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Antiespecismo
¿Qué es la agricultura celular?
El 2 de diciembre de 2020, las autoridades sanitarias de Singapur emitieron una autorización de venta de nuggets de pollo procedentes de la agricultura celular. Este acontecimiento pionero mundial ha provocado muchas reacciones, entre ellas la del ministro de Agricultura francés que afirma que la carne debería seguir siendo “natural” y no “artificial”. El argumento de la naturalidad es equívoco. ¿Podemos realmente llamar “natural” a la cría francesa? Por otro lado, rechazar una tecnología únicamente por su “artificialidad” no es un argumento válido. El carácter artificial de las vacunas, ampliamente utilizadas en la cría de animales, no las convierte en herramientas menos indispensables y beneficiosas para la salud humana y animal.
En Francia, dos empresas se han embarcado en el desarrollo de la agricultura celular. La empresa Gourmey trabaja en el desarrollo de foie gras cultivado, y la empresa Vital Meat en carne de pollo y pato cultivada.
Para que los lectores de la revista puedan descubrir el tema, proponemos algunos elementos de reflexión a través de esta entrevista a Nathalie Rolland, cofundadora y directora de Agriculture Cellulaire France.
¿Cuál es su actividad?
Soy cofundadora y directora de Agriculture Cellulaire France, una asociación francesa cuyo objetivo es informar y estimular la reflexión sobre la agricultura celular. Llevo varios años trabajando en este tema con varias organizaciones sin ánimo de lucro y centros de investigación en Francia y en el extranjero. Entre otras cosas, he trabajado y realizado un estudio sobre la aceptación de la carne cultivada por parte de los consumidores con Mark Post, el investigador holandés que creó la primera prueba de concepto de carne cultivada en 2013.
¿Qué es la agricultura celular?
La agricultura celular permite la producción de productos animales a partir de células en lugar de animales, lo que ayuda a resolver los problemas asociados con la ganadería industrial. Se están desarrollando carnes, pescados y mariscos generados a partir de células, así como proteínas de leche, huevo y colágeno producidas por fermentación.
¿Cuáles son las posibles ventajas e inconvenientes de los productos resultantes de esta técnica?
Estos productos se están desarrollando para ser mejores para el medio ambiente, la salud y el bienestar de los animales. Deberían producir menos gases de efecto invernadero si se utilizan energías limpias, requerir mucha menos tierra y agua, contaminar menos el agua, luchar contra la deforestación y preservar así los hábitats naturales. Estos productos, además de requerir menos recursos naturales, ayudarán a luchar contra la resistencia a los antibióticos y la propagación de enfermedades zoonóticas. Por último, no habrá que matar animales en el desarrollo de estos productos. Si estos beneficios potenciales se materializan, si estos productos son adoptados por los consumidores y sustituyen a los de la agricultura industrial (reduciendo así su impacto), y los desarrollan tanto centros de investigación públicos como diversas empresas, sólo vemos ventajas en el desarrollo de esta técnica.
Agricultura celular, carne in vitro, carne sintética, carne cultivada, clean meat, frankenmeat... Se utilizan varias denominaciones. ¿Cómo puede uno orientarse?
La agricultura celular reúne el desarrollo de todos estos productos: carne, pescado, marisco, proteínas lácteas, huevos, pero también proteínas de cuero o seda producidas a partir de células o microorganismos. Preferimos utilizar el término carne cultivada, pues es neutral y descriptivo. Muchos otros términos utilizados son peyorativos y engañosos en cuanto a la naturaleza de esta carne.
¿Y qué hay del uso de suero fetal bovino en estas técnicas?
El suero fetal bovino, un componente obtenido de la sangre de un feto de vaca, se utiliza al principio de la investigación sobre el desarrollo de esta carne porque los científicos parten de las técnicas médicas de los cultivos celulares en los que se suele utilizar esta sustancia. Pero existen alternativas y las empresas las utilizan. Por lo tanto, el suero fetal bovino no se utilizará en la producción comercial de carne cultivada.
¿Cuál es la situación del desarrollo de la agricultura celular? ¿Sigue siendo ciencia ficción?
Todos los productos están en fase de desarrollo, excepto los primeros que contienen proteínas lácteas. En Estados Unidos hay algunos helados que contienen proteínas lácteas producidas por fermentación. Todos los productos deberían aparecer en los distintos mercados dentro de unos años. Aunque los productos están en fase de desarrollo, no se trata de ciencia ficción, como podemos ver en las diversas imágenes de productos elaborados a muy pequeña escala, así como en la reciente apertura del primer “restaurante de prueba” que ofrece pollo cultivado en Israel.
Usted acaba de publicar un estudio sobre la aceptabilidad de la carne cultivada para los consumidores franceses y alemanes. ¿Cuáles fueron sus principales conclusiones?
En este estudio, comprobamos que el 26% de los franceses se declaran flexitarianos y el 45,1% tiene la intención de reducir su consumo de carne. El tema es todavía muy poco conocido en ambos países. El 44,2% de los franceses dijo estar listo para probar esta carne, frente al 58,3% de los alemanes. El 36,8% de los franceses y el 55,7% de los alemanes dijeron que querían comprar esta carne. Pudimos observar que los hombres, los jóvenes, las personas familiarizadas con esta carne y los que desean reducir su consumo de carne fueron los que se mostraron más favorables a esta nueva carne. Podemos pensar que cuanto más se informe y se familiarice la gente con este concepto, más se inclinará a consumir esta carne.
Algunos ven en estos productos una forma de imperialismo alimentario por parte de multimillonarios y multinacionales estadounidenses, una especie de McDonald's 2.0, el “último estadio” de la producción industrial de animales. ¿Qué les diría usted?
La gran mayoría de estos negocios fueron fundados por empresarios independientes. Se encuentran principalmente en Estados Unidos, Europa y Asia. Por el momento, los grandes grupos se interesan por ellos y algunos invierten en startups. Agriculture Cellulaire France espera que se desarrollen muchas empresas, especialmente en Francia, y que haya más investigación pública y abierta. No conocemos ninguna investigación pública en curso sobre el tema en Francia, mientras que, en Alemania, por ejemplo, la Escuela Técnica de Múnich está creando una cátedra sobre agricultura celular. Si Francia quiere tener el control del desarrollo de estos productos, necesitamos una investigación pública.
¿Qué efectos indirectos podría tener el despliegue de la agricultura celular en las prácticas agrícolas en términos de bienestar animal? ¿Puede la agricultura celular ser un aliado del bienestarismo?
Esperamos que los productos de la agricultura celular sustituyan parte de la producción industrial de productos animales. El desarrollo de esta nueva técnica de producción puede permitir a los ganaderos volver a una cría más tradicional y cualitativa, lo que les permitirá valorar más su trabajo y cuidar mejor a los animales. En cuanto a los animales que necesitaremos en la agricultura celular para la obtención indolora de células, también se pueden criar en condiciones que correspondan perfectamente a sus necesidades. Por ejemplo, podrían mantenerse en granjas educativas, para que la gente pueda venir a verlos y aprender sobre ellos.
¿Cuál es el potencial de estos productos en términos de creación o destrucción de empleo, efectos económicos, precio y accesibilidad de los productos?
Este campo en pleno desarrollo está contratando, incluso en Francia. Al principio, las empresas necesitan científicos y, a medida que avanza su trabajo, sus necesidades se diversifican. Los beneficios económicos pueden ser muy significativos. Los productos de la agricultura celular podrían ser más caros al principio, como la mayoría de los nuevos productos, porque su proceso de producción puede que aún no esté optimizado y porque todavía no se beneficiarán de las economías de escala. Los productos animales convencionales tienen hoy un precio artificialmente bajo debido a las subvenciones que reciben. Un impuesto sobre el carbono en la carne y una reorientación de las subvenciones podrían cambiar esta situación.
¿Cuáles son los desafíos actuales para el desarrollo de la agricultura celular?
Todavía hay retos técnicos que superar para poder fabricar estos productos a gran escala y abaratar sus costes. También es necesario que la Unión Europea autorice su comercialización. Por último, la investigación pública es necesaria para hacer avanzar la ciencia y garantizar que este campo pueda tener el mejor impacto posible en nuestra sociedad.
En conclusión a las palabras de Nathalie Rolland, la carne cultivada es hoy una realidad inevitable que pronto estará presente en las estanterías de las tiendas o en el menú de los restaurantes, como el restaurante de demostración israelí llamado irónicamente «The Chicken». Ofrece el «Chicken Burger» (hamburguesa de pollo) en un menú elaborado con «filetes de pollo cultivados crujientes». El restaurante «1880» de Singapur es el primero que ofrece carne de pollo cultivada que ha sido aprobada por el gobierno para su uso comercial, no sólo para fines de demostración.
Esta tecnología, aún en pañales, plantea muchos interrogantes, sobre todo en cuanto a la aceptabilidad del producto por parte de los consumidores, el destino de los animales (que ya no se crían sino que se «cosechan»), el impacto medioambiental en comparación con la cría industrial y la composición nutricional de la carne obtenida. Los trabajos de investigación y desarrollo permitirán sin duda optimizar la metodología para crear una carne cada vez más comparable en sabor, textura y cualidades nutricionales a la denominada carne convencional. No obstante, las personas que deseen reducir el impacto de la ganadería en el clima y la biodiversidad o en el bienestar de los animales a través de su dieta ya pueden elegir alternativas basadas en plantas, incluidas las que imitan el aspecto y el sabor de la carne.
Esto puede ser una fuente de competencia para el producto, aunque la carne cultivada tiene el potencial para llegar a un nuevo grupo de consumidores: personas sensibles a cuestiones de sostenibilidad y ética animal, pero que están demasiado apegadas al sabor de la carne como para recurrir a alternativas cárnicas de origen vegetal. El objetivo principal sigue siendo competir con la carne industrial convencional.
Sin embargo, ya son posibles aplicaciones muy claras en determinados sectores en los que el aspecto de la carne tiene poca importancia porque el producto está muy procesado, como la comida para mascotas, la carne picada o incluso los nuggets y las croquetas de pescado.
La entrevista fue publicada originalmente en el número 108 de la revista de la organizacion francesa La Fondation Droit Animal, Éthique et Sciences. Traducida por Malou Amselek para InfoAnimal, en el diario El Salto.
Nota de la traductora: En España, es Mercedes Vila Juárez, doctora en Física de Materiales por la Universidad Autónoma de Madrid-CSIC, quien cofundó, en 2017 Biotech Foods, una empresa española de biotecnología. BioTech Foods lidera un proyecto de carne cultivada de 5,2 millones de euros financiado por el gobierno español para investigar los posibles beneficios para la salud de la carne no sacrificada.