Alquileres Londres

Reino Unido
Altos costos y viviendas precarias: la odisea que enfrentan los inquilinos en Londres

Las medidas sociales para el alquiler de pisos que se implementaron tras la Segunda Guerra mundial han ido desapareciendo. Ahora, los propietarios privados exigen cantidades desorbitantes para el alquiler de pisos en la capital inglesa.

25 feb 2020 04:16

Terminó la Segunda Guerra Mundial y era imprescindible reconstruir un país que había sido bombardeado por las tropas enemigas. Se estimaba que en Inglaterra y Gales se necesitaban 750.000 hogares nuevos, y el recién elegido Primer Ministro, el laborista Clement Atlee, se unió al Ministro de Salud, Aneurin Bevan, para crear un programa de vivienda que se focalizase en la participación de las autoridades locales y evitar la dependencia del sector privado.

De esta manera, el precio del alquiler fue más accesible para la población, y el número de personas que alquiló viviendas a las autoridades locales aumentó de un 10% en 1938 hasta un 26% en 1961.

Desde 1995 hasta 2019, el precio medio de las viviendas en Londres ha aumentado en un 545%, de 107.639 a 694.367 libras

Sin embargo, las políticas implementadas por Margaret Thatcher durante la década de 1980 favorecieron al comprador privado y perjudicaron a las autoridades locales. Estas nuevas medidas fueron especialmente devastadoras en Londres, donde el número de hogares llevados por los ayuntamientos disminuyó de 840.000 en 1984 hasta 500.000 a principio del siglo XXI.  

Lejos de disminuir, este problema ha ido aumentando con el paso de los años. En la capital británica, los elevados costes del alquiler de viviendas han mermado el poder adquisitivo de los inquilinos, y comprar un piso es prácticamente inviable. Precisamente, desde 1995 hasta 2019, el precio medio de las casas en Londres ha aumentado en un 545%, de 107.639 libras a 694.367. En este último año creció en un 2,4% respecto a 2018.

No han ayudado las promesas baldías de los Tories que, liderados por David Cameron, prometieron en 2015 construir 200.000 viviendas para primeros compradores menores de 40 años. Pero la Oficina Nacional de Auditoría muestra que el gobierno ni ha invertido en esas viviendas ni ha activado la legislación requerida para hacerlo.

Ahora comienza la etapa de gobierno liderada por Boris Johnson, y en el manifiesto del Partido Conservador se han prometido “medidas para apoyar la creación de nuevas viviendas con bajo coste de facturas energéticas”, aunque se ha evitado hablar de soluciones para llevar a cabo esta iniciativa.

Tampoco se menciona la mejora en seguridad y calidad en las viviendas, ni se trata el tema de una regulación de precios para evitar que los caseros pongan precios inalcanzables. De momento, tras la victoria de Boris Johnson, los precios en las casas de la capital crecieron en su nivel más rápido de los últimos 15 meses.

Esta realidad viene plasmada en el informe de Nationwide, donde se observa que los precios en las casas de Londres crecieron el doble de rápido que la media de todo el Reino Unido desde el año 2010. Debido a la crisis, el aumento ha sido del 66%, menor que durante la década de los 2000 cuando fue del 117%.

Inquilinos subsistiendo a duras penas

Ni siquiera el bajón de demanda, propiciado en parte por la disminución de la inmigración neta europea de 200.000 en el año 2015, anterior al Referéndum, hasta los 48.000 del último año, han hecho disminuir los precios.

No es de extrañar que muchos inmigrantes hayan decidido cambiar de aires ante la salida del Reino Unido de la Unión Europea y el elevado coste de las viviendas.

Es el caso de Anxo Costas, un gallego de Vigo que, hace poco más de un mes decidió abandonar Londres y ahora está de vuelta en su tierra natal. Viviendo en zona 2, él y su novia pagaban 730 libras al mes por una habitación compartida, en una casa en la que habitaban tres inquilinos más.

Similar situación experimentó la húngara Lilla Horvath, quien estuvo viviendo cuatro años en Londres, pero decidió probar nuevas experiencias en Nottingham, una ciudad al norte del país. “Allí tengo amigos y una casa en la que quedarme al menos al principio, mientras encuentro otro trabajo”. El hecho de pagar 520 libras al mes en un hogar con cuatro personas no era un aliciente para ella, que quiere obtener la nacionalidad británica pero lejos del elevado nivel de vida que existe en la capital.

Ambos tenían empleo, y aunque pasaban sobradamente del salario mínimo que son 8,21£ la hora, se estima que para vivir dignamente en Londres se requiere un sueldo de 10,75 por hora, menor al del resto del país, que es de 9,30.

En Londres el precio medio del alquiler de un piso de dos habitaciones asciende hasta 1.500 libras al mes, en comparación con los 675 del resto de Inglaterra

A diferencia de ellos, Francesco D’Angelo, un italiano que trabaja en una cafetería, prefiere seguir en Londres, aunque ha tenido que cambiar de casa hasta en cuatro ocasiones, y ya está pensando mudarse a un estudio con su novia. “Pagamos 500 libras al mes en una casa con tres personas más, pero preferimos estar solos aunque nos cueste más dinero”.

Porque mucha gente prefiere sacrificar el nivel económico para tener una vida más tranquila. Es el caso de Santiago Cornejo, un enfermero del hospital de Homerton que llegó a Londres en 2015, y que paga por un estudio 1.060 libras al mes sin incluir las facturas.

Datos del alquiler en el Reino Unido

Según las estadísticas ofrecidas por Generation Rent, el 20% de habitantes del Reino Unido alquila hogares a caseros privados. En Londres el número ascienda al 29%, donde, además, el precio medio del alquiler de un piso de dos habitaciones es de £1500 al mes, en comparación con los £675 del resto de Inglaterra. Esto hace que una pareja viviendo en un domicilio alquilado en la capital británica pague una media del 41% de su salario en la casa.

Comprar un piso se antoja impensable, y así se muestra en el hecho de que en 2018 se alquilaron el doble de viviendas a propietarios privados que en el año 2000.

Esta situación afecta a personas de todas las edades, y el 48% de las personas menores de 35 años en Inglaterra alquilan de caseros privados, mientras que aquellos por encima de 35, el porcentaje asciende a 57%.

Por otra parte, la mayoría de propietarios privados en Inglaterra posee el denominado “Assured Shorthold Tenancy (AST)”, que da licencia al casero para terminar un contrato con dos meses de antelación sin tener una razón significativa. Entre 2018 y 2019, el 10% de las personas que se quedaron sin hogar se debió a que el propietario les obligó a irse.

Pero el problema no es solamente el alto nivel de precio ni la facilidad con la que un casero pueda deshacerse de inquilino, es la calidad de la vivienda. En este sentido, de las 630.000 casas alquiladas a propietarios privados, el 14% no cumplen los estándares de seguridad y el 25% son consideradas indecentes, que significa que tienen mala calefacción o están en mal estado. 

Reconstrucción tras las Guerras Mundiales

Aunque la realidad del alquiler de viviendas se ha deteriorado considerablemente en las últimas décadas, durante el siglo pasado se experimentó una mejora en el ámbito de la vivienda, especialmente tras la Segunda Guerra Mundial

Anteriormente a ello, los condados locales de Londres comenzaron a edificar viviendas a partir de 1890. Una de las primeras fue la de Millbank Estate, construida donde antiguamente había una prisión, y que ofreció hogar a 4.430 personas de la zona.

Pero enfrentaron el excesivo gasto para hacer accesibles áreas poco acondicionadas, que era superior al de la construcción de la vivienda, y de esta manera gran parte de los hogares construidos antes de 1919 se hicieron a bajo coste.

Eran edificios altos que guardaban en su interior habitaciones pequeñas, viviendas donde se compartía la cocina y el baño con otras familias y donde escaseaban recursos vitales como el agua caliente.

Analógicamente con la situación que se vive en Londres en 2020, los alquileres también eran elevados para el nivel de vida de muchos, y de esta manera, la clase baja apenas podía sobrevivir en la capital británica.

Otro de los problemas que enfrentaban esas personas es que, previamente a ese año, las viviendas no recibían financiación estatal. Tras finalizar la Primera Guerra Mundial, es cuando empezó a tratarse el tema de la vivienda como una auténtica prioridad.

El gobernador de entonces, Lloyd George, prometió “hogares aptos para héroes”, a referencia de todos aquellos que lucharon en el conflicto armado. Así, se creó La Ley de Vivienda y Planificación Urbana de 1919 (Ley de Addison), y que permitió la creación de comités de vivienda y acuerdos de subsidios para que los inquilinos, los contribuyentes locales y el Estado compartiesen gastos.

Por ejemplo, el Consejo del Condado de Londres recaudó cuatro millones de libras durante la década de 1920 mediante la venta de bonos de vivienda en la capital.

Un caso especialmente llamativo fue el de la finca Becontree en Dagenham, que se convirtió en la mayor urbanización municipal de Londres, y donde en 1932 se habían construido más de 25.000 casas que acogieron a más de 100.000 personas.

Estos eran hogares completamente equipados con baños, gas, electricidad e incluso jardines, y esta finca se expandió sobre las parroquias de Essex de Barking, Dagenham e Ilford, donde se construyeron cerca de 27.000 hogares en total para más de 30.000 familias.

Sin embargo, estas viviendas de alta calidad seguían teniendo un precio demasiado elevado, y los sectores más pobres de la población no podían permitirse vivir en ellas. Es por ello que se creó la Ley Wheatley de 1924, que consistía en un programa para construir viviendas asequibles para todos los sectores de la población.

De esta manera, el tamaño de estas nuevas casas se redujo casi a la mitad y se exigió el desarrollo de urbanizaciones con una mayor densidad de gente, pero la calidad siguió siendo elevada.

Los años pasaron y tras los bombardeos sufridos durante la Segunda Guerra Mundial obligaron a la reconstrucción de muchos hogares, y de ahí surgió el plan de construcción de viviendas prefabricadas creado por el Partido Laborista.

Se construyeron 156.622 viviendas prefabricadas, que tenía cocinas y baños totalmente equipados, y se utilizó a los presos de guerra en la construcción de estas viviendas.

En la década posterior a 1945, se crearon 1,5 millones de hogares, y el mayor auge se dio en Bristol, donde en 1955, una media 43 familias eran trasladadas a nuevos domicilios cada semana.Pero estos años de esplendor llegaron a su fin durante el mandato de Margaret Thatcher, líder del Partido Conservador, cuyas medidas favorecieron al sector privado y encarecieron los precios de las viviendas. 

Austeridad desde la infancia

Toda esta suma de acontecimientos a lo largo de los años ha provocado que, actualmente, 135.000 niños estén sin hogar en Gran Bretaña. Es la cifra más elevada de los últimos 12 años, como viene explicado en el reportaje ‘Generation Homeless’ elaborado por la organización Shelter.

Y mientras se han solicitado más de un millón de casas sociales, solamente 6.287 fueron entregadas en 2019, una cifra que disminuyó en un 6% respecto al año anterior. Esta situación muestra que, en Londres, donde el problema se agrava, uno de cada doce niños no tiene hogar.

Diversas organizaciones como el Sindicato de Inquilinos de Londres, Generation Rent, New Economics Foundation y ACORN elaboraron el National Renters Manifesto para obtener unas condiciones dignas de vivienda. Se especifican seis temas claves a tratar: seguridad, justicia, asequibilidad, condiciones dignas, discriminación y hogares para gente sin recursos.

Reino Unido
Por qué necesitamos sindicatos de inquilinos

Los sindicatos de inquilinos son la historia de la gente que desarrolla y se otorga poder a sí misma, y esa es la clave de cualquier cambio radical que merezca la pena y perdure.

Pero viendo la dinámica que ha seguido el Reino Unido durante las últimas décadas, parece impensable que el gobierno cambie su política de vivienda. Se hizo en Berlín y el gobierno de coalición de España quiere regular el precio de los alquileres, pero en una sociedad altamente conservadora como la británica, donde Jeremy Corbyn, la figura política más progresista del siglo XXI en el Reino Unido, fue claramente derrotada por la efigie pura de un inglés altamente privilegiado de Oxbridge como Boris Johnson, la situación se antoja desalentadora para los inquilinos.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Alquiler
Racismo y alquileres Siete de cada diez migrantes se ve en la necesidad de vivir de alquiler frente al 14% de los hogares españoles
“El precio del prejuicio” es el título del más reciente estudio del Instituto de Investigación Urbana de Barcelona, IDRA, en el que disecciona la relación entre las personas migrantes y su acceso a la vivienda.
Alquiler
Alquiler Consumo abre un nuevo expediente sancionador a una segunda inmobiliaria
El Ministerio de Bustinduy señala a una agencia inmobiliaria por posibles cobros de comisiones ilegales y por obligar a contratar servicios no solicitados.
Corrupción
Corrupción El juez decreta prisión provisional sin fianza para Santos Cerdán
El juez acepta la propuesta del fiscal y decreta cárcel contra el ex secretario de organización socialista por integración en organización criminal, cohecho y tráfico de influencias.
Alquiler
Racismo y alquileres Siete de cada diez migrantes se ve en la necesidad de vivir de alquiler frente al 14% de los hogares españoles
“El precio del prejuicio” es el título del más reciente estudio del Instituto de Investigación Urbana de Barcelona, IDRA, en el que disecciona la relación entre las personas migrantes y su acceso a la vivienda.
República Democrática del Congo
República Democrática del Congo La RD del Congo y Ruanda, mediados por Estados Unidos, firman un acuerdo de paz incierto
El acuerdo busca crear cadenas de valor en las que intervengan ambos países, con una mayor presencia de los Estados Unidos en la zona. La poca presencia de las víctimas del conflicto en las conversaciones genera dudas en la sociedad civil congoleña.
València
València La Audiencia de Valencia confirma la imputación a Argüeso en el juicio de la dana
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial concluye que la resolución de la instructora “no es irrazonable ni arbitraria”, ratificando la imputación del ex secretario autonómico de Emergencias.
Opinión
Opinión Feminismo de clase y lucha por la hegemonía cultural
Muchos espacios feministas suelen incorporar códigos simbólicos y culturales burgueses que deslegitiman a los de la clase obrera. Aparte de las condiciones materiales, es necesario abordar la hegemonía cultural que estructura esta exclusión.
Análisis
Análisis Negar, polarizar, avanzar: el asalto de la ultraderecha a las políticas climáticas
El llamado Pacto Verde Europeo se ha convertido en el principal caballo de batalla de la guerra cultural del negacionismo climático, sobre el que anudar los diferentes discursos negacionistas de la extrema derecha.

Últimas

Sevilla
Cumbre de la ONU en Sevilla Cumbre de la ONU en Sevilla: sin EEUU, sin hablar de Palestina y con poca ambición según las ONG
Más de 150 representantes internacionales debatirán en la Cumbre de la ONU hasta el 3 de julio con el objetivo de firmar el Compromiso de Sevilla, un acuerdo “hipócrita y poco ambicioso”, según las organizaciones sociales
Barcelona
Derecho a la vivienda Amenazas de violencia extrema y una paliza a los habitantes de un bloque okupado de Barcelona
El Salto accede a las llamadas y mensajes de audio amenazadores que un grupo de desokupa envía al vecindario del bloque Llenguadoc, donde confirma cumplir con el mandato del propietario del edificio.
El Salto Radio
El Salto Radio Peinando canas 3: ¡Vamos al cine!
En el tercer capítulo de esta serie dedicada al colectivo sénior destacamos el trabajo de El Parlante, entidad organizadora del festival La Gran Pantalla.
Palestina
Palestina 72 personas asesinadas en Gaza en las últimas horas
Los ataques se han intensificado en el norte del enclave y la población continúa siendo atacada por el ejército israelí en los puestos de distribución de comida de la Fundación Humanitaria Gaza.
Palestina
Tribuna Tres o cuatro días sin comer en Gaza
El drama de no poder dar suficiente comida a tus hijos es inmenso, sobre todo cuando sabes que a pocos kilómetros hay camiones llenos de ayuda. Parados. Bloqueados.

Recomendadas

Historia
Historia ‘Weimar’, y su eco
‘Tiempos inciertos’, la exposición dedicada a la República de Weimar en el CaixaForum de Barcelona, apenas se deja nada, pero vuelve a incurrir en la idea de las “dos Alemanias” contrapuestas.
Economía social y solidaria
Historia Lo que Franco arrebató al cooperativismo y a la economía social y solidaria
La dictadura franquista combatió de forma cruel el movimiento cooperativo fraguado en la II República, y durante la propia guerra con las denominadas colectividades, y pervirtió la idea de autogestión a través de los ideales falangistas.
Río Arriba
Río Arriba Yayo Herrero: “El holocausto nazi no es una excepcionalidad en la historia de Europa, es un modus operandi”
Nueva entrevista de Río Arriba en formato podcast y vídeo en el que hablamos de ecofeminismo, transiciones ecosociales justas, decrecimiento, colapso, poner la vida en el centro y mucho más.