Música
Black metal: el crimen, el círculo infernal y otros sinónimos de la mercadotecnia
La historia del black metal es una historia fascinante que materializa todo lo soñado como peligroso por el rock‘n’roll: es la historia que le gustaría haberse inventado a William Randolf Hearst para las páginas culturales de sus periódicos.

El black metal es el género musical que en un menor lapso de tiempo ha generado mayor cantidad de documentales, libros, cómics, compilaciones de fanzines que cubrían el género en formato libro o artículos académicos. Incluso un chef vegano black metal o Jon Sistiaga, quien le dedicó uno de sus espacios televisivos de “investigación”.
Lógico, es una historia fascinante que materializa todo lo soñado como peligroso por el rock‘n’roll: es la historia que le gustaría haberse inventado a William Randolf Hearst para las páginas culturales de sus periódicos. Si se ponen ustedes en plan comisario de exposición: ejecución de vida y obra en un corpus inseparable de viscosos fluidos corporales y cenizas de iglesias.
He intentado cuantificarlos, para hacer un gráfico —que mañana mismo estaría desactualizado—, y salen más de 60 libros publicados y más de 20 documentales donde el tratamiento del género es objeto central: disertaciones desde lo regional; volúmenes dedicados a Noruega o Islandia; productos audiovisuales que retratan escenas como la belga (la producción para televisión de 1998 titulada simplemente Black metal que retrata a fans adolescentes que acuden a un concierto), los pioneros de la francesa y tangencialmente sus legiones negras (remedo del InnerCircle noruego más dado al decadentismo que al delito) en Bleu, Blanc, Satan o la nazi y alcoholizada escena finlandesa en Loputon Gehennan Liekki; hasta llegar al estudio cultural que une al género con conceptos como la tradición europea o la ecología.
Un día en el Valhalla, idiota para toda la vida
Mayoritariamente amarillistas, exagerados o que endilgan un “discurso artístico” ad hoca posteriori, es el tono general de casi cualquier relato sobre el género. De hecho, muchos caen en una falsificación fabricada, consciente o inconsciente, desde la perspectiva con la que se revisita el fenómeno.
Es cierto que fue la última vanguardia del rock‘n’roll. Lo consiguió por la vía del exceso, en todos los sentidos posibles. Un sonido síntesis de confinar en un estudio a Alice Cooper, Motorhead y Carl Off rodeados de alambre de espino, cuyo resultado será pasado por un altavoz roto que emite señales de otra dimensión que va a engullir la realidad. Exagerada apreciación, pero en esta historia lo desmesurado viene de serie.
Fue un articulo en Kerrang!, publicado en 1993, el detonante de que todo aquello saliera del underground. Todavía seguía vivo Euronymous, líder de Mayhem y malogrado instigador de todo aquello. Tras su asesinato, y las condenas a varios miembros del Inner Circle por quema de iglesias y asesinato, y tras copar las portadas de la prensa noruega, la televisión nacional produjo el documental Satan Rides The Media, centrado en el iter criminis. Más pulcro y tedioso es Norsk Black Metal, otra producción de la televisión noruega centrada en lo musical.
La publicación del libro Lords Of Chaos en 1998 expandió el conocimiento de todo ello fuera de los círculos metaleros, fue un best seller para la editorial Feral House. Fue reeditado en 2003 con un apéndice sobre Absurd, grupo alemán cuyos dos miembros cumplieron condena por asesinato e iniciaron la rama nacional socialista del black metal. La elección de este añadido no es inocente: solo confirmó que Michael Moynihan, autor del libro y miembro del grupo neo folk Blood Axxis, es un neonazi. Absurd no aportaron absolutamente nada al género.
Y es que Lords Of Chaos, el libro, no la película reciente, ha monopolizado el relato posterior erigiendo al neonazi Vikernes-Burzum como epítome de la autenticidad. Como todos ellos, esconde su condición ideológica entre runas y odinismo. Discurso aún más ridículo, si cabe.
Esa relación con el neonazismo ha sido recogida, y glorificada al más puro estilo Jordan Peterson, en el libro Wolves Among Sheeps: History and Ideology Of National Socialist Black Metal. Como todo movimiento reaccionario, intenta establecer una conexión entre el black metal y un regreso a un orden natural con voz pomposa, sin mucho esfuerzo intelectual y a lomos del darwinismo social. Sin caer en la cuenta de que ninguna civilización donde ha imperado la ley del más fuerte, de las que sin despeinarse exponen como ejemplo: espartanos, aztecas, celtas o asirios, desparecieron a causa de su irracional competencia.
Black Metal Hipsterum
Until The Light Take Us es un documental de 2009 que se articula entre las figuras de Fenriz de Darkthrone, Varg Vikernes y su antigua amistad. Dirigida a un público no “practicante”, recoge una visión que pretende dotar a todo ello de una homilía artística sonrojante, subrayada mediante su montaje. La presencia de Fenriz es lo mejor del documental.
No podía faltar a la cita el emporio Vice. True Norwegian Black Metal, centrado principalmente en la figura de Ghaal, excantante de Gorgoroth, último en continuar la senda delictiva, se esfuerza en dotar a su protagonista de un esencialismo pagano y misántropo. Sin embargo, inintencionadamente refleja el vacío del cacumen de Ghaal, que retumba en esos circunspectos silencios de su pausada forma de hablar. One Man Army, centrado en Xasthur, Leviathan y otros proyectos unipersonales, y un libro de fotografías de Peter Beste son las otras aportaciones de la productora, aún más anodinos si cabe.
Para completar todo esto falta la aportación pretendidamente académica. Libros como Helvete A Journal Of BlackMetal Theory, Floating Tomb: Black Metal Theory, Melancholy: Black Metal Theory and Ecology, Glossator: PracticeAnd Theory Of The Commentary o True. The Norwegian Black Metal Scene: A subcultural Study Of Transgression.
Algunos producidos por el colectivo Hideous Gnosis, como Helvete A Journal Of Black Metal Theory y sus siguientes volúmenes. Colección de ensayos de método analítico fragmentario embreado de un transcendentalismo, que sinceramente, son una perdida de tiempo absoluta.
Más recomendable es la serie The Evolution Of The Cult, compuesta por entrevistas en profundidad a los protagonistas de las diversas oleadas del black metal. Su autor, Dayal Patterson, es buen entrevistador y profundo conocedor, amén de saber conjugar los nombres clásicos con otros ocultos. Es el complemento perfecto a Metallion. The Slayer Mag Diaries, donde están todos los números del mítico fanzine, imperativo contacto directo con el hummus de todo aquello: descerebre adolescente, ganas de epatar y barroca maquetación.
Las referencias hechas en España, Satan 666 y las huestes del black metal y Historia & Concepto del black metal, son un horror vacui y un inefable intento de darle sustrato intelectual. Les recomiendo que solo abran los índices de ambos: Rosacruces, Cataros, Anunakis... Más bien parece una convención de hombres divorciados aficionados a la ufología y al esoterismo.
Casualmente, es el comic Black metal comix del murciano Magius la aportación más relevante, desmitificadora obra hecha por un fan que sabe de qué va el asunto, sin asistir a un simposio.
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Es la mirada de Euronymous, que era miembro de las juventudes comunistas noruegas (resalto el hecho para contrarrestar tanta apropiación del género por parte de la extrema derecha), la que vertebra la reciente película Lords Of Chaos. Dirigida por Jonas Akerlund, director de vídeos para Madonna, Beyoncé o Lady Gaga, entre otros, cuyo pedigrí metalero lo atestigua el que fuera batería de Bathory y que no haya abandonado la tribu.
De estilo y tono cinematográfico alejados de lo épico, consciente del material que tiene entre manos, sin embargo, tiene mucho de carta de amor al género. Retrata a los protagonistas de la historia como unos minusválidos mentales, un hecho que llega a su culmen, en tono cruel y humorístico, cuando retratata el encuentro de Varg Vikernes con un periodista para relatar sus delitos.
El líder de Mayhem solo pretendía la fama para su banda, sin departamento de publicidad. Para ello optó por el escándalo y la rumorología, un básico cash from chaos. Construyéndose su propio entorno, algo que es como construirte tu campo de concentración. Sobrepasado por todo aquello y sus adeptos, quienes balbucearon a Mahler creyéndose eso de “la tradición es la transmisión del fuego, no la adoración de las cenizas”. Tomándose en serio a Venom, algo que nunca hicieron, ni tan siquiera ellos mismos.
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