Barcelona - 7

Fútbol a este lado
Policía del entusiasmo

Tenemos ganas y necesidad de vivir simultáneamente a otros, de compartir momentos y emociones en tiempo real. No me voy a flipar: no sé si eso es una potencia política o simplemente un recordatorio de que somos personas.
3 feb 2022 09:00

“Voy a los médicos y me hablan de mí. Sin embargo, ¡cuando estoy sola es cuando me siento mal!”, exclama Monica Vitti en El desierto rojo. “He hecho todo para reintegrarme a la realidad”, dice su Giulia en la película de Antonioni. Antes, ha pasado por dolor de pelo, una infidelidad, ganas de pegar a alguien y buscar en un mapa un lugar donde se esté bien. En general, un extrañamiento de sí misma y a la vez de cuanto la rodea. Y eso que eran los años 60 en Ravenna, en la Emilia-Romagna todavía industrial. No sabríamos cómo se manejaría este inolvidable personaje de la fallecida Vitti en el ocio de hoy en día, año dos de la pandemia. Cómo le sentaría elegir entre el binarismo de a) el consumo de cultura bajo el influjo del decrecionismo digital con la firme decisión de no comunicar a nadie su expectativa, gusto u opinión o b) hacer lo mismo en un foro hiperventilado y hasta la bandera. Vaya, Giulia, tener Twitter y que haya fútbol o Eurovisión.

Ya es inconcebible la música en pantalla si no es bajo el eje ganador/perdedor, como medibles, jerarquizables y concursables se volvieron la maña con la cocina o incluso la convivencia

No se me puede hacer pesado el debate sobre ese concurso. O no entenderlo, al menos. No como futbolero sin complejos que defiende las emociones colectivas que es capaz de generar semejante juego viejo, simplísimo y barato. Obviamente no la carcasa de ponzoña que lo rodea. Gol en el campo, miasma en el palco. La turra que damos. Para quejarnos de murgas andamos prácticamente inhabilitados. Pero lo interesante es que no está tan lejos la experiencia de ir al estadio con la de comentar un programa de televisión. No solo porque sean dos competiciones. Ya es inconcebible la música en pantalla si no es bajo el eje ganador/perdedor, como medibles, jerarquizables y concursables se volvieron la maña con la cocina o incluso la convivencia. La competición es el formato de nuestras vidas, como dice Jorge Dioni López. Aquí nadie sin monetizar nada que se le dé medio qué.

Vivimos en la era de las opciones de ocio infinitas y a la carta pero potencialmente estancas. Eso último tendemos a romperlo. Coges ahora mismo y te pones si quieres a ver Trenes rigurosamente vigilados, checoslovaca con el Óscar del 67. ¿Menos romántico que bajar al Blockbuster a hablar con el dependiente? A mí no me parece mal avance si de lo que se trata es de ver esa película. Ahora, luego vienen las ganas de poner un tuit sobre lo que te ha parecido —inciso: el tuit y no la story, pues son dos modalidades de comunicación con muy poco que ver, una busca y posibilita participar de una amplia conversación y la otra reducirla—. Porque es normal. Es lo que hacemos los aficionados al fútbol comentando la jugada una y otra vez, es insufrible si lo aborreces, lo sé y lo sabemos todos (desconfía de quien relativice la hegemonía mediática de este deporte). Nos gusta tener razón tanto como quitarla y arriesgarnos a que nos la quiten, siempre teniendo claro que la recuperaremos en una maestra estocada dialéctica final. Desconfía de quien asegure que le gusta debatir, lo más probable es que tenga un ego morrocotudo y crea que su voz es la luz redentora que necesita un nazi o que pueda sacar de la presunta “batalla de ideas” un provecho profesional y monetario.

A veces el elogio de la desconexión digital normaliza que a la gente se le quiten las ganas de compartir con los demás

Tenemos ganas y necesidad de vivir simultáneamente a otros, de compartir momentos y emociones en tiempo real. No me voy a flipar: no sé si eso es una potencia política o simplemente un recordatorio de que somos personas. Expresión, compañía, comunicación, alimento. A veces el elogio de la desconexión digital normaliza que a la gente se le quiten las ganas de compartir con los demás. “Sácame a ver gente y vida”, cantaba Morrissey en “There is a light that never goes out” esperando que algo se le pegara. Por eso a pesar de que podemos ver cualquier cosa vemos casi todos la misma. No tiene más misterio. El partido de Champions, la selección, la misma peli de estreno en la plataforma que sea o el robo contra Tanxugueiras porque obviamente son ellas, “denantes tongo que escravas”, las únicas ganadoras que en esta tribuna se reconocen como tal. Dije antes que no me iba a flipar y ha sido mentira. Así que ya que estamos, el tercero del trío de consejos sobre la desconfianza: hazlo del contrarrevolucionario con o sin disfraz, lo identificarás por lo indigesto que se le suele hacer el entusiasmo ajeno.

 

Archivado en: Fútbol a este lado
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Fútbol a este lado
Fútbol a este lado Bar Nostalgia
¿Sería una desconsideración hacia su yo de infancia no cruzar la puerta? ¿Era posible capturar un tiempo más allá de imágenes, sabores y olores?
Fútbol a este lado
Fútbol a este lado Aquí nadie está solo
El estadio, como la parroquia y el pub, era una casa común. Tres lugares donde buscarle al mundo si no un sentido, sí una narrativa.
Fútbol a este lado
Fútbol a este lado Cromos del futuro
En la memoria oficial convenientemente construida a base de melancolía, los cromos juegan un papel importante. El suspiro que se nos escapa pensando en aquellos antiguos es inevitable.
Bea
3/2/2022 10:36

Te has flipado. Yo también

0
0
Oriente Próximo
Oriente próximo La diáspora kurda ante la caída de Bashar al-Assad
Siria enfrenta el fin de un régimen que durante décadas pareció inquebrantable. Desde la diáspora, la esperanza contenida de quien ha vivido demasiadas traiciones y promesas incumplidas.
Ley de Seguridad Ciudadana
Congreso de los diputados Reforma de la Ley Mordaza: ¿esta vez sí se puede?
Una de las mayores deudas de toda la izquierda del Estado español parece que está a punto de saldarse.
Análisis
Análisis El independentismo se reorganiza, pero ¿sigue siendo independentista?
Los partidos independentistas han sufrido la crisis del procés y el posprocés, y todavía no la han resuelto, sino, a lo sumo, la han aplazado. El PSC aparece como el ganador de una carrera con corredores agotados.
Literatura
Gustavo Faverón Patriau “Quizá la novela sea ahora mismo más relevante que nunca”
El escritor peruano Gustavo Faverón Patriau quería narrar en su nueva novela la historia de un boxeador que no sabía boxear pero tumbaba a sus rivales recitándoles al oído versos de César Vallejo. ‘Minimosca’ acabó siendo un cuentacuentos inagotable.
Galicia
Memoria histórica Así fue como el Patronato de Protección a la Mujer transformó Galicia en un convento de clausura
Las mujeres que cayeron en las redes del Patronato iniciaron un periplo de encierro, humillaciones, abusos y explotación que es desconocido para la mayor parte de la población. Queda hoy en la impunidad de un silencio que tenemos el deber de romper.
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Derecho a la vivienda
Vivienda El Sindicato de Vivienda de Euskal Herria propone la “expropiación de pisos turísticos”
Ponen en el punto de mira los intereses del sector inmobiliario y tachan de “falsas” a todas las medidas propuestas por los partidos políticos como la Ley de Vivienda.
Opinión
Tribuna Todas las razones para decir ‘Altri non’
Aquí van unos cuantos motivos para juntarnos este domingo en Compostela y dejar clara nuestra postura frente a un expolio que nos están tratando de imponer disfrazado de progreso, pero que sólo trae beneficio económico a unos cuantos indeseables.
Palestina
Eyad Yousef “No cuentes lo que queremos ser, cuenta lo que nunca hemos dejado de ser: un pueblo que quiere la paz"
Eyad Yousef es profesor en la Universidad de Birzeit, Cisjordania, y comparte su experiencia en una universidad que “representa el pluralismo y la libertad que tanto anhela la sociedad palestina”

Últimas

Relato
Relato Descubrirse las manos
Descubres tus manos: el palmar y el dorso, la posibilidad futura de la pinza atrapacosas, dos miembros que te vinculan al chimpancé y al lémur. Aprendes su mecanismo.
Música
Música Un coro para homenajear las luchas obreras: “La canción protesta del pasado es historia viva”
El coro de canción protesta de Madrid nació para rescatar del pasado las tonadas de la lucha obrera y ponerlas al servicio de distintos activismos en el presente.
Opinión
Opinión Sobrevivir pagando en el Álvaro Cunqueiro
Una de las victorias ideológicas del PP de Feijóo en Galicia ha sido hacernos creer que pagar por servicios esenciales en los hospitales durante el cuidado de nuestros enfermos es lo natural, que no hay otra manera de abordarlo, pero es mentira.
Siria
Oriente Próximo Israel impone hechos consumados sobre Siria para condicionar la transición según sus intereses
“Está escrito que el futuro de Jerusalén es expandirse hasta Damasco”, dijo este octubre el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, uno de los exponentes ultras del Ejecutivo.

Recomendadas

Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.
Ocupación israelí
Palestina Vivir en alerta: la resistencia palestina frente la ocupación israelí
La cruda realidad de las feministas palestinas que, ante la represión y las detenciones arbitrarias, continúan su lucha por la libertad, la justicia y los derechos humanos.
Madrid
Ciudades Fake Madrid, un paseo por los hitos del simulacro
Un recorrido por los grandes éxitos de la conversión de Madrid en una ciudad irreal.