Seis lecciones del sindicalismo feminista

Las personas que trabajan en los sectores más precarizados están encontrando formas para superar las dificultades de organización. Los logros de estos sindicatos merecen nuestra atención porque son un ejemplo inspirador para armar la resistencia que viene.
15 ene 2024 06:00

Reproducimos a continuación el capítulo 3 del libro “Del campo a los cuidados. El Sindicalismo feminista y antirracista que viene” de libre descarga aquí. Desde Cuadernos de Trabajo agradecemos enormemente a la Laboratoria y a Pastora las facilidades que han puesto para publicar este capítulo así como los aprendizajes para construir un nuevo sindicalismo de base capaz de transformarlo todo.

Las personas que trabajan en estos sectores precarizados están encontrando formas para superar las dificultades de organización. Y más allá del loable aplauso por conseguir autorganizarse desde estas posiciones de vulnerabilidad social, los logros de las organizaciones de mujeres mayoritariamente migrantes merecen nuestra atención porque son un ejemplo inspirador para armar la resistencia que está siendo necesaria.

La Asociación de Trabajadoras del Hogar ha venido manteniendo una reunión semanal desde su constitución. En ella participan las trabajadoras más activas y las que tienen responsabilidades directivas en la organización, pero siempre ha estado abierta a las socias que quieran acercarse, por lo que la composición es cambiante cada semana. Suele ser un día festivo, sábado por la tarde o domingo, coincidiendo con los días de descanso, y suelen llamarlas «encuentros» o «meriendas». Esta forma de encuentro mixto entre el ocio, lo político y lo afectivo es sin duda una de las aportaciones clave que estas maneras de autorganización aportan a los nuevos modelos sindicales que están por construir.

En estos espacios no solo se organizan marchas o se imparten talleres sobre derechos, sino que también se comparte información para sostener las vidas.

Cuando alguien tiene que organizarse políticamente en los márgenes tan estrechos de vida que deja, por ejemplo, un empleo como trabajadora doméstica interna, esa forma de organización tiene que parecerse a tu ocio, porque coincide en el mismo estrecho lapso de tiempo. Si en la tarde de un domingo tengo que organizar una marcha y a la vez quiero estar con mis amigas y echar unas risas, lo más sensato es que la marcha se organice entre risas y cafés para hacerla posible.

1 Mayo Interseccional - 12
Empleadas de hogar organizadas reivindicaron su larga lucha: Ratificación del Convenio 189 de la OIT, ¡ya! David F. Sabadell

Esos espacios mixtos entre lo político, el ocio y lo afectivo funcionan a su vez como un modelo de mutualismo de base capaz de sostener cuestiones materiales y emocionales más allá de la situación laboral. En estos espacios no solo se organizan marchas o se imparten talleres sobre derechos, sino que también se comparte información para sostener las vidas. Si alguien necesita una nueva habitación para alquilar, si una empleadora busca una nueva trabajadora, si a otra persona le han denegado una prestación, le ha llegado una carta de extranjería que no comprende o sabe de un nuevo recurso de asistencia social, se socializa la información. Los problemas individuales toman una dimensión colectiva en estos espacios de sostenimiento mutuo. Sucede el biosindicalismo.

Quizá el sindicalismo decimonónico se parecía más al que hacen hoy espacios como el de la Asociación de Trabajadoras del Hogar, y la cooperativa de viviendas o el economato formaban parte de ese sostenimiento común de todas las parcelas de la vida que venía con la pertenencia a un sindicato.

En la actualidad, el sindicalismo tradicional está en gran parte subsumido por la gestión burocrática de los problemas meramente laborales de la afiliación. Así, disecciona el sufrimiento de las personas trabajadoras según sus causas y se centra en sanar solo lo que viene de manera directa de la relación laboral o del chantaje renta-trabajo. Si alguien es despedido, no le abonan las horas extra o sufre discriminación en el puesto de trabajo, puede acudir a un sindicato de clase y encontrará apoyo para poner una demanda u organizar una protesta. Pero si alguien carece de rentas para pagar el suministro de luz, el casero le amenaza con un desahucio o sufre violencia machista, es muy posible que acuda a otros servicios o recursos sociales antes que al sindicato.

Quizá el sindicalismo decimonónico se parecía más al que hacen hoy espacios como el de la Asociación de Trabajadoras del Hogar, y la cooperativa de viviendas o el economato formaban parte de ese sostenimiento común de todas las parcelas de la vida que venía con la pertenencia a un sindicato. Una de las derrotas del movimiento obrero hoy es que la mayoría de las organizaciones han perdido este carácter mutualista y sus capacidades solo alcanzan a lo sumo para afrontar la gestión del conflicto laboral.

La Asociación de Trabajadoras del Hogar viene reuniéndose desde su constitución en el Centro Vecinal del Pumarejo, en Sevilla. Una casa palacio sevillana rescatada por la lucha vecinal en el corazón de la ciudad que tiene la doble función de casa de vecinas y centro vecinal donde se reúnen colectivos de muy diversos tipos, desde la Plataforma de Afectadas por la Hipoteca a la Oficina de Derechos Sociales. Este espacio compartido aumenta las redes de apoyo y solidaridad de la Asociación de Trabajadoras del Hogar y las diferentes fórmulas de apoyo mutuo se extienden en un magnífico experimento biosindical.

En la actualidad, el Centro Vecinal alberga un comedor popular un día a la semana y algunas mujeres de las que participan en la Asociación de Trabajadoras del Hogar confluyen en la gestión del proyecto del comedor social; una olla popular autogestionada que puso en pie la Asociación de Mujeres Supervivientes, formada por mujeres en situación de violencia machista, en su mayoría migrantes. El proyecto nació para sostener algo tan necesario para armar la lucha y la protesta como es comer; hoy en día, el proyecto se ha desbordado y da de comer un día a la semana a todo aquel que lo necesite.

Este espacio merecería una investigación propia sobre sindicalismo feminista y antirracista que indagase cómo mujeres que se organizan para denunciar agresiones y acompañarse a los juzgados terminan haciendo una olla popular para sostenerse y sostener a otras. Me conformo aquí con recalcar las sinergias que se crean no solo dentro de los espacios de autorganización de las trabajadoras del hogar, sino también en los aledaños de este tipo de organizaciones, allí donde estas se cruzan con otros espacios organizados ante las mismas adversidades.

Las jornaleras de Huelva afrontan retos diferentes a la hora de poder articular su lucha. La principal adversidad es la inmensidad del territorio y su falta de vertebración. Hablamos de que la comarca fresera alberga más de una docena de municipios. ¿Cómo encontrarse con las otras a través de tantos kilómetros y con tanto aislamiento en las fincas? ¿Cómo hacerlo cuando no existe una ciudad compartida, un barrio o un centro vecinal que te acoja como organización? Hay que reinventarse.

Movilización del colectivo Jornaleras de Huelva en Lucha
Movilización del colectivo Jornaleras de Huelva en Lucha.

En el año y medio de andadura de la asociación Jornaleras de Huelva en Lucha, ha habido una pandemia mundial. Durante muchos meses, a todas nos ha obligado a organizarnos políticamente como si fuéramos jornaleras desperdigadas en fincas a decenas de kilómetros unas de otras. Lo telemático se ha impuesto para todas y cada una. Como tantas de nosotras, las Jornaleras de Huelva en Lucha se han valido de grupos de Whatsapp, perfiles en redes sociales y mucha gente moviendo información en todas las direcciones posibles: de trabajadoras a traductoras, de abogadas a trabajadoras, de portavoces a los medios de comunicación, de periodistas aliadas a políticos, de abogadas a inspectores y mucho más. Una red amplia tejida en la escasez del cuerpo a cuerpo y en la confianza mutua ha sido hasta ahora la base de la organización.

La gente se queda más tiempo organizada cuando es útil, pero sobre todo cuando está a gusto. Las redes afectivas y sociales que se tejen en torno a los espacios de autorganización funcionan como un estabilizador de las luchas políticas.

Los encuentros físicos que se dan no tienen una periodicidad establecida, aunque han ido aumentando con el tiempo en número y también en volumen de participantes. En la campaña de 2020, el centro neurálgico fue una chabola de uno de los asentamientos de un pueblo fresero. La chabola donde habita una de las jornaleras marroquíes más activas de la organización, Fatiha. También hemos aprendido a usar las acciones públicas como espacios de encuentro, porque, ya que se hace el esfuerzo de poner en pie la logística de los traslados, tiene que tener un doble uso. En los repartos de alimentos o en las protestas por una #RegularizacionYa se improvisan reuniones y asambleas para seguir organizando. Para la campaña de 2021, soñamos con un espacio estable de encuentro que posibilite más cercanía física en mitad de la inmensidad de los campos freseros. La primera batalla es acortar distancias en todos los sentidos —en kilómetros, en idiomas y culturas— para seguir construyendo el frente común que necesitamos.

Pistas de futuro

Hacer una guía de cómo impulsar autorganización en los sectores más precarizados sería una osadía. Sin embargo, pretendo concluir este escrito dejando unas pistas de los mecanismos que he visto funcionar para sumar malestares y organizar respuestas colectivas. Lo he visto en la Asociación de Trabajadoras del Hogar y en las Jornaleras de Huelva en Lucha, pero también en la Plataforma de Afectadas por la Hipoteca, en la asociación de migrantes sin papeles, en la Asociación de Mujeres Supervivientes y en el sindicalismo de clase.

  1. La arenga a la autorganización apelando a las convicciones ideológicas no suele funcionar para sumar malestares. El primer acercamiento de una persona en una situación vulnerable a un espacio de organización política suele ser por un problema individual. Las asesorías jurídicas en las que he participado sobre derechos laborales, desahucios o trámites de extranjería ayudan y acompañan en una situación de angustia vital y muchas veces se convierten en la puerta de entrada a la autorganización.
  2. A medida que se encuentra una utilidad práctica en la organización y se percibe una mejora de las condiciones vitales, materiales o emocionales, se afianza la permanencia. Vuelves a la asesoría y alguna vez te quedas por primera vez a la asamblea semanal.
  3. Los espacios de encuentro comunes funcionan para dar el fundamental salto del problema individual al colectivo. Muchas personas afrontan su situación como un problema propio originado por una incapacidad o un no saber hacer. Si se va a perder la vivienda o no se ha conseguido un contrato para poder renovar el permiso de trabajo, se interpreta como un error personal y a veces con vergüenza y culpa. Los espacios colectivos, como un taller para conocer derechos, han servido para que mucha gente vea su mismo problema en otras personas y descubra la dimensión colectiva de las problemáticas, visualizando el contexto que las provoca. Quizás el mejor ejemplo de estos espacios colectivos han sido las Plataformas de Afectadas por la Hipoteca. El salto a lo colectivo es un momento de sanación y un paso básico para la autorganización. Las asambleas y las reuniones sirven para este salto.
  4. Las personas que han tenido la valentía de impulsar o sumarse a estas organizaciones relatan cómo la participación social las ha ayudado a aumentar sus redes de afinidad y a tener un mayor sentimiento de seguridad vital. El orden económico y social nos quiere solas y desinformadas, pero cuando las personas comienzan a sentirse acompañadas e informadas la vulnerabilidad social se aminora. Si tuviera que rotular estos relatos, los llamaría «No estoy sola en esto».
  5. Cuando alguien encuentra una utilidad vital a estar organizada e identifica las causas que han originado su problema, quiere contarlo: «Vengan a ver a la abogada». Se extiende la información y se suma a otras compañeras. Normalmente es más fácil convencer a alguien de que vaya a alguna asesoría o recurso donde va a encontrar utilidad inmediata que a una protesta en la calle y es posible que haya que pasar por una asamblea, encuentro o merienda para dar el paso de la asesoría a la protesta.
  6. Lo difícil es sostener estos espacios de autorganización en el tiempo. La vida precaria es inestable y exige cambios de hogar, de trabajo, de barrio, de país y a veces hasta de familias. Seguir juntas y organizadas afrontando los vaivenes vitales y políticos, los desencuentros y los fracasos es todo un reto. En mi experiencia, la gente se queda más tiempo organizada cuando es útil, pero sobre todo cuando está a gusto. Las redes afectivas y sociales que se tejen en torno a los espacios de autorganización funcionan como un estabilizador de las luchas políticas. Las cervezas después de las reuniones en el sindicato, las meriendas de los domingos de las trabajadoras domésticas y los tés morunos en las chabolas son esos espacios donde se crean las alianzas afectivas que sostienen el engranaje político. Celebrar cumpleaños, acompañar en la enfermedad y hacer un bote para cuando a alguien le hace falta dinero urgentemente crea autorganización política duradera.


Cuadernos de Trabajo somos un grupo formado por sindicalistas de diferentes organizaciones que pretende difundir, discutir y profundizar sobre un nuevo (o muy viejo, según se mire) sindicalismo de base. Si quieres unirte escríbenos a cuadernosdetrabajo@outlook.com 



Feminismos
“Para resistir primero hay que comer”: intercambio de saberes para combatir al sistema en el Pumarejo
La Laboratoria reúne en Sevilla a distintas militantes feministas locales y de Abya Yala para intercambiar saberes como antesala del seminario público Investigación Militante en contexto de violencia que se celebrará en Madrid el 5 y 6 de julio.
Sobre este blog
En las luchas sociales en la que vivimos, la desorganización es sinónimo de fracaso. Y, el fracaso, es sinónimo de pérdida de derechos. De calidad de vida. De dignidad. Este blog explora, a través de las experiencias y reflexiones de distintos colectivos y sindicatos, alternativas a la mera canalización del descontento social y distintas metodologías para organizar realmente a las personas y construir poder popular. Sigue nuestro canal de Telegram: https://t.me/cuadernosdetrabajo
Ver listado completo
Cargando valoraciones...
Ver comentarios 1
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Cargando relacionadas...
Sobre este blog
En las luchas sociales en la que vivimos, la desorganización es sinónimo de fracaso. Y, el fracaso, es sinónimo de pérdida de derechos. De calidad de vida. De dignidad. Este blog explora, a través de las experiencias y reflexiones de distintos colectivos y sindicatos, alternativas a la mera canalización del descontento social y distintas metodologías para organizar realmente a las personas y construir poder popular. Sigue nuestro canal de Telegram: https://t.me/cuadernosdetrabajo
Ver listado completo

Región de Murcia
Torre Pacheco, explotación humana y ambiental para que Europa pueda comer lechuga los 12 meses del año
Los migrantes que son perseguidos en Murcia son un engranaje clave de un insostenible modelo agroexportador que mantiene una alta rentabilidad tanto por la explotación humana como ambiental. “El modelo está petando”, coinciden los expertos.
Siria
Drusos: tierra, honor y armas
En el sur de Siria, la comunidad drusa mira con desconfianza el nuevo Gobierno de transición y, aunque no quiere la independencia, sí pide más autonomía.
El Salto n.79
Galicia dice 'no' al capitalismo verde y en el último número de la Revista El Salto te lo contamos
Ya está disponible el número 79 de nuestra revista, en el que destacamos la investigación y el rechazo social que encuentra el proyecto de macrocelulosa de la multinacional Altri.
Asturias
Las Seis de la Suiza consiguen el tercer grado penitenciario a la espera del indulto prometido por el Gobierno
Las sindicalistas podrán cumplir su condena en régimen de semilibertad y durmiendo en la cárcel. Se prevé que las manifestaciones continúan a la espera del indulto prometido por la vicepresidenta Yolanda Díaz, aún sin fecha de posible aprobación.
Laboral
Legislación laboral en condiciones de calor extremo: existe pero ¿se aplica?
Los sindicatos y expertos demandan mejoras en los reglamentos, que muchas veces dejan en manos de la buena voluntad de las empresas aplicar medidas de protección en alertas meteorológicas.
Siria
Wael Tarbieh: “Israel hace que tu vida sea un infierno para que huyas por tu cuenta”
El ejército israelí, que ocupa los Altos del Golan desde 1967, amplia la ocupación a nuevos territorios sirios. Grupos locales denuncian que los soldados israelíes echan a la población civil de sus pueblos.
Portugal
La derecha y la extrema derecha portuguesas acuerdan una ley antimigrantes sin precedentes
El Parlamento luso aprueba una ley que endurece los requisitos para la obtención de nacionalidad a los extranjeros, incluyendo a los lusófonos, y limita extraordinariamente los supuestos de reagrupación familiar.
Análisis
¿Estamos dejando las maternidades en manos de la extrema derecha?
¿Existen diferencias entre las propuestas fascistas o postfascistas y las propuestas feministas en relación a las maternidades?
Euskal Herria
La transferencia a Euskadi de los subsidios de desempleo se atasca
La reunión entre Pradales y Sánchez ha servido para pactar el traspaso de algunas prestaciones familiares, pero aún no ha prosperado la negociación sobre los subsidios de desempleo con el Ministerio de Trabajo y Economía Social.

Últimas

Comunidad El Salto
El Salto estrena nueva página: una web como una casa
Después de un año de trabajo, lanzamos en julio la nueva web de El Salto, con un nuevo diseño, pero, sobre todo, con una nueva Zona Socias llena de ventajas para las personas que hacen posible El Salto con su apoyo.
Incendios
El vecindario de la Cañada responsabiliza del incendio a Ayuso y denuncia la actuación de Emergencias
Un total de 19 dotaciones de Bomberos acudió a sofocar un incendio en el sector 6, afectado por cortes de luz desde 2020, como vienen denunciado vecinos y organizaciones.
Grecia
Grecia muestra su peor cara ante el aumento de llegadas de personas migrantes a Creta
El país heleno suspende, durante los próximos tres meses, los procedimientos de asilo para las personas migrantes que lleguen por mar desde el norte de África.
Torrejón de Ardoz
Torrejón clama justicia por Abderrahim un mes después de que muriera asfixiado por un policía de Madrid
La plataforma Justicia por Abderrahim ha querido sacar músculo en las calles de la ciudad y honrar la memoria del vecino magrebí fallecido estrangulado por el agente municipal.
Palestina
El ataque de Israel a una iglesia indigna al Gobierno francés, que sigue sin hacer nada contra el genocidio
Eslovenia se convierte en el primer país europeo en prohibir la entrada y en imponer sanciones contra jerarcas del régimen de Tel Aviv.
Cómic
Simon Hanselmann y el arte de lo obsceno
Simon Hanselmann se ha convertido en el verdadero ‘enfant terrible’ del mundo del cómic ‘underground’. Un artista de lo obsceno, titiritero del universo gestado en torno a los incorregibles Megg, Mogg y Búho.
Más noticias
Región de Murcia
Más de mil organizaciones piden que se castiguen los discursos de odio que incentivan las agresiones racistas
Colectivos sociales, migrantes y antirracistas convocan concentraciones en decenas de ciudades para mostrar el rechazo ante las agresiones racistas y xenófobas en Torre Pacheco y exigir responsabilidades a los incitadores.
El Salto Radio
Yupanqui, la música en colectivo
Jóvenes con raíces latinoamericanas generan espacios de encuentros y formación en Madrid.
Región de Murcia
Bulos y algaradas: la estrategia internacional para promocionar el supremacismo
La campaña en redes de Torre Pacheco ha replicado el modus operandi que instigó los disturbios racistas de Inglaterra el pasado verano.

Recomendadas

Pensamiento
Nuria Romo
“Los procesos de medicalización no son neutros, se hacen sobre todo hacia las mujeres”
Catedrática de Antropología Social y Cultural, Nuria Romo Avilés lleva más de dos décadas compaginando la investigación con perspectiva de género acerca de drogodependencia con la docencia en la Universidad de Granada.
Comunismo
Jodi Dean
“Sin organización, los movimientos surgen y desaparecen como setas”
La politóloga e historiadora Jodi Dean ha estado en Barcelona para reivindicar el poder de las organizaciones políticas y de la camaradería. En la actualidad trabaja sobre el neofeudalismo y la reconfiguración de la clase trabajadora.
Arte contemporáneo
Palabras contra el poder: la vigencia radical de Barbara Kruger
La primera retrospectiva completa de Barbara Kruger en España presenta los distintos formatos y soportes con los que ha trabajado en las últimas cinco décadas: ‘paste-up’, instalaciones de vídeo, obras en LED y vinilos murales.
Málaga
Málaga, el punto de inversión para los fondos israelíes a pie de playa
Diversos fondos de origen israelí están presentes en proyectos urbanísticos de Málaga influyendo en la turistificación de la provincia mientras se enriquecen con la ocupación de Palestina
Comentarios 1

Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.

Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!

Cargando comentarios...