Tribuna
Europa debe dejar de tener un doble rasero en la exportación de pesticidas tóxicos

Cada año, decenas de miles de toneladas de pesticidas altamente peligrosos prohibidos en la Unión Europea se producen para su exportación. Esta terrible situación de doble rasero es una forma de explotación en la agricultura del Sur global. Mientras los trabajadores y sus familias sufren, los productores de pesticidas obtienen beneficios.

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Javier H. Rodríguez

Biodiversidad

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En 2020, la Comisión Europea presentó una estrategia química en la que se comprometía a poner fin a esta práctica abominable. Sin embargo, aún no ha propuesto legislación para cumplir su promesa.

El reconocimiento de que el cuerpo humano es el mismo para todas las personas debe llevar a una prohibición efectiva de la exportación de pesticidas prohibidos

El reconocimiento de que el cuerpo humano es el mismo para todas las personas, independientemente de su lugar de residencia o color de piel, debe llevar a una prohibición efectiva de la exportación de pesticidas prohibidos. 

El imperativo moral para prohibir la exportación de pesticidas prohibidos es claro. Europa exporta pesticidas prohibidos que causan daños graves a las personas y a las comunidades de los países en desarrollo. La exposición a pesticidas peligrosos provoca varios tipos de cáncer, infertilidad, diabetes, enfermedades neurológicas como el Parkinson, el Alzheimer y trastornos de los sistemas endocrino e inmunológico, entre otros daños. Afecta a adultos, pero también a recién nacidos, causando defectos y malformaciones congénitas, así como deficiencias en el desarrollo neurológico, incluida una reducción del coeficiente intelectual.

La práctica europea de exportar pesticidas prohibidos es una violación flagrante de estos derechos fundamentales

Las personas tienen derecho a la salud y a vivir con dignidad. La práctica europea de exportar pesticidas prohibidos es una violación flagrante de estos derechos fundamentales.

Argumentos por la eliminación

Ciertos actores de la industria han argumentado, en ocasiones, que, si los trabajadores utilizaran equipos de protección individual, los pesticidas prohibidos podrían utilizarse de forma segura. Esto ignora que, la mayoría de las veces, ese equipo no está disponible ni es accesible, especialmente para los trabajadores que viven en situación de pobreza, y que las altas temperaturas en el campo a menudo hacen imposible su uso. Este argumento también traslada la responsabilidad al eslabón más débil de la cadena de producción agrícola. E ignora los impactos en el ecosistema, especialmente en los insectos polinizadores y en la pérdida de biodiversidad.

Ciertos gobiernos han argumentado que cada país es soberano para decidir qué importar. Este argumento ignora la falta de capacidad de la mayoría de los países en desarrollo para gestionar la información necesaria para tomar tales decisiones. También pasa por alto las obligaciones de los Estados en materia de derechos humanos respecto a las consecuencias previsibles de su conducta en otros países. Además, este argumento ignora que, en Estados con una gobernanza débil, la soberanía suele ser capturada y puesta al servicio de intereses empresariales, en particular debido a la corrupción, en detrimento de los derechos humanos y de la producción de alimentos para la población local.

Algunos actores también han argumentado que una restricción europea de la exportación de pesticidas prohibidos simplemente trasladaría la producción a otros lugares, privando a la industria europea de ingresos sin resolver el problema. Este argumento es moralmente insostenible. Si se aceptara, justificaría la eliminación de protecciones laborales, de la seguridad social, la abolición de la esclavitud y muchas otras conquistas de los derechos humanos logradas con gran esfuerzo.

Liderazgo por los derechos humanos y laborales

El verdadero liderazgo exige asumir los costes económicos a corto plazo de hacer lo correcto. Los costes a corto plazo son una apuesta por el largo plazo: la restricción de pesticidas prohibidos estimularía la innovación hacia alternativas seguras, generando ventajas económicas mediante nuevos mercados para quienes lideren el cambio.

Un enfoque basado en los derechos humanos respalda acciones decididas para poner fin al doble rasero. Sin embargo, aunque la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño reconoce el derecho de todos los niños a vivir en un entorno limpio, saludable y sostenible, los niños sufren enormemente por la exposición a pesticidas peligrosos debido a su etapa de desarrollo neurológico. Esto incluye la fumigación aérea y otras formas de pulverización de pesticidas altamente peligrosos sobre o cerca de escuelas, perjudicando aún más las oportunidades educativas.

La Organización Internacional del Trabajo también ha reconocido un entorno saludable como un derecho y principio fundamental en el trabajo. No obstante, el Atlas de los Pesticidas de la Fundación Heinrich Böll estima que, cada año, mueren decenas de miles de trabajadores y 350 millones enferman. Los daños son, por tanto, generalizados, sistemáticos y graves, afectando incluso a las generaciones futuras.

Todos los países deben cooperar para restringir la exportación de pesticidas prohibidos y defender el derecho a un entorno libre de tóxicos. Pero el cambio requiere visión y convicción moral. 

Algunos países europeos, como Bélgica y Francia, están liderando la restricción de esta práctica abominable. Las instituciones europeas también deben mostrar liderazgo a nivel regional y actuar para restringir la exportación de pesticidas prohibidos.