Precariedad laboral
La pobreza detrás del mercado de las flores

La gran demanda de flores en fechas como el Día de los Difuntos oculta la necesidad de importarlas de países en desarrollo en los que este mercado se convierte en una máquina de empobrecimientos.

Flores difuntos
Flores sobre una lápida. Foto: J B
29 oct 2017 16:06

Habitualmente nos quejamos de nuestras condiciones laborales y salariales, y, aunque en ocasiones lo hacemos con plena razón ya que existe una zona cada vez más extensa de infra-trabajos, lo cierto es que buena parte de nuestra sociedad goza(mos) de altos niveles de consumo, habiendo pasado de reivindicativos a demandantes.

Fuimos reivindicativos cuando nuestras demandas estaban en los umbrales de las necesidades básicas y, por necesarias, estábamos dispuestos a defenderlas aun asumiendo riesgos. Hemos pasado a demandantes cuando nuestras reivindicaciones tienden a defender solamente un nivel de consumo ya entrado en lo superfluo, y pedimos sin convicción, mirando más a lo que tenemos que conservar que a lo que podríamos conseguir, e incluso estando dispuestos a numerosas cesiones con tal de que ese nivel de consumo sufra el menor quebranto.

Pero no solo somos demandantes como trabajadores, también somos demandantes, y no poco exigentes, como consumidores. Queremos de todo o casi todo, y en no pequeña cantidad.
Echar una mirada sobre el funcionamiento de cualquiera de los sectores económicos descubre un panorama tan injusto como para que intentemos no verlo o lo hagamos solo cuando nos estalla de forma atroz, como en los casos de Bangladesh o Bhopal, que rápidamente procuramos olvidar. A ese funcionamiento no escapa ni siquiera el negocio (mercado mundial) de algo tan bello, y tan prescindible, como el de las flores.

Las 5.300 hectáreas que en España se dedican al cultivo de flores resultan insuficientes para nuestro consumo, muy insuficientes en fechas señaladas como las de Todos Santos o el Día de los Difuntos en que estamos entrando. Tenemos que importar. Buena parte de las flores que consumimos proceden de países como Ecuador, Colombia o Sudáfrica.

Como tantos otros, como todos, el mercado de las flores se convierte en una máquina de empobrecimientos.

Son países que tienen que dedicar parte importante de sus recursos naturales a satisfacer nuestros “caprichos”, en detrimento de sus necesidades propias. Podríamos decir que les resulta más rentable, pero es una rentabilidad surgida de ese endiablado mecanismo del mercado mundial que separa radicalmente el beneficio de la satisfacción de necesidades.

De esos beneficios a quienes hacen las faenas les llega poco: trabajos precarios, muchas veces subcontratados, ritmos crecientes, largas jornadas de hasta 20 horas diarias, en condiciones laborales e higiénicas deplorables y salarios insuficientes. Todo en aras de la competitividad. Naturalmente en aras de la competitividad el sindicalismo o cualquier movimiento de los trabajadores será duramente represaliado por los estados, ya que perjudica a los intereses generales.

Tampoco esos intereses generales, sus sociedades o países, salen muy beneficiados. Al dedicar recursos de tierras de cultivo y agua a nuestras demandas, desplazan los cultivos tradicionales básicos de alimentación, cuyos productos merman y se encarecen. Además, al producirlos en forma industrial, introduciendo técnicas de ingeniería genética, con un uso intensivo de pesticidas, plaguicidas y otros agentes agro-tóxicos, afectan no solo a las trabajadoras (65% de las plantillas) que los manipulan, también contaminan los acuíferos y, como todo monocultivo, empobrecen las tierras. Por último, aunque algunos pocos capitalistas locales se enriquezcan, el grueso de los beneficios va a para las multinacionales que comercializan y controlan la cadena de producción y distribución. Como tantos otros, como todos, el mercado de las flores se convierte en una máquina de empobrecimientos.

Nos empobrece a nosotros, al ser invadidos cada día más espacios de nuestras vidas por un mercado cada vez más perverso y convirtiéndonos en engranajes de esa maquinaria. El que un gesto de amor u otro de piadoso recuerdo de nuestros allegados difuntos sea traducible, y medible, en dinero, es signo de nuestra pobreza.

Empobrece a las flores. Ellas que habían nacido para embellecer sus entornos y a través de ellos la totalidad del mundo, se verán mecanizadas, intoxicadas y obligadas a recorrer decenas de miles de kilómetros en tristes viajes, amazacotadas en oscuros aposentos. Aunque sigan presentándolas como flores y consigan su apariencia, lo que depositamos en las tumbas de nuestros difuntos, que pasarán a ser las nuestras, no son flores, son otra cosa.

Y empobrece el mundo y a sus habitantes, de forma más dura a las comarcas y personas directamente afectadas, pero también en general, arrasando sus recursos, desvirtuando sus finalidades y acreciendo las desigualdades.

Dígaselo con flores, dígaselo con euros.

Archivado en: Precariedad laboral
Sobre este blog
Este espacio pretende dar cabida a la reflexión y al análisis en torno a los derechos sociales y laborales, desde la perspectiva de la precariedad que va invadiendo todas las esferas de nuestras vidas. La espiral, con sus dos sentidos. Por un lado el que nos hunde, desde la precariedad y el paro hacia la exclusión. Por otro lado, el inverso, el cual, desde el rescate, la creación de redes y los logros parciales nos puede llevar a una dinámica ascendente. Nuestro espacio geográfico natural es Nafarroa, lugar desde el que queremos mirar al resto del planeta de forma global.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.
Andalucía
Derechos Laborales El 112 de Andalucía se rebela contra Ilunion y la Junta por la precariedad laboral y la exclusión de la ASEMA
Los 469 trabajadores y trabajadoras subcontratadas por Ilunion del 112 exigen a la Junta de Andalucía que se le integre dentro de la futura Agencia de Seguridad y Emergencias de Andalucía
Violencia machista
25 de noviembre Un 25N con las kellys y las empleadas de hogar
El 25N también se denuncian otras violencias que no copan titulares: las que reciben los cuerpos de las mujeres en trabajos esenciales como los cuidados de personas y el trabajo doméstico así como las duras tareas que realizan las camareras de piso
Sobre este blog
Este espacio pretende dar cabida a la reflexión y al análisis en torno a los derechos sociales y laborales, desde la perspectiva de la precariedad que va invadiendo todas las esferas de nuestras vidas. La espiral, con sus dos sentidos. Por un lado el que nos hunde, desde la precariedad y el paro hacia la exclusión. Por otro lado, el inverso, el cual, desde el rescate, la creación de redes y los logros parciales nos puede llevar a una dinámica ascendente. Nuestro espacio geográfico natural es Nafarroa, lugar desde el que queremos mirar al resto del planeta de forma global.
Ver todas las entradas
Oriente Próximo
Oriente próximo La diáspora kurda ante la caída de Bashar al-Assad
Siria enfrenta el fin de un régimen que durante décadas pareció inquebrantable. Desde la diáspora, la esperanza contenida de quien ha vivido demasiadas traiciones y promesas incumplidas.
Análisis
Análisis Rojava en peligro
Las intenciones de Turquía en Siria ponen en peligro no solo la Administración Democrática Autónoma del Norte y Este de Siria (AADNES) sino también la convivencia del resto de minorías presentes en el país.
Amazonía
Caso Chevron Pablo Fajardo: “Sacrificaron la Amazonía y la vida de la gente por racismo y por la ganancia económica”
El activista y abogado Pablo Fajardo fue elegido hace casi 20 años por la Unión de Afectados por Texaco para el juicio más importante contra la petrolera Chevron. Dos décadas después sigue luchando por la justicia ambiental y social en Ecuador.
Especulación inmobiliaria
Especulación en Madrid Las vecinas de Tribulete, 7 denuncian la especulación de Élix Rental Housing con una acción musical “fúnebre”
VV.AA.
30 inquilinas de este bloque resisten en sus hogares pese a que este fondo buitre ya ha adquirido la totalidad del edificio para convertir los pisos en apartamentos turísticos. Este sábado, han vuelto denunciar el proceso de gentrificación del barrio
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Ley de Seguridad Ciudadana
Congreso de los diputados Reforma de la Ley Mordaza: ¿esta vez sí se puede?
Una de las mayores deudas de toda la izquierda del Estado español parece que está a punto de saldarse.
La vida y ya
La vida y ya Ya no sé quién vive en el primero
El barrio se ha transformado tanto que pueden pasar semanas sin ver por la calle una sola cara conocida porque los vecinos han sido sustituidos por turistas.

Últimas

Derecho a la vivienda
Vivienda El Sindicato de Vivienda de Euskal Herria propone la “expropiación de pisos turísticos”
Ponen en el punto de mira los intereses del sector inmobiliario y tachan de “falsas” a todas las medidas propuestas por los partidos políticos como la Ley de Vivienda.
Análisis
Análisis El independentismo se reorganiza, pero ¿sigue siendo independentista?
Los partidos independentistas han sufrido la crisis del procés y el posprocés, y todavía no la han resuelto, sino, a lo sumo, la han aplazado. El PSC aparece como el ganador de una carrera con corredores agotados.
Opinión
Tribuna Todas las razones para decir ‘Altri non’
Aquí van unos cuantos motivos para juntarnos este domingo en Compostela y dejar clara nuestra postura frente a un expolio que nos están tratando de imponer disfrazado de progreso, pero que sólo trae beneficio económico a unos cuantos indeseables.
Opinión
Opinión La oportunista invasión israelí de Siria
Desde la caída de Bashar al-Assad, Israel ha llevado a cabo una invasión de Siria sin provocación previa y con el apoyo de Estados Unidos. Los objetivos son claros.
Más noticias
Relato
Relato Descubrirse las manos
Descubres tus manos: el palmar y el dorso, la posibilidad futura de la pinza atrapacosas, dos miembros que te vinculan al chimpancé y al lémur. Aprendes su mecanismo.

Recomendadas

Literatura
Gustavo Faverón Patriau “Quizá la novela sea ahora mismo más relevante que nunca”
El escritor peruano Gustavo Faverón Patriau quería narrar en su nueva novela la historia de un boxeador que no sabía boxear pero tumbaba a sus rivales recitándoles al oído versos de César Vallejo. ‘Minimosca’ acabó siendo un cuentacuentos inagotable.
Galicia
Memoria histórica Así fue como el Patronato de Protección a la Mujer transformó Galicia en un convento de clausura
Las mujeres que cayeron en las redes del Patronato iniciaron un periplo de encierro, humillaciones, abusos y explotación que es desconocido para la mayor parte de la población. Queda hoy en la impunidad de un silencio que tenemos el deber de romper.
Palestina
Eyad Yousef “No cuentes lo que queremos ser, cuenta lo que nunca hemos dejado de ser: un pueblo que quiere la paz"
Eyad Yousef es profesor en la Universidad de Birzeit, Cisjordania, y comparte su experiencia en una universidad que “representa el pluralismo y la libertad que tanto anhela la sociedad palestina”
Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.