Opinión
El verdadero monstruo de ‘Juego de Tronos’ es su ideología reaccionaria oculta

El análisis progresista ha visto a los Caminantes Blancos como representantes de la amenaza del cambio climático, pero nada más lejos de la realidad.

Juego de Tronos Caminantes Blancos
El Rey de la Noche y sus Caminantes Blancos.
TRADUCCIÓN: EDUARDO PÉREZ
23 may 2019 06:00

[Nota del editor: este artículo contiene spoilers]

Si uno buscara en Google “Caminantes Blancos + metáfora”, los resultados serían bastante universales. La lectura hegemónica general de Juego de tronos, particularmente en el análisis progresista, ha visto a los Caminantes Blancos como representantes de la amenaza del cambio climático catastrófico.

En esta lectura, mientras que las diferentes casas —Stark, Targaryen, Lannister, etc.— mantienen su “juego de tronos” provincial, una amenaza existencial global se acerca desde “más allá del muro”: el Rey de la Noche y sus Caminantes Blancos. Su amenaza vuelve profundamente insignificante las intrigas, conspiraciones y luchas de poder de los principales personajes. La metáfora mantiene que las casas representan a los diferentes Estados-nación, todos involucrados en el politiqueo internacional, pero negándose a unirse para enfrentarse al desafío existencial que supone el cambio climático.

Aquellos que defienden esta interpretación se han basado en las palabras del autor para afianzar su postura de que Juego de tronos es básicamente una metáfora del cambio climático. El mismo George R.R. Martin ha dicho:
“Hay un cierto paralelismo ahí… La gente de Westeros está luchando en sus batallas individuales por el poder y el estatus y la riqueza. Y la están distrayendo tanto que está ignorando la amenaza de que ‘se acerca el invierno’, que tiene el potencial de destruirlos a todos y de destruir su mundo”.

En cierto sentido, la metáfora funciona. Hay una homología estructural. Pero, realmente, ¿necesitamos las palabras de un autor sobre su intención para interpretar un texto? ¿No hemos reconocido en la crítica “la muerte del autor” durante cierto tiempo? Una obra de arte es sujeto de negociación; su significado no es universal. Es algo creado.

Los géneros tanto de la ciencia ficción como de la fantasía funcionan como narrativizaciones vagamente encubiertas del momento contemporáneo. Exploran dinámicas políticas, sociales y culturales del aquí y ahora, aunque pueden tener lugar en lo profundo del espacio o en mundos alternativos. Están destinados a comentar sobre nuestras realidades sociales, políticas y culturales. Además, operar dentro de géneros fantásticos permite a los autores tener espacio para la especulación y más ambiciosos “¿y si…?” que una obra de ficción más tradicional y realista.

Es necesario excluir de la interpretación un símbolo enormemente importante para llegar a la conclusión de que Juego de tronos es una metáfora del cambio climático. Ese símbolo es, por supuesto, el muro. Atendido por la Guardia de la Noche, es la línea divisoria entre Poniente y el mundo de más allá: un páramo helado, lleno de monstruos míticos hechos realidad, y los no muertos. Es el punto focal de todo el show.

El género fantástico en el que funciona Juego de tronos es una representación apenas encubierta del momento político contemporáneo. La historia es un proyecto profundamente reaccionario destinado a reforzar la ideología supremacista blanca en su momento de crisis. No trata sobre el cambio climático en absoluto. No es progresista, no es instructivo.

Juego de tronos no es una crítica del statu quo sino que nos está reflejando nuestra crisis de identidad y pidiendo que nos volvamos a identificar con el muro

La historia, en su ideología, es reflexiva. Es reflexiva de los Estados Unidos en esta coyuntura histórica concreta. No es una crítica del statu quo, que reivindique una esperanza o posibilidad trascendente. Es un argumento reactivo a favor de él mediante un efecto de espejo que representa nuestro paisaje ideológico en forma invertida.
Nos está reflejando nuestra crisis de identidad, nuestra necesidad como nación de definirnos en base a lo que no somos, nuestra obsesión ideológica con un dentro y un fuera, con las fronteras. Trata de los muros que construimos —material y simbólicamente—, y de quién está en qué lado de ellos. Nos está pidiendo volver a investirnos con la identificación con él.

La historia traiciona nuestra obsesión con los muros, no sólo con el muro de la frontera sur, sino con ‘otros’ muros también — muros que crean ‘otros’. En otras palabras, Juego de tronos es también un show sobre nuestra relación con la cárcel, nuestra obsesión con hacer desaparecer personas, quienes, una vez al otro lado del muro, ya no son ‘personas’. El muro representa los límites de ‘nosotros’ como nación, y aquellos que no son ‘nosotros’ y deben ser excluidos: el criminal y el inmigrante.

¿Cómo justifica una nación encerrar a niños en jaulas en el muro de la frontera sur? ¿Cómo justifica encarcelar a 2,3 millones de personas, el 40% de las cuales son negras y dos tercios de ellas son gente de color? Debe construir una ontología de la diferencia, una clasificación del ser: el humano contra el no humano.

Miremos al lenguaje usado para deshumanizar inmigrantes y personas encarceladas. Son descritos como una “plaga” de droga. El crimen se extiende como “una enfermedad”. La inmigración “corroe” la economía. Son descritos como “parásitos”. Las bandas y la violencia “se propagan”. Es el modelo de una enfermedad contagiosa.
Los inmigrantes y las personas encarceladas no solo carecen de ese algo mágico que es la humanidad. Estos ‘otros’ detrás de los respectivos muros de la frontera y la prisión son, en el discurso, peligros biológicos –amenazas contaminantes. La respuesta adecuada a los peligros biológicos contaminantes es la lógica de la cuarentena: muros. Dentros y fueras.

El zombi es una representación metafórica de la amenaza contaminante subhumana, el inmigrante y el encarcelado, tras sus respectivos muros. Mediante esta narrativa, tienen el potencial de contaminarnos, de destruirnos, de hacernos como ellos, de acabar con la ‘civilización’.

Los inmigrantes y las personas encarceladas también son ‘zombificados’ en nuestro discurso nacional actual.
Los Salvajes representan la dinámica de clase en la serie. Las “Casas” son la élite, los ricos, los aristócraticos. Los Salvajes son los blancos pobres en esta estructuración de fantasía, obligados a vivir, a trabajar junto a y sobrevivir entre los ‘socialmente muertos’. Introducirles en la “gran guerra” es simbólicamente representativo del soborno racial dado a los blancos pobres tras la Rebelión de Shays [levantamiento popular a finales del siglo XVIII en Massachusets, EE UU], y operativo desde entonces. Es el color blanco como capital social — puede que seas pobre y estés al final de la jerarquía, pero al menos no eres negro (o, en este caso, un zombi de hielo). Por eso estaban situados más allá del muro (la cárcel). En la serie, funcionan como reemplazo en la lucha contra los Caminantes Blancos; en la realidad, la estrategia ha sido convertir a un porcentaje de ellos en policías y guardias de prisiones con buenas ventajas para asegurarse su lealtad al capital supremacista blanco. La clave aquí es que los Salvajes están en el lado humano de la oposición binaria ‘humano vs. subhumano/contaminante’, simplemente relegados al papel de encargados del orden en primera línea.

El Caminante Blanco es un personaje plano y poco inteligente. No tiene programa. Es un folio sobre el que se construye el drama. No es humano, sino muerto viviente. En el lenguaje de la cárcel, cívica y socialmente muerto, el inmigrante sin ‘derechos’. Fuera de este espejo invertido, son lo estacionario, lo almacenado, lo secuestrado territorialmente, lo encarcelado. El espejo de la ideología da la vuelta a las cosas entre sus polos.

Como las fantasías paranoides y derechistas que guían las apocalípticas películas de Steve Bannon, la serie retrata realidades políticas de nuestro presente

La ideología de Juego de tronos no tiene intención de ser instructiva. No está diciendo a la audiencia que considere a las personas negras encarceladas y los inmigrantes como menos que zombis humanos, lo muerto, lo contaminante. Es un reflejo del hecho de que dentro de la misma lógica de la formación social estadounidense racializada, en el discurso y en la ley, ya lo hacemos. Como las fantasías paranoides y derechistas que guían las apocalípticas películas de Steve Bannon, la serie retrata realidades políticas de nuestro presente.
Juego de tronos es el apenas encubierto e inconsciente sueño enfebrecido de la sociedad civil blanca –un retorno de lo reprimido- de que los muros y las barreras, simbólicas y materiales, que constituyen la sociedad supremacista blanca estadounidense caerán, de que los diques se romperán en sentido contrario.

El miedo a los Caminantes Blancos atravesando el muro del norte es una metáfora apenas encubierta de los inmigrantes que, se teme, “desbordarán” la frontera, de las personas negras que escaparán del hipergueto y la cárcel. Es el miedo de la sociedad blanca a que si se quitaran las barreras que nos separan de ellos, ya no habría nosotros. Estaríamos diluidos, como ellos –una masa amorfa. En lenguaje psicoanalítico, es un miedo a la pérdida de diferenciación. No seríamos excepcionales. En el fondo, es un miedo al mestizaje. Sin nuestro ‘otro’ en esta retorcida lógica hegeliana, no nos reconoceríamos como los agentes y el amo de la historia. La historia y el ‘progreso’ blancos serían destrozados.

El Caminante Blanco es una materialización de la figura ideológica de la otredad en el imaginario estadounidense. Nos vemos a nosotros viendo al otro. Así es como consideramos a la gente que convertimos en otros, como ‘no nosotros’, sino como contaminantes materiales y simbólicos.

La historia nos pide volver a investirnos psicológicamente con la supremacía blanca al identificarnos con los protagonistas de la serie. Es una reflexión sobre cómo seguir mandando a pesar de los niveles en ascenso de expectación, agitación y activismo de las poblaciones que luchan contra el sistema supremacista blanco.
La historia representa para su audiencia la política del multiculturalismo y la identidad de la sociedad neoliberal blanca que deja impertérritas las estructuras de la explotación capitalista y la dominación racial.

La ejecución de Missandei es la consecuencia lógica de la estructuración ideológica supremacista blanca de la serie. Su personaje, porque es negra, permite a la audiencia la autoidentificación con las casas completamente blancas y aristocráticas de Juego de tronos como ‘no racistas’. Es decir, esta serie no puede tratar sobre raza y ‘otredad’ porque la audiencia se identifica con Missandei, y llega incluso a amar al personaje. Después de todo, es negra.

Puedes tener personas negras cerca del poder, pero no en el poder. El hombre negro (Gusano Gris) debe estar literalmente castrado para ser ‘bueno’, para ser inofensivo. Sacado de la chusma, liberado por la blanquitud, los hombres negros no pueden suponer una amenaza sexual para las mujeres blancas. Deben estar agradecidos. La mujer negra, Missandei, debe mostrar estándares europeos de belleza: ser suave, no amenazante, sexualmente deseable, sumisa. Cuando es ejecutada, es puramente como recurso en apoyo de la exigencia de la trama de avivar la próxima confrontación entre dos visiones de la supremacía blanca, los Lannister y los Targaryen. Ella es una herramienta para promover la supremacía blanca y reforzarla ideológicamente. Al igual que los Salvajes, los Dothraki y los Inmaculados —representaciones particularmente reprobables del rol de la obligación de los pueblos de color pobres de funcionar como carne de cañón imperial— el papel continuado de Missandei en la narración dependía de su voluntad de seguir el liderazgo de un héroe blanco idealizado.

La angustia universal por la muerte de Missandei funciona para permitir tanto a los personajes como a la audiencia negar su propia integración en la supremacía blanca al sentir simpatía por un personaje negro. Es una representación del argumento de “tengo amigos negros así que no puedo ser racista”.

¿Eres del ‘equipo’ Stark? ¿Targaryen? ¿Lannister? Todas ofrecen diferentes configuraciones del capital supremacista blanco neoliberal

Más trabajo ideológico viene en la forma de construir identificaciones con una casa concreta: Targaryen, Lannister, Stark. ¿Con cuál te identificas? ¿Eres del ‘equipo’ Stark? ¿Targaryen? ¿Lannister? Todas ofrecen diferentes configuraciones del capital supremacista blanco neoliberal para que su audiencia multicultural las anime.

El feminismo joven de inclinación ‘progresista’ de Dany Targaryen, liberadora de Iraq/Meereen, es una opción. Ser un señor de la guerra más fuerte que los hombres es el signo. Quizás te consideras un conservador: tienes a los patriarcales Lannister, encabezados por Tywin y ahora Cersei/Clinton. Quizás eres relativamente apolítico: siempre puedes apostar por ‘Yo-nunca-quise-esta-responsabilidad’ Jon ‘blanco-y-puro-como-la’ Nieve.
Ahora que la ‘amenaza’ desde ‘más allá del muro’ ha sido extinguida, en sus episodios finales, la sociedad blanca puede discutir sobre cómo mantenerse como formación social hegemónica. Eso es de lo que trata el “juego de tronos”: la conversación de la sociedad blanca consigo misma sobre cómo retener el control hegemónico con acuerdos de herencia de la riqueza y el poder autoritarios.

El truco ideológico es normalizarlo y conseguir que la audiencia se identifique y lo vitoree, y aunque se enmarque dentro de la fantasía, aun así es representativo de una ‘realpolitik’. La historia es reactiva porque trata sobre situar nuestra propia monstruosidad dentro de ‘otros’, excluyéndolos, y después reforzando violentamente estas barreras de la otredad, incluso hasta el punto de la liquidación genocida.

No hay zombis, igual que las bandas juveniles no son ‘virus’ que ‘contaminan’ y la gente que usa drogas o tiene enfermedad mental no son ‘plagas’. Los jóvenes negros no son ‘superpredadores’. 

No hay monstruos más allá de nuestros muros. Hay seres humanos. Construimos el objeto fantástico del monstruo para escondernos de nuestra propia monstruosidad.

Copyright: TRUTHOUT
El artículo The real monster in “Game of Thrones” is its hidden reactionary ideologyfue publicado originalmente en Truthout y republicado con su permiso. Traducido por Eduardo Pérez.
Cargando valoraciones...
Ver comentarios 9
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Cargando relacionadas...

Málaga
Málaga, el punto de inversión para los fondos israelíes a pie de playa
Diversos fondos de origen israelí están presentes en proyectos urbanísticos de Málaga influyendo en la turistificación de la provincia mientras se enriquecen con la ocupación de Palestina
Región de Murcia
Belinda Ntutumu
“La violencia racista no parará mientras Vox pueda presentarse a elecciones”
La cofundadora de Afromurcia señala a los discursos de Vox como causantes de la violencia racista de Torre Pacheco y califica de “laxa” la respuesta institucional: “Deberían haber impedido que los disturbios continuaran durante tres días”.
Palestina
La coordinadora europea contra el antisemitismo dice que los informes sobre la hambruna en Gaza “son rumores”
Katharina von Schnurbein es la encargada de proteger a Israel en las discusiones que esta semana tienen lugar sobre el acuerdo preferencial que la UE tiene con el Estado sionista.
Palestina
Más de mil caras conocidas de la cultura exigen al Gobierno que cese la venta de armas a Israel
Una carta dirigida al presidente del Gobierno por más de mil profesionales de la cultura considera que “mantener los negocios armamentísticos con Israel es complicidad activa con el genocidio”.
El Salto n.79
La celulosa o la vida: periodismo situado y lucha social para frenar un ecocidio
El jueves 17 de julio os esperamos en el CS “A Nubeira” de Vigo para presentar el último número de la revista El Salto.
Castellón
El BDS Castelló pide al FIB que facilite la devolución de entradas por su vinculación con KKR
El BDS y la Plataforma Castelló per Palestina piden al festival que se desvincule del fondo y que adopte un compromiso público para incluir el respeto por los derechos humanos palestinos en sus protocolos éticos.
Opinión
Torre Pacheco: el síntoma de un sistema agroexportador podrido
Se podría hacer un mapa de la llamada conflictividad social migrante y coincidiría, casi matemáticamente, con el de los polos agroexportadores.
Comunidad El Salto
El Salto estrena nueva página: una web como una casa
Después de un año de trabajo, lanzamos en julio la nueva web de El Salto, con un nuevo diseño, pero, sobre todo, con una nueva Zona Socias llena de ventajas para las personas que hacen posible El Salto con su apoyo.
Violencia machista
El 30% de los feminicidios íntimos se producen en verano pero no es el calor, es el patriarcado
El Ministerio de Igualdad convocó la semana pasada un comité de crisis tras los nueve asesinatos de mujeres por sus parejas o exparejas en junio. ¿Qué pistas da este dato sobre cómo orientar las políticas públicas?

Últimas

Opinión
Cuando una huertana llora: saquen sus racistas manos de nuestra región
Me aterra pensar que lo que ha sucedido en Torre Pacheco es el comienzo de algo peor, que es el primer síntoma de una enfermedad que hemos permitido que campe a sus anchas por nuestras regiones.
Análisis
La crisis por el ‘caso Cerdán’ empuja al PP y Vox por encima de los 200 escaños
El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) señala una caída del PSOE, que apenas aprovechan los partidos a su izquierda, y un aumento de votos en la mayoría de PP y Vox
Cómic
Gotham como estado mental
Que Batman es el personaje del cómic de superhéroes más icónico del último medio siglo es algo a lo que también contribuye una iconografía del mal como forma urbana a la que responde la ciudad de Gotham, un estado mental en sí mismo.
Opinión
Día Internacional de las Personas No Binarias: no pedimos nuevos derechos, exigimos los que tenemos
Varios tratados internacionales permiten una interpretación favorable a reconocer a las personas no binarias. El Estado español incumple su deber de protección de estas personas.
Estados Unidos
Donald Trump amenaza a la Unión Europea con aranceles del 30% a sus productos a partir de agosto
Ursula von der Leyen ha respondido al anuncio de Trump insistiendo en la vía del diálogo pero anunciando que “tomarán todas las medidas necesarias para salvaguardar" sus intereses
Más noticias
Murcia
Colectivos antirracistas denuncian la impunidad de la ultraderecha en Torre Pacheco, donde sigue la violencia
En la localidad murciana se ha producido una segunda jornada de violencia racista, ultraderechistas de otros territorios se han unido a las “patrullas” para “limpiar España”.
Economía social y solidaria
¿Dónde está la juventud en la Economía Social y Solidaria? Un relevo que se teje entre retos y oportunidades
Cada vez más jóvenes se acercan buscando formas de vida y empleos coherentes con sus valores. Sin embargo, su participación sigue enfrentando barreras: precariedad, estructuras poco flexibles y falta de relevo real.
Río Arriba
Javier Guzmán: “Desde la izquierda falta la visión de que el derecho a la alimentación es un tema básico”
Nueva entrevista de Río Arriba en formato podcast donde hablamos de soberanía alimentaria, políticas públicas relacionadas con la alimentación, tratados de libre comercio y sus efectos sobre la agricultura, ganadería y alimentación.

Recomendadas

Feminismos
Patricia Reguero
“Mis relatos están escritos al lado de otras, arropada por la escucha de otras”
Patricia Reguero Ríos, redactora de El Salto, presenta ‘Todo lo que pasó el día que me mordió mi hija’ (La Imprenta, 2025), un conjunto de relatos que desde lo individual apelan a lo colectivo y que se devoran con una mezcla entre ansiedad y placer.
LGTBIAQ+
Mana Muscarsel
“La amistad da más juego para salir de la lógica de la familia porque tiene menos reglas"
La autora y psicóloga argentina pone en valor la amistad frente a los modelos relacionales centrados en la pareja y la familia. Tampoco le interesa la familia elegida: “Marca una línea muy clara entre lo que pertenece y lo que no”.
Barcelona
El reciclaje invisible: la relación entre la chatarra y la ciudad de Barcelona
La red de reciclaje en Barcelona es de una complejidad casi hermética, más aún si hablamos de los recicladores informales, más conocidos como chatarreros. Salimos a la calle a entender una economía sumergida que está a la vista de todos.
Medios de comunicación
El futuro del periodismo no lo está escribiendo una máquina
El periodista Pablo Mancini, estratega dentro de The Washington Post, defiende una profesión aquejada de múltiples problemas. El primero, y más crucial, la deserción de miles de personas que ya no quieren estar informadas.
Comentarios 9

Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.

Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!

Cargando comentarios...