Arte urbano
Ismael Iglesias: “Parece el enquistamiento de un problema político”

Ismael Iglesias vive a caballo entre Bilbao y Berlin, y es uno de los artistas vascos más reconocidos de Euskal Herria. Con sus colchones aspira a hacernos pensar, con sus lienzos a atisbar cierta belleza (y a vivir del arte).

Entrevista Ismael Iglesias
Ismael Iglesias. Christian García

Vende sus lienzos por un potosí, mientras grafitea en color magenta colchones abandonados en la calle. Pinta versos de Eskorbuto, de la Polla Records y de Doctor Deseo, citas de libros y diálogos de películas. Ismael Iglesias vive a caballo entre Bilbao y Berlin, y es uno de los artistas vascos más reconocidos de Euskal Herria. Con sus colchones aspira a hacernos pensar, con sus lienzos a atisbar cierta belleza (y a vivir del arte).

A diferencia del colectivo Kalea Guztiona Da, buscas lo efímero intencionadamente, ¿pero entiendes por qué ellos quieren quedarse indefinidamente en la pared?
Entiendo que es una respuesta a una situación un poco extraña en un pueblo en el que se ha desatado una pelea por una pared. Y considero que los artistas o el colectivo que ejecutan la acción quieren usar la pared como un medio ilustrativo de los diferentes problemas que han podido surgir a lo largo del tiempo en la sociedad. Espero que lo único que haga esa pared sea sumar al tejido cultural de la propia Zumaia.

Quizá esos murales no sean arte con mayúsculas, pero la necesidad de expresarnos artística y públicamente no es exclusiva de los artistas.
No, para nada. Cualquier ciudadano está en su capacidad de expresar las ideas. Pero cuando se dan este tipo de situaciones, creo que lo mejor es, por un lado, seguir con las convicciones que el colectivo tiene y, por otra parte, llegar a algún entendimiento o negociación con el Ayuntamiento.

Arte urbano
Zumaia: 97 murales borrados

El colectivo Kalea Guztiona Da lleva tres años pintando murales en la calle principal de Zumaia como protesta ante el anuncio del Ayuntamiento de borrar todas las expresiones gráficas realizadas en el espacio público sin permiso municipal.

¿Qué le dirías al alcalde de Zumaia?
Que está para servir a todo el pueblo, y que su misión es la de llegar a acuerdos. En muchas ocasiones, esos acuerdos no tendrán mucho que ver con lo que él piensa exactamente, pero desde mi punto de vista debería tener la capacidad de llegar a acuerdos.

¿Y qué le dirías al colectivo Kalea Guztiona Da?
Que quizá sea el momento de visibilizar otras opciones en las cuales esa pared no sea lo más importante y sigan trabajando en todos los ámbitos, como el videomaping, en los cuales esa pared puede seguir siendo protagonista como soporte y las telas que se pintan vayan cambiando. Mi interés desde la lejanía es buscar soluciones, no apuntar quién está entorpeciendo para que suceda algo.

El colectivo ha propuesto un proceso participativo.
Me parece una buena propuesta. No pretendo buscar quién tiene razón o quién no la tiene. Podría pensar que el Ayuntamiento está ejerciendo un excesivo poder sobre una discusión, pero estoy casi seguro de que tiene que ver más con chorradas del pueblo o con un grupo de personas del pueblo que no se puede ver con otro grupo de personas, y que están encallados en una situación determinada poniendo a una pared o a la expresión artística en medio.

Y ya sobre tu obra, ¿por qué colchones?
He buscado adrede un espacio en el limbo legal para hacer preguntas, aunque no exista el signo de interrogación. Lo mío es una pregunta al ciudadano. O afirmaciones que se convierten en preguntas. Son una invitación a la reflexión. El colchón es la metáfora del hogar. Es el lugar donde pasamos ocho horas cada día. Es un lugar de reflexión, para el sueño, un lugar posible para el amor, para el desamor, para el sexo. Por tanto, era el soporte idóneo para tocar la fibra al ciudadano.

¿Qué encuentras en este tipo de expresión que no encuentras en un lienzo?
Algo muy espontáneo y muy rápido. Tiene algo de relación con los grafiteros, poetas o como los quieras llamar. Alguien que usa la palabra y que de repente construye algo inesperado para la persona que lo lee. Quizá con un colchón no se entiende si es arte o no lo es, pero con el conjunto de los colchones se descubre la intencionalidad y el porqué del proyecto.

¿La calle es el mensaje?
No, la calle es el lugar. En mi proyecto, evidencia un problema mucho más real y más grande que tiene que ver con el exceso de aburguesamiento capitalista que vive Europa. No soy capaz de pintar ni el 5% o el 10% de los colchones que hay en las calles. Nuestro nivel de vida supera con creces las situaciones de pobreza que está viviendo el mundo.

¿La sociedad avanza con la calle?
Sí, la calle nos mueve. Desde mi punto de vista conviene ser menos complacientes con la vida que desarrollamos, ser menos egoístas. El conflicto que estamos analizando es una especie de chorrada de patio de colegio. Da la sensación de que son incapaces de llegar a un acuerdo y ese es el mal que nos acecha continuamente en nuestra vida diaria. Los intereses de cada uno están por encima de un bien común y en este caso se demuestra que, por las razones que sean, que yo desconozco porque no tengo todos los datos, el Ayuntamiento de Zumaia está bloqueando una situación que puede venir de cosas antiguas y lejanas. Parece el enquistamiento de un problema político que llega a día de hoy, que pocas cosas han cambiado. Uno piensa como piensan los de Bildu; el otro piensa como piensan los del PNV.

Descolocar, sorprender, vibrar, molestar son reacciones comunes entre el mural de Zumaia y tus colchones.
Mi actividad no está construida para cambiar el mundo, está para denunciar a veces situaciones determinadas que suceden continuamente en nuestro entorno o para una reflexión casi intelectual. Y, en mi caso, gracias a las redes sociales, la reacción se ha extendido.

¿Hasta cuándo durará tu proyecto con los colchones?
¡Hasta que acaben mis años de vida! No, decir eso sería absurdo. ¿Quién sabe? Solo sé que los colchones también padecen obsolescencia programada. Así funciona el maldito capitalismo, con objetos que estoy de acuerdo que necesitamos, pero que los hacen efímeros para alimentar el monstruo.

Archivado en: Arte urbano
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Arte urbano
Comunidad de Madrid Borran parte de un mural de apoyo a Palestina en Collado Villalba
El Ayuntamiento del Partido Popular accede a borrar parte de un mural por una denuncia de antisemitismo. La alcaldesa tuvo que pedir perdón en 2014 por un exabrupto antisemita.
Grafiti
Muralismo Arte urbano no rural: os muros da Ribeira Sacra que falan sobre aqueles cos que non podemos falar
O artista urbano vigués Maz atopou nas paredes da Ribeira Sacra a canle perfecta para compartir coas veciñas e co resto de seres vivos da zona o seu particular modo de ver o mundo.
Activismos
ACTIVISMOS Muralismo: la apropiación artística del espacio público
Estrenamos serie radiofónica en El Salto Radio en la que exploramos diferentes formas de hacer activismo
Palestina
Flotilla de la Libertad Los cargos públicos integrantes de la Flotilla a Gaza regresan a España
Mientras la flota que llevará ayuda a Gaza permanece en Estambul por los impedimentos de Israel para que zarpe, las políticas españolas deciden retornar a España, ante el anuncio de Pedro Sánchez.
Cine
Estíbaliz Urresola “El cine no debe quedar impasible ante las atrocidades que suceden”
La directora de ‘20.000 especies de abejas’ sigue recibiendo reconocimientos por su película, pero pide que se transformen en aplicación de mejoras concretas para el colectivo trans.
Galicia
Redes clientelares Todas las veces que la Xunta de Feijóo contrató a sus familiares y a los de otros altos cargos
Mientras Sánchez reflexiona sobre su dimisión tras el ‘lawfare’ contra su mujer, el líder del PP ha prometido que no consentiría a su pareja contratar con un Gobierno del que él formase parte, pero sí lo permitió con su hermana, su prima y su cuñado.
Sanidad pública
Sanidad a la madrileña Vecinas y vecinos de Madrid acampan frente al Hospital Doce de Octubre de Madrid
El colectivo prevé permanecer frente al gran hospital madrileño para mostrar su rechazo al deterioro de la sanidad pública y programa actividades para los próximos tres días.
Ley de Memoria Histórica
Niños y niñas de la polio Víctimas de la polio y postpolio, desesperadas ante la nula respuesta de las administraciones a sus demandas
Claman por un apoyo inmediato o “van a acabar extinguiéndonos después de años de sufrimiento y abandono”, afirman desde la Plataforma niños y niñas de la polio que este viernes se concentran frente a Sanidad.

Últimas

Justicia
Juana Rivas El Tribunal Supremo italiano anula el juicio civil que separó a los hijos de Juana Rivas y obliga a repetirlo
La corte de Casación ha respondido al recurso de apelación de la madre reconociendo la violación del principio básico de no separar a los hermanos y la carencia de un informe que analice en profundidad el interés superior de los menores.
El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Eventos
Evento Un Salto al periodismo del futuro: súmate a nuestro primer evento para estudiantes y jóvenes profesionales
El viernes 10 de mayo, El Salto organiza una jornada de periodismo joven para profundizar en temas clave, nuevos lenguajes y formatos, desde un enfoque eminentemente práctico.
Palestina
Genocidio en Gaza La Flotilla de la Libertad acusa a Israel de parar su salida con una nueva maniobra de presión
Los esfuerzos de Israel para impedir la partida del barco Adkeniz con destino a Gaza ponen otra traba que puede ser definitiva para el destino de una misión que pretende romper el bloqueo marítimo sobre Gaza.
Migración
Migración València suprime el Consejo municipal donde se abordaban las problemáticas migrantes
La supresión de este órgano consultivo pone en riesgo las iniciativas realizadas para facilitar la relación de la administración con el 22% de la población local.
Más noticias
Madres protectoras
Madres protectoras Escúchalas
Si un niño o niña le cuenta a su madre que su padre le toca, lo más probable es que al cabo de unos años ella acabe perdiendo a su hijo. Mira a tu alrededor, porque es posible que alguna de tus conocidas esté a punto de vivir algo como esto.
Crisis climática
Crisis climática ¿Cómo sería una transición ecosocial en la industria española?
El sector industrial es el segundo consumidor de energía, solo por detrás del de transporte. La transición ecosocial debe pasar obligatoriamente por la transformación de este sector de la economía.
Lawfare
Justicia a la derecha Pedro Sánchez no está solo: estos son los precedentes a su caso de ‘lawfare’
El presidente del Gobierno aseguraba en su carta que el suyo era un caso de lawfare “sin precedentes”. Lo cierto es que esta estrategia de judicializar la vida política se ha enraizado durante los últimos años.
Opinión
Opinión Cuando la mierda nos come
El panorama mediático se ha convertido en una amalgama de espacios a cada cual más insano. Basura fabricada por gabinetes ultras, aceptada por jueces afines y amplificada por pseudomedios de propaganda regados con dinero público. Hay que pararlo.
Medios de comunicación
Opinión ¿Y qué esperabas, Pedro?
Los gobiernos de derechas llevan años alimentando con dinero público a sus medios afines que esparcen bulos y manipulan sin que el Gobierno haya hecho nada para evitarlo.

Recomendadas

Derechos reproductivos
Luciana Peker y Cristina Fallarás “El aborto se ha apartado del relato feminista porque genera consenso”
Las periodistas Cristina Fallarás y Luciana Peker forman parte del grupo motor de una campaña europea que quiere blindar el derecho al aborto mediante una iniciativa ciudadana que necesita un millón de firmas para llegar a ser debatida.
Música
Música Aprendiendo filosofía con el punk patatero de La Polla Records
Los cáusticos esputos lanzados por Evaristo en las canciones de La Polla Records contenían materia adecuada para hablar de filosofía política en el instituto. Así lo entiende el profesor Tomás García Azkonobieta, autor de ‘La filosofía es La Polla’.