We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Economía social y solidaria
La otra actualidad son la(s) otra(s) economía(s)
Si lanzamos la pregunta ¿sabéis de economía? Obtendremos con seguridad una respuesta contundente y generalizada: la ciudadanía evade esta temática. ¿Por qué? Desde la academia y demás instituciones se utilizan conceptos complejos. En la mayoría de las ocasiones sus contenidos y su terminología están dirigidos a un público muy concreto y no son accesibles para el conjunto de la ciudadanía. Además, existe un sesgo en relación a la visión imperante de la economía tanto en los medios de comunicación como en el mundo académico y empresarial.
La definición más divulgada y aceptada de economía es la proporcionada por el economista neoclásico Lionel Robbins en 1932, quien la entiende como una ciencia que estudia el comportamiento humano como “relación entre los fines dados y los medios escasos que tienen aplicaciones alternativas”. Ante esta definición, son numerosas las críticas que proceden de diferentes corrientes y enfoques heterodoxos que señalan que “la noción de economía actual sufre falta de pluralismo y de capacitación crítica, de desconexión con la realidad y de ausencia de perspectiva de género”
¿Existe(n) otra(s) economía(s) ?
Partiendo de que la economía debe de estar conectada con la realidad y al mismo tiempo ser capaz de explicarla, en la situación sociosanitaria generada por la covid-19 —y las consecuencias sociales y económicas derivadas de ésta— se pueden identificar elementos que tienen que ver, precisamente, con el modelo económico hegemónico: un modelo que, tanto en la esfera pública como en la privada, promulga un modelo de crecimiento y de consumo continuado.
Es en este contexto de pandemia en donde se ha puesto en evidencia una crisis de múltiples dimensiones, visibilizando, en primer lugar, realidades que ya venían dando en la realidad prepandémica como la sobrecarga de los tiempos de cuidados, la situación de las trabajadoras del hogar o los servicios de mensajería y comida a domicilio; sectores en donde se resaltó aún más la precariedad laboral y la falta de garantías para las personas trabajadoras.
Por otro lado, la pandemia ha colocado en el centro del debate la necesidad de una corresponsabilidad social de los cuidados que asegure el derecho al cuidado de todas las personas y su desarrollo en condiciones dignas, a través de la responsabilidad compartida por el conjunto de la sociedad, así como la dotación de recursos económicos y los instrumentos necesarios para sostener los sistemas básicos de protección social: salud, educación, servicios sociales.
Por último, se plantea un modelo absolutamente desconectado de la naturaleza que supera los límites de nuestro planeta y que está siendo utilizado como una caja de herramientas al servicio únicamente de la rentabilidad económica, fuera de la esfera de las instituciones, de la política y sin tener en cuenta las desigualdades que se generan en el sistema económico. Esto deriva, en última instancia, en un modelo educativo en el que existe una desconexión de las problemáticas reales que el alumnado se va a encontrar fuera del aula.
Sin embargo, existen otras economías que buscan avanzar hacia otra realidad, situando a las personas en el centro, a los cuidados; que visibilizan lo invisible; que cooperan; que respetan al medio ambiente; que hablan de interdependencia y ecodependencia: las economías transformadoras.
La economía como herramienta para mostrar la otra actualidad
Desde la esfera educativa, la economía puede ser una herramienta de sensibilización para mostrar alternativas a un sistema hegemónico obsoleto, en el cual las personas y el medio ambiente quedan denostados y la riqueza sigue siendo para un conjunto reducido de personas y empresas. Una forma de vehiculizar y generar este conocimiento y capacidad de reflexión es a través de las diferentes expresiones artísticas, fuente poderosa de sensibilización para las personas jóvenes, como es el cine.
Históricamente, el cine ha influenciado en la manera de pensar y de tomar decisiones y, hoy más que nunca, el formato virtual se puede concebir como una oportunidad y una estrategia educativa para adquirir valores, sentimientos, reflexiones y críticas a partir de las percepciones adquiridas ante las problemáticas que se evidencian en la actualidad y de los riesgos que estas traen si no hacemos nada al respecto.
El ciclo de cine de Economistas sin Fronteras, con dos décadas de historia y ahora con un canal en Filmin, contiene una buena selección de material sobre todos estos temas. Su objetivo es aumentar la concienciación de la sociedad hacia determinados problemas sociales y económicos que no suelen ser tratados por los medios de comunicación o cuyo enfoque puede carecer de la necesaria profundización. Desde las realidades de ficción, documental, se invita seguir sensibilizando, cuestionando y debatiendo cuál es y cómo es el sistema actual y qué otras economías ya están proponiendo una transformación ecosocial para otra realidad.
Relacionadas
Economía social y solidaria
Transparencia empresarial ESS garantía
Cine
Cine y Economía Solidaria Cine y Economía Solidaria
Economía social y solidaria
Economía social y solidaria Una productividad alternativa también es posible: poniendo las personas en el centro
Me gusta mucho el artículo. Es verdad: invita al debate.
Por eso yo propongo que pongamos manos a la obra herramientas de autogestión.
Es fácil. De hecho, en nuestra vida diaria, casi nos auto gestionamos.
Pongo un ejemplo: ¿qué desayunas?: ¿cereales? o ¿leche?; si tienes en cuenta que a ti te va mejor la leche, puedes llegar a la conclusión de que estás cuidando tu cuerpo, para reforzar los huesos, y atajar, así, mejor un duro día de trabajo. Y, si tomas cereales, puedes llegar a caer en la cuenta de que cuidas tu mente para afrontar, así, tus horas frente al ordenador.
Si tomamos este ejemplo para toda tu vida, podemos llegar a la cuenta de que es mejor para ti en cada momento... Un poco de ejercicio, música para entrenar la mente, dieta equilibrada para mantener bien tu salud e, incluso, un juego para entretenerte mientras te aburres.
Esto es autogestión; ¡nada más! Lo malo es que el sistema nos lo pone tan difícil que no podemos llegar al 100%, porque, si llegáramos al 100%, nuestras necesidades no valdrían dinero y el poder no nos impediría utilizar cosas como, las harineras, los sistemas Tesla o los móviles recargables por luz solar.
Eso es todo.
Yo pienso una economía diferente. Yo pienso en la autogestión.