OTAN
La OTAN se rinde ante Trump y acata la subida del 5% del gasto en Defensa

Hoy martes 24 de junio empieza la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en La Haya (Países Bajos) en un escenario de escalada bélica considerable tras el ataque de Estados Unidos contra Irán y con el rearme europeo -pero también mundial- como el gran protagonista. Es la primera cumbre que se celebra de la Alianza Atlántica tras el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca.

Está previsto que sea una cumbre breve y de acuerdos amplios; de hecho, los representantes de los países se reunirán mañana miércoles 25 para terminar de consensuar los detalles del nuevo acuerdo, que implica la elevación del gasto militar en defensa hasta el 5%. De ese 5%, el 3,5% iría destinado a equipos militares; y el 1,5% restante a la defensa, la seguridad y la ciberseguridad.

Coincidiendo con la escalada bélica en Oriente Próximo después de que Estados Unidos bombardease Irán, durante el fin de semana previo a la cumbre, hubo una manifestación en La Haya con centenares de asistentes que se oponen al encuentro. Se calcula que unos 27.000 agentes de la policía neerlandesa trabajarán para garantizar la seguridad de un encuentro que se produce en un momento de máxima tensión en el mundo.

Lafede, por ejemplo, con sede en Catalunya e integrada por 135 entidades de cooperación, derechos humanos y paz, asegura que: “La seguridad europea no pasa por el rearme” y que “es necesario un debate abierto y democrático sobre seguridad”. La organización considera que la elevación al 5% de gasto militar responde a una acción irracional, y que en ningún caso “responde a una estrategia conjunta de defensa”, sino todo lo contrario: puede llevar al mundo “a un escenario peligroso”.

A vueltas con el 5%

Tras semanas de retórica y de presiones ejercidas por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, finalmente parece que todos los países miembros, menos España, han aceptado acatar el compromiso del 5%. A tales efectos, el pasado viernes 20 de junio, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, remitió las bases del nuevo pacto a los jefes de Estado de los países miembros y a los gobiernos aliados. El nuevo compromiso de gasto ya es una realidad.

A pesar de llevar semanas exigiendo esta nueva medida, Trump, cuyo país gasta anualmente alrededor de un 3,5% de su PIB en Defensa, ya ha dicho que quizás Estados Unidos no eleve el gasto, puesto que considera que su país ya ha contribuido “suficientemente durante demasiado tiempo” a la organización. Juega, una vez más, con la idea de que Europa se ha aprovechado de Estados Unidos y que ahora es el momento de “devolver” los favores prestados.

Trump ya ha dicho que quizás Estados Unidos no eleve el gasto, puesto que considera que su país ya ha contribuido “suficientemente durante demasiado tiempo” a la organización

La piedra en el zapato de los planes de Trump y Rutte para esta nueva norma tiene nombres y apellidos: Pedro Sánchez. El presidente ya advirtió hace algunos días que destinar el 5% del PIB a Defensa le parecía “no sólo sería irrazonable sino también contraproducente”; y así se lo trasladó a Rutte. Sánchez también aseguró que esta medida colisionaba con el Estado del bienestar en España. “Para España, comprometerse con un objetivo del 5% no solo sería irrazonable, sino también contraproducente, ya que la alejaría aún más del gasto óptimo y obstaculizaría los esfuerzos continuos de la UE para fortalecer su ecosistema de seguridad y defensa”, se puede leer en la misiva que le mandó a Rutte.

Pedro Sánchez pacta con la OTAN que España no tenga que alcanzar el 5% del PIB en gasto de defensa

Redacción El Salto

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El secretario de la Alianza Atlántica, Mark Rutte, ha reconocido que la declaración final de la cumbre concederá a España una excepción.

La postura del Ejecutivo español, que dinamitaba el principal objetivo de este encuentro y que fue duramente criticada por Trump, ha sido “solucionada”, en las últimas horas con un acuerdo de “flexibilidad” que consiste en una serie de ajustes, que le permitirán al Ejecutivo español liberarse, al menos por el momento, de ese 5%. “Confirmo por la presente que el acuerdo en la próxima Cumbre de la OTAN otorgará a España la flexibilidad para determinar su propia trayectoria soberana para alcanzar el Objetivo de Capacidad y los recursos anuales necesarios como porcentaje del PIB, así como para presentar sus propios planes anuales”, se podía leer en la misiva de Rutte enviada a Sánchez durante el fin de semana y a la que tuvo acceso EFE.

En contestación a Rutte, Sánchez aseguraba que España mantendría su “compromiso” y que cumplirá con los Objetivos de Capacidades Militares en el periodo comprendido entre 2026 y 2029, un acuerdo al que llegaron los diferentes ministros de Defensa de los Estados miembros de la OTAN el pasado 5 de junio.

La OTAN no cree que España pueda alcanzar los Objetivos de Capacidades Militares con el 2,1% del PIB actual

Por su parte, José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores, reafirmó también ayer lunes 23 de junio el “compromiso total” de España con la OTAN y aseguró que se pueden alcanzar los Objetivos de Capacidades Militares con el 2,1% del PIB que actualmente se destina a Defensa. “El espíritu con el que vamos a asistir a la cumbre de la OTAN es un espíritu de unidad, de compromiso con la seguridad europea y euroatlántica”, dijo.

Sin embargo, y también ayer, en la rueda de prensa previa a la inauguración de la cumbre, Mark Rutte, puntualizaba acerca de esa supuesta “flexibilidad”: la OTAN no cree que España pueda alcanzar los Objetivos de Capacidades Militares con el 2,1% del PIB actual y creen que España debería destinar un 3,5%.

De la tumba a los titulares de las cabeceras mediáticas

Creada en 1949 para disuadir el expansionismo soviético; evitar el resurgir de los nacionalismos y promover la integración política europea, lo cierto es que la Alianza Atlántica ha servido históricamente a Estados Unidos y a sus intereses geopolíticos. En 1999 llevó a cabo su primera intervención. En el marco de la guerra en Kosovo brindó su apoyo a los rebeldes albaneses y bombardeó territorio kosovar y serbio. Lo hizo con uranio empobrecido; algo que continúa teniendo consecuencias en la salud de la población que habitaba la zona.

Tras la intervención en Kosovo y algunas supuestas misiones de paz (por ejemplo, en Afganistán), la Alianza pasó a ser un cadáver. El mismo año que intervino en Kosovo, pasaron a formar parte de la organización Hungría, República Checa y Polonia. Letonia, Estonia y Lituania, Eslovaquia, Bulgaria, Rumanía y Eslovaquia se incorporaron en 2004. En 2009, lo hicieron Croacia y Albania; en 2017, Montenegro; y en 2021 ingresó Macedonia del Norte.

Uno de los momentos más trascendentales de la historia reciente de la Alianza Atlántica, sin embargo, fue la incorporación de Finlandia y de Suecia a la organización, en abril de 2023 y en marzo de 2024, respectivamente.

En un contexto de guerras (Ucrania, Gaza, Yemen, y otras tantas) y de agresiones (la más reciente el bombardeo de Estados Unidos a Irán); parece que hay consenso (en la OTAN, pero también en el seno de la Unión Europa) de que el rearme es la única opción.

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Con motivo de la cumbre de la OTAN del 24 y 25 de junio, organizaciones sociales, ecologistas, sindicales y políticas de distintos territorios del Estado español convocan viernes y sábado en Madrid la Conferencia por la Paz y contra el Rearme.

Existe la sensación, más a raíz de los acontecimientos de los últimos días, de que el mundo vive en una crisis de seguridad global. A tal efecto, hace apenas unas semanas, Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, anunciaba el plan ReArm Europe, que tiene como objetivo destinar 800.000 millones de euros adicionales a la industria militar de los Estados miembros.

Días después al anuncio de Von der Leyen se publicaba el Libro Blanco sobre la defensa europea / Preparación 2030, donde se habla de una “nueva era” en la que la “seguridad” va a ser la protagonista. En los últimos meses, pero sobre todo, a raíz del inicio de la guerra en Ucrania, en febrero de 2022, la narrativa del rearme y de la preparación ante posibles agresiones externas (en el caso de Europa, Rusia) ha sido la tónica en el continente. Los datos del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz ( en sueco, Stockholms internationella fredsforskningsinstitut, SIPRI), que monitoriza conflictos y datos sobre armamento, indican que, en conjunto, los miembros europeos de la OTAN han destinado, seis veces más en gasto militar que Rusia en los últimos 20 años. 

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El Gobierno se abre por primera vez a computar como gasto militar partidas que antes permanecían escondidas en otros ministerios. Según el Centre Delàs, España ya dedica casi el 2% al gasto militar. Solo toca reconocerlo.

Ahora, a punto de dar el pistoletazo de salida a esta nueva cumbre, en un escenario de recolocación de las relaciones internacionales, de incertidumbre y de violencia y guerras, el mensaje es claro: “hay que defenderse”. A finales de 2024, Rutte dijo algo premonitorio: “Es hora de adoptar una mentalidad de guerra”; y así está siendo.