Nacer y morir en tiempos de guerra - 1
Momento en el que suena el himno nacional tras introducir los féretros de los fallecidos en un bombardeo ruso en sus tumbas. Rafa del Barrio

Guerra en Ucrania
Nacer y morir en tiempos de guerra

El hospital de maternidad nº 1 de Lviv (Leópolis) se encuentra situado justo frente al cementerio militar Lychakiv. Al primero acuden a dar a luz muchas de las mujeres desplazadas por los bombardeos. Al segundo llegan los cuerpos de los soldados de esta ciudad caídos en el frente de guerra. Vida y muerte asignando alegría contenida y dolor infinito entre las madres.
Fotos de Rafa del Barrio
7 may 2022 05:54

Yuryi, de 41 años, y a Taras, de 34, los están enterrando en un descampado situado junto a la valla que rodea el cementerio militar Lychakiv y frente al monumento a los caídos. Son las 13h de un día soleado. Antes del entierro, se ha celebrado una misa multitudinaria en la iglesia, también militar, de Los Santos Apóstoles Pedro y Pablo. No ha faltado el himno ucraniano y tres salvas justo antes de enterrar los féretros, ni jóvenes militares desarmados que portaban los retratos de los caídos.

La esposa de Yuryi y la madre de Taras miran, abatidas, cada pala de tierra que cae en la fosa. Un silencio sepulcral recorre el aire. No hay corrillos, ni llantos. Solo lágrimas contenidas y mucho dolor entre los varios cientos de personas que han querido acompañar a las familias. Una vez enterrados, la gente se acercó a las tumbas a ofrendar los ramos de flores. Con la última salva, sobrevino un fuerte viento junto a una lluvia persistente y fría, como si la naturaleza quisiera limpiar, con sus recursos, ese desorden que la guerra ha sembrado. Yuryi murió el 1 de abril por fuego de mortero ruso en Lugansk. Un día antes murió Taras en Donestk. También lo mató el fuego enemigo.

A la misma hora del entierro ha nacido Verónika, un bebé con el pelo rubio, casi blanco, en el hospital maternal situado frente al cementerio. Su madre, Fedora Lyubov, de 36 años, huyó desde la bombardeada ciudad de Melitopol, situada a 200 kilómetros al oeste de Mariupol, con ella todavía en su vientre. Cuenta que cada vez que sonaban las sirenas tenía que buscar un sótano para esconderse. “Pasé mucho miedo”, explica Fedora visiblemente contenta por sentirse a salvo. Todavía no le han dado el alta, pero saldrá en las próximas horas. Vive en un piso alquilado con su marido y su hijo de nueve años en Lviv.

“Esperaba esa niña con muchas ganas, yo quería tener una niña”, dice Fedora mirando a su bebé con una sonrisa de satisfacción y con su vientre aún inflamado por el reciente parto. Nunca se ha planteado huir al extranjero e insiste en que está muy tranquila en esta ciudad, aunque las alarmas de ataque suenen casi diariamente y tenga que esconderse con su bebé en el sótano del hospital. Cuando se le pregunta por su futuro , no duda: “Cuando termine la guerra volveremos a nuestra ciudad a ayudar a reconstruirla. Ahí está nuestro hogar y nuestra familia”. Dice estar muy agradecida a toda la gente que ayuda y espera una pronta victoria del ejército ucraniano. “Deseo con toda mi alma que llegue la paz y los niños puedan crecer sanos y fuertes”, añade en un forzado ucraniano, porque su lengua materna es el ruso. Pero su sonrisa se borra cuando se acuerda de sus familiares: “Estoy muy preocupada por mi madre, ella se quedó en Melitopol porque no quiso salir, y también los padres de mi marido y el resto de mi familia”.

Ansiedad y esperanza

Debido al peligro de impacto de misiles rusos, las dos últimas plantas del robusto edificio que alberga el hospital han quedado en desuso desde que comenzó la guerra. Eso hace que el número de camas disponibles se haya reducido casi a la mitad. Actualmente, cuenta con una capacidad de 70 camas distribuidas en las dos primeras plantas. Para compensar la pérdida de capacidad, a las pacientes que dan a luz, se les da el alta médica en 24 horas si no presentan complicaciones en el parto. Antes de la guerra podían permanecer durante tres días, según las normas del hospital, después de dar a luz, como explica Lyudnyla Sheketa, jefe médico del hospital.

Nacer y morir en tiempos de guerra - 3
Sala de partos situada en el sótano junto a la farmacia del hospital. Rafa del Barrio

Las escaleras que bajan al sótano del hospital terminan en un pasillo largo y estrecho desde donde se puede entrar en varias habitaciones espaciosas. Este lugar era utilizado por el personal sanitario para el cambio de ropa, antes y después de salir del trabajo. De ahí las numerosas taquillas que cubren las paredes. Ahora es un lugar de refugio en caso de peligro. Para ello han bajado las camas de las dos últimas plantas, han montado un quirófano de urgencia para poder practicar cesáreas, hay también dos incubadoras y cunas nidos suficientes para todos los bebés. Pero también hay comida y agua en abundancia, mantas y medicamentos. El refugio tiene una capacidad para cien personas entre pacientes y personal sanitario.

Los psicólogos preparan a las mujeres para esos momentos de emergencia. Les indican cómo tienen que bajar con sus bebés, hacen simulacros
Las alarmas suenan frecuentemente en Lviv, muy a menudo en la madrugada, también durante el día, y es obligatorio bajar al sótano hasta que otra alarma y un mensaje indica que el peligro pasó. En uno de esos momentos, los médicos tuvieron que asistir un parto en el sótano. Nació una niña preciosa, según nos cuenta la auxiliar de enfermería. Los psicólogos también preparan a las mujeres para esos momentos de emergencia. Les indican cómo tienen que bajar con sus bebés, hacen simulacros, y ellas mismas pueden comprobar que el refugio cuenta con todo lo necesario para sobrevivir en caso de necesidad para devolverles algo de tranquilidad.

Lviv, una ciudad de más de 700.000 habitantes, es la puerta de salida de la gran mayoría de los refugiados hacia Europa. Pero también se ha convertido en una ciudad refugio que alberga a más de 200.000 personas desplazadas de zonas bombardeadas y que no desean salir al exterior, la gran mayoría mujeres y niños. Y mujeres embarazadas que tienen que dar a luz sin sus familiares. “Esas mujeres llegan con grandes dosis de ansiedad, han tenido que hacer un viaje peligroso desde sus lugares de origen y han vivido bajo las bombas durante muchos días. Cuando llegan al hospital tienen que ser tratadas por los psicólogos”, explica Sheketa. La gran mayoría de las mujeres que llegan a los hospitales de maternidad de Lviv proceden de zonas muy castigadas por los bombardeos, principalmente de Kyiv, la región del Donbás, Mariúpol, Jersón y otras ciudades del sur cercanas al Mar Negro.

Nacer y morir en tiempos de guerra - 2
Chinelo junto a su hijo Ryan, pocas horas después del parto. Rafa del Barrio

Según la Organización Mundial de la Salud, antes del 24 de febrero, fecha de comienzo del conflicto, el sistema de salud ucraniano ya estaba debilitado pero en la actualidad está completamente colapsado, sobre todo en la parte este del país por los bombardeos a instalaciones hospitalarias, y la falta de medicamentos y equipos sanitarios. Pero, aunque en menor medida, también hay escasez en los hospitales situados en la zona oeste. Como este hospital maternal, el más pequeño de los tres que existen en la ciudad, al que proveía de medicamentos empresas ucranianas que ahora están dañadas por la guerra o destruidas, como explica Sheketa. “Ahora, la ayuda viene principalmente de Estados Unidos, Polonia e Inglaterra”, añade. El 5 de enero de este año, el Gobierno ucraniano preparaba un plan nacional para detener el brote de poliomielitis surgido en el país entre la población infantil. Pero la guerra abortó el proyecto antes de empezar. Sin olvidar la pandemia de covid que azota a Europa. Los contagios de enfermedades infecciosas pueden aumentar por los hacinamientos en los sótanos, la falta de agua potable y suministro de energía, según los expertos de Unicef. El índice de natalidad de Ucrania ha bajado en los últimos once años. En 2010 era del 10 por mil, en 2019 de 7,4 y en 2020 fue de 7,1, más baja, aún, que la tasa de España en el mismo año.

Guerra en Ucrania
Guerra en Ucrania El camino de vuelta de las refugiadas ucranianas
Es la frase más repetida entre las personas refugiadas de la guerra de Ucrania. Hasta la fecha y, desde hace unas dos semanas, han vuelto más de medio millón, según el Gobierno ucraniano. La retirada de las tropas rusas de Kiyv y Chernihiv, en el norte del país, y la relativa calma de la parte occidental, son algunas de las razones que anima a las mujeres ucranianas a volver a sus hogares.

Sin embargo, Olha Hyvrenco está dispuesta a romper todas las estadísticas porque desea tener más hijos. A pesar de todas las dificultades. A pesar también de una prescripción médica que le aconseja no quedarse embarazada. A pesar de que ella misma reconoce que llegó a Lviv desde Kyiv muerta de miedo y ansiedad con su marido y su hija de cuatro años. Olha, de 37 años, dio a luz hace un día una preciosa niña. Está envuelta en una toca azul claro como si fuera un paquete. Descansa en una habitación con los cristales de las ventanas protegidos con una frágil cinta aislante para evitar que salten en el caso de bombardeo. Las cortinas evitan que entre la luz del día. Y el verde claro de las paredes no ayuda a crear un ambiente acogedor. Comparte la habitación con otra mujer y su bebé recién nacido. A la pregunta de cómo se encuentra responde: “Como cualquier mujer después de un parto, cansada, pero muy contenta”. Se queda pensativa y añade: “Tengo mucho miedo al futuro porque no sé qué va a pasar con mis niñas y mi familia”.

En este hospital maternal también se encuentra Chinelo. Hace tan solo unas horas ha dado a luz a un niño llamado Rayan. Es la única mujer acompañada por su marido en ese momento. Kyryco, de 46 años, y Chinelo, de 30, es una pareja atípica en Ucrania. Ella es de Nigeria. Se conocieron mientras él trabajaba en ese país. Es difícil ver a personas negras en Ucrania salvo algunos miles de ciudadanos nigerianos que estudian en la universidad, y que permanecen en el país lo que dura la visa de estudiantes. Chinelo está acostada y muy molesta y el personal sanitario nos pide que terminemos la entrevista cuanto antes. Contesta a las preguntas su marido, pero ella insiste, a pesar de los dolores del parto, en comentar que no ha salido del país porque quería que su hijo naciera en Ucrania.

Nacer y morir en tiempos de guerra - 4
La madre de Taras, acompañada de familiares y amigos, observa cómo cubren su féretro con tierra. Rafa del Barrio


Hace dos semanas que llegaron a Lviv desde Kyiv. Tienen un apartamento en la ciudad donde vivían que no ha recibido ningún impacto de los numerosos bombardeos a la que fue sometida esa ciudad, pero no tienen ni idea de lo que pasó con una casa de campo que tienen cerca de Bucha. Kyryco trabaja como abogado en una empresa de patentes y puede trabajar online: “Nos quedaremos aquí hasta que las cosas se calmen, todo el tiempo que sea necesario”, afirma. Chinelo estudia Económicas y quiere continuar con sus estudios cuando la guerra termine. Rayan protesta. Su madre lo coge para darle el pecho. Sus movimientos son lentos y siente dolor. Cuando se le pregunta cómo se siente después de dar a luz un niño en medio de una guerra, sonríe: “Al principio estaba muy nerviosa, pero ahora estoy tranquila y muy contenta”. E insiste en que desea que su hijo crezca en Ucrania.

Parir entre sirenas

En la entrevista, Sheketa quiere expresar un agradecimiento especial al personal médico que no ha abandonado su trabajo para ir a otro país más seguro: “La mayoría de ellos sigue aquí atendiendo y cuidando a las mujeres que tanto lo necesitan cuando van a dar a luz a sus hijos”. Desde el comienzo de la guerra, más de siete millones de personas se han desplazado dentro del país de unas zonas a otras más seguras, según un informe de la Organización Internacional para las Migraciones, y cuatro millones y medio de ucranianas con sus hijos han elegido refugio en el exterior, según Acnur.

En menos de 12 horas ha sonado la alarma de peligro de bombardeo en Lviv dos veces: una a las 2h, la otra a las 11h. No ha ocurrido nada. Pero las madres con sus bebés han bajado al sótano junto al personal médico en el hospital de esta ciudad que, hasta la fecha, se considera un refugio más seguro. Entre las 22h y la 6h hay toque de queda vigilado por las Unidades de Defensa Territorial compuesta por jóvenes voluntarios. Solo el personal de las organizaciones humanitarias puede estar en la calle ayudando a los miles de refugiados y desplazados que se arremolinan, principalmente, alrededor de la estación de trenes.

Guerra en Ucrania
Guerra en Ucrania El refugio en Moldavia, una acogida frágil
Moldavia se ha convertido en el país de destino para más de 400.000 refugiados de la guerra de Ucrania. Aunque en proporción Moldavia está acogiendo a más refugiados que Polonia, existen reticencias sobre la respuesta que el gobierno del país puede ofrecer y denuncias de casos de segregación entre personas refugiadas.

Desde la habitación de Chinelo se ve la explanada del cementerio. Ha llegado otro féretro de un soldado, desde la iglesia militar, donde los sacerdotes hacen alusión a los enemigos que viven sin esperanza, sin amor, con vacío. También al héroe que dio su vida por amor al prójimo. Hace alusión también a la vida eterna, a la dignidad del caído, a la inmortalidad, a la esperanza. Lo despiden con todos los honores militares. Entre banderas y cantos nacionalistas, los enterradores clavan una gran cruz sobre la tierra mientras los combates se endurecen en Donbás. Mañana serán otros dos. Quizás tres. Vasyl Burtniak, de 66 años, un ucraniano que vive en Canadá y que ha venido a hacer labores de voluntariado, opina que esta guerra terminaría si cerraran el espacio aéreo. Y pide más armas y la entrada de Ucrania en la OTAN. Al mismo tiempo, siguen llegando mujeres angustiadas, desde el infierno, al hospital maternal nº 1, buscando un lugar seguro para dar a luz. Es la vida que intenta imponerse al desorden de la guerra. 

Archivado en: Guerra en Ucrania
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Antimilitarismo
Rearme La sociedad española rompe con el tabú del gasto militar… o no
La cantidad de eufemismos utilizados por los gobiernos para vender las bondades del aumento en el gasto militar es un buen termómetro para sospechar que el debate no está tan decidido como pareciera.
Crisis climática
Crisis climática La UE se entrega al ardor guerrero mientras descuida la crisis social y la emergencia climática
Varios países de la UE ya están recortando drásticamente en servicios públicos y estado del bienestar para poder costear el aumento del presupuesto militar.
Ocupación israelí
Ocupación Israelí La policía egipcia impide con violencia la marcha internacional a Gaza
La marcha de 4.000 personas a Gaza es reprimida por la policía del régimen de Al-Sisi. La organización pide a las embajadas que reaccionen y protejan a sus ciudadanos.
Ocupación israelí
Movilizaciones Un centenar de organizaciones de 26 países denuncian a la empresa vasca CAF y su tren del apartheid
Más de 50 localidades salen a la calle este fin de semana para señalar a la empresa que construyó el tranvía que conecta Jerusalén con territorio ocupados y exigir el fin del genocidio en Gaza.
Pensamiento
Economista Clara Mattei: “El liberalismo y el fascismo están unidos en su protección del orden del capital”
El ambicioso ensayo 'El orden del capital' nos traslada al Reino Unido y la Italia de la I Guerra Mundial, que se contemplan como un momento bisagra: el auge de socializaciones y cooperativizaciones que tuvo lugar durante la contienda y la inmediata posguerra fue abortado a través de un 'shock' austericida destinado a restaurar la centralidad de los grandes capitales.
Análisis
Análisis del CIS La calma antes de la tormenta: la dimisión de Santos Cerdán como punto de inflexión
El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha muerto pocas horas después de nacer por la dimisión de Santos Cerdán, aunque sirve como foto fija de un escenario que favorece a la derecha.
Argentina
Extrema derecha La motosierra de Milei se ceba con los hospitales públicos y las personas con discapacidad
Los recortes del Gobierno afectan al Hospital Garrahan, un centro de alta complejidad, referente pediátrico nacional y latinoamericano, y también a los recursos de las personas con discapacidad, a los que el ejecutivo califica de “idiotas”.
Estados Unidos
Estados Unidos “No Kings”: más de 2.000 manifestaciones en EEUU para protestar contra la deriva autoritaria de Trump
Con el nombre de movimiento No Kings (sin reyes), millones de personas están convocadas a manifestarse en todo el país este sábado y enfrentar el desfile militar organizado por Trump el día de su 79 cumpleaños.

Últimas

Galicia
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar a Altri
Queremos investigar a los responsables políticos y empresariales del que podría ser el mayor atentado ambiental de la historia reciente de Galicia.
Galicia
TSXG Peritos en el juicio contra la Xunta: la contaminación del embalse de As Conchas es “extremadamente peligrosa”
Siete vecinos, la Asociación de vecinos de As Conchas y la organización de consumidores CECU han demandado a varias administraciones gallegas por presunta mala gestión de una contaminación derivada del exceso de macrogranjas en la comarca de A Limia.
Palestina
Marcha a Gaza Poner el cuerpo contra el genocidio
Miles de activistas de todo el mundo participan en la Marcha a Gaza desde Egipto. Desde el movimiento solidario extremeño con Palestina, una reflexión acerca de la importancia de esta lucha y de su momento histórico.
La madeja
La Madeja Oído/lengua/vientre
El oído que deja de prestar atención a la palabra del amo y se vuelve, inclinado ligeramente hacia abajo, a las que durante siglos callaron y al fin abandonaron la mudez, no será nunca subyugado.
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Un centro de salud desbordado y con cucarachas y otro pendiente de construir desde hace 22 años
Los vecinos del barrio de Comillas, en Carabanchel Bajo, se han manifestado para reclamar el nuevo centro de salud planificado desde 2003 y cuya parcela ya fue cedida por el Ayuntamiento a la CAM, que no da explicaciones por la paralización.
Centrales nucleares
Cierre de Almaraz Las empresas propietarias de Almaraz no acuerdan una propuesta conjunta para alargar la vida de la central
Solo Iberdrola y Endesa firman la propuesta de alargar la vida de Almaraz trasladada al MITECO. Naturgy se descuelga de la misma y bloquea su viabilidad, al estar la central explotada por las tres energéticas en un régimen de comunidad de bienes.
Más noticias
Israel
Oriente Próximo Israel mata al comandante de la Guardia Revolucionaria de Irán, que prepara “una respuesta contundente”
Israel ha atacado Irán en la madrugada del viernes 13 de junio con bombardeos de unos 200 aviones de combate. La Guardia Revolucionaria iraní ha confirmado la muerte de su comandante, el general Hossein Salamí.

Recomendadas

Derecho a la vivienda
Jaime Palomera “La vivienda necesita una revolución”
Investigador y uno de los fundadores del Sindicat de Llogateres, Jaime Palomera presenta ‘El secuestro de la vivienda’, un libro sobre el juego amañado en el que los propietarios son cada vez más ricos y los inquilinos cada vez más pobres.
Redes sociales
Industria editorial Escritores fantasma: así trabajan los auténticos autores de los libros de éxito que publican los ‘influencers’
Detrás de cada libro firmado por un ‘influencer’ hay otra persona que ha trabajado a destajo para entregar a tiempo un texto en el que su nombre no aparece por ninguna parte y que, además, ha tenido que renunciar a sus derechos como autor.
Brasil
Extrema derecha Arte en tiempos de fascismo: cuando enseñar a Goya y Rubens le cuesta el puesto a un profesor
Una clase de Historia en la escuela municipal en una localidad del Estado de São Paulo desemboca en acusaciones contra el profesor y una campaña de difamaciones que encabeza el concejal de educación de la zona, de la extrema derecha bolsonarista.
Literatura
María Agúndez “El trabajo de limpiadora es muy digno, pero nadie quiere hacerlo”
La escritora retrata en ‘Casas limpias’ las contradicciones de quienes considerándose personas igualitarias y progresistas delegan los cuidados y la limpieza para evitar el conflicto y sostener su comodidad.