Laboral
El Gobierno se compromete a subir el salario mínimo hasta los 900 euros tras el pacto con Podemos
El acuerdo presentado como paso previo a la discusión de los Presupuestos Generales del Estado de 2019 deroga algunos aspectos de la reforma laboral de 2012 e incluye una subida sustancial del salario mínimo.

Es la medida estrella y uno de los motivos de fricción entre el Gobierno de Pedro Sánchez y Podemos durante la negociación de los presupuestos de 2019. El tira y afloja se ha resuelto con un incremento del salario mínimo interprofesional (SMI) de 164 euros mensuales sobre el actual, hasta alcanzar los 900 en catorce pagas el próximo año.
El pacto supone un ligero cambio respecto al acuerdo anterior alcanzado entre el Gobierno de Rajoy, la patronal CEOE y los sindicatos UGT y CC OO. Aquel pacto, firmado el año pasado, aumentaba el salario en 2018 un 4%, hasta los 736 euros mensuales; el 5% en 2019, hasta los 773 euros; y el 10% en 2020, hasta alcanzar los 850 euros. Sin embargo, esa senda se cumpliría siempre y que el PIB real registrase un incremento de al menos el 2,5%.
Esta vez no hay condiciones, aunque se trata de un pacto que se incluirá en el proyecto de presupuestos 2019 y que no saldría adelante sólo con los apoyos de los diputados del PSOE y Unidos Podemos. El Gobierno necesita el respaldo de otros grupos.
“Los salarios mínimos son una potente herramienta social que pueden contribuir significativamente a prevenir la pobreza en el trabajo y fomentar el crecimiento salarial más dinámico”, dice el texto del acuerdo que ha hecho público esta mañana Moncloa. En este se especifica además que el impacto presupuestario para el Estado será de 340 millones de euros.
Se baja la edad mínima desde los 55 años hasta los 52 y se establece el cómputo de rentas para su percepción sobre la persona beneficiaria y no sobre la unidad familiar
El aumento del salario mínimo, de aprobarse, anula la senda anterior, pero se complementará con el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) 2018-2020 que firmaron los agentes sociales este año. En él se establecía el compromiso de fijar un salario mínimo en los convenios colectivos de 14.000 euros anuales (1.000 euros al mes en catorce pagas). Sin embargo, su efecto era limitado y tenía menos fuerza que un aumento del salario vía Consejo de Ministros.
Otros acuerdos en materia laboral
La subida del salario mínimo hasta los 900 euros influye en otra medida incluida en el acuerdo: el subsidio de desempleo.El Gobierno se compromete a recuperar la cotización equivalente al 125% del salario mínimo durante su percepción. Además, se baja la edad mínima desde los 55 años hasta los 52 y se establece el cómputo de rentas para su percepción sobre la persona beneficiaria y no sobre la unidad familiar, aunque esta es una cuestión que ya había limitado el Tribunal Constitucional en una sentencia de este verano.
En suma, se trata de recuperar un subsidio que fue duramente recortado en tiempos del Gobierno de Mariano Rajoy. Esta medida tendrá un impacto presupuestario de 323 millones de euros.
En ese mismo bloque titulado “por un empleo digno, con salarios dignos”, se establece el compromiso de recuperar la ultraactividad de los convenios colectivos. Se trata de una medida que permitía alargar la vigencia de estos pactos más allá de su fecha de caducidad si no se alcanzaba un acuerdo para renovarlos. La reforma laboral de 2012 limitó ese periodo a un máximo de dos años.
Tanto Gobierno como Unidos Podemos venden esta medida como una “derogación de los aspectos más lesivos de la reforma laboral”. Ese capítulo incluye además ampliar la obligación para que conste de forma expresa el horario de trabajo en contratos a tiempo parcial para evitar jornadas extendidas que no se pagan. También se cambiará el Estatuto de los Trabajadores para obligar a las empresas a registrar los horarios de entrada y salida de los trabajadores.
No es la única parte de esa norma que socialistas y Unidos Podemos se comprometen a tocar. Ahí entra la modificación del artículo 42 para “garantizar la igualdad en las condiciones laborales de los trabajadores subcontratados”. Se trata de una cuestión a la que han dado mayor visibilidad las camareras de pisos de hoteles.
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