Cine
Inesone, con las cosas recogidas
¿Qué te juegas? es un filón para que su directora, Inés de León, zarandee el género de la comedia.

Cuando el 27 de mayo del 2000 se estrenó Futurama en abierto para España, Inés de León debía tener unos 11 o 12 años. Edad de gran influenciabilidad, a las puertas de cambios físicos y especialmente mentales que hacen absorber conocimientos de base y, al mismo tiempo, chorradas supinas. Pero precisamente Futurama demostró, durante dos décadas, que no todos los dogmas cognitivos sientan una buena base ni todas las chorradas supinas carecen de profundidad.
Futurama, Los Simpson, Malcolm, Friends... Pinceladas hay en el trabajo de Inés de León, cuyo largometraje ¿Qué te juegas? es su ópera prima por cuestión de protocolo. Y es que su filmografía empezó varios años antes, cuando el Doctor Zoidberg daba sus últimos coletazos a bordo de la nave de Planet Express. Sirva de homenaje al médico del bigote tentacular un gag de Javier Rey en ¿Qué te juegas?, y además en un momento álgido de la trama principal.
Porque lo que rueda Inés de León es así. Es gag tras gag tras gag. Al estilo de dibujos animados, pero en carne y hueso para complicar las cosas. De cara a este largometraje, la fuente de inspiración propia había sido la serie web Inquilinos. Con siete capítulos, inferiores a 30 minutos, la primera y hasta ahora última temporada alumbró a una directora todoterreno, junto a intérpretes sin reparos y bien revueltos en un proyecto sin financiación.
Un minuto escaso tarda el personaje de Inés (oh, sorpresa, encarnado por Inés de León) en soltar su primera referencia cinematográfica. Ritmo acelerado, con corte y superposición de montaje adrede; varios planos detalle a ojos o a manos, recreando aura de cómic; ruptura de la cuarta pared, aunque como recurso menguante, y una retahíla de neuras entre veinteañeros de chascarrillo fácil que interactúan con otros veinteañeros de humor satírico.
Sobre todo, eso, el humor raudo, es la seña granjeada por De León, o Inesone en uno de sus álter ego del capítulo 6 de Inquilinos. Luego vino el cortometraje 1440 Minutos, impulsado a través de ‘crowdfunding’ y de nuevo con actores que tienen una relación de afecto personal con la directora. Cameos por doquier, logrados a raíz del trabajo simultáneo en anuncios de televisión, en sesiones de fotografía o en historietas audiovisuales para Vogue.
Amaia Salamanca, Gorka Otxoa, Brays Efe, Ana Rujas, Pablo Rivero, Eloy Azorín, Leticia Dolera, Santiago Segura... junto a muchos otros amigos, delante y detrás de las cámaras. En Inquilinos están o se les intuye, y en ¿Qué te juegas? pasa exactamente lo mismo. Entre todos fabrican aquí una obra de risa de soslayo, no de carcajada. Y es donde reside su mérito, en la constancia para ofrecer siempre una línea más de diálogo con la que disfrutar.
La madurez, o irse a pique
Roberto Allende-Salazar (Javier Rey) tiene una idea revolucionaria que cambiará la empresa familiar, la cual se va a pique; pero su hermana Daniela (Amaia Salamanca) no quiere ni oír hablar de cambios en el consejo de administración. La única opción de Roberto pasa entonces por convencer al mayor de los Allende-Salazar, Fernando (Dani Pérez Prada), para jugárselo todo a una rara apuesta: Roberto tendrá que conseguir que su hermana se enamore en menos de un mes.
Pero la cosa no será fácil, ya que Daniela es una roca y se muestra impasible a cualquier estímulo. Contra pronóstico, una alocada monologuista llamada Isabel (Leticia Dolera) será su única esperanza. Las estratagemas de Roberto, algo machistas, chocan con los impulsos de Isabel en un contexto donde las connivencias sociales son flexibles, y por ello los personajes pueden desenvolverse sin levantar ampollas.
Tampoco son baladí las reminiscencias a Los Simpson, bebiendo ayahuasca para emular pasajes de «El misterioso viaje de Homer». Ese capítulo se emitió por primera vez en enero de 1997 y su periplo alucinógeno fue estupendo; chorrada supina en su estreno, pero fuente de conocimiento con los revisionados. Como ésa, millones de peripecias del patriarca amarillo de Springfield se marcaron a fuego en niños y adolescentes que ahora son treintañeros.
Mismos treintañeros que afrontan lo que vaticinaba Friends: dejar las fiestas, lograr empleo estable, comprometerse, decidir si tener hijos o no, etc. En definitiva, el tránsito hacia una vida adulta tanto si has madurado como si no; y aún más inquietante, tanto si encajas en lo estándar como si no. De ¿Qué te juegas? en adelante, Inés de León ya tiene sus cosas recogidas, en la Casa Netflix y zarandeando el género de la comedia en España.
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