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Corrupción
Ahoztar Zelaieta: “Ni la ikurriña ni la rojigualda, su bandera es el dinero”
En 2010 se destapó el caso de Alfredo de Miguel, un político del PNV al que la Fiscalía pide 54 años por delitos de corrupción. El periodista y criminólogo Ahoztar Zelaieta considera que este juicio marca un antes y un después en la percepción de la corrupción en el llamado "oasis vasco".
Ahoztar Zelaieta Zamakona (Bilbao, 1972) es periodista de investigación y criminólogo. Afirma dedicarse a cubrir “espacios vacíos, donde no hay ni presupuesto ni periodistas trabajando”. Pese a la precariedad con la que investiga, su última publicación Euskadi SA. El gen corrupto del PNV (Editorial Hincapié, 2017) se encuentra entre los cinco más vendidos según una lista de El Correo.
Públicamente afín a la izquierda abertzale, no escribe para los suyos, sino para la gente que tiene “algún tipo de sensibilidad o empatía por los afectados de la corrupción”. Conocedor del entorno vinculado al PNV, es nieto de un gudari baserritarra e hijo de un excura euskaltzale, además de mantener amistades con gente cercana al partido nacionalista.
Eso no le impidió ejercer la profesión como miembro del diario Egin y el equipo de investigación Ardi Beltza, ambos clausurados judicialmente —cierres que fueron declarados ilícitos años después—. Con la desaparición de la revista Kalegorria y tras un período de silencio, empezó a informar sobre corrupción, clientelismos y evasiones fiscales en Euskadi a través de Twitter, publicando su primer libro Jóvenes Burukides Bizkainos en 2013 y al que seguirían otros tres, además del citado anteriormente.
¿Ha existido alguna vez el oasis vasco?
Es una palabra que han usado miembros del propio gobierno vasco y no se trata de una invención de alguien que pretenda ser beligerante con el concepto. A base de repetirse, se ha asumido dentro del imaginario colectivo. Las razones que sustentan el concepto existen; por ejemplo, la falta de atención con el tema de la corrupción en Euskadi, pues había otros frentes como ETA, la lucha antiterrorista o la guerra sucia. Eso ha contribuido a que se haya solapado y los intereses de la opinión pública no se hayan centrado en la corrupción.
“Lo peor de la corrupción en Euskadi está por llegar”. La frase, del exportavoz del Gobierno Vasco Joseba Arregui, viene a presentar lo que el lector leerá en su última publicación Euskadi SA: el gen corrupto del PNV.
En el libro expongo cinco ideas importantes y esta frase es una metáfora de la idea principal. La primera es no vivir de los veinticinco años de conocimientos que tengo sobre la corrupción y pensar que la gente es consciente de todo eso, porque yo estoy muy introducido en el tema. El que no lo está, se puede perder. Como criminólogo me tocaba ver si la corrupción registrada judicialmente se asemeja a la existente o si entre la existente y la registrada hay una distancia considerable.
Ha llegado a decir que lo conocido no es más que “la espuma” de un mar de corrupción. ¿Tan inmenso es el océano vasco?
Únicamente se trata el 15% de lo que de verdad existe. Hay un mayor volumen de corrupción que no llega consumarse como informe, proceso judicial o sentencia de prisión. Solamente se presta atención a ese pequeño porcentaje al cual se le pone el foco, porque hay una Audiencia Nacional, un Fiscal General, varias unidades policiales específicas investigando o porque hay políticos de notoriedad involucrados. El resto, el 85%, se dirime en juzgados provinciales y, como diría el fiscal de Araba en el caso De Miguel, los denunciados suelen tener el amparo y la ayuda del establishement y, este, suele bombardear los procesos.
Ha dedicado mucho tiempo y espacio para el caso Bakio d’Or que se llevó por delante al entonces alcalde de esa localidad, Bakio, Txomin Rementería. Se da la circunstancia de que usted reside allí. ¿Es pura casualidad?
No es ninguna obsesión, ni tampoco quiero llevarme mal con la gente del pueblo. No quería desatar incendios por todo Euskadi y tener un oasis donde resido para inhibirme durante todo el año y convivir sin roces con empresarios, la kuadrilla o los gestores del PNV. Puedo tener mucho cariño a personas del partido o incluso gente procesada por corrupción, pero mi trabajo me obliga a denunciar, no cómo son, sino lo que hacen mal.
El caso De Miguel marca un precedente para la corrupción en el PNV, a partir de ahora van a improvisar
En Bakio, donde su alcalde llegó a ser condenado por fraude y falsificación hasta el punto de dejar el ayuntamiento al borde de la bancarrota, muestra un modus operandi de la gestión del PNV acompañada de empresarios y promotores. Eso sucedía en distintas localidades y en mi primer libro reflejo cómo tirando del hilo de los mismos gestores que operaron en Bakio, se puede llegar a otras operaciones hechas en diversos municipios. Esto no se había hecho antes, cada municipio denunciaba sus irregularidades, pero no había un mapa visual que mostrara esto como algo más que casos aislados. Intenté que la gente pudiera ver el problema y tuviera herramientas para comprobarlo.
El caso De Miguel, de actualidad por el juicio, ¿puede inaugurar un precedente que abra la caja de pandora de la corrupción vasca?
En la coyuntura actual sí, y es algo que se va viendo a través de debates tabernarios, la repercusión mediática que tiene y el cambio de opinión de la sociedad vasca —o en el resto del estado— respecto al “oasis”. El título de mayor caso de corrupción en Euskadi no se lo ha dado un periodista o la denunciante, sino el Consejo General del Poder Judicial y eso marca un precedente. Escuchar a viva voz a una empresaria ratificando diez años después de la denuncia que le habían pedido comisiones es importante, y no es una fuente que tenga relación con la oposición.
“Al PNV le obsesiona la fuga de información interna”, afirmaba en su último libro.
Eso por un lado y que por ello, otros empresarios empiecen a grabar las conversaciones. Todo lo que hasta ahora se hacía con impunidad, a través del correo electrónico desde el despacho oficial o en bares jugando al mus, les será más complicado. El caso De Miguel marca un precedente para la corrupción en el PNV, a partir de ahora van a improvisar. Después de cuarenta años gobernando con una sensación de impunidad, costará de digerir. Están preocupados porque ha habido más de veinte medios de comunicación de todo el Estado siguiendo el caso y se está grabando el proceso, algo nuevo.
La imagen poco ejemplar que está dando el partido a la hora de pedir responsabilidades no les interesa. En la mayoría de casos han mantenido a sus miembros imputados y no han obligado a dimitir a sus cargos en activo hasta que la oposición los ha denunciado. Sus mecanismos de autorregulación han fallado y les tiene que preocupar.
¿Existe alguna similitud con las guerras internas que afloraron el caso Bárcenas?
Curiosamente las personas más afectadas por el caso están más ubicadas en el sector independentista del PNV, liderado por Joseba Egibar, de ahí ese famoso abrazo entre él y De Miguel, algo que en el Congreso —un abrazo entre Bárcenas y Rajoy— no se hubiera entendido y menos con una persona que no es un alto cargo alavés, es de Gipuzkoa. Los que tienen más peso específico en el PNV de Bizkaia, son los que negocian con el PP y obvian su corrupción para seguir consiguiendo cosas.
Al realizar este libro he contactado con muchísima gente del PNV que, o bien ha sido expulsada o dimitió en su momento. Personas defraudadas
De ahí lo de Jóvenes Burukides Bizkainos o JoBuBis.
Por eso les parece estupendo que se ponga el foco de la corrupción sobre el sector independentista, para poder justificar su actitud entre los afiliados y militantes, defendiendo que aunque negocien con el PP, no son corruptos. Iñigo Urkullu ha hecho incluso de mediador entre Catalunya y Rajoy, generando ciertas opiniones entre los independentistas catalanes sobre la actitud de Urkullu. La Vanguardia explicó el papel que tuvo el Lehendakari en ésta situación como intermediario. Por eso, estos movimientos que puedan usar los independentistas del partido para desgastar a los JoBuBi —que apoyan las acciones del Partido Popular—, quedan totalmente inhibidos, porque los vizcaínos dirán que los que nos acusan de estar con los corruptos son los que están realmente manchados.
Una de las tesis más extendidas respecto al giro independentista por parte de CDC –ahora PdCAT– fue porque empezó a perder votos, capacidad de influencia y representatividad, siendo el ‘Rodea el Parlament’ de 2011 su máxima expresión. ¿En caso de sucederle al PNV, podría ocurrir algo similar?
No se puede utilizar el corruptómetro de Catalunya o Madrid para analizar lo que sucede en Euskadi. En Catalunya ha habido muchas patronales pequeñas y medianas, think tanks y organizaciones que han apostado por el Procés, el escenario no está tan fagocitado como en Euskadi, donde hay dos o tres que tienen el monopolio. Aquí nunca ha habido una patronal que haya salido en rueda de prensa para defender la independencia o un proceso. En Catalunya hubo un momento en que muchos medios de comunicación, incluyendo el Grupo Godó, apostaron por el referéndum, lo cual no quiere decir que fuera por el sí.
De cara a la opinión pública, la Transición forjó una dramaturgia del conflicto entre élites que ocluía el conflicto material real, el reparto efectivo del poder político. Sin embargo, tanto nacionalistas españoles como catalanes, se conocen bien. ¿Las revelaciones de la familia Pujol pueden reproducirse en Euskadi?
Hay fuentes periodísticas que en su día publicaron que las cuentas de Pujol eran conocidas por el ministro socialista Carlos Solchaga en 1994, por lo que para los aparatos del estado y los intereses españolistas —que no son los mismos que el de la mayoría de españoles y españolas— evidentemente no es algo nuevo. Lo que es un hecho es que Pujol ha sido clave en distintos apoyos para la gobernabilidad, igual que las fuerzas del PNV. Algo habrá hecho bien el líder catalán para que sus cuentas no fueran reveladas. Lo mismo sucede con el PNV, hasta el punto de ser elegidos como interlocutores para sus pactos.
En Euskadi SA dialoga durante todo el libro con Guillermo, su fuente interna. Dice que “no es un chivato, pero está harto de la mediocre actividad de sus dirigentes”. ¿Existen muchos descontentos como él?
Guillermo es una representación de las personas descontentas con esta situación, mi ‘garganta profunda’. Al realizar este libro he contactado con muchísima gente del PNV que, o bien ha sido expulsada o dimitió en su momento. Personas defraudadas. Muchos veteranos que no han recibido todo lo que en su día dieron por el partido, por la patria, porque trabajar por el PNV era hacerlo por un proyecto de país. Han visto que el partido y la patria no van por el mismo camino y al no haberse aprovechado del clientelismo, han sido los hombres de alcantarillas que han terminado en la residencia, con una foto y medalla, pero en secreto. Hablo de personas muy dignas que no se ha hecho millonarios a costa de los demás.
“El partido sobrevive gracias a la hipernormalización. Pero lo normal no significa que sea legal, ni correcto, ni ético, ni de sentido común”, comenta Guillermo. Usted le responde que “es fruto del Estado de la Corrupción de los Partidos”. ¿A qué se refiere?
Se conoce en términos jurídicos como mutación constitucional. Dentro de las organizaciones políticas no gobierna la soberanía popular, no imperan las normas constitucionales, lo hace el Partido. Hay que pensar y votar a una y quien no lo haga, está fuera. Eso no es democracia. Los partidos son los que eligen quién será el Tribunal Constitucional o el Tribunal de Cuentas, no hay un referéndum para elegir a esos miembros. La disciplina de partido está generando una corrupción generalizada porque impide que haya miembros de la organización que se arrepientan. Configurándose así el Estado de Partidos, donde se protegen entre sí. Por eso el PNV, aún siendo líder en donaciones anónimas entre 1987 y 2007, no se le achaca para no romper la cadena de la corrupción.
¿Cuál es la clave del éxito del PNV para perpetuarse en el poder?
En Valencia, el PP no repartió nada con el resto de partidos y toda la corrupción destapada es suya. En cambio, en Euskadi ha habido pactos, por ejemplo, dos legislaturas con el PSE. Lo más importante es que todos los partidos han participado de la red clientelista del PNV, incluidas las empresas del PP que están siendo investigadas, y se les ha alimentado muy bien con ayudas de la Administración pública vasca. Ocurre lo mismo con el sector de la comunicación, donde los nacionalistas han hecho negocios con la familia Lara, que actualmente controla el 40% de lo que se ve, escucha y lee, o con Silvio Berlusconi. Fue el PNV el que hizo de intermediario entre el magnate italiano y las familias de Neguri y el BBVA. Luego también está Vocento, Prisa y Deia que operan en su favor.
Medios de comunicación
El monopolio de la libertad de prensa
Lo que he podido concluir al escribir esta serie de libros es que la lupa que se encarga de investigar en Euskadi está manchada por corrupción, el mango de esa lupa lo controlan elementos no interesados en que se destape nada y existe una gran precariedad para combatirla. Carecemos de una Fiscalía anticorrupción —aunque se solicitó hace cuatro años—, no hay juzgados, ni unidades policiales y de Hacienda especializadas y, solamente hay —actualmente—, cinco jueces tratando delincuencia económica, ni siquiera corrupción, cuando hay cincuenta solamente en Bizkaia. Únicamente hay veinte ertzainas investigando este tipo de cosas, además de delitos informáticos y económicos que se producen en todo Euskal Herria, una carga de trabajo enorme para tan pocos policías. Todo favorece para que solo pueda verse lo más superficial de la corrupción vasca.
Comentaba con su fuente que “en Euskadi la justicia está ciega. Sus dos bastones, Ertzaintza y Hacienda, están controlados por el PNV”. ¿Qué consecuencias tiene esto?
Ambas están manchadas por la corrupción y tenemos al Fiscal diciendo que el cuerpo policial vasco dilata las investigaciones. Cada caso importante, estadísticamente, necesita cuatro años para ser instruido. Alfredo De Miguel fue detenido en 2010 y hasta 2018 no se le ha empezado a juzgar, lo que ayuda a que su defensa se prepare mejor los argumentos, no solo de los implicados, sino incluso los del partido imputado —el PNV—. El último plan de la Ertzaintza sobre corrupción, manifiesta que hasta ahora, estos delitos eran algo ajeno a Euskadi. Esa es la objetividad con la que trabajan.
Los ejemplos son muchos, como que dos mandos responsables de la unidad de investigación son públicamente afines al partido nacionalista; que las empresas encargadas de custodiar los sumarios de corrupción, sean Indra e Ibermática —ésta última presidida hasta no hace demasiados años por un exconsejero jeltzale de la Hacienda vasca—, significa el control político. Además de las fugas de información que podría haber.
¿Todas las familias o personas vinculadas a cuentas en Panamá cometen fraude?
Una cosa es la elusión y otra la evasión, pero yo hablo de la erosión. Pase lo que pase, se ha erosionado la fiscalidad. Bien sea delito, un olvido, o una ingeniería que está permitida legalmente, lo que se hace es erosionar. Quien no tiene esos privilegios y posibilidades no puede llevar dinero a Panamá, lo que tiene lo deja aquí. Esa caja común es aprovechada por estas personas, que a su vez lo están llevando a paraísos fiscales, pero nadie saca provecho de ello. El interés común pierde, pero ellos sí ganan, porque lo común se respeta y eso es un ventajismo que debo denunciar como ciudadano y periodista.
En su cuarto libro Evasores, morosos y millonarios vascos, asegura que existen conexiones entre el Obispado de Bizkaia, el Opus Dei navarro y familias franquistas, además de la fontanería del PNV ligada a la mafia italiana y jetzales próximos a lo más corrupto de la Casa Real. ¿A qué vínculos se refiere?
Ni la ikurriña ni la rojigualda, su bandera es el dinero. Ese es el elemento común entre todos ellos, entre las diferentes castas, y tienen conciencia de grupo. Además de una agenda oculta de contactos exclusivos que intercambian. Por eso, cuando van a Panamá, los intermediarios son los mismos, sean catalanistas, españolistas o vasquistas.
Para el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, “Brasil es un modelo a copiar”. En su segundo trabajo La casta vasca, le dedica mucho espacio a las “expediciones” vascas a ese país. ¿Qué tiene Brasil que no tengan otros?
En el plan de internacionalización vasco, otra gran caja a la que recurrir, no solo hay un intento por abarcar los intereses geopolíticos y monetarios estadounidenses sino también, seducir a los países emergentes como Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (BRICS). Unos estados que no solamente ofrecen competencia económica frente a EEUU, sino que algunos son enemigos conceptuales. Este coqueteo ha generado que una fracción del PNV —cercana a Neguri, BBVA e Iberdrola—, apueste por los intereses de Washington y, otra, por empresas vascas que están desarrollando su plan internacional dentro de la competencia norteamericana. Curiosamente, ahora ha habido una pendulación hacia los primeros y muchas empresas estadounidenses se están quedando con otras vascas. Con la entrada de Trump, el aviso por situarse en contra o con “nosotros” ha sido más fuerte.
Afirma que “Lone Star, Investindustrial, Triatlantic, CVC Partners y Pro A Capital son algunos nombres de la lista, in crescendo, de fondos buitre que parasitan hasta los intestinos de nuestro tejido productivo y financiero”. ¿Qué supone para la sociedad vasca este proceso?
Esa era la gran idiosincrasia, una economía propia, la más autónoma del Estado. Con un arraigo y una proyección internacional muy importantes. Las propias dinámicas del capital les está pidiendo eso y están cediendo. En vez de hacerlo bajo el principio de igualdad de oportunidades para Brasil, China o EE UU, lo hacen a la sombra y poniendo la alfombra roja a la administración Trump. En cambio, en los años ochenta, se hacía frente a ofertas hostiles de norteamericanos o alemanes. El ejemplo es que Siemens ha venido a por Gamesa y se la han vendido.
En Kutxabank, el saqueo de Euskal Herria, le dedica un libro entero al proceso de privatización, digitalización y todos los entresijos ocurridos durante y después de la fusión de Bilbao Bizkaia Kutxa (BBK), Kutxa y Caja Vital que ahora conforman el banco Kutxabank. ¿Por qué este interés?
Intenté desmentir que las cajas vascas eran las más sanas de Europa y que estaban exentas de corrupción. Para ello, escribí sobre los errores, la hipertrofia inmobiliaria, el clientelismo y las malas decisiones políticas que les rodeaban, con el objetivo de desmontar el concepto de oasis vasco. Otra idea fuerza que traté en el libro, es la relativa al control del BBVA sobre las cajas de ahorros, hasta el punto de que uno de los directivos —formado en el banco— y que pasó a ocupar la presidencia de Kutxabank, ha sido condenado por el caso que lleva el mismo nombre de esta entidad bancaria. Respecto a la virtualización, hago referencia a la construcción de un Amazon europeo donde se venderían desde productos financieros hasta viajes de estudios o entradas para un concierto. Todo eso conllevaría eliminar muchísimos puestos de trabajo, incluidas las sucursales, porque se podrá hacer por internet.
El Mundo destacaba varias veces que simpatiza con EH Bildu —algo que no niega públicamente— y que, a la vez, no escribe sobre corrupción vinculada a la izquierda abertzale. ¿Puede esto condicionar la interpretación de su trabajo?
Habrá unos cien periodistas con un presupuesto anual muy alto investigando corrupción dentro EH Bildu y no veo ningún gran artículo o libro dedicado al asunto, lo que me hace pensar que o son malos investigando o no hay corrupción. Yo me dedico a los espacios vacíos, donde no hay ni presupuesto ni periodistas trabajando. Durante mi andadura en el equipo de investigación de Egin estuve en asuntos internos y cuando había algún caso de corrupción “en casa”, había una voluntad por resolverlos. Que tenga una afinidad política marca y no lo niego, pero siempre he reivindicado la subjetividad en el trabajo periodístico, aunque para ello hay que contrastar las informaciones y datos que publicas. En mis libros soy mucho más descriptivo que interpretativo u opinativo, por lo que mi lectura es más densa y cargante para gran parte del público.
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