Derecho a la vivienda
Madres solteras en emergencia habitacional se realojan en pisos abandonados de la Guardia Civil

Llevan varias semanas en el inmueble, propiedad del Ministerio del Interior, en Badajoz. Quieren abonar un alquiler social acorde a sus recursos económicos. Todas han solicitado viviendas sociales por necesidades urgentes, en algunos casos desde hace varios años.

Ocupas Badajoz
En la escalera con bombonas para coger agua.
BADAJOZ.@Saltamos_EXT
13 ene 2018 11:31

Seis madres solteras y otras cuatro familias en situación de emergencia habitacional se han decidido a abrir un bloque abandonado del Ministerio del Interior en la barriada Suerte de Saavedra de la ciudad de Badajoz, donde tratan de desarrollar sus vidas con normalidad desde hace varias semanas.

Desde el pasado 13 de diciembre de 2017 permanecen realojadas en diez de las 90 viviendas deshabitadas que se ubican en la calle Eduardo Naranjo de la capital pacense. Se trata de pisos destinados a agentes de la Guardia Civil que llevan abandonados más de una década. Algunos presentan visibles signos de deterioro y otros están en buen estado, a falta de higiene y arreglos mínimos.

A las nueve de la mañana de este miércoles María José Elías, integrante del Campamento Dignidad, atiende a El Salto. Mientras conduce al equipo hacia a la barriada pacense, pone en valor el arrojo de las jóvenes madres, sus dificultades económicas y falta de oportunidades laborales.

“Sólo quieren evitar quedarse en la calle, normalizar la situación y pagar un alquiler social”, destaca la activista

Un cordón formado por varias unidades de patrulla de la Guardia Civil se mantiene desplegado en las inmediaciones del edificio de ladrillos rojos donde se han realojado. Los agentes bloquean el acceso a las otras 80 viviendas cuya pronta puesta a disposición para alquiler social reclaman tanto este colectivo, como la Plataforma Antidesahucio de Badajoz, también muchos vecinos y vecinas, además de las actuales residentes del bloque.

En el rellano de la escalera del edificio, las nuevas inquilinas mantienen una asamblea informativa sobre los trámites a seguir para disponer y abonar los servicios y suministros básicos de luz, agua y alcantarillado.

Madres ocupas Badajoz 2
Edificio de la calle Eduardo Naranjo con pancartas del Campamento Dignidad y la PAH.

Cinco de ellas han logrado dar de alta la luz y cuentan con los contadores instalados, cuestiones y trámites de los que informan al resto. Mientras, otras mujeres colocan bombonas de plástico dentro de una gran maleta que trasladan con una carretilla hasta la fuente más cercana, a varias manzanas del lugar, para abastecerse así de agua.

En la fachada del bloque ondean las banderas de la PAH y del Campamento Dignidad. En el interior, en la puerta de entrada a cada piso han pegado una comunicado donde se lee la siguiente advertencia legal dirigida a particulares y/o cuerpos policiales: “Este es nuestro domicilio (...) Hasta que un juzgado no disponga lo contrario o encontremos otro alojamiento alternativo, nos quedaremos aquí y por tanto la entrada a nuestro domicilio sería denunciada”.

 legalizar la situación

Cuatro de estas jóvenes madres, Elena, Elvira, Miriam y María Rosa, consideran que al localizar ellas mismas las viviendas desocupadas propiedad del Gobierno y adecuarlas para vivir a cambio de un alquiler social acorde a la situación de vulnerabilidad que atraviesan, lo que están haciendo es facilitar el trabajo a la administración.

No se consideran ocupas, sino ciudadanas que están “luchando por el derecho universal a una vivienda donde vivir con dignidad”, algo que, de momento, les está negando la administración, según se quejan.

Madres ocupas Badajoz 1
Dos de las vecinas delante del aviso legal.

Quieren normalizar la situación manteniendo al día facturas de electricidad y agua. Subrayan que han agotado todos los pasos previos para evitar quedar junto a sus hijos en la calle y manifiestan sentirse “apartadas, engañadas y maltratadas” por los responsables políticos que gestionan las políticas de vivienda social.

Son madres solteras, de entre 23 y 38 años, e hijos que no superan los trece años de edad. Actualmente no disponen de empleo ni recursos económicos para hacer frente a un alquiler. Los padres de los menores no pueden mantener a los pequeños o ni tan siquiera se preocupan de hacerlo.

Han desempeñado trabajos precarios y temporales, principalmente de limpieza y hostelería. En los casos de Rosa y Elena, desde que eran menores de edad para así contribuir a la economía familiar. Sólo alguna dispone del título de la ESO o algún certificado profesional de empleo y cobra el subsidio o la renta básica.

En ningún caso sus ingresos superan los 400 euros y con ello tienen que cubrir los gastos de tres personas para comer, calentarse, vestir y vivir. Todas ellas constan como demandantes de vivienda social, pero lamentan estar en una lista de espera cuyo turno nunca llega. Algunas se inscribieron hace más de tres años.

Ponen la alerta en los obstáculos que se encuentran, en muchas ocasiones, al registrar inscripciones o solicitar información de casas o ayudas disponibles. Critican que a muchos demandantes les niegan solicitudes y señalan al Ayuntamiento de Badajoz por tratar de impedir que otras personas les ayuden a la hora de hacer valer sus derechos.

“Yo les pediría a todos los de la Junta, que si no saben gestionar a lo que les obliga su cargo que dimitan y se larguen”

Valoran el apoyo ciudadano recibido en contraposición a la negligencia de gobernantes a quienes consideran ajenos a los problemas de muchas familias con necesidades severas. “Yo les pediría a todos, los de la Junta, que si no saben gestionar a lo que les obliga su cargo que dimitan y se larguen” defiende Rosa. “Por la vía legal no te van a ayudar”, exclama Miriam.

Madres ocupas Badajoz 3
Niño jugando en uno de los pisos.

Aspiran a desarrollar sus vidas bajo un techo, tras haber sufrido hasta dos desahucios en los últimos años, como le ha ocurrido a Elena. “Queremos que nos legalicen y vivir con normalidad”, asevera Elvira.La vida resulta complicada para estas mujeres y llega a resultar insoportable si además te ves obligada a convivir prácticamente hacinada, sin espacio vital ni intimidad y haciendo cola para ir al baño, según comentan. Compartir espacios reducidos con varios familiares perturba la convivencia y dificulta la crianza digna de niños en edades tempranas para jugar, estudiar, desarrollarse con plenitud, lamentan.

Sin luz ni agua

Ellas y sus hijos han permanecido las primeras semanas a oscuras, sin suministro eléctrico, ni agua corriente. Este mismo miércoles cinco inquilinas se alegraban de disponer ya de luz y pese a los muchos inconvenientes que se les presentan continúan con los trámites de empadronamiento. Quieren acceder al agua al abrir los grifos del lavabo o la cocina y permanecer en una vivienda de modo más permanente, sin tener que sufrir el suplicio de ver a sus hijos de un lado para otro.

Exhaustas de dirigir escritos a responsables de vivienda, escuchar promesas incumplidas en reuniones y realizar escraches para demandar su atención, recuerdan que están asesoradas y acompañadas por integrantes del Campamento Dignidad y la Plataforma Antidesahucio de Badajoz. Una ayuda que valoran a la hora de saber exigir sus derechos y a través de la cual están conociendo a más gente que comparte el mismo problema y necesidades.

Elena Domíguez Seco, de 38 años, ha sufrido dos desahucios por impago de alquiler. Tiene dos hijas de 13 y diez años, cuyo padre está ausente de la crianza de sus hijos. Explica que ha decidido realojarse en estas viviendas al llevar mucho tiempo sin poder pagar el alquiler, ni cobrar renta básica ni disponer de ayuda de ningún tipo y estar cansada de dar tumbos de un lado para otro. “Ya he tenido dos desahucios y he echado la solicitud para una vivienda social, pero no hay casas” según les dicen los responsables de vivienda en Mérida.

“No quiero verme todo el día con mis hijas con los trastos a la cabeza por más desahucios. Yo quiero trabajo y vivir dignamente como viven ellos”

Por su parte, Elvira Borrego Mendoza, con 23 años y dos niños de dos y seis años, cobra el subsidio que no le alcanza para mantener una renta de alquiler, y desde que tiene a los niños ha estado compartiendo un piso de tres habitaciones con otros once familiares.

Recogida en casa de sus suegros de modo temporal ha tenido que dejar la vivienda, al retornar los hijos de éstos. “Ya no podíamos más y nos hemos visto obligadas a hacer esto. En la calle no voy a estar. Estábamos 14 personas en una vivienda de tres habitaciones, teníamos que hacer cola hasta para la ducha, para comer y para todo. No me ha quedado otra opción para tratar de vivir en condiciones”, defiende.

En el caso de Miriam González Fuentes, 36 años, víctima de malos tratos y con un hijo de cuatro años, indica también que ha sido la necesidad la que le ha llevado a participar en esta acción colectiva ante la amenaza de desahucio, por no poder pagar el alquiler.

“Me he visto sola, con mi hija pequeña, víctima de violencia de género”

Reconoce a El Salto: “Nos enteramos de estas viviendas, vimos que llevaban muchos años vacías. Este bloque en concreto estaba completamente abandonado, en la cuarta planta no hay ni ventanas y son pisos que se están deteriorando y en los que puedo vivir, antes de quedarme con mi hija en la calle”, detalla. “Yo me he visto sola, con mi hija pequeña, víctima de violencia de género”.

Así lo defiende, al tiempo que acusa a los responsables públicos de “pasarse la pelota unos a otros sin que ninguno atienda las necesidades de vivienda cuando es urgente”. “Nosotros sólo pedimos que nos legalicen esto, que está abandonado, que no le hemos quitado la casa a nadie”, reivindica.

La pacense Rosa María González Muñoz, de 32 años, y con dos hijos a su cargo de nueve y doce años, estaba de alquiler pagando 300 euros con la renta básica que recibía y no podía hacer frente a los gastos mínimos. Se enteró de una vivienda social deshabitada en la barriada pacense de las Moreras y entró sola en la casa donde reside ahora desde hace un año. Está en proceso judicial tras el recurso interpuesto por ella misma cuando intentaron desahuciarla.

“Lo único que pedimos es un alquiler social, con sus cuotas”

Al igual que sus compañeras de Suerte Saavedra, reclama facilidades y agilidad para apoyar a la población en emergencia habitacional, también pide transparencia en las listas de espera de alquileres y viviendas sociales. “Yo estoy pagando mis recibos como todo el mundo y lo único que pedimos es un alquiler social, con sus cuotas y llevar una vida normal como todo el mundo”, insiste.

“Les hemos pedido que hagan públicas las listas de espera y las puntuaciones.Llevo ocho años esperando vivienda y en tres ocasiones me han dicho, por carta, que no hay. Y en mi vida he sabido los puntos ni la posición que tengo ni nada”.

Frente a la actitud del Gobierno, Rosa destaca el apoyo y comprensión vecinal. “Mis vecinos afortunadamente me dieron su apoyo y su ayuda desde el primer momento: me ayudaron a pintar, a quitar una gotera del tejado, me han arreglado cosas, han venido conmigo a la Junta, me han ayudado a recoger firmas”. “Todos mis vecinos están volcados conmigo”, según agrega, antes de sentenciar que mientras “la gente de la calle te da un trozo de pan, los políticos que gobiernan te lo quitan”.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

La vida y ya
La vida y ya Ya no sé quién vive en el primero
El barrio se ha transformado tanto que pueden pasar semanas sin ver por la calle una sola cara conocida porque los vecinos han sido sustituidos por turistas.
Especulación inmobiliaria
Especulación en Madrid Las vecinas de Tribulete, 7 denuncian la especulación de Élix Rental Housing con una acción musical “fúnebre”
VV.AA.
30 inquilinas de este bloque resisten en sus hogares pese a que este fondo buitre ya ha adquirido la totalidad del edificio para convertir los pisos en apartamentos turísticos. Este sábado, han vuelto denunciar el proceso de gentrificación del barrio
Opinión
14 - D 14D: Por el derecho a la vivienda y contra la mercantilización de nuestras vidas
En Euskal Herria, hoy, sábado 14 de diciembre, la red de sindicatos de vivienda Euskal Herriko Etxebizitza Sindikatuen Sarea (EHESS) y el Sindicato de Vivienda Socialista han convocado una movilización masiva contra la mercantilización de la vivienda.
#7103
20/1/2018 14:25

Yo por lo que se, algunos de los que han entrado ya han sido desahuciados por no pagar un alquiler social, también hay que ver que han entrado diciendo que esos pisos son de la junta cúando la junta no tiene nada que ver ahí, y eso de que no pueden pagar un alquiler, meee, al poco de entrar algunos han puesto cocina nueva, televisiones que ya me gustaría tenerla a mi, y llevando ropa de marca o teniendo varios coches. Si eso es necesidad...

1
3
Montserrat
6/6/2019 16:30

Necesito una vivienda urjente tengo dos ñiñas

0
0
#6707
15/1/2018 17:05

Ya veremos cuantos días tardan en tener problemas de convivencia, que no es de necesidad, citemos colorines , suerte saavedra , moreras nuevas, cerro nuevo, santa clara etc, no se puede ceder viviendas bajo ningún concepto, en el mismo problema hay miles de ciudadanos y pagan humildente su alquiler , poner viviendas bajo la escusa de esclusión y a los dos dias ni pagas y creamos otro gueto

3
2
#6520
14/1/2018 11:15

¿Y Álvarito Jaén donde está? ¿Pactando con el PSOE?

0
0
Luchadora
14/1/2018 10:39

Laamentable pero cierto y aunque me apena qur otras mujeres pasen lo que yo misma estoy pasando siendo Victima de Violencia de Genero y tres menores a mi cargo
Hasta que no se enfrente el probkema de que las mujeres con hijos a cargo suponen el 80% de los grupos de exclusión social no se hara un apoyo real a la familia si denunciar malostratos supone la miseria para tus hijos y para ti misma

1
0
#6442
13/1/2018 21:50

para móvil de ultima generación y tabaco si tienen

6
12
#6429
13/1/2018 17:51

Como dice Reich, lo sorprendente no es que la gente ocupe, o que haga huelgas; lo sorprendente es que los hambrientos no ocupen siempre y que los explotados no estemos siempre en huelga.

13
0
extremeño
14/1/2018 13:02

Que grande Wilhelm Reich!

2
0
#6427
13/1/2018 17:12

Esto es vida real y mirar para otro lado no nos puede hacer más felices a los que tenemos lo básico asegurado aunque no tengamos ningún tipo de lujos ni falta que nos hace. Animo El Salto y a contar lo que pocos quieren conocer.

15
4
#6426
13/1/2018 16:56

Impresionante la lucha y valentía de estas mujeres!
Y demencial que estos pisos y otros muchos lleven tanto tiempo abandonados cuando hay gente que lo necesita

17
4
Oriente Próximo
Oriente próximo La diáspora kurda ante la caída de Bashar al-Assad
Siria enfrenta el fin de un régimen que durante décadas pareció inquebrantable. Desde la diáspora, la esperanza contenida de quien ha vivido demasiadas traiciones y promesas incumplidas.
Análisis
Análisis Rojava en peligro
Las intenciones de Turquía en Siria ponen en peligro no solo la Administración Democrática Autónoma del Norte y Este de Siria (AADNES) sino también la convivencia del resto de minorías presentes en el país.
Amazonía
Caso Chevron Pablo Fajardo: “Sacrificaron la Amazonía y la vida de la gente por racismo y por la ganancia económica”
El activista y abogado Pablo Fajardo fue elegido hace casi 20 años por la Unión de Afectados por Texaco para el juicio más importante contra la petrolera Chevron. Dos décadas después sigue luchando por la justicia ambiental y social en Ecuador.
Especulación inmobiliaria
Especulación en Madrid Las vecinas de Tribulete, 7 denuncian la especulación de Élix Rental Housing con una acción musical “fúnebre”
VV.AA.
30 inquilinas de este bloque resisten en sus hogares pese a que este fondo buitre ya ha adquirido la totalidad del edificio para convertir los pisos en apartamentos turísticos. Este sábado, han vuelto denunciar el proceso de gentrificación del barrio
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Ley de Seguridad Ciudadana
Congreso de los diputados Reforma de la Ley Mordaza: ¿esta vez sí se puede?
Una de las mayores deudas de toda la izquierda del Estado español parece que está a punto de saldarse.
La vida y ya
La vida y ya Ya no sé quién vive en el primero
El barrio se ha transformado tanto que pueden pasar semanas sin ver por la calle una sola cara conocida porque los vecinos han sido sustituidos por turistas.

Últimas

Derecho a la vivienda
Vivienda El Sindicato de Vivienda de Euskal Herria propone la “expropiación de pisos turísticos”
Ponen en el punto de mira los intereses del sector inmobiliario y tachan de “falsas” a todas las medidas propuestas por los partidos políticos como la Ley de Vivienda.
Análisis
Análisis El independentismo se reorganiza, pero ¿sigue siendo independentista?
Los partidos independentistas han sufrido la crisis del procés y el posprocés, y todavía no la han resuelto, sino, a lo sumo, la han aplazado. El PSC aparece como el ganador de una carrera con corredores agotados.
Opinión
Tribuna Todas las razones para decir ‘Altri non’
Aquí van unos cuantos motivos para juntarnos este domingo en Compostela y dejar clara nuestra postura frente a un expolio que nos están tratando de imponer disfrazado de progreso, pero que sólo trae beneficio económico a unos cuantos indeseables.
Opinión
Opinión La oportunista invasión israelí de Siria
Desde la caída de Bashar al-Assad, Israel ha llevado a cabo una invasión de Siria sin provocación previa y con el apoyo de Estados Unidos. Los objetivos son claros.
Más noticias
Relato
Relato Descubrirse las manos
Descubres tus manos: el palmar y el dorso, la posibilidad futura de la pinza atrapacosas, dos miembros que te vinculan al chimpancé y al lémur. Aprendes su mecanismo.

Recomendadas

Literatura
Gustavo Faverón Patriau “Quizá la novela sea ahora mismo más relevante que nunca”
El escritor peruano Gustavo Faverón Patriau quería narrar en su nueva novela la historia de un boxeador que no sabía boxear pero tumbaba a sus rivales recitándoles al oído versos de César Vallejo. ‘Minimosca’ acabó siendo un cuentacuentos inagotable.
Galicia
Memoria histórica Así fue como el Patronato de Protección a la Mujer transformó Galicia en un convento de clausura
Las mujeres que cayeron en las redes del Patronato iniciaron un periplo de encierro, humillaciones, abusos y explotación que es desconocido para la mayor parte de la población. Queda hoy en la impunidad de un silencio que tenemos el deber de romper.
Palestina
Eyad Yousef “No cuentes lo que queremos ser, cuenta lo que nunca hemos dejado de ser: un pueblo que quiere la paz"
Eyad Yousef es profesor en la Universidad de Birzeit, Cisjordania, y comparte su experiencia en una universidad que “representa el pluralismo y la libertad que tanto anhela la sociedad palestina”
Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.