Feminismos
El deseo de Chloe: anticapacitismo y feminismo

Ofrecemos la introducción al libro ‘El cuerpo deseado. La conversación pendiente entre feminismo y anticapacitismo’, de Andrea García-Santesmases.
8M Manu del Valle - 4
Manifestación del 8 de Marzo Manuel del Valle
Profesora de la Universidad de Educación a Distancia (UNED)
31 may 2023 08:30

Damos las gracias a la autora y a la editorial, Kaotica Libros, por compartir con El Rumor de las Multitudes este fragmento de El cuerpo deseado.

En julio de 2013, Chloe Jennings-White, una científica británica licenciada en Cambridge, decidió “salir del armario” y explicar públicamente lo que sus allegados ya sabían: vivía en un “cuerpo equivocado”. Su corporalidad, bípeda, sana y funcional, le era ajena. Sentía que sus piernas no le pertenecían ya que su “verdadero cuerpo” era uno parapléjico en el que sus extremidades inferiores no tuvieran sensibilidad ni movilidad.

Desde la infancia, Chloe se provocó accidentes a la espera de lograr seccionarse la médula espinal y convertirse en paralítica. Como no lo consiguió, solicitaba ayuda médica para transformar su cuerpo sin tener que poner en riesgo su vida. A la espera de la intervención –para la que ya había encontrado un cirujano, pero cuya tarifa aún no podía asumir– utilizaba silla de ruedas a diario para vivir acorde con su autoimagen corporal de lesionada medular. Quería compartir públicamente su experiencia para luchar contra el estigma que rodea a su condición y plantear su tránsito como equiparable al de la transexualidad, de ahí que se denomine transabled.

El deseo de Chloe es ininteligible hoy en día. Produce incredulidad y desagrado, cuando no directamente espanto, más aún cuando explica que no es la única que lo experimenta como una necesidad perentoria e inevitable. Desde un punto de vista médico, se considera que estas peticiones son fruto de un trastorno, denominado Body Identity Integrity Disorder (BIID), que hace que personas sanas se identifiquen como «discapacitadas», generalmente amputadas. El término habitual por el que se las conoce es wannabe, aunque de manera minoritaria hay quienes, como Chloe, buscan politizar su demanda y se denominan transabled. Los medios de comunicación, así como la industria cultural contribuyen a su patologización, retratándoles como mentalmente perturbadas y un peligro para sí mismas. Al fin y al cabo, ¿cómo va a desear alguien aniquilar una parte sana y funcional de su anatomía?

Desde tiempos inmemoriales se han marcado y modificado los cuerpos en pro de la adecuación cultural. El cuerpo se constituye en un medio a través del cual mostrar y performar una identidad personal y colectiva

Sin embargo, otros deseos de cambio corporal y modificación estética radical no reciben el mismo estigma. En las sociedades contemporáneas, el cuerpo, más aún el femenino o feminizado, es sometido a un riguroso escrutinio y a una tasación, del ojo interno y del ajeno, que deriva en continuas intervenciones estéticas y quirúrgicas. Pero esto no es una moda pasajera, como explica la antropología del cuerpo (Esteban, 2004; Le Breton, 2010). Desde tiempos inmemoriales se han marcado y modificado los cuerpos en pro de la adecuación cultural, por ejemplo, a través de la sustracción ritual de una parte o la perforación cutánea mediante escarificaciones. El cuerpo se constituye en «marca del individuo» (Le Breton, 2010: 153), un medio a través del cual mostrar y performar una identidad personal y colectiva. Así pues, ¿qué tiene de espeluznante la petición de Chloe Jennings-White de modificar su cuerpo para adecuarlo a su imagen corporal?

El nivel de violencia al que las personas como ella quieren someter a sus cuerpos no dista tanto del que conllevan otras cirugías socialmente aceptadas, médicamente avaladas y públicamente subvencionadas porque están destinadas a «(re)integrar» a la persona en la normalidad: funcional (por ejemplo, estiramiento de huesos de menores con acondroplasia para que alcancen una altura estándar), estética (cirugías de reconstrucción mamaria postcáncer) o de género (cirugías de reasignación sexual mediante vaginoplastia o faloplastia para personas transexuales). La modificación radical de los cuerpos, incluso la amputación de sus partes, en pro de la mejora de la autoimagen y/o la adecuación de la misma a la identidad, está a la orden del día.

¿Dónde reside, pues, el horror del deseo transabled? No es en la amputación en sí, sino en el tipo de cuerpo deseado: un cuerpo abyecto. Un cuerpo que solo puede ser aceptado desde la resignación, nunca desde el deseo, pues conlleva desincorporar su capacidad y, con ella, su productividad, su inserción exitosa en el mercado capitalista. Deseo inasumible en esta crisis perpetua del Estado del Bienestar. De hecho, Chloe explica que, entre otras críticas, la acusan frecuentemente de «querer convertirse en discapacitada para recibir ayudas públicas». Las personas dependientes deben ser las mínimas posibles, intentar no molestar o, en todo caso, inspirar realizando proezas. Como dice el activista anticapacitista Antonio Centeno (2012), «o eres Stephen Hawking o mejor que te quieras morir pronto, como Ramón Sanpedro». El propio deseo de morir resulta más inteligible que el deseo de querer vivir siendo discapacitado.

Cuerpo deseado

Y esto, ¿qué tiene que ver con el feminismo? ¿Qué relación puede haber entre una mujer británica que quiere cercenarse la médula espinal y las discusiones actuales en torno al género, la violencia o la sexualidad? ¿Por qué la concepción social, y la organización material, en torno al (potencial) cuerpo dependiente podría ser no solo pertinente sino esencial para la reflexión feminista?

La dependencia es algo que estremece al feminismo, un fantasma que acecha en las sombras y al que se intenta sortear. Desde el feminismo de la primera ola hasta muchas de las reivindicaciones contemporáneas, las mujeres piden igualdad, acceso, oportunidades: «Retirad las barreras, nosotras podemos»: podemos trabajar, competir, luchar, ganar. Incluso, tal y como explica la sexóloga Katherine Angel en El buen sexo mañana. Mujer y deseo en la era del consentimiento (2021), el movimiento MeToo y su defensa del consentimiento se basa en un ideal de mujer fuerte y empoderada, que sobrevive a los abusos y los denuncia, que sabe lo que quiere y puede expresarlo, que debe querer decir un sí afirmativo y gozoso.

No es de extrañar que a esta superwoman híper productiva no le casen bien los cuidados, mucho menos los que desvelan su propia vulnerabilidad. Puede que esta sea una de las razones por la que un feminismo que, hoy en día, se proclama interseccional, siga ignorando el capacitismo como generador de desigualdades intrínsecamente ligadas al sistema patriarcal. El capacitismo, tal y como lo define la teórica de referencia en Estudios de la Discapacidad Fiona Campbell (2009), refiere a un sistema de jerarquización social que marca determinados cuerpos y funcionamientos como discapacitados y, al mismo tiempo, veladamente, otros como capacitados. Como ocurre con todos los sistemas de poder, la posición de privilegio (en este caso la posición capacitada) no está marcada por lo que parece la forma natural y esperable de estar en el mundo. Mientras que variables como el género o la raza han sido desnaturalizadas –y por tanto las discriminaciones que generan visibilizadas y denunciadas– queda un largo camino por recorrer en la lucha contra el capacitismo, que lleve a problematizar las dicotomías (capaz/incapaz, válido/inválido, sano/enfermo) que categorizan y estigmatizan a determinados sujetos.

Pero ¿es el capacitismo suficiente para entender el rechazo visceral que genera el cuerpo deseado por Chloe? ¿Lo que perturba de su devenir corporal es simplemente que se convierta en un cuerpo dependiente e improductivo? ¿O qué papel juegan las expectativas de género a la hora de juzgar su deseo de modificación corporal? ¿Qué ansiedades suscita que quiera abandonar la feminidad normativa (capacitada) y abrazar una feminidad diversa?

Se precisa de una mirada feminista para atisbar una respuesta a estas cuestiones. La feminidad es, por defecto, capacitada, es decir, cuando se piensa en una «mujer» se está pensando en una mujer con una determinada competencia física e intelectual. Lo mismo ocurre al pensar en el «hombre promedio», se le atribuyen, de manera automática, ciertas características físicas, mentales e intelectuales que parecen naturales pero que responden al tipo ideal capacitado. El reverso de la moneda se encuentra en el sujeto promedio discapacitado, que suele concebirse como desgenerizado, es decir, que la categoría discapacidad opaca el género de la persona. Por tanto, capacitismo y patriarcado no actúan de manera independiente, sino que se coproducen a la hora de (in)validar ciertos cuerpos. Y, también, como en el caso de Chloe, ciertos deseos.

El sujeto ideal del feminismo, la «mujer», ha sido contestado y enriquecido gracias a la crítica interseccional, pero se continúa pensando en términos capacitistas

Este libro, El cuerpo deseado, analiza la intersección entre patriarcado y capacitismo y plantea la conversación tan postergada como urgente entre sus lecturas críticas: el feminismo y el anticapacitismo. Dicha conversación pone en jaque algunas de las tesis históricas de ambos movimientos y obliga a repensar postulados teóricos y consensos activistas. El sujeto ideal del feminismo, la «mujer», ha sido contestado y enriquecido gracias a la crítica interseccional, pero se continúa pensando en términos capacitistas, para muestra de ello algunas propuestas contemporáneas «feministas» sobre la organización de los cuidados o la lucha contra la violencia machista. Asimismo, el anticapacitismo precisa de una mirada feminista que apunte cuestiones problemáticas sobre, por nombrar las discusiones de mayor actualidad, la asistencia sexual o qué significa una «vida independiente». Todos estos debates se abordan en este libro.

La conversación pendiente entre feminismo y anticapacitismo se articula en torno a cinco grandes temas: la identidad de género (Cap. 1. Las ruedas del patriarcado), la organización social de los cuidados (Cap. 2. Afectos, cargas y alianzas), la producción y subjetivación de la violencia (Cap. 3. Heridas y silencios), la reivindicación de la sexualidad (Cap. 4. Las prótesis del placer) y la politización de la diferencia (Cap. 5. Una identidad en disputa). Esta propuesta de conversación parte de años de reflexión y activismo, de vínculos personales, de investigaciones cualitativas, de docencia académica y de mi implicación en diferentes proyectos políticos, como el documental Yes, we fuck!. En consecuencia, este texto se sitúa en el espacio híbrido entre la academia y el activismo, tan incómodo como estimulante.

Cada uno de los cinco capítulos pone en diálogo diferentes fuentes y recursos como son: los datos etnográficos fruto de las investigaciones realizadas; los productos culturales (novelas, películas, canciones); las vivencias personales (autobiografías, diarios) y colectivas (manifiestos, documentales); y las representaciones mediáticas (prensa, TV, celebrities, redes sociales). Todas estas fuentes de información se entienden como narraciones e imaginarios, intencionalmente ficcionados o no, que vertebran el constructo sociocultural denominado discapacidad. Y, veladamente, su correlato, también naturalizado y despolitizado, la capacidad. Precisamente, para no olvidar que ambas categorías –capacidad y discapacidad–, no remiten a condiciones biológicas fijas ni a identidades esenciales, en este texto se pondrán en cursiva. Y, cuando se aluda a las personas designadas como discapacitadas, se utilizará personas con «diversidad funcional», término desarrollado en el contexto español por el activismo anticapacitista.

Los cincos ejes de discusión propuestos (el género, los cuidados, la violencia, la sexualidad y la politización de la diferencia) están estrechamente relacionados, por lo que su diferenciación es, evidentemente, una mera estrategia analítica. Asimismo, precisarían, para ser entendidos en toda su complejidad y para orientar políticas públicas, de una mirada interseccional mucho más amplia. Al igual que este libro defiende que capacitismo y patriarcado se coproducen y no se pueden ni deben intentar solucionar o diagnosticar problemáticas sociales sin cruzarlos, lo mismo acontece con otros ejes de desigualdad social como el clasismo o el racismo. No obstante, un análisis de este calibre desborda las posibilidades de este texto que se limita a escrudiñar, con tenacidad, uno de los alambres de la madeja interseccional.

En consecuencia, el objetivo de El cuerpo deseado: la conversación pendiente entre feminismo y anticapacitismo no es definir una propuesta firme y de consenso sobre cómo se deben organizar los cuidados, legislar la violencia o qué política de la identidad es más acertada, sino confrontar, e intentar hibridar, la reflexión feminista y la anticapacitista en torno a estas temáticas. Por tanto, este libro plantea más dudas que respuestas, propone incomodar más que solucionar con el fin de afrontar una conversación pendiente, urgente y necesaria. En un momento de crispación política y atrincheramiento en esencialismos identitarios, este libro invita a conversar y a atreverse a debatir y disentir desde la complicidad y la potencial alianza.

Sobre este blog
La filosofía se sitúa en un contexto en el que el poder ha buscado imponerse incluso en los elementos más básicos de nuestro pensamiento, de nuestras subjetividades, expulsando así de nuestro campo de visión propuestas teóricas y prácticas diversas que no son peores ni menos interesantes sino ajenas o directamente contrarias a los intereses del sistema dominante.

En este blog trataremos de entender los acontecimientos del presente surcando –en ocasiones a contracorriente– la historia de la filosofía, con el objetivo de poner al descubierto los mecanismos que utiliza el poder para evitar cualquier tipo de cambio o de alternativa en la sociedad. Pero también de producir lo que Deleuze llamó líneas de fuga, movimientos concretos tanto del presente como del pasado que, escapando del espacio de influencia del poder, trazan caminos hacia otros mundos posibles.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Personas con discapacidad
Invisibles Cuando la discapacidad no se nota: “Prefiero no pedir adaptaciones a sentir que se me juzga”
Una persona puede ser discapacitada sin dar señales evidentes de ello, pero la sociedad no es consciente de esto. Para solventar las dificultades innecesarias a las que se enfrentan hay que actuar sobre la raíz.
Violencia machista
Machismo ¿Somos los hombres potenciales violadores?
¿De verdad no compartimos nada con ese bombero, ese informático, ese concejal, ese periodista que participaron en el horror de Dominque Pélicot?
Personas con discapacidad
Inclusión laboral Ajustes razonables en el Art. 49 ET
La reforma del Art. 49 ET elimina el despido automático por incapacidad y prioriza ajustes razonables para garantizar igualdad en el empleo de personas con discapacidad.
Sobre este blog
La filosofía se sitúa en un contexto en el que el poder ha buscado imponerse incluso en los elementos más básicos de nuestro pensamiento, de nuestras subjetividades, expulsando así de nuestro campo de visión propuestas teóricas y prácticas diversas que no son peores ni menos interesantes sino ajenas o directamente contrarias a los intereses del sistema dominante.

En este blog trataremos de entender los acontecimientos del presente surcando –en ocasiones a contracorriente– la historia de la filosofía, con el objetivo de poner al descubierto los mecanismos que utiliza el poder para evitar cualquier tipo de cambio o de alternativa en la sociedad. Pero también de producir lo que Deleuze llamó líneas de fuga, movimientos concretos tanto del presente como del pasado que, escapando del espacio de influencia del poder, trazan caminos hacia otros mundos posibles.
Ver todas las entradas
Oriente Próximo
Oriente próximo La diáspora kurda ante la caída de Bashar al-Assad
Siria enfrenta el fin de un régimen que durante décadas pareció inquebrantable. Desde la diáspora, la esperanza contenida de quien ha vivido demasiadas traiciones y promesas incumplidas.
Amazonía
Caso Chevron Pablo Fajardo: “Sacrificaron la Amazonía y la vida de la gente por racismo y por la ganancia económica”
El activista y abogado Pablo Fajardo fue elegido hace casi 20 años por la Unión de Afectados por Texaco para el juicio más importante contra la petrolera Chevron. Dos décadas después sigue luchando por la justicia ambiental y social en Ecuador.
Ley de Seguridad Ciudadana
Congreso de los diputados Reforma de la Ley Mordaza: ¿esta vez sí se puede?
Una de las mayores deudas de toda la izquierda del Estado español parece que está a punto de saldarse.
La vida y ya
La vida y ya Ya no sé quién vive en el primero
El barrio se ha transformado tanto que pueden pasar semanas sin ver por la calle una sola cara conocida porque los vecinos han sido sustituidos por turistas.
Análisis
Análisis El independentismo se reorganiza, pero ¿sigue siendo independentista?
Los partidos independentistas han sufrido la crisis del procés y el posprocés, y todavía no la han resuelto, sino, a lo sumo, la han aplazado. El PSC aparece como el ganador de una carrera con corredores agotados.
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Análisis
Análisis Rojava en peligro
Las intenciones de Turquía en Siria ponen en peligro no solo la Administración Democrática Autónoma del Norte y Este de Siria (AADNES) sino también la convivencia del resto de minorías presentes en el país.
Literatura
Gustavo Faverón Patriau “Quizá la novela sea ahora mismo más relevante que nunca”
El escritor peruano Gustavo Faverón Patriau quería narrar en su nueva novela la historia de un boxeador que no sabía boxear pero tumbaba a sus rivales recitándoles al oído versos de César Vallejo. ‘Minimosca’ acabó siendo un cuentacuentos inagotable.
Galicia
Memoria histórica Así fue como el Patronato de Protección a la Mujer transformó Galicia en un convento de clausura
Las mujeres que cayeron en las redes del Patronato iniciaron un periplo de encierro, humillaciones, abusos y explotación que es desconocido para la mayor parte de la población. Queda hoy en la impunidad de un silencio que tenemos el deber de romper.

Últimas

Opinión
Tribuna Todas las razones para decir ‘Altri non’
Aquí van unos cuantos motivos para juntarnos este domingo en Compostela y dejar clara nuestra postura frente a un expolio que nos están tratando de imponer disfrazado de progreso, pero que sólo trae beneficio económico a unos cuantos indeseables.
Relato
Relato Descubrirse las manos
Descubres tus manos: el palmar y el dorso, la posibilidad futura de la pinza atrapacosas, dos miembros que te vinculan al chimpancé y al lémur. Aprendes su mecanismo.
Música
Música Un coro para homenajear las luchas obreras: “La canción protesta del pasado es historia viva”
El coro de canción protesta de Madrid nació para rescatar del pasado las tonadas de la lucha obrera y ponerlas al servicio de distintos activismos en el presente.

Recomendadas

Palestina
Eyad Yousef “No cuentes lo que queremos ser, cuenta lo que nunca hemos dejado de ser: un pueblo que quiere la paz"
Eyad Yousef es profesor en la Universidad de Birzeit, Cisjordania, y comparte su experiencia en una universidad que “representa el pluralismo y la libertad que tanto anhela la sociedad palestina”
Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.
Ocupación israelí
Palestina Vivir en alerta: la resistencia palestina frente la ocupación israelí
La cruda realidad de las feministas palestinas que, ante la represión y las detenciones arbitrarias, continúan su lucha por la libertad, la justicia y los derechos humanos.
Madrid
Ciudades Fake Madrid, un paseo por los hitos del simulacro
Un recorrido por los grandes éxitos de la conversión de Madrid en una ciudad irreal.