¿Por qué los menores migrantes huyen de Marruecos?

Varios jóvenes que llegaron al Estado español siendo menores de edad no acompañados responden al el teniente alcalde de Seguridad de Barcelona, Albert Batlle, sobre su propuesta de “retorno asistido”: “El retorno asistido no frenará a los chicos que migran para tener un futuro mejor, con o sin su familia. Además, hará más vulnerables los derechos de los que viven en Barcelona”.

Annas Kalid
Núria Segura Insa Annas Kalid, de 21 años, también huyó de su país de origen escondido en un camión
27 jul 2019 09:34

“Si lo hubiera sabido antes, no hubiera venido. Es muy arriesgado”. Así de contundente es Mbark Elalaoui, quien hace once años se escondió dentro de un camión en Tánger para poder llegar hasta la península ibérica. Este joven marroquí, que ahora tiene 26 años y vive en Barcelona, vino en busca de una vida mejor cuando era menor de edad. Relata que, después de tanto tiempo, cuando ve un camión aún tiene malos recuerdos.

Como Elalaoui, Annas Kalid, de 21 años, también huyó de su país de origen escondido en un camión. Todos sus amigos del colegio habían partido hacia Europa. Aunque tenía familia, sentía que se había quedado solo en Marruecos, por lo que a los 13 años emprendió su travesía hacia Barcelona desde su ciudad natal, Tánger.

Esta semana, el teniente alcalde de Seguridad de Barcelona, Albert Batlle, propuso el “retorno asistido” de los menores extranjeros no acompañados (Menas) que viven en Barcelona. Argumentó que un menor siempre estará mejor en su entorno familiar, por conflictivo que sea, que viviendo en la calle. Sin embargo, la Generalitat de Cataluña se desmarcó de las palabras de Batlle. El conseller de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia, Chakir el Homrani, recordó que la legislación internacional tan solo permite el retorno voluntario de un menor a su país de origen. Por su parte, la portavoz del Gobierno, Maritxell Budó, apostó por la “protección” e “integración” de los menores.

El retorno asistido no frenará a los chicos que migran para tener un futuro mejor, con o sin su familia

Las palabras de Batlle tampoco fueron bien recibidas por entidades como la Asociación de Exmenas de Barcelona, desde la que declararon en su cuenta de Twitter: “Dar soluciones inmediatas a situaciones complejas es irresponsable. El retorno asistido no frenará a los chicos que migran para tener un futuro mejor, con o sin su familia. Además, hará más vulnerables los derechos de los que viven en Barcelona”. En esta misma red social, SOS Racismo también contestó al teniente alcalde: “Aunque la expulsión no forma parte de su vocabulario, Albert Batlle, el retorno asistido se refiere a la deportación enmarcada en el racismo institucional”.

La realidad es que en sus países de origen no es tan obvio que puedan tener una vida mejor, tal como cuentan Elalaoui y Kalid. Elalaoui proviene de un pequeño pueblo agrícola del Sáhara, Taghbalt Zagora. Ahí, asegura, no hay trabajo. De hecho, volvió cuando era mayor de edad y lo volvió a vivir en sus propias carnes: estuvo un año y medio sin trabajar. “Los gobiernos roban mucho; por eso, los jóvenes quieren venir aquí”, matiza Kalid, quien añade que los servicios sociales, como la sanidad, son muy deficientes. Además, ambos manifiestan que los sueldos son muy bajos. De hecho, el salario mínimo en Marruecos es de 230 euros, mientras que la mayoría de los habitantes, un 74,5%, cobra unos 360 euros, según datos de la Caja Nacional de la Seguridad Social marroquí (CNSS).

La vida en los centros

Tanto a Elalaoui como a Kalid los detuvo la Policía cuando llegaron a Andalucía y estuvieron en centros de esta comunidad autónoma antes de llegar a Barcelona, donde también residieron en instalaciones públicas. Relatan que las condiciones de vida en estos sitios son complicadas.
“Era casi como una cárcel, te chequeaban al entrar y al salir”, cuenta Elalaoui sobre uno de los centros por los que pasó

“Es como una cárcel libre”, destaca Elalaoui. Este joven estuvo en uno que se llama El Bosc, en el Baixador de Vallvidrera, en Barcelona. Este centro, que cerró sus puertas en 2010, estaba muy masificado. “Era casi como una cárcel, te chequeaban al entrar y al salir”. En estos centros, cuenta, había normas y si las incumplías te castigaban sin salir. Finalmente, lo trasladaron a un centro en Santa Perpetua de Mogoda y, por su buen comportamiento, antes de ser mayor de edad lo trasladaron a un piso tutelado.

Con más temor habla Kalid, quien no quiere decir el nombre de los centros donde estuvo. Explica que las condiciones eran severas y, por eso, se escapaba e iba a dormir a la calle, en el barrio del Raval. Confiesa que, con solo 13 años, cayó en el mundo de las drogas. “Tomaba de todo: pastillas, fumaba chocolate... no sabía nada, no sabía que estaba haciendo”, lamenta el joven. Era 2012 y asegura que en esa época, si estabas en la calle, la Policía te llevaba a Fiscalía y te volvían a ingresar en el centro. Un día, precisamente, estando en el centro, vinieron unos agentes para trasladarlo e internarlo en otro cerrado donde no podía salir en ningún momento del día. Aquí, según expone, los castigos eran inhumanos. “Si hacías el tonto o algo, te llevaban a una silla que tiene unas cuerdas y te ataban hasta que te calmabas”. Otro castigo era encerrar el menor durante un día o varios solo en una habitación. 

Mbark Elalaouihace
Mbark Elalaouihace once años se escondió dentro de un camión en Tánger para poder llegar hasta la península ibérica. Hoy trabaja de camarero. Núria Segura Insa

Finalmente, Kalid pidió a las autoridades volver a su país de origen. En su casa, se arrepintió de la vida que había llevado y dejó de consumir drogas. Después de estar dos años en Marruecos, se dio cuenta de que no podría vivir ahí: “Había venido de menor a Barcelona y ya me había acostumbrado a esto”.

“Vas a una empresa y te pide el permiso de trabajo, y vas a la delegación del Gobierno y te pide contrato”, resalta este joven

Elalaoui también volvió al Sáhara, pero su motivo fue muy diferente. Pese a que había realizado diferentes cursos y tenía la residencia, no encontraba empleo porque no poseía el permiso de trabajo. “Vas a una empresa y te pide el permiso de trabajo, y vas a la delegación del Gobierno y te pide contrato”, resalta este joven. Así pues, la burocracia es un pez que se muerde la cola que complica que estos jóvenes encuentren una salida laboral, ya que es muy difícil que una empresa, si no los conoce, les haga un contrato para obtener el permiso de trabajo. Esta situación a Elalaoui le causó tal ansiedad que decidió volver a su pueblo: “Casi tiro la toalla”.

La vuelta a Barcelona

El regreso a la capital catalana no fue un camino de rosas para ninguno de los dos. Elalaoui vivió durante un mes y medio en la calle, en el distrito de Nou Barris. “Duermes y no duermes porque hay gente que duerme en la calle y roba de los que duermen en la calle también. ¿Qué es lo que distingue a uno de otro?”, se pregunta y añade: “Te das cuentas que hay alguien que está peor que tú y das las gracias. La calle es un nivel”.

Durante este período, trabajó de chatarrero, recogiendo de la basura hierro, cobre, metal, acero, para luego venderla en chatarrerías donde los reciclaban. “Es como si trabajaras gratis para la ciudad”, matiza.

Finalmente, Elalaoui estudió un curso de restauración que incluía prácticas de camarero en un restaurante. En esta ocasión, cuando terminó el curso, su jefe sí le hizo contrato y ahora lleva dos años trabajando en sus establecimientos. Alquila una habitación en el Raval y, en este mismo barrio, es donde está su empleo. Ahora tiene la vida que tanto ha deseado, es solvente y no necesita de ninguna institución ni de nadie para poder vivir dignamente.

Por su parte, Kalid también tuvo que volver a vivir en la calle cuando regresó a Barcelona. Durante este período durmió en Montjuic y en la Zona Franca. Empezó a asistir a un centro de día donde le daban comida y podía estudiar. Uno de los asistentes sociales le consiguió un habitación en un albergue y dejó la calle definitivamente. Después de estar ahí dos años, lo trasladaron a un piso tutelado, donde reside actualmente. El joven busca trabajo de lo que sea y espera encontrarlo pronto.

Si ayudaran a los menores, los menores no saldrían a la calle, pero hay centros que no ayudan mucho a los menores

Si volviera para atrás, Kalid no lo duda, volvería a hacer la travesía hasta Barcelona, pero habría elegido otro camino. “Era bueno, no era mal chico”, asegura. Bajo su punto de vista, se debería atender mejor a los menores migrantes en los centros. “Si ayudaran a los menores, los menores no saldrían a la calle, pero hay centros que no ayudan mucho a los menores”, argumenta. Ahora bien, pese ello, recomienda a los jóvenes que no vayan a vivir a la calle, que se queden en las instalaciones que les han asignado, donde estarán cuidados. “Si vas a la calle, vas a pasarlo peor y eso duele”, sentencia.

Cargando valoraciones...
Ver comentarios 16
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Cargando relacionadas...

Málaga
Málaga, el punto de inversión para los fondos israelíes a pie de playa
Diversos fondos de origen israelí están presentes en proyectos urbanísticos de Málaga influyendo en la turistificación de la provincia mientras se enriquecen con la ocupación de Palestina
Región de Murcia
Belinda Ntutumu
“La violencia racista no parará mientras Vox pueda presentarse a elecciones”
La cofundadora de Afromurcia señala a los discursos de Vox como causantes de la violencia racista de Torre Pacheco y califica de “laxa” la respuesta institucional: “Deberían haber impedido que los disturbios continuaran durante tres días”.
Palestina
La coordinadora europea contra el antisemitismo dice que los informes sobre la hambruna en Gaza “son rumores”
Katharina von Schnurbein es la encargada de proteger a Israel en las discusiones que esta semana tienen lugar sobre el acuerdo preferencial que la UE tiene con el Estado sionista.
Palestina
Más de mil caras conocidas de la cultura exigen al Gobierno que cese la venta de armas a Israel
Una carta dirigida al presidente del Gobierno por más de mil profesionales de la cultura considera que “mantener los negocios armamentísticos con Israel es complicidad activa con el genocidio”.
El Salto n.79
La celulosa o la vida: periodismo situado y lucha social para frenar un ecocidio
El jueves 17 de julio os esperamos en el CS “A Nubeira” de Vigo para presentar el último número de la revista El Salto.
Castellón
El BDS Castelló pide al FIB que facilite la devolución de entradas por su vinculación con KKR
El BDS y la Plataforma Castelló per Palestina piden al festival que se desvincule del fondo y que adopte un compromiso público para incluir el respeto por los derechos humanos palestinos en sus protocolos éticos.
Opinión
Torre Pacheco: el síntoma de un sistema agroexportador podrido
Se podría hacer un mapa de la llamada conflictividad social migrante y coincidiría, casi matemáticamente, con el de los polos agroexportadores.
Comunidad El Salto
El Salto estrena nueva página: una web como una casa
Después de un año de trabajo, lanzamos en julio la nueva web de El Salto, con un nuevo diseño, pero, sobre todo, con una nueva Zona Socias llena de ventajas para las personas que hacen posible El Salto con su apoyo.
Violencia machista
El 30% de los feminicidios íntimos se producen en verano pero no es el calor, es el patriarcado
El Ministerio de Igualdad convocó la semana pasada un comité de crisis tras los nueve asesinatos de mujeres por sus parejas o exparejas en junio. ¿Qué pistas da este dato sobre cómo orientar las políticas públicas?

Últimas

Opinión
Cuando una huertana llora: saquen sus racistas manos de nuestra región
Me aterra pensar que lo que ha sucedido en Torre Pacheco es el comienzo de algo peor, que es el primer síntoma de una enfermedad que hemos permitido que campe a sus anchas por nuestras regiones.
Análisis
La crisis por el ‘caso Cerdán’ empuja al PP y Vox por encima de los 200 escaños
El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) señala una caída del PSOE, que apenas aprovechan los partidos a su izquierda, y un aumento de votos en la mayoría de PP y Vox
Cómic
Gotham como estado mental
Que Batman es el personaje del cómic de superhéroes más icónico del último medio siglo es algo a lo que también contribuye una iconografía del mal como forma urbana a la que responde la ciudad de Gotham, un estado mental en sí mismo.
Opinión
Día Internacional de las Personas No Binarias: no pedimos nuevos derechos, exigimos los que tenemos
Varios tratados internacionales permiten una interpretación favorable a reconocer a las personas no binarias. El Estado español incumple su deber de protección de estas personas.
Estados Unidos
Donald Trump amenaza a la Unión Europea con aranceles del 30% a sus productos a partir de agosto
Ursula von der Leyen ha respondido al anuncio de Trump insistiendo en la vía del diálogo pero anunciando que “tomarán todas las medidas necesarias para salvaguardar" sus intereses
Más noticias
Murcia
Colectivos antirracistas denuncian la impunidad de la ultraderecha en Torre Pacheco, donde sigue la violencia
En la localidad murciana se ha producido una segunda jornada de violencia racista, ultraderechistas de otros territorios se han unido a las “patrullas” para “limpiar España”.
Economía social y solidaria
¿Dónde está la juventud en la Economía Social y Solidaria? Un relevo que se teje entre retos y oportunidades
Cada vez más jóvenes se acercan buscando formas de vida y empleos coherentes con sus valores. Sin embargo, su participación sigue enfrentando barreras: precariedad, estructuras poco flexibles y falta de relevo real.
Río Arriba
Javier Guzmán: “Desde la izquierda falta la visión de que el derecho a la alimentación es un tema básico”
Nueva entrevista de Río Arriba en formato podcast donde hablamos de soberanía alimentaria, políticas públicas relacionadas con la alimentación, tratados de libre comercio y sus efectos sobre la agricultura, ganadería y alimentación.

Recomendadas

Feminismos
Patricia Reguero
“Mis relatos están escritos al lado de otras, arropada por la escucha de otras”
Patricia Reguero Ríos, redactora de El Salto, presenta ‘Todo lo que pasó el día que me mordió mi hija’ (La Imprenta, 2025), un conjunto de relatos que desde lo individual apelan a lo colectivo y que se devoran con una mezcla entre ansiedad y placer.
LGTBIAQ+
Mana Muscarsel
“La amistad da más juego para salir de la lógica de la familia porque tiene menos reglas"
La autora y psicóloga argentina pone en valor la amistad frente a los modelos relacionales centrados en la pareja y la familia. Tampoco le interesa la familia elegida: “Marca una línea muy clara entre lo que pertenece y lo que no”.
Barcelona
El reciclaje invisible: la relación entre la chatarra y la ciudad de Barcelona
La red de reciclaje en Barcelona es de una complejidad casi hermética, más aún si hablamos de los recicladores informales, más conocidos como chatarreros. Salimos a la calle a entender una economía sumergida que está a la vista de todos.
Medios de comunicación
El futuro del periodismo no lo está escribiendo una máquina
El periodista Pablo Mancini, estratega dentro de The Washington Post, defiende una profesión aquejada de múltiples problemas. El primero, y más crucial, la deserción de miles de personas que ya no quieren estar informadas.
Comentarios 16

Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.

Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!

Cargando comentarios...