Crisis climática
27 S: Huelga Mundial por el Clima, también de consumo
El próximo viernes 27 de septiembre se celebra la Huelga Mundial por el Clima y están convocadas manifestaciones, cierres patronales de entidades comprometidas, movilizaciones en centros de trabajo y en las calles, además de huelgas estudiantiles y de consumo.

La próxima huelga climática, al igual que pasó con la última huelga feminista del 8 de marzo, o en las últimas huelgas generales, también está convocada como huelga de consumo. Algo que responde a la importancia que tiene el modelo de consumo dentro del sistema económico, pero que también muestra cómo hemos tomado conciencia del poder que tenemos como consumidoras/es.
Una huelga de consumo es un día para no consumir, pero también puede contribuir a que las personas consumidoras se planteen hasta qué punto necesitan y desean lo que compran. Y es que el desaforado nivel de consumo al que accede una pequeña parte de la población mundial tiene graves repercusiones medioambientales, ya que esquilma los recursos naturales y genera distintos tipos de contaminación, entre ellas grandes emisiones de gases de efecto invernadero.
Una huelga de consumo también puede servir para dejar de consumir ciertos productos o de contratar ciertos servicios, por sus impactos sociales y ambientales, pero también por las prácticas de sus empresas que deslocalizan la economía buscando lugares donde producir donde los costes laborales son menores y la legislación ambiental es más laxa.
Por tanto, la huelga de consumo conlleva señalar el actual modelo de producción y consumo como una de las causas de la crisis climática, pero también puede contribuir a visibilizar alternativas que apuestan por la sostenibilidad socioambiental, el reparto equitativo de la riqueza, la solidaridad y las relaciones comunitarias de cercanía. Y es que la huelga climática puede ser un punto de inflexión para muchas/os de nosotras/os que nos haga, no sólo consumir de otra manera, sino involucrarnos en el desarrollo de alternativas de consumo que, entre otros beneficios, contribuyen a enfriar el planeta, como los mercados sociales de los distintos territorios, cooperativas de comercialización de electricidad de procedencia renovable, supermercados cooperativos, grupos de consumo, banca ética…
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