Núria Soto: “A Deliveroo no le interesa que digamos que nos tuvo que contratar”

Una de las fundadoras de Mensakas, cooperativa barcelonesa de reparto de paquetería y comida, habla de su experiencia lejos de las plataformas como Glovo o Deliveroo.

Núria Soto
Núria Soto en el Parlamento Europeo. Foto: GUE/NGL
2 ene 2020 07:00

Núria Soto ganó una sentencia colectiva contra el gigante Deliveroo, empresa de la que ella y algunos compañeros fueron despedidos por sindicarse, cosa que va en contra del Estatuto del Trabajador y de la propia Constitución. La empresa tuvo que readmitir a estos trabajadores, al declararse nulo su despido, pero prefiere pagarles una nómina mensual y que no se incorporen.

¿Cómo os empezastéis a movilizar contra la explotación de Deliveroo?
Hace tres años trabajadores de Deliveroo nos manifestamos en Barcelona y nos sindicamos. Con la IAC (Intersindical Alternativa de Catalunya) formamos la plataforma de Riders x Derechos. Ahí fue cuando nos despidieron. Denunciamos y ganamos el juicio contra Deliveroo, así que pensamos que necesitábamos dignificar el trabajo de repartidor, porque la tecnología puede usarse para mejorar las condiciones laborales y no para precarizar, como hacen estas plataformas.

De Riders x derechos nació vuestra cooperativa Mensakas…

Sí, Mensakas lleva ya un año funcionando. Tenemos en marcha nuestra propia App, que lanzaremos próximamente. Somos 18 socios, todos trabajamos ahí. Cuesta mucho encontrar a chicas que quieran trabajar en esto, la mayoría de gente que solicita este trabajo son hombres. Nosotras somos tres.

Habéis implantado la medida de que las chicas cobren un 5% más para luchar contra la brecha salarial.
Lo hicimos como medida simbólica, sí. En Mensakas cobramos un fijo por hora, lo que también da una seguridad. Es una advertencia tipo: “no corras, haz el trabajo bien, que hagas un pedido, dos o cuatro, vas a cobrar lo mismo”. Hacemos paquetería, comida, última milla…

La parte ecológica también os interesa mucho.
Nos estamos especializando en última milla, queremos trabajar lo de ser cada vez más verdes. En lugar de que los camiones vayan por toda la ciudad repartiendo, va una furgoneta a un centro logístico y descarga todo ahí. Con varios vehículos ecológicos se reparte todo dentro de la ciudad, evitando que camiones y furgonetas entren a la propia ciudad.

Deliveroo prefiere que cobremos sin trabajar porque no le interesa decir que tuvo que contratar a ocho trabajadores a los que despidió por sindicarse

Actualmente cobras nómina de Deliveroo sin trabajar, al declararse nulo el despido por haberos sindicado, al igual que tus siete compañeros.
Sí, cobro unos 400 euros al mes hasta que se resuelva el recurso que pusieron, porque la empresa no quiso que volviésemos a trabajar para ellos, a pesar de que nos tenían que readmitir. No les interesa que salgamos en la portada de un periódico como los ocho trabajadores a los que Deliveroo tuvo que contratar. Pudimos demostrar que nos despidieron por estar sindicados y manifestarnos, así que en lugar de despido improcedente, que es el que se consigue en la mayoría de sentencias, conseguimos despido nulo. Por eso decimos a la gente que es muy importante sindicarse y protegerse. Con el despido improcedente la empresa reconoce relación laboral, pero no tiene por qué readmitirte.

¿Es cierto que en Deliveroo y otras plataformas similares tu ‘despido’, entrecomillado porque para ellos eres autónomo (falso autónomo), se efectúa al no dejarte entrar más en la aplicación de móvil?
Sí, ellos lo llaman desconectarte o terminar la colaboración. Hay todo un mundo en esto. Hay trabajadores que tienen las cuatro aplicaciones y otros que trabajan para una aplicación y alquilan las otras tres cuentas. A raíz de la muerte del repartidor de Glovo en mayo en Barcelona, dicen que han desactivado muchas cuentas que alquilaban. Pero el problema sigue existiendo y seguirá existiendo, es lo que va con este modelo y a las compañías les conviene porque si un trabajador sin derechos es más difícil que se queje, pues imagina uno que aún tiene menos derechos. El de la cuenta alquilada nunca te va a dar problemas porque sabe que tiene todas las de perder.

¿Qué perfiles suele tener la gente que alquila, o, mejor dicho, a la que se ve abocada a alquilar cuentas?
Hay perfiles variados. Hay alquiler de cuentas, hay cesión de cuentas porque viene este amigo mío de equis país y lo ayudo, está el que es un espabilado y quiere cobrar por todo, etc. Normalmente gente de un perfil precario. Es precariedad sobre precariedad.

¿Qué se puede hacer jurídicamente contra estas grandes plataformas? ¿Dejar a libre albedrío que los trabajadores denuncien y ganen sentencias colectivas soluciona el problema?
La verdad es que no, legalmente es la historia de nunca acabar. Creo que quien tiene que tomar partido para que no se eternalice y que mientras se desarrollan las batallas judiciales no entre ‘Uber works’ es el gobierno. Por eso estas plataformas están intentando a la vez cambiar la ley a su favor con figuras como el autónomo digital, que significaría llamar al falso autónomo de otra forma, minimizando el fraude. Estamos intentando evitar eso y concienciando sobre el problema. Los gobiernos no deben caer en la trampa de adaptar la ley al fraude.

Repartidor de Glovo en Madrid 2
Un repartidor de Glovo consulta la aplicación de la empresa durante su jornada. David F. Sabadell

¿Notáis apoyo de las instituciones?
En el caso del ayuntamiento de Barcelona sí, aunque no hay que olvidar que Glovo nació del programa Barcelona Activa, una organización municipal que promueve el emprendimiento. Si ayudaron a Glovo, más les vale que nos ayuden a nosotros también.

En Glovo la puntuación que recibas te prioriza a recibir pedidos, entrando en una rueda loca en la que si tienes menos puntos trabajas menos y viceversa.
En realidad Glovo y Deliveroo se basan en el mismo modelo, aunque tengan pequeñas diferencias de funcionamiento, el falso autónomo. En una empresa igual son un poco menos radicales, pero ambas cometen fraude. Se basa en un algoritmo que según una puntuación te beneficia en unas cosas o no, es decir, te limita la libertad que te definiría como autónomo. El algoritmo y la puntuación es la antítesis del autónomo. Esto lo tienen todas las plataformas.

¿Se convierte ese algoritmo en tu jefe?
Claro, ahí está todo el grueso del asunto. Hubo algunas campañas en otros países como aquella de “mi jefe es una App”.

¿Se controla realmente lo que llevan con Glovo? Alguna vez hemos oído historias un poco surrealistas de mercancía transportada.
No. Como pueden hacer recados, nadie se entera de lo que llevan. Si un camello quiere llevar una bolsita, no es imposible que lo haga con Glovo. Alguna vez algún repartidor ha abierto el paquete porque no le cuadraba y ha visto que había droga. Hay muchos Glovers que sin saberlo son camellos. El problema es para quién es el problema. Si se supone que son autónomos, el problema no recae en Glovo, sino en ellos mismos. La empresa se desentiende.

Si Deliveroo o Glovo se van porque no quieren contratar a sus trabajadores, nadie les habría echado, sino que se irían por no querer cumplir la ley

¿Estáis a favor de la regulación, si es que Deliveroo o Glovo acceden a contratar a sus trabajadores?
Es lo que perseguimos, que estas plataformas cumplan la ley. Si cumplen la ley, cotizan en el país, pagan la Seguridad Social y aportan algo a la sociedad, no habría problema. En esto incluimos que se contrate en condiciones dignas, porque el simple hecho de contratar al trabajador ya le dota de condiciones que ahora no tiene, como baja laboral, vacaciones o cotización por cuenta ajena. A estas empresas que se basan en el fraude no les interesa. Si ahora les dicen que tienen que contratar, se irían. Pues que se vayan. Si se les obliga a contratar, no quieren y se van, nadie las ha echado, se han ido ellas por no querer acatar la ley. Pasó con Uber en Barcelona.

La excusa de que los nuevos tiempos vienen aparejados al trabajo inestable y por horas es la que utilizan estas empresas.
Dicen que te adaptes, que son innovación. Pero la realidad es que no han innovado nada, solo han precarizado. Lo que demuestran cooperativas como Mensakas o La Pájara en Madrid, por ejemplo, es que innovación y contratación no son incompatibles. Se pueden garantizar los derechos laborales a pesar de usar una App para trabajar.

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