Juicio del 1 de Octubre
Las Marchas llegan a Barcelona: una crónica de los últimos kilómetros caminando por ‘la libertad’
Miles de personas del tramo de Tàrrega de las Marchas por la Libertad caminan hasta Barcelona. Varios medios de transporte, diferentes puntos de inicio, pero la misma convicción se respira en la caminata: “Esto no va de sentimiento independentista, esto va de defensa de los derechos y la democracia”.

Mariona, Judith y Marc son un grupo de tres amigos y lo son desde el miércoles por la tarde. Se conocieron hace dos días en Santa Maria del Camí, un pueblecito de la Anoia, cuando se incorporaron a la Marcha por la Libertad. Su intención inicial era llegar solo hasta Igualada, a 15 kilómetros, pero las cuatro horas que pasaron juntos caminando, junto con los miles de personas que los acompañaban, les hicieron cambiar de opinión.
Llegados a la capital del Anoia, volvieron a casa y se prepararon: querían llegar a Barcelona. Hoy los reencontramos y hablamos con ellos, cuando apenas quedan unos 10 kilómetros para llegar al destino final. “Ha sido todo improvisado, pero sabíamos que queríamos hacer algo para mostrar el rechazo a la sentencia”, explica Mariona. Y encontraron en las Marchas su reivindicación. Están impresionados por la fuerza de esta acción; hace tres días que no van al instituto, porque creen que “es mucho más importante estar aquí”.

Y es que estos tres de Santa Maria del Camí son muy jóvenes, cuentan con solo 14 y 15 años. La presencia de manifestantes en estas Marchas es de lo más diversa: personas mayores, con sillas de ruedas, bicicletas, tractores o patinetes. Cualquier medio de transporte es válido para sumarse a los que van a pie en estas cinco marchas —hoy viernes se ha añadido una sexta desde Castelldefels— que caminan desde varios puntos de toda Catalunya para llegar a Barcelona, y añadirse a la manifestación unitaria de esta huelga general.
Algunas de las que van en patinete, de hecho, son las hijas de Eva y Roser, que tienen 8 y 10 años. Vienen desde San Andreu de la Barca y querían llegar hasta Pallejà, que está a 4,6 kilómetros. Pero han sido las mismas niñas las que han convencido a sus madres para continuar. Y así decidieron que lo harían, hasta que las pequeñas aguantaran. Finalmente, han llegado hasta Barcelona. “San Andreu siempre sale en la prensa por cosas negativas”, añade —recordemos el caso de los profesores denunciados por presuntos delitos de discriminación contra hijos de Guardia Civil después del 1-O—.
Por ello, y debido a que San Andreu es conocido por alojar un cuartel de la Guardia Civil, “nos ha sorprendido muchísimo la cantidad de gente que había en la Marcha”, dice Roser. “Nunca había visto tanta gente en una convocatoria independentista en el pueblo”, añade. Y es que las acciones de los últimos días, tal y como afirma Eva, “van más allá del sentimiento independentista, es una cuestión de defender nuestros derechos y la democracia”.
Esta Marcha, que venía de Tàrrega, se ha juntado con la que salía de Tarragona a la altura de Martorell. Se trata de la marcha de Ponent, que ha pasado por el Baix Llobregat, todas ellas zonas en las que los partidos no independentistas tienen más fuerza. No no es la llamada “Catalunya convencida” la que camina sobre estas carreteras y que llega a Barcelona por la Diagonal. Pero han llenado las vías.
Hostales y gimnasios desbordados para acoger a los caminantes, casas particulares con las puertas abiertas, autocares que llevaban a los últimos tramos de la marcha aquellos que no los han podido acompañar durante todo el trayecto pero que se suman hoy, que se adhieren a la huelga general. Este ha sido el clima de comunión de las Marchas por la Libertad que llegan a la capital catalana, a desbordar la ciudad. Algunos llegan para quedarse: los CDR han convocado una acampada masiva indefinida en el cruce de Paseo de Gracia con Gran Vía para acoger los miles de personas que llegarán hoy a Barcelona para la convocatoria unitaria de manifestación.
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