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Energía nuclear
Tras el 9J: el camino por delante
Tras la jornada histórica del 9J en Salamanca, repasamos los eventos del sábado y la demanda antinuclear ibérica: el cierre de las centrales nucleares, la no ampliación de cementerios nucleares y no explotación de la mina de uranio de Retortillo. El nuevo gobierno afronta unas decisiones fundamentales en ese aspecto.
Este sábado hemos realizado en Salamanca la III jornada reivindicativa del Movimiento Ibérico Antinuclear para exigir el abandono de la energía nuclear en nuestro país. Por la mañana se realizó una mesa redonda con intervinientes de España y Portugal que pusieron de manifiesto el declive de esta fuente de energía en el mundo, lo que debe llevar aparejada la necesidad de que se cierren las instalaciones nucleares españolas y se abandonen los nuevos proyectos como el que pretende abrir Berkeley Minera en la provincia salmantina.
Por la tarde se realizó una manifestación reivindicativa con más de tres mil personas clamando en la calle contra el peligro que supone apostar por un tipo de energía que lleva asociada riesgos contra la salud y el medio ambiente.
El cambio de Gobierno nos ha pillado a todos y todas por sorpresa, por lo que ahora mismo es una incógnita conocer el futuro de la energía nuclear en España, aunque la mayoría de los participantes en la jornada del sábado nos mostrábamos esperanzados en gestos como el de crear un Ministerio tan rimbombante como el de Transición Ecológica. Asociar variables de la actividad de los seres humanos en el planeta como la energía y el medio ambiente es una novedad que promete cosas buenas para el futuro inmediato.
Intervinientes de España y Portugal pusieron de manifiesto el declive de la energía nuclear en el mundo.
Por otro lado, cabe recordar que el Gobierno español debe conceder todavía dos autorizaciones más al proyecto de Retortillo para que éste vea la luz, la autorización de construcción de la planta de concentrados de uranio y la de puesta en marcha de la misma. Sabemos que la autorización de construcción está suspendida por el antiguo Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital a expensas del informe del Consejo de Seguridad Nuclear. La actuación de este órgano administrativo, supuestamente independiente, ha estado marcada en el pasado por la influencia política del gobierno de turno. Pero, independientemente del sentido del informe del CSN, el Gobierno socialista puede decidir denegar la autorización solicitada ya que únicamente es vinculante el informe del Consejo de Seguridad Nuclear en el caso de que sea denegatorio. Por lo tanto, lo que decida el Ministerio de Teresa Ribera será determinante en el procedimiento de apertura de la planta radiactiva de Retortillo.
De lo que no cabe duda es que el oscurantismo con el que ha tratado el Gobierno del PP el tema de Berkeley ha llegado a su fin. Las respuestas que hemos obtenido de las distintas preguntas parlamentarias que se han realizado es de una falta de transparencia y espíritu democrático que clama al cielo. Por ejemplo, desconocemos los motivos por los que el proyecto de Alameda de Gardón ha sido paralizado desde hace tres años por la exministra Tejerina. Probablemente sea debido a que este municipio es frontera con Portugal y a nuestros vecinos les dejamos la basura radiactiva al lado de sus casas sin dejarles participar en el procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental, pero el anterior Gobierno se limitaba a contestar que “un plato es un plato y un vaso es un vaso”.
El futuro de la energía nuclear en España depende de una decisión política que debe tomar Pedro Sánchez y que no puede dejar al Gobierno que salga de las futuras elecciones. En este sentido no conviene olvidar que otros países como Alemania, Suecia o Bélgica han decidido cerrar las centrales nucleares para evitar desastres nucleares como Chernóbil o Fukushima. En los últimos años ningún país europeo ha decidido construir una nueva central nuclear y las que están en proceso de construcción acumulan significativos retrasos en su puesta en marcha. Lo que pasa es que es muy difícil abstraerse a la presión que ejerce el lobby pronuclear en el mundo. La energía nuclear es un chollo para potentes empresas que sólo obtienen beneficios una vez que la central nuclear empieza a producir energía: los riesgos que supone y los residuos que genera no corren de su bolsillo.
En el Movimiento Ibérico Antinuclear seguiremos vigilantes ante el rumbo que pueda seguir el nuevo Gobierno de España. Si la decisión que se tome es abandonar la energía nuclear y apostar por las renovables tendremos que aplaudir y dedicar nuestro tiempo a la multitud de causas nobles por las que luchar en este mundo.
Independientemente del sentido del informe del CSN, el Gobierno Socialista puede decidir denegar la autorización solicitada ya que únicamente es vinculante el informe del Consejo de Seguridad Nuclear en el caso de que sea denegatorio.
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Una jornada inolvidable, gracias compañeras, por toda la organización, por las risas y por los clamores sentidos, ¡Cerremos Almaraz y no abramos jamás Retoritillo ni niguna otra Mina a cielo abierto en ningún lugar del mundo!
Gracias por esta crónica, y por compartir las reflexiones. Espero que ese gesto político por parte del nuevo gobierno no se haga esperar.