Criar bajo una actualizada disciplina social

Se trata de identificar las coordenadas en las que la actividad humana de la crianza o trabajo materno estaban siendo asumidas antes de esta crisis, para no perder ni un centímetro de los avances conseguidos y reenfocar hacia un futurible, un futuro ya posible, los horizontes que proyectábamos en colectivo

13 may 2020 14:10

No se trata de poner en cuestión a modo cuñadismo de cuerpos/sofá como vemos cada día en las redes las decisiones de los equipos tecnosanitarios que están pautando las estrategias para afrontar esta crisis. El foco que propongo es otro, gira hacia identificar —y no olvidar— las coordenadas en las que la actividad humana de la crianza o trabajo materno estaban siendo asumidas antes de esta crisis, para no perder ni un centímetro de los avances conseguidos y reenfocar hacia un futurible, un futuro ya posible, los horizontes que proyectábamos en colectivo. No como horizontes armados por demandas en común, sino más bien como horizontes que se va ensanchando por la suma de luchas y de voluntades, y por el deseo sincero de ser más fuertes juntas, como nos dice la pensadora Natalia Cabanillas en Miradas en torno al problema colonial (Akal, 2019).

Hablo de recordar donde estábamos desarrollando las crianzas, hace dos meses, para entender el decalaje respecto a las maneras que vamos a tener que asumir a la hora de criar en estas circunstancias excepcionales. Entendiendo que esto de “excepcional” no es sino el fondo (ojalá también el fin) de haber dejado librada a sí misma a la machomáquina de acumulación de capital. Dejando fuera la vida de todos los cuerpos que viven en el planeta Tierra, ya sean animales humanos, animales no—humanos o el cuerpo viviente naturaleza. O lo que es lo mismo: olvidando que las políticas van de proporcionar unas verdaderas condiciones para que todo lo vivo pueda continuar vivo.

Ojalá no nos olvidemos que antes de entrar en esta etapa de extrañamiento vírico desarrollábamos la vida pública en unos espacios donde todo estaba pautado

Ojalá no nos olvidemos que antes de entrar en esta etapa de extrañamiento vírico desarrollábamos la vida pública en unos espacios donde todo estaba pautado, donde se estructuraba cómo ha de ser el comportamiento de los cuerpos en cada lugar. Esta cosa que llaman el “panoptismo” o cómo está todo planteado a nivel social para que se tenga la constante sensación de vigilancia y así dirigir nuestros comportamiento, rutinas y dinámicas hacia lugares concretos. Todas esas maneras que hacen que la disciplina social entre silenciosamente. Que nos vayamos adaptando a esto sí esto no, sin prestar resistencia alguna (la gran victoria del biopoder).

Como consecuencia directa, la actividad humana de la crianza, el currazo de cuidar de menores a cargo, era asumido por millones de cuerpos “mujeres” madres como un trabajo en constante estado de vigilancia por parte del sistema sanitario, de la educación formal, del aparato paterjurídico o de los entornos sociales patriarcalizados a tope.

A todo esto, no podemos pasar por alto, que esa vigilancia se debe a la necesidad del propio patercapitalismo de mantenerse vivo y asegurarse tener mano de obra o fuerzas de trabajo o más cuerpo/consumo pero manteniendo a los cuerpos “mujeres” madres en estado de tensión continua. Cosa que se consigue poniendo en duda si serán capaces de realizar tal trabajo descomunal (el de vertebrar a una criatura en condiciones de bienestar y desarrollo deseable) con toda la batería de herramientas y tecnologías sociales que tiene. Pero con la macho-expectativa que ese trabajo materno no lo hagan demasiado bien porque esto generaría fuerzas libres. Mejor todo atadito en corto y los cuerpos “mujeres” madres ninguneados y confundidos.

Esa vigilancia se debe a la necesidad del propio patercapitalismo de mantenerse vivo y asegurarse tener mano de obra manteniendo a los cuerpos “mujeres” madres en estado de tensión continua

Entonces si estábamos criando bajo estas presiones, ¿qué va a pasar ahora con este sistema de vigilancia social post epidemiológico?

¿No estaremos entrando en una actualizada disciplina social de la crianza como actividad humana en el espacio público sin ser conscientes que estamos perdiendo emancipaciones internas que habíamos logrado abrir dentro de nosotras con mucho esfuerzo por desaprender y así poder escapar de la jaula donde nos coloca las narrativas del paterfamilias respecto a lo que son los cuerpos “mujeres” madres y cómo deben llevar a cabo sus crianzas?

¿Somos conscientes que reforzar la vigilancia social en todo lo común que compartimos como comunidad durante la “nueva normalidad” va a suponer para los cuerpos “mujeres” madres un aumento de las violencias que tienen que manejar diariamente?

Me refiero a todas las violencias invisibles que dañan y enferman nuestros cuerpos tales como la psíquica, la monetaria/financiera, la sexual, la capacitista, la neuroaplastante, la hipotecaria, la salariocéntrica, la dogmática, la religiosa, la alimentaria por el alto grado de toxicidad, la farma-alopática, la generada por la anorexia psicoafectiva urbana de la “familia nuclear”o la intragrupal (la cual cobra mucha presencia en esta nueva era panóptica post vírica).

Con violencia intragrupal me refiero a esa que sentimos como una culebra que sube desde el coxis hasta el comienzo del cráneo cuando se nos exige de manera pública —ya sea en un espacio exterior o virtual— que nos ajustemos a determinada moralidad machovehemente que es denomina como “sentido común”. Cuando más bien podríamos hablar de moral patriarcalizada por pura repetición histórica de las “verdades” del pater, simplemente.

Hablamos de esa violencia que es ejercida entre cuerpos semejantes que están bajo las opresiones de un ente superior. Poniendo en marcha la perversión de alzarse como guardianas del orden social cuando interpretan que se está desobedeciendo. Imponiendo un modelo de crianza único, jerárquico, dogmático y vehemente. Muy vehemente.

La cosa es que con esto del refuerzo de la disciplina social se ningunea a las crianzas que no están machoadaptadas, donde intentamos no reproducir “lo mismo”. Eso que llaman “la mismidad” para que el resultado futuro no sea una reproducción de donde estamos ahora, y así poder continuar con nuestro deseo de criar a niñas y niños que se erijan como fuerzas libres.

También es preocupante vislumbrar cuales serán las consecuencias de una disciplina social que refuerza la soledad de tránsito vitales ya de por sí solitarios como son los puerperios. No por decisión o deseo de ser vividos de esa manera por los cuerpos “mujeres” madres, sino porque al no estar reconocidos como procesos vitales prioritarios por el paterestado se viven en la negación de su existencia.

Es preocupante vislumbrar cuales serán las consecuencias de una disciplina social que refuerza la soledad de tránsito vitales ya de por sí solitarios como son los puerperios

Es muy alarmante que siendo los puerperios (que muchas expertas lo sitúan en los dos primeros años de vida de las criaturas) unos de los procesos más desestructurantes a nivel interno psícofísico que pueden –o deciden- atravesar los cuerpos en su tránsito por este plantea, no estén ni suficientemente narrados, explicados, apoyados, reconocidos.

Es extraño que no tengan sus correspondientes programas públicos que lo acompañan como tal y en su lugar lo que tenemos actualmente, salvo en círculos avanzados de cuidados perinatales, es un enfoque desde la patologización. Todo como parte del macho-lío patriarcal de mantenernos confundidas, cuando los movimientos psíquicos que aparecen durante el puerperio no son patologías, no son depresiones postparto, sino son procesos de reajuste psicofísico determinantes para la salud futura de ese cuerpo “mujer” madre y de su criatura. Porque, pequeño detalle, integrar a nivel inconsciente que una criatura depende de ti para su supervivencia, es telita marinera. No es que entremos en depresión, es que es un proceso complejo.

Igual es lo que decía Gloria Steinem en “Si los hombres menstruaran” (1978), texto que leí en español en el maravilloso libro “Yo menstruo: un manifiesto” (2018) de la investigadora y compañera, Erika Irusta. Si fuesen los machocuerpos quienes tuviesen que transitar la intensidad y el reajuste interno del puerperio habría ya todo un andamiaje público con programas de “Bienestar psicológico perinatal para facilitar el tránsito” implementados “a todo dar” —como dicen en México— donde se reconocería como proceso “sagrado” y esto es muy del pater, lo de su capacidad exclusiva para acceder a lo divino, mientras nosotras fuimos relegadas a tener, solamente, acceso a la naturaleza, considerada más mundana. Igual es por esto por lo que el machocuerpo la destruye sin parar.

¿Qué va a pasar con los cuerpos “mujeres” madres durante sus puerperios y con todo lo que implica estos procesos si entramos en un refuerzo constante de la soledad en esta nueva y actualizada disciplina social? ¿Estamos teniendo en cuenta que hay procesos vitales de prioridad indiscutible que esta era post vírica puede arrinconar?

¿Será que el trabajo de cuidar de menores a cargo corresponde a un lugar mental colectivo profundamente vigilado y denostado al haber sido asumido por cuerpos “mujeres” en espacios domésticos panoptizados por los deseos del paterfamilias y, como consecuencia directa, si el paterestado decide reforzar la vigilancia de las crianzas en nombre de un orden social que se supone es “necesario” para manejar el contagio del virus lo aceptamos sin resistencias?

Estemos atentas a que esta “nueva normalidad” no sea una actualización de la muy conocida disciplina social que aprendimos de manera forzada cuando asumimos que circulábamos por este sistema con un cuerpo “mujer” —sinónimo de pérdida de poder político.


Luisa Fuentes Guaza es investigadora y coordinadora del grupo de estudios sobre maternidades en MNCARS y fundadora de Futuridades Maternales

Coronavirus
Invisibilidad de la infancia durante el confinamiento

¿Será este el momento para incorporar en las políticas públicas españolas la merecida prestación universal por menor a cargo implementada en casi la totalidad de Europa para reconocer la dimensión monetaria de los trabajos de cuidados invisibles en la cuantificación capitalista? 

Coronavirus
Malestar y confinamiento. Cuidar encerradas

¿Cómo no nos va a producir malestar la pérdida de libertades civiles y el no reconocimiento económico y político del trabajo ingente que supone cuidar de menores a cargo en un espacio doméstico confinado? ¿Cómo no vamos a sentir malestar al asistir a la activación de resortes machobélicos que se han activado para el manejo de toda esta crisis sanitaria?

Sobre este blog
Un espacio de encuentro y debate para personas que participan o están en los alrededores de ese difuso cuerpo conocido como Movimientos Sociales.
Ver listado completo
Cargando valoraciones...
Comentar
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Cargando relacionadas...
Sobre este blog
Un espacio de encuentro y debate para personas que participan o están en los alrededores de ese difuso cuerpo conocido como Movimientos Sociales.
Ver listado completo

Málaga
Málaga, el punto de inversión para los fondos israelíes a pie de playa
Diversos fondos de origen israelí están presentes en proyectos urbanísticos de Málaga influyendo en la turistificación de la provincia mientras se enriquecen con la ocupación de Palestina
Región de Murcia
Belinda Ntutumu
“La violencia racista no parará mientras Vox pueda presentarse a elecciones”
La cofundadora de Afromurcia señala a los discursos de Vox como causantes de la violencia racista de Torre Pacheco y califica de “laxa” la respuesta institucional: “Deberían haber impedido que los disturbios continuaran durante tres días”.
Palestina
La coordinadora europea contra el antisemitismo dice que los informes sobre la hambruna en Gaza “son rumores”
Katharina von Schnurbein es la encargada de proteger a Israel en las discusiones que esta semana tienen lugar sobre el acuerdo preferencial que la UE tiene con el Estado sionista.
Palestina
Más de mil caras conocidas de la cultura exigen al Gobierno que cese la venta de armas a Israel
Una carta dirigida al presidente del Gobierno por más de mil profesionales de la cultura considera que “mantener los negocios armamentísticos con Israel es complicidad activa con el genocidio”.
El Salto n.79
La celulosa o la vida: periodismo situado y lucha social para frenar un ecocidio
El jueves 17 de julio os esperamos en el CS “A Nubeira” de Vigo para presentar el último número de la revista El Salto.
Castellón
El BDS Castelló pide al FIB que facilite la devolución de entradas por su vinculación con KKR
El BDS y la Plataforma Castelló per Palestina piden al festival que se desvincule del fondo y que adopte un compromiso público para incluir el respeto por los derechos humanos palestinos en sus protocolos éticos.
Opinión
Torre Pacheco: el síntoma de un sistema agroexportador podrido
Se podría hacer un mapa de la llamada conflictividad social migrante y coincidiría, casi matemáticamente, con el de los polos agroexportadores.
Comunidad El Salto
El Salto estrena nueva página: una web como una casa
Después de un año de trabajo, lanzamos en julio la nueva web de El Salto, con un nuevo diseño, pero, sobre todo, con una nueva Zona Socias llena de ventajas para las personas que hacen posible El Salto con su apoyo.
Violencia machista
El 30% de los feminicidios íntimos se producen en verano pero no es el calor, es el patriarcado
El Ministerio de Igualdad convocó la semana pasada un comité de crisis tras los nueve asesinatos de mujeres por sus parejas o exparejas en junio. ¿Qué pistas da este dato sobre cómo orientar las políticas públicas?

Últimas

Opinión
Cuando una huertana llora: saquen sus racistas manos de nuestra región
Me aterra pensar que lo que ha sucedido en Torre Pacheco es el comienzo de algo peor, que es el primer síntoma de una enfermedad que hemos permitido que campe a sus anchas por nuestras regiones.
Análisis
La crisis por el ‘caso Cerdán’ empuja al PP y Vox por encima de los 200 escaños
El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) señala una caída del PSOE, que apenas aprovechan los partidos a su izquierda, y un aumento de votos en la mayoría de PP y Vox
Cómic
Gotham como estado mental
Que Batman es el personaje del cómic de superhéroes más icónico del último medio siglo es algo a lo que también contribuye una iconografía del mal como forma urbana a la que responde la ciudad de Gotham, un estado mental en sí mismo.
Opinión
Día Internacional de las Personas No Binarias: no pedimos nuevos derechos, exigimos los que tenemos
Varios tratados internacionales permiten una interpretación favorable a reconocer a las personas no binarias. El Estado español incumple su deber de protección de estas personas.
Estados Unidos
Donald Trump amenaza a la Unión Europea con aranceles del 30% a sus productos a partir de agosto
Ursula von der Leyen ha respondido al anuncio de Trump insistiendo en la vía del diálogo pero anunciando que “tomarán todas las medidas necesarias para salvaguardar" sus intereses
Más noticias
Murcia
Colectivos antirracistas denuncian la impunidad de la ultraderecha en Torre Pacheco, donde sigue la violencia
En la localidad murciana se ha producido una segunda jornada de violencia racista, ultraderechistas de otros territorios se han unido a las “patrullas” para “limpiar España”.
Economía social y solidaria
¿Dónde está la juventud en la Economía Social y Solidaria? Un relevo que se teje entre retos y oportunidades
Cada vez más jóvenes se acercan buscando formas de vida y empleos coherentes con sus valores. Sin embargo, su participación sigue enfrentando barreras: precariedad, estructuras poco flexibles y falta de relevo real.
Río Arriba
Javier Guzmán: “Desde la izquierda falta la visión de que el derecho a la alimentación es un tema básico”
Nueva entrevista de Río Arriba en formato podcast donde hablamos de soberanía alimentaria, políticas públicas relacionadas con la alimentación, tratados de libre comercio y sus efectos sobre la agricultura, ganadería y alimentación.

Recomendadas

Feminismos
Patricia Reguero
“Mis relatos están escritos al lado de otras, arropada por la escucha de otras”
Patricia Reguero Ríos, redactora de El Salto, presenta ‘Todo lo que pasó el día que me mordió mi hija’ (La Imprenta, 2025), un conjunto de relatos que desde lo individual apelan a lo colectivo y que se devoran con una mezcla entre ansiedad y placer.
LGTBIAQ+
Mana Muscarsel
“La amistad da más juego para salir de la lógica de la familia porque tiene menos reglas"
La autora y psicóloga argentina pone en valor la amistad frente a los modelos relacionales centrados en la pareja y la familia. Tampoco le interesa la familia elegida: “Marca una línea muy clara entre lo que pertenece y lo que no”.
Barcelona
El reciclaje invisible: la relación entre la chatarra y la ciudad de Barcelona
La red de reciclaje en Barcelona es de una complejidad casi hermética, más aún si hablamos de los recicladores informales, más conocidos como chatarreros. Salimos a la calle a entender una economía sumergida que está a la vista de todos.
Medios de comunicación
El futuro del periodismo no lo está escribiendo una máquina
El periodista Pablo Mancini, estratega dentro de The Washington Post, defiende una profesión aquejada de múltiples problemas. El primero, y más crucial, la deserción de miles de personas que ya no quieren estar informadas.
Comentarios

Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.

Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!

Cargando comentarios...