Opinión
El manifiesto Bartleby: una defensa de los empleados públicos en situación irregular

En pleno siglo XXI, la principal receta impuesta por el gobierno para atajar el problema del exceso de temporalidad en el empleo público, sigue siendo la convocatoria de inquisiciones masivas.
Ope Osakidetza
Opositores a Osakidetza realizan el examen. Fuente: Osakidetza
Ainhoa K. Claver

Es profesora de música.

7 oct 2022 06:00

Imagínense que un día, al llegar a su trabajo, se encuentran con un ejecutivo que les emplaza a poner en marcha un juego perverso: la mitad de sus compañeros del departamento se instalan sobre una tarima, erigiéndose en jueces, y la otra mitad se queda a ras de suelo, para asumir el papel de acusados cuya competencia profesional es puesta en entredicho. Pese a que los trabajadores a lo alto de la tarima no cuenten necesariamente con mayor grado de conocimientos, formación o experiencia, se les confiere la potestad absoluta de evaluar a sus compañeros y de constituirse en árbitros de su destino. Y así se da inicio a un proceso, donde los acusados se someten a un conjunto de interrogatorios y pruebas caprichosas, a fin de demostrar al alto Tribunal su “no incompetencia”.

Podría tratarse de un pasaje de El proceso de Kafka. Pero no, en realidad no es más que un proceso selectivo, donde resuenan los ecos remotos de la Inquisición, en la España del siglo XXI. La primera vez que me presenté a unas oposiciones docentes en España me sorprendió la naturalidad con la que los penitentes aceptaban este ritual. Las pruebas a las que nos sometimos eran casi tan irrealizables como el sobrevivir, atados de pies y manos, a nuestro hundimiento en medio de un río. Aquellos acusados que osaron reclamar se toparon con una reafirmación del mismo “veredicto”, sin que se les mostrasen las pruebas inculpatorias, ni hubiera un tercer árbitro capaz de supervisar la transparencia del proceso. La primera conclusión que me vino a la cabeza es que sólo una sociedad acostumbrada a verse subyugada por diferentes autoridades irracionales a lo largo del tiempo (desde la Inquisición hasta la dictadura franquista), podía tolerar semejante ejercicio de arbitrariedad y tiranía.

Y es así como en pleno siglo XXI, la principal receta impuesta por el gobierno para atajar el problema del exceso de temporalidad en el empleo público, sigue siendo la convocatoria de Inquisiciones masivas. Sin duda, habrán sopesado el valor propagandístico que supone la celebración venidera de Ofertas de Empleo, en un país con una larga lista de parados y una economía de servicios turísticos en crisis. Lo que ocultan es que esta fórmula no es fruto de una inversión necesaria en los servicios públicos de este país, sino que se trata más bien de sacar a las personas trabajadoras que actualmente se encuentran dentro, para reemplazarlas por otras.

Y a tenor de lo que ya se advierte en diferentes foros, parece que las nuevas ediciones de estos Juegos del Hambre presentan un cóctel de envidias, sumisión y oportunismo, de lo más excitante. Muchas de las afirmaciones que circulan (tildando de okupas a los interinos) denotan no solo una ignorancia profunda de los derechos laborales europeos, sino una amnesia que, por más que sea habitual en la sociedad española, no deja de ser inquietante.

Parece que ya nadie recuerda que desde hace más de una década, a raíz de la crisis económica de 2008, las tasas de reposición de los funcionarios decayeron (hasta un 10 %) y, por tanto, las plazas ofertadas disminuyeron drásticamente

En efecto, parece que ya nadie recuerda que desde hace más de una década, a raíz de la crisis económica de 2008, las tasas de reposición de los funcionarios decayeron (hasta un 10 %) y, por tanto, las plazas ofertadas disminuyeron drásticamente. Como consecuencia, se denegó la obtención de una plaza a un colectivo cada vez mayor de interinos que, sin bien habían superado uno o más procesos selectivos, quedaban como trabajadores precarios a cargo de funciones estructurales. También olvidamos que las quejas de numerosos interinos motivaron que la Justicia europea llamara la atención al gobierno español sobre su elevada tasa de temporalidad en el sector público y le advirtiera de la inconveniencia de acumular trabajadores que, habiendo superado procesos selectivos, carecían de una plaza estable. Ello motivó que las administraciones trataran de reducir los aprobados al escaso número de plazas ofertadas y, consiguientemente, que se dieran las ya conocidas “escabechinas”, con interrogatorios que proclamaban la “incompetencia” de la mayor parte de estos profesionales.

Con estas premisas históricas, lo lógico, y ético, además de acorde con los últimos autos de la Justicia europea, habría sido reparar el daño cometido y estabilizar a la plantilla de interinos que lleva años prestando servicios. Pero Spain is different. Aquí el mantra de “la igualdad, competencia y mérito” se repite en bucle, para justificar la convocatoria de las plazas denegadas a los interinos a lo largo de más de una década. Un mantra que por más que se repique, no alcanza a ocultar las irregularidades y corrupción que salpican a los procedimientos selectivos establecidos en nuestro país para acceder a un cargo público. Y es que las oposiciones están en las antípodas de garantizar un procedimiento objetivo que valore justamente las capacidades y los méritos, en igualdad de condiciones, de los candidatos.

Se trata de pruebas que no evalúan en absoluto la capacidad de los candidatos. Solo así se explica que aspirantes con menor formación y experiencia acaben superando a otros con mejor bagaje profesional

Qué son las oposiciones

En primer lugar, las oposiciones son pruebas sin garantías donde los aspirantes se encuentran en una clara situación de vulnerabilidad y abuso. Cualquier niño de doce años cuenta, hoy por hoy, con más derechos en sus procedimientos de evaluación. Las reclamaciones de los candidatos, por ejemplo, se encuentran habitualmente con la negativa del tribunal a mostrar el examen y clarificar las razones de su calificación.

En segundo lugar, se trata de pruebas que no evalúan en absoluto la capacidad de los candidatos. Solo así se explica que aspirantes con menor formación y experiencia acaben superando a otros con mejor bagaje profesional. Por un lado, los correctores de las pruebas no están preparados para valorar conocimientos especializados que muchas veces desconocen. Por otro, el problema de estas pruebas, tanto en su versión test, como de desarrollo, radica en su propio diseño, más orientado a evaluar el entrenamiento realizado para pasar ese ejercicio, que los conocimientos profesionales. Es decir que lo que cuenta NO es la capacidad del candidato, sino simplemente la preparación que haya recibido para aprobar los ejercicios de ESE examen. Lo que equivale a decir que podemos suspender a una persona con grandes competencias en un área, y aprobar a otra de aptitudes mediocres que se haya ejercitado durante meses para superar ese trámite.

Y de esta última característica deriva precisamente la desigualdad de los candidatos. El hecho de que un aspirante pueda o no prepararse específicamente los meses anteriores, depende de su situación socio-económica y familiar. Ello implica una grave discriminación tanto de clase, como generacional, teniendo en cuenta que muchos de los interinos a quienes se les denegó, en su juventud, la posibilidad de obtener una plaza son hoy adultos que poseen considerables cargas familiares, y además, que la mayor parte de estas responsabilidades recaen, aún hoy en día, sobre las mujeres. Parece que al folklorismo feminista de este gobierno le importa un rábano que centenares de miles de mujeres, empleadas en los servicios públicos, pierdan su trabajo por una falta de conciliación familiar.

El hecho de que un aspirante pueda o no prepararse específicamente los meses anteriores, depende de su situación socio-económica y familiar implica una grave discriminación tanto de clase como generacional

Pero existe además una discriminación mucho más fundamental en estas oposiciones. Se trata de aquella establecida entre los aspirantes que conocen de antemano en qué consiste la prueba, y aquellos que no. En efecto, la corrupción del sistema se basa precisamente en la información “privilegiada” facilitada por toda una red de academias y preparadores particulares, algunos de los cuales cuentan con un acceso preferente al diseño de los exámenes.

Se trata, por tanto, de un procedimiento selectivo carente de garantías mínimas, plagado de irregularidades y fallido en su mismo planteamiento (puesto que esencialmente no prueba nada). Si lo que se busca es valorar el mérito y la capacidad de los candidatos, ¿no sería entonces más lógico recurrir al curriculum vitae del candidato? ¿Por qué insisten entonces parte de la opinión pública, el conjunto de la clase política y ciertos sindicatos en privilegiar estos absurdos exámenes?

Algunas de las respuestas parecen más obvias, otras merecen tal vez un estudio antropológico más arriesgado. Resulta evidente que las oposiciones son una oportunidad de negocio para una serie de agentes: principalmente, las administraciones que las convocan, las academias y los preparadores particulares. Las oposiciones son además una excelente ocasión para que las dinastías familiares, élites corporativas y políticas de diverso género vayan perpetuándose a través de sus mecanismos irregulares de selección.

Entre las razones “antropológicas” del éxito de estas pruebas, me atrevería a afirmar que se encuentran ciertos hábitos arraigados. Uno de ellos tal vez sea la naturalidad con que aceptamos que los empleos públicos se conciban como “plazas en propiedad”, sin duda una herencia de aquellos cargos del Estado renacentista que aparejaban privilegios. Parece que esta lógica (publicitada por las academias de preparación) se decanta más por las ventajas de poseer un empleo en el sector público, que por desarrollar vocaciones para el desempeño de un trabajo al servicio de la sociedad.

Pero el argumento que más legitima este tipo de exámenes irracionales, es aquel que lo concibe como una suerte de ritual de pasaje. Demostrar la profesionalidad ingiriendo 70 temas caducos desde hace ya décadas, es tan absurdo como exhibir la “virilidad” de uno a través del dolor producido por la hendidura de un látigo. Perdónenme por este símil, pero aquí los opositores me recuerdan a aquellos penitentes que muestran puntualmente un sufrimiento intenso, a fin de compensar los años de buena vida, tanto futuros, como pasados. En realidad, este ejército de sufrientes nazarenos en cadena, que reclaman sus plazas en las redes y promulgan la expulsión de los trabajadores comprometidos con los servicios públicos durante décadas, no hace sino esgrimir argumentos del más rancio catolicismo.

Los dictámenes del TJUE a favor de los derechos de los interinos, y la presión de las instituciones comunitarias, habrían brindado una excelente oportunidad de profundizar en la modernización de nuestro país. Desafortunadamente, los ecos del Antiguo Régimen siguen resonando en una España, cuya modernidad parece reducirse a un simpático decorado para atraer turistas. Los nuevos planes de estabilización publicitados por el gobierno son también un decorado tras el que se esconde la desidia y la falta de voluntad política.

A los interinos que, frente a esta criba, seguimos reivindicando los derechos laborales, unos servicios públicos de calidad, así como el reconocimiento de nuestra capacidad profesional acreditada por años de formación y trabajo, sólo nos queda la vía de una denuncia judicial masiva, el unirnos en las calles, y el movimiento Bartleby. Este último no es sino el sueño de una comunión simbólica entre funcionarios, interinos y nuevos aspirantes reticentes a participar en estos Juegos del Hambre. Básicamente, consistiría en portar a lo largo de todo estos procesos kafkianos una camiseta con el eslogan “Preferiría no hacerlo”, emulando así al triste escribiente del relato de Herman Melville, que expresaba su enajenación a través de una falta de cooperación irritante. Tal vez podamos entrever así la utopía de una sociedad que nos eduque, nos forme, y renuncie a reproducir automáticamente el mismo modelo de alienación, mediocridad y superación vacía de trámites.

Archivado en: Laboral Opinión
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Sindicatos
Renovación Sindical La renovación del sindicalismo alemán
Más de 2.000 sindicalistas se reúnen en Berlín para debatir cómo renovar el sindicalismo laboral alemán frente al auge de la extrema derecha y las políticas de austeridad.
Reducción de jornada
Reducción de jornada Cada vez está más cerca la semana laboral de 37,5 horas
Aprobada hoy en en Consejo de Ministros, la reducción de la jornada máxima legal será tramitada de urgencia en un Congreso que exigirá medidas compensatorias.
Comunidad de Madrid
Luis A. Ruiz Casero “Durante la transición la cárcel de Carabanchel albergó a más presos que en algunos años del franquismo”
De los presos franquistas que construyeron el penal, pasando por los que fueron fusilados, hasta los revolucionarios que pusieron patas arriba el centro penitenciario con iniciativas como la COPEL, Luis A. Ruiz Casero ofrece en 'Carabanchel. La estrella de la muerte del franquismo', un documentado homenaje a las luchas de las personas internas.
Congreso de los Diputados
Aranceles El Congreso aprueba el decreto de aranceles por la mínima
La mayoría parlamentaria que invistió al ejecutivo, con la abstención de Podemos, se impone al voto en contra de PP y Vox.
Tribuna
Tribuna Para acabar de una vez con las nucleares: sobre el último intento de prolongar la vida de las centrales
Los voceros de la nuclear han encontrado la oportunidad ideal para difundir sus bulos con el apagón del 28 de abril. Quieren generar polémica para mantener operativa una infraestructura innecesaria, peligrosa y que genera residuos incontrolables.
Análisis
Análisis ¿Existe una identidad europea?
El 9 de mayo se celebra el “día de Europa”, que conmemora la paz y la unidad en el continente y que coincide con la declaración presentada en 1950 por Robert Schuman que sentó las bases de la cooperación europea. Pero, ¿qué es Europa realmente?
Sanidad
GENOCIDIO EN GAZA 200 trabajadoras del Hospital de Cruces piden vetar los fármacos de Teva Pharm
Las profesionales sanitarias registraron el pasado 2 de mayo una petición ante la Dirección de Osakidetza para exigir la retirada inmediata de todos los productos de la farmacéutica israelí.

Últimas

Eventos
Evento Un Salto al periodismo desde el barrio: acompáñanos en un directo sobre periodismo situado
El Salto organiza un evento centrado en el potencial de los formatos sonoros para transmitir información veraz y fiable de forma cercana. Para hacer periodismo desde el barrio y barrio desde el periodismo.
Ayuntamiento de Madrid
Fórmula 1 en Madrid Madring: el gran evento de la “marca Madrid” que no respeta trámites ni esperas
El Ayuntamiento ha aprobado la licencia de obras del futuro circuito de Fórmula 1 mientras el plan urbanístico del mismo está recurrido en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid y sin resolver a las alegaciones de la oposición ni vecinales.
Madrid
Madrid El grito de ‘Altri Non!’ llega al Congreso de los Diputados
La Plataforma Ulloa Viva y organizaciones ecologistas exigen directamente al Gobierno español que rechace subvencionar el proyecto de la macrofábrica de celulosa y que respete la voluntad del pueblo gallego.
El Salto Radio
El Salto Radio Malismo
Hacerse el “malote” aporta beneficios: entrevista con Mauro Entrialgo, autor de Malismo, un ensayo sobre los mecanismos de ostentación del mal
Libertad de expresión
Libertad de expresión La Justicia da la razón al humorista Héctor de Miguel, Quequé, frente a la denuncia de Abogados Cristianos
La Audiencia Provincial de Madrid estima el recurso de apelación presentado por Héctor de Miguel, imputado por unas declaraciones tras una denuncia de Abogados Cristianos.
Más noticias
Senegal
Senegal El Gobierno senegalés cumple su primer año en el poder con más preguntas que respuestas
El Pastef, el partido panafricanista senegalés, llegó a la presidencia a finales de marzo de 2024 con propuestas radicales de cambio. Un año después, limitado por la deuda externa, mantiene el apoyo popular mientras busca un nuevo acuerdo con el FMI.
There Is Alternative
There Is Alternative There Is Alternative #3: de bancos que financian genocidios, finanzas éticas y todo lo que no sea Netanyahu
Tercer episodio del podcast There Is Alternative de El Salto Radio sobre empresas que ganan dinero con la masacre al pueblo palestino, de la banca armada que les ayuda y de las alternativas de las finanzas éticas.
Estados Unidos
Libertad de expresión Canadá recomienda al profesorado LGTBQ+ o crítico con Trump no viajar a Estados Unidos
Una circular de la Asociación Canadiense de Profesores Universitarios (CAUT) recomienda “encarecidamente” que el personal académico viaje a los EEUU “solo si es esencial y necesario”.

Recomendadas

Pensamiento
Lola Olufemi “No me atraen las utopías lejanas, estoy más interesada en el ahora”
La escritora e investigadora británica Lola Olufemi trabaja desde la certeza de que el presente no es una jaula, desde la confianza en que viviremos cosas diferentes aunque no se sepa exactamente de qué tipo van a ser.
Industria armamentística
Genocidio Las relaciones armamentísticas de España e Israel han sido “más lucrativas que nunca” desde octubre de 2023
Un informe del Centre Delàs señala diferencias significativas en las armas que España dice que ha vendido a Israel y las que Israel registra. Las empresas israelíes han firmado 46 contratos con las administraciones por más de mil millones.
Catalunya
Acción directa Las Sublevaciones de la Tierra francesas llegan a Catalunya: “Necesitamos una forma nueva de luchar”
Una acampada de tres días y una acción simbólica han sido el pistoletazo de salida de Revoltes de la Terra. La organización ha sido capaz de unir a ecologistas de campo, de ciudad y campesinado en una dinámica de lucha “nueva”.