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Coronavirus
Sanitarios exigen un giro en las políticas prohibicionistas para atajar la curva
Nace el Observatorio de Salud Comunitaria y covid-19 compuesto por una treintena de expertos que piden una respuesta comunitaria para una “pandemia social” que tenga en cuenta las desigualdades y una mirada participativa para frenar el virus.
El Gobierno acaba de aprobar los Presupuestos Generales del Estado “más sociales de la historia”, como reza el eslogan. En ellos se incluye un incremento del 75% en el gasto sanitario. 7.330 millones para, entre otras cosas, atajar la pandemia. Una pandemia que además de vírica también es social. Un grupo de expertos en salud comunitaria consideran que sería el momento ideal de comenzar a mirar al covid no solo desde el punto de vista clínico, sino desde el ámbito de las desigualdades. Y creen que este dinero debiera ir encaminado a dar un giro en las políticas para frenar la curva de contagios. “Dictar normas y dar consejos no es suficiente para cambiar las conductas de las personas. Es necesario mejorar sus condiciones laborales y sociofamiliares que permitan comportamientos saludables para frenar los contagios”, alertan desde el Observatorio de Salud Comunitaria y covid-19, una iniciativa que nace bajo la unión de una treintena de especialistas de todo el Estado.
“Lo que se está haciendo no está mal, pero es incompleto. Se ha puesto demasiado énfasis en visibilizar cifras que impiden visibilizar a los invisibles, las personas que están en desventaja porque son más vulnerables. Y creemos que hay que colocarlas en su sitio. Mirar esta pandemia sin tener en cuenta los determinantes de vida —sociales, económicos y ambientales— conduce a errores, y el resultado es que tenemos dificultad para saber qué es lo que está pasando”, expresa Mariano Hernán García, co-coordinador del Observatorio de Salud Comunitaria y covid 19 y profesor de Salud Pública en la Escuela Andaluza de Salud Pública.
“No sabemos si hay algún tipo de relación entre la epidemia y las clases sociales, las ocupaciones o la vivienda porque aún no se recogen estos datos en las estadísticas”
“No sabemos si hay algún tipo de relación entre la epidemia y las clases sociales, las ocupaciones o la vivienda porque aún no se recogen estos datos en las estadísticas”, añade Hernán García para quien sería esencial comenzar a abordar este asunto. “Si incorporamos a las encuestas información sobre determinantes sociales, podemos tomar medidas en los barrios donde hay más necesidades y se pueden colocar los recursos allí donde se necesiten”, indica.
Mientras las administraciones reman hacia un lado, las comunidades actúan como un auténtico escudo social. Para Hernán García, los servicios públicos deberían poner el foco en las iniciativas comunitarias “que están contribuyendo a frenar la curva”. “Distribuir alimentos ha frenado la curva, colaborar ayudando a personas solas y vulnerables, a tirar la basura, a hacer la compra... todo esto frena la curva y se ha tomado espontáneamente por redes comunitarias. Y esto hay que aprovecharlo. A veces la población toma decisiones muy acertadas”, advierte mientras añade que hay que alejar la mirada estigmatizadora. “No hay que culpar a las personas por su condición, hay que explorar al máximo las posibilidades que tiene la participación en las decisiones. Por ejemplo, para tomar decisiones en las escuelas habría que haber preguntado a los chicos”, recomienda.
“Los toques de queda son culpabilizadores; parece que los contagios solo se producen por la noche. Muchos tienen que ver con trabajos en condiciones hacinadas o viviendas de mala calidad”
MEDIDAS 'ANTICOMUNITARIAS'
“Los toques de queda son muy poco comunitarios. Son culpabilizadores, parece que los contagios solo se producen por la noche. Muchos tienen que ver con trabajos en condiciones hacinadas o viviendas de mala calidad. Son medidas generales que no discriminan entre cómo están viviendo en diferentes lugares”. Vicky López es médica de familia en Córdoba e integrante de este colectivo. Tiene claro que la crisis sanitaria no se frenará con “medidas desde arriba” que no tengan en cuenta las particularidades de cada territorio. “Todas las medidas prohibitivas son poco comunitarias”, advierte.
Para esta médica, que ejerce en un centro de salud, lo ideal sería que su labor fuera más allá de “hacer PCR y dar paracetamol”. “Necesitamos bajar a los barrios, pero estamos sobrepasados. Estamos atendiendo entre 60 y 85 pacientes diarios. Así es casi imposible ponerle otra perspectiva. Nos dedicamos a hacer muchas labores de rastreo y a apagar fuegos. Estamos achicando agua a cubetazos”, asegura.
Coronavirus
“No tenemos evidencia de que el toque de queda sea la medida adecuada”
Desde el Observatorio consideran que el refuerzo de la Atención Primaria es la piedra angular para este cambio de paradigma. Pero las cifras van por otro camino. Desde el inicio de la crisis, la inversión en este área sanitaria ha descendido en la mayoría de comunidades. Según un estudio de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) Baleares fue la comunidad que más redujo su gasto, pasando de un 18% del total en 2010 a un 12% en 2016. Madrid pasó del 13% al 11% y en la actualidad es la colista. Andalucía, por su parte, descendió el porcentaje de gasto en primaria del 17% al 14%.
Según datos de Eurostat de 2019, España cuenta con 76, 5 médicos por cada 100.000 habitantes, mientras que países como Portugal y Francia cuentan con 269 y 141
Si nos situamos en el contexto europeo, la Atención Primaria no sale muy bien parada. Según datos de Eurostat de 2019, España cuenta con 76,5 médicos por cada 100.000 habitantes, mientras que países como Portugal y Francia cuentan con 269 y 141 respectivamente. Si bien estamos por encima de la media de facultativos de todas las especialidades, nos quedamos muy por debajo en la de primaria, que es de 123.
BUENAS PRÁCTICAS
“Tenemos que destinar recursos hacia primaria, los últimos 10 años se ha ido distanciando la inversión entre atención primaria y atención hospitalaria. Se ha reforzado la atención hospitalaria frente a la primaria, proceso que empezó con la crisis. En la actualidad, decir lo dicen, pero no lo hacen”. Susana Aldecoa es presidenta de la Asociación Galega de Medicina Familiar y Comunitaria (Agamfec) y también pertenece al Observatorio. Ejerce como médica de familia en el centro de salud de Miramar de Vigo y sabe bien de lo que habla. Ha asistido a este “desmantelamiento” de la atención comunitaria mientras quiere difundir y extender buenas prácticas.
Es el caso del programa Salubrizate, una iniciativa que parte de un grupo de trabajo de Agamfec en Ourense. Este proyecto comunitario lleva implantado ya más de tres años y se basa en empoderar a los pacientes mayores. “En un principio se hacían paseos comunitarios con formaciones. Se hizo una red de pacientes expertos jubilados que buscaban a otros mayores que estaban solos. Les sacaban a pasear para promocionar el ejercicio físico y se les daba micro píldoras informativas sobre salud”, relata Aldecoa. “Con la llegada del covid-19, como no se podían hacer estas actividades hicieron trabajo proactivo: fueron llamando casa por casa de estas personas vulnerables, desde los centros de salud y también los pacientes expertos, pasándoles una batería de preguntas para saber cómo estaban y si tenían alguna necesidad sin atender”, explica la presidenta de Agamfec, quienes trasladaron esta iniciativa a todos los profesionales asociados y la consejería “para intentar que sea algo ya institucionalizado”.
“Frente al covid, necesitamos un trabajo más local, más de barrio en el que todos los activos nos apoyemos. Necesitamos un mayor protagonismo de la ciudadanía, que exprese sus necesidades y que intervenga en los planes de salud”
“Esto es lo que entendemos que debiera proliferar frente al covid. Un trabajo más local, más de barrio en el que todos los activos nos apoyemos. Necesitamos un mayor protagonismo de la ciudadanía, que exprese sus necesidades y que intervenga en los planes de salud. El asociacionismo debiera estar integrado en los planes de salud”, asegura.
Mariano Hernán explica que en la web del Observatorio hay una recopilación de iniciativas comunitarias frente al covid. Desde Andalucía destaca el ejemplo de Ajuntamientos, en Granada, una red social y vecinal montada en marzo con vecinos de varios barrios. “Ayudaban a cocinar, a ir al médico, a hacer papeleo... es una experiencia muy interesante”, relata. También destaca las emisoras de radio locales dedicadas a temas de salud, como la radio de salud del centro del Albaicín “que se convirtió en una radio de asesoramiento”. Para Vicky López, la participación ciudadana es esencial. “Esto es una pandemia sanitaria pero también social, necesitamos respuestas que vayan más allá de lo puramente clínico, más allá de lo biomédico. El virus entiende de clases. Esto hay que tenerlo en cuenta contando con esas mismas personas”, concluye.
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Muy buen artículo y buena iniciativa, creo que de esta o salimos ayudándonos entre iguales o no salimos. Ayudando al enfermo para que no transmita y siendo responsables en caso de estarlo. La salida que nos ofrecen las élites y gobernantes ya sabemos cual es; autoritarismo y negocio sanitario.