Opinión
Los “Reciclos” de Ecoembes son greenwashing
Rendida a la evidencia de que más pronto que tarde se acabará por implantar un SDDR, la Sociedad Anónima sin ánimo de lucro ensaya su sistema en distintos lugares.

asesor de gestión ambiental y bloguero en Productor de Sostenibilidad
La presión es fuerte. Las personas nos hemos dado cuenta del impacto económico, social y ambiental que causan los envases de usar y tirar. No es sólo el coste de la recogida, tratamiento y gestión de sus residuos. También es el impacto ambiental que causa en los ecosistemas de todo el mundo. Además, el daño que hacen a la producción local. Los envases de usar y tirar son los aliados de cadenas insostenibles de producción lineal que transportan productos absurdamente embalados para que puedan recorrer miles de kilómetros.
Contra el despropósito de esos envases de usar y tirar han surgido las quejas de los particulares, movimientos ciudadanos, legislación europea. Las medidas no van al ritmo de la magnitud de los impactos, pero hemos visto a la Unión Europea estrechando el círculo a los productos de plásticos de un solo uso. Tanto por las normas comunitarias como en regiones y países concretos.
Quizá el reciclaje incentivado es una buena estrategia para animar al personal a separar correctamente sus basuras. Pero resulta que la principal dificultad para poder hacer efectiva esa separación es la insuficiencia de volumen de recogida
Hemos escuchado a Brune Poirson, secretaria de Estado del Ministro para la Transición Ecológica e Inclusiva en Francia, contarnos que los productos reutilizables son preferibles a los de un solo uso y apostando por los sistemas de devolución y retorno de envases (SDDR). Un modelo que hace tiempo se viene presentando como el complemento que necesita el contenedor amarillo para aumentar las tasas de recuperación y reciclaje de residuos. En la misma línea están en Gales. Se proponen llegar al 100% del reciclaje reforzando las medidas de responsabilidad ampliada del productor con SDDR para envases de bebidas.
En España el rechazo a estas medidas, por parte de las grandes cadenas de distribución y otros grupos de presión sectoriales, es frontal. En vez de asumir, como nuestro país vecino, la evidencia cada vez más clara de las tristes tasas de reciclaje, siguen manteniendo una corporación que maneja más de 500 millones de euros anuales para hacer mucho greenwashing.La última genialidad de Ecoembalajes España, SA (Ecoembes para los amigos) son los RECICLOS. Rendida a la evidencia de que más pronto que tarde se acabará por implantar un sistema de depósito, devolución y retorno de envases, la corporación que ha gastado un pastizal en financiar estudios contrarios a este mecanismo, ahora lo “ensaya” en distintos lugares. Reciclaje incentivado para evitar los sistemas de devolución y retorno. Pues bueno.
Quizá hablando de RECICLOS en vez de depósito, la sociedad anónima sin ánimo de lucro evita que las corporaciones adheridas al sistema no pidan la cabeza de los responsables de Ecoembes. Me imagino qué estarán pensando en el Grupo DIA, que hace un par de años se despachaba a gusto contra los sistemas de depósito, devolución y retorno y ahora ve que Ecoembes lo empieza a implantar. Eso sí, convenientemente disfrazado de una especie de juego de puntos. Será para que no se le note mucho.El sistema de RECICLOS trata de explotar la conciencia ambiental de los consumidores, pero les lleva a consumir más envases de usar y tirar
No solo las corporaciones, la propia Comunidad de Madrid que hace poco rechazaba —por sus costes y escasa previsión de resultados— los sistemas de depósito, devolución y retorno de envases en su Plan de Gestión de Residuos Domésticos y Comerciales (2017-2024) ahora estaría entre las administraciones que apoyan a Ecoembalajes España, SA en la aventura de los RECICLOS.
¿Cuánto nos costará la broma?
Estará bien saberlo, teniendo en cuenta que solo la Comunidad de Madrid financió con 579.380,36 y 426.348,73 euros, durante los años 2017 y 2018, campañas de concienciación y sensibilización destinadas a promover el conocimiento de la economía circular por el tejido social madrileño. Una cantidad anual similar a la que el Ayuntamiento de Madrid dedicó en 2018 a campañas con el sistema integrado de gestión de residuos de envases. El mismo que niega el retorno de envases, salvo que quede bajo su control.
Y sí, quizá el reciclaje incentivado es una buena estrategia para animar al personal a separar correctamente sus basuras. Pero resulta que la principal dificultad para poder hacer efectiva esa separación es la insuficiencia de volumen de recogida. Si hacen cuentas con el total de contenedores instalados en España y la frecuencia de recogida llegarán a conclusiones interesantes. En una ciudad como Madrid solo caben en los contenedores amarillos un tercio de todos los residuos de envases que se generan, ¿dónde tiramos el resto? ¿Darán RECICLOS a los vecinos que quieren separar bien su basura pero no pueden porque los contenedores de colores están saturados?
Quizá los responsables públicos harían bien exigiendo al sistema integrado de gestión de residuos de envases una dotación de contenedores y recursos económicos adecuada a la cantidad de residuos que tienen que asumir los sistemas municipales de recogida de basuras. Lo contrario, dar cientos de miles de euros al año a una empresa privada, que no cumple con su razón social, para tareas de imagen corporativa queda un poco raro.El RECICLO es una práctica de greenwashing porque no es más que una estrategia para lavar la imagen de la empresa que crea el problema. Y los RECICLOS no lo solucionan. El creciente consumo de envases de usar y tirar no se frena con un sistema de reciclaje incentivado. La industria adherida a Ecoembes no recibe ningún incentivo para reducir su impacto, con lo que estamos en las mismas. O peor.
El RECICLO es una práctica de greenwashing porque no es más que una estrategia para lavar la imagen de la empresa que crea el problema
Es greenwashing porque consigue lo contrario de lo que supuestamente promete. El sistema de RECICLOS trata de explotar la conciencia ambiental de los consumidores, pero les lleva a consumir más envases de usar y tirar para conseguir RECICLOS que destinar a esas causas que pueden apoyar con las bonificaciones obtenidas a partir de la entrega de residuos de productos envasados que, previamente, han tenido que comprar.
Pero tiene arreglo. Si realmente te interesa el impacto social, ambiental y económico de tus compras no te dejes llevar por las campañas de imagen corporativa de la industria del envase de usar y tirar. Puedes salir de las grandes cadenas de distribución y hacer la compra en comercios de proximidad.Si consumes local y de temporada reduces la necesidad de sobreenvasado, disminuyes las emisiones de efecto invernadero del transporte de lo que comes, ayudas a mantener la calidad de vida en el mundo rural y mantienes el tejido social en el barrio en el que vives.
Hemeroteca Diagonal
SDDR, ¿un mundo sin botellas ni latas tiradas?
El País Valenciano quiere implantar un sistema de retorno de envases. La industria quiere pararlo.
Reciclaje
Ecoembes, un negocio poco eco
Residuos
¿Quién hará un estudio independiente del retorno de envases en España?
El Gobierno ha anunciado que estudiará la puesta en marcha de un sistema SDDR, defendido por los ecologistas pero rechazado por la industria del envasado, encabezada por Ecoembes.
Residuos
Ecoembes, el gran lavado de cara verde
Ecoembalajes España SA, ente formado por las grandes empresas del sector de los envases y principal actor del reciclaje de embalajes de usar y tirar en el país, vende una imagen medioambiental que para las organizaciones ecologistas está muy lejos de la realidad.
Relacionadas
Málaga
Málaga, el punto de inversión para los fondos israelíes a pie de playa
Región de Murcia
Belinda Ntutumu
“La violencia racista no parará mientras Vox pueda presentarse a elecciones”
Palestina
La coordinadora europea contra el antisemitismo dice que los informes sobre la hambruna en Gaza “son rumores”
Palestina
Más de mil caras conocidas de la cultura exigen al Gobierno que cese la venta de armas a Israel
El Salto n.79
La celulosa o la vida: periodismo situado y lucha social para frenar un ecocidio
Castellón
El BDS Castelló pide al FIB que facilite la devolución de entradas por su vinculación con KKR
Opinión
Torre Pacheco: el síntoma de un sistema agroexportador podrido
Comunidad El Salto
El Salto estrena nueva página: una web como una casa
Violencia machista
El 30% de los feminicidios íntimos se producen en verano pero no es el calor, es el patriarcado
Últimas
Opinión
Cuando una huertana llora: saquen sus racistas manos de nuestra región
Análisis
La crisis por el ‘caso Cerdán’ empuja al PP y Vox por encima de los 200 escaños
Cómic
Gotham como estado mental
Opinión
Día Internacional de las Personas No Binarias: no pedimos nuevos derechos, exigimos los que tenemos
Palestina
La masacre se intensifica en Gaza, donde 800 personas han sido asesinadas mientras esperaban alimento
Estados Unidos
Donald Trump amenaza a la Unión Europea con aranceles del 30% a sus productos a partir de agosto
Murcia
Colectivos antirracistas denuncian la impunidad de la ultraderecha en Torre Pacheco, donde sigue la violencia
Economía social y solidaria
¿Dónde está la juventud en la Economía Social y Solidaria? Un relevo que se teje entre retos y oportunidades
Río Arriba
Javier Guzmán: “Desde la izquierda falta la visión de que el derecho a la alimentación es un tema básico”
Recomendadas
Feminismos
Patricia Reguero
“Mis relatos están escritos al lado de otras, arropada por la escucha de otras”
LGTBIAQ+
Mana Muscarsel
“La amistad da más juego para salir de la lógica de la familia porque tiene menos reglas"
Barcelona
El reciclaje invisible: la relación entre la chatarra y la ciudad de Barcelona
Medios de comunicación
El futuro del periodismo no lo está escribiendo una máquina
Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.
Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!