegando a niveles que la organización considera “totalmente insostenibles”.
La directora de ProVeg España, una de las organizaciones que forman la coalición TAAP, Cristina Rodrigo, señala que “gravar el coste de la producción de proteína animal en el precio de la carne es un elemento fundamental para cumplir con los objetivos de la UE para el clima, la salud pública y la biodiversidad”.
Por su parte, el director de TAAP, Jeroom Remmers, añade que “si se reduce el consumo de carne, disminuirán también los gastos en salud, ya que los europeos comen un 50% más de carne de lo recomendado en las guías de alimentación saludable”. Asimismo, recuerda que “también podríamos ahorrar miles de millones de euros cada año en costes sanitarios”.
El debate sobre la propuesta comenzará el 5 de febrero en un debate en el Europarlamento moderado por el vicepresidente de Los Verdes, Bas Eickhout, y codirigido por los socialdemócratas Mohammed Chahim y Sylwia Spurek.
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Parches, parches y más parches... Solamente para seguir aumentando la brecha de la desigualdad ausente de progresividad fiscal para continuar sosteniendo un sistema zombie en pleno colapso.