Coronavirus
Las llaves de las vallas del mercado (III Parte)

Se desmoronan y ya amenazan con consecuencias drásticas para el empleo y los servicios públicos. Los fantasmas de 2008.

Ingeniero y miembro de Ecologistas en Acción

19 abr 2020 07:00

La normalidad se ha vuelto a poner en cuestión estos días. Hemos asistido a las consecuencias de la ausencia de actividad humana sobre el medio ambiente y la fragilidad de los sistemas económicos actuales. Se desmoronan y ya amenazan con consecuencias drásticas para el empleo y los servicios públicos. Los fantasmas de 2008.

Este planteamiento del cambio de la normalidad supone un arma de doble filo. Por un lado, el análisis más simplista y directo puede atribuir de forma individualizada los cambios que debemos incorporar en nuestras vidas para revertir la normalidad pasada. Como consumidores nos dirán qué y cómo consumir. A esta propuesta, el sistema económico actual se apuntará de inmediato ofreciendo cuantas soluciones tecnológicas estén a su alcance que permitan asegurar otro ciclo de crecimiento en base a otra normalidad inventada. Coches eléctricos, teletrabajo, alta velocidad, la compra en la puerta de casa, ¿qué necesitáis? Mismas recetas, vaya. Mismo error. 

Por otro lado, y donde creo debe concretarse nuestro esfuerzo de cambio, está la construcción de un sistema de prioridades que nunca quede condicionado por la fragilidad económica de un sistema que agoniza. Es decir, que las condiciones mínimas de vida digna quedan absolutamente garantizadas. Para todos y todas. Por encima de indicadores económicos. Esa es mi propuesta de nueva normalidad.

Coronavirus
La distopía de detrás del espejo (I Parte)

Las distopías plantean escenarios de una sociedad indeseable por tiránica o deshumanizada para que sirva de reflexión. Una vacuna que ponga fin a la crisis sanitaria dependiente de recursos limitados podría ser el principio de una crisis social agónica.  Nuestras aspiraciones individuales y colectivas dirigidas desde el sigilo de una élite codiciosa llevan décadas provocando escenarios similares.

La imaginación ocupó un espacio central en el artículo de la semana pasada La utopía en el reflejo. Asistimos actualmente a una crisis de las utopías en la que los límites de lo imposible han quedado culturalmente impuestos. Nuestra capacidad de soñar y transformar la sociedad se ha visto paulatinamente mermada. 

La construcción de utopías no puede desmoralizarnos al verlas inalcanzables sino que deben convertirse, a través de la apropiación cultural, en la herramienta más potente de deseo de cambio. ¿Acaso el modelo actual no ha convertido su utopía de crecimiento económico continuo en una realidad que es ya a todas luces insostenible? ¿Cómo hemos podido llegar a la situación actual en la que garantizar condiciones de vida adecuadas queden supeditadas a la fragilidad de las leyes y lógicas (sic) del mercado? Pues eso me pregunto yo.

La construcción de la nueva normalidad no es que deba trascender la utopía, es que debe ser la herramienta de movilización

La construcción de la nueva normalidad que planteaba no es que deba trascender la utopía, es que debe ser la herramienta de movilización. Una sociedad que proteja los derechos laborales, garantice una sanidad, educación y sistema de cuidados público y de calidad, garantice una vivienda y suministros suficientes para desarrollar nuestro proyecto de vida, garantice tiempo para el ocio y que éste sea accesible. Y asegurar que nuestras propuestas van de la mano con el mantenimiento de nuestros ecosistemas. Que quedan dentro de los límites naturales de nuestro entorno. ¿vamos a renunciar realmente a ello porque los indicadores de mercado nos estén diciendo que estas pretensiones a ellos les suenan utópicas? ¿realmente pensamos que garantizar una vivienda, alimentos o atención sanitaria puede estar condicionado a variables económicas sobre las que la mayoría social nunca decide ni incide?

Hace ya 35 años Max-Neef, Elixalde y Hopenhayn planteaban en su libro Desarrollo a Escala Humana (Icaria, 2009) una perspectiva de cambio. Creían que la relación directa entre el desarrollo social y el crecimiento económico era uno de los principales problemas. Hoy en día, parece que seguimos igual. El libro teoriza y concreta acerca de la garantía de las necesidades básicas con una salvedad sustancial: diferenciar lo que realmente constituye una necesidad con los mecanismos para satisfacerla. Por ejemplo, las condiciones de subsistencia dignas son  una necesidad que deben quedar garantizadas con herramientas que den alimentación, techo, suministros, etc. para todos y todas. Estas herramientas deben ser, además, aplicables a la mayoría social.

Esta diferenciación resulta imprescindible ya que las necesidades son inherentes a la persona y las sociedades y, sin embargo, las herramientas están plenamente condicionadas por la escala cultural y el contexto. Es decir, no todas las culturas o sociedades buscarán las mismas herramientas para cubrir las necesidades básicas. Entender esta diversidad y la necesidad de preservar la convivencia entre las herramientas elegidas, resultará clave en el proceso. Por ejemplo, la solución a las necesidades de subsistencia alimenticias en Europa no puede llevar aparejada la explotación laboral en Sudamérica; las herramientas deben preservar las necesidades globales y ser complementarias entre sí. La construcción de esas herramientas, que en el libro llamaron satisfactores, son utilizadas hoy en día por los sistemas económicos para perpetuar sus privilegios generando a escala local, nacional y global desigualdades acuciantes. Nuestra normalidad está condicionada por el mantenimiento de sus privilegios.

Los elementos que dan soporte a una vida que merezca la pena ser vivida no deben estar sujetos al corsé de la oferta y la demanda, deben regirse por principios diferentes y dejar de ser mercantilizados. El acceso a una vivienda, un transporte público eficiente y de calidad, los recursos educativos, el acceso al agua potable, etc. no puede encontrarse con las vallas del mercado. Porque tenemos nosotros y nosotras la llave.

Coronavirus
La utopía en el reflejo (II Parte)

Somos socialmente e individualmente dependientes de nuestro ecosistema. Sin los recursos naturales no hay economía que se sustente. Sin embargo, ningún indicador macroeconómico tiene en cuenta el consumo de recursos y la generación de residuos; dos  escenarios metabólicos esenciales.

La construcción de una nueva normalidad exige establecer los límites para asegurar el equilibrio entre la protección absoluta de nuestro ecosistema y la garantía de las necesidades básicas individuales y sociales. Queda así determinado un techo ecológico sobre el consumo de recursos y la generación de residuos y un suelo social desconectado de las políticas económicas actuales.El reto reside en la la transformación de este planteamiento, que el espejo devuelve hoy utópico, en deseo.

Hemos consentido que la vida quede sometida a incertidumbres, ambigüedades y a las dinámicas de un mercado que recurre al dinero público cuando una vez más su supuesta autorregulación vuelve a dejarla en evidencia. El rescate de entidades financieras y multinacionales ya no está en el marco de la utopía mientras que asegurar necesidades vitales individuales y colectivas es calificado de irreal. Pero esta situación debe terminar. La transformación de la normalidad que hoy ocupa tertulias debe dirigirse a la exigencia y construcción de un nuevo modelo en la que nunca más nuestras condiciones de vida se vean mermadas por esas lógicas financieras. 

La imaginación colectiva y la empatía quedaron como motor de cambio. Pero el aliño indispensable es saber que los intereses de perpetuar el actual modelo económico son incompatibles con la garantía de las necesidades básicas y la protección de nuestro ecosistema. Nuestro suelo y nuestro techo.

M-30
Samuel Romero: “No municipalizamos la M-30 porque no nos dio tiempo”

Samuel Romero fue Consejero apoderado de Madrid Calle 30, la empresa que gestiona la M-30, durante la legislatura de Manuela Carmena en el Ayuntamiento de Madrid.

Archivado en: Economía Coronavirus
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Consumo
Consumo Consumo restringirá la “publicidad del miedo” y sus mensajes manipuladores
Bustinduy pretende vetar los anuncios y comunicaciones que “explotan emociones como la ansiedad y el miedo” en la próxima Ley de Consumo Sostenible
Andalucía
Genocidio en Palestina IU considera “intolerable” que KKR participe en proyectos energéticos en Andalucía y exige medidas al Gobierno
Los diputados de Izquierda Unida han registrado una pregunta al Gobierno para exigir que informe sobre qué medidas va a llevar a cabo para impedir que el fondo proisraelí opere en proyectos de energía solar andaluces
Economía social y solidaria
Historia Lo que Franco arrebató al cooperativismo y a la economía social y solidaria
La dictadura franquista combatió de forma cruel el movimiento cooperativo fraguado en la II República, y durante la propia guerra con las denominadas colectividades, y pervirtió la idea de autogestión a través de los ideales falangistas.
Río Arriba
Río Arriba Yayo Herrero: “El holocausto nazi no es una excepcionalidad en la historia de Europa, es un modus operandi”
Nueva entrevista de Río Arriba en formato podcast y vídeo en el que hablamos de ecofeminismo, transiciones ecosociales justas, decrecimiento, colapso, poner la vida en el centro y mucho más.
Palestina
Tribuna Tres o cuatro días sin comer en Gaza
El drama de no poder dar suficiente comida a tus hijos es inmenso, sobre todo cuando sabes que a pocos kilómetros hay camiones llenos de ayuda. Parados. Bloqueados.
Medio ambiente
Tribuna Mapa de los conflictos del agua: una herramienta para la defensa de los ríos, acuíferos y humedales
A pesar del grado y extensión del daño que sufren los ríos, acuíferos y humedales, las administraciones públicas no están tomando las medidas necesarias para frenar el deterioro y responsabilizar a las entidades que lo causan.

Últimas

Opinión
Opinión La complicidad de Europa e Italia en el genocidio palestino
Distintos estudios están sacando a la luz las financiaciones públicas y privadas a la máquina bélica israelí por parte de entidades europeas: una complicidad que resulta fundamental para que las fuerzas sionistas continúen asolando Gaza.
Tribuna
Tribuna El secuestro de Europa
VV.AA.
El rearme no fortalece a la UE sino que da como resultado una Europa cada vez más dependiente y convertida en una periferia armada incapaz de pensar y actuar por sí misma.
La vida y ya
La vida y ya Espacio entre bloques
Podrían pasar desapercibidas en ese espacio donde la gente parece conocerse, donde se construyen vidas en común escuchando música y compartiendo un bocadillo y algo para beber.
Más noticias
Que no te lo cuenten
Que No Te Lo Cuenten De huelgas y vivienda
VV.AA.
Cerramos la temporada del noticiero sonoro de El Salto Radio con los imprescindibles del mes de junio. ¡Nos escuchamos en septiembre!
Córdoba
Disidencias Córdoba vive su primer orgullo crítico LGTBIAQ+ con una agenda de actividades y la mirada en Palestina
La plataforma convocante no ha organizado una manifestación por ser un movimiento recién nacido, pero la promete para 2026. El manifiesto publicado en redes pone en primer plano la “urgencia” de denunciar el genocidio en Palestina.

Recomendadas

En el margen
Cécile C. Eveng “Perdemos amigues y es una pena porque las personas LGTBIQ pueden ayudar a desarrollar África”
La filóloga camerunesa reside actualmente en España y estudia un doctorado en migraciones, cuerpos, negrofobia y vulnerabilidad de personas. Investigar sobre identidades disidentes en su país le ha traído críticas, hasta desde la propia academia.
Feminismos
Jule Goikoetxea “Los genocidios se sustentan en prácticas micro que legitiman una manera de vivir delirante”
Jule Goikoetxea es una de las filósofas más reconocidas del Estado Español. El año pasado acompañó a Angela Davis en su visita a la Fira Literal de Barcelona. De aquellos cuatro días nace su primera novela, ‘Politeísmo bastardo’.
Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM)
Jorge Nacarino “El movimiento vecinal tiene que seguir siendo punta de lanza de la presión social”
Vivienda, turistificación, gestión de residuos, la masificación de eventos así como reimpulsar la participación ciudadana, son solo algunos de los retos que observa, como prioridades, el joven presidente de la FRAVM.