Sanidad pública
El acuerdo de fin de huelga que no responde a la movilización en las calles

Es un malísimo acuerdo y tiene la validez que tiene, poca o casi ninguna. AMYTS solo tiene el 20,68% de la representación en la mesa sectorial del personal de las instituciones sanitarias públicas del Servicio Madrileño de Salud.
Manifestación por la Sanidad Pública en Madrid - 4_OK
Manifestación en favor de la sanidad pública el 13 de noviembre en Madrid. David F. Sabadell


Enfermero en un Centro de Salud de Madrid y activista por la sanidad pública
22 nov 2022 05:00

La mañana del 13 de noviembre, Madrid se levantó “por su sanidad pública” y “contra el plan de destrucción de la Atención Primaria”: 670.000 personas se manifestaron. Madrid y toda España saben que la ciudadanía, convocada por los movimientos vecinales, ha dado un puñetazo encima de la mesa exigiendo un cambio radical en la provisión de la Sanidad Pública.

Tan solo cuatro días después, un sindicato, legítimamente, sí, pero, por su cuenta y riesgo, decide llegar a un acuerdo con la Consejería de Sanidad y desconvoca su huelga (sólo para médicos) en los servicios extrahospitalarios, donde ya existía otra convocatoria de huelga convocada por SummAT, MATS, CSIF, AFEM, AME y apoyada por la Plataforma SAR y la Plataforma de Centros de Salud de Madrid (PCSM). Lo que para este sindicato anteriormente era totalmente inaceptable, ahora lo firma.

La primera convocatoria de huelga, la que concierne a todos los trabajadores de los SUAP y SAR, no solo a una parte, sigue en pie; no lo olvidemos

El caso es que la primera convocatoria de huelga, la que concierne a todos los trabajadores de los SUAP y SAR, no solo a una parte, sigue en pie; no lo olvidemos.

Las siete organizaciones que la apoyan consideran que la desconvocatoria no está para nada justificada (aquí PCS, aquí MATS, aquí PSAR, aquí SummAT, aquí CSIF, aquí AFEM, aquí AME, este bastante potente y todas conjuntamente, aquí); los cuatro restantes sindicatos con presencia en la Mesa Sectorial, tampoco.

Un poco de cultura sindical y laboral nunca viene mal. Aclara y nos pone en situación de comprender mejor el equilibrio de fuerzas y como se utilizan política y sindicalmente según convenga en periodo preelectoral en los dos ámbitos

El 8 de mayo de 2019 (sí, en mayo del próximo habrá de nuevo elecciones sindicales en el sector de la sanidad pública madrileña, y como sabemos también municipales y autonómicas en Madrid) un total de 86.346 trabajadores y trabajadoras estaban llamados a las urnas para elegir a sus representantes durante los próximos cuatro años, de los que votaron 35.289, un 48,05% del censo (la participación se incrementó en un 6% con respecto a 2015). Solo 4.863 lo hicieron a las papeletas del sindicato médico, lo que equivale al 14,88 % de los votos, y le dio para 54 delegados (miembros de Junta de Personal).

Es un malísimo acuerdo y tiene la validez que tiene, poca o casi ninguna. AMYTS solo tiene el 20,68% de la representación en la mesa sectorial del personal de las instituciones sanitarias públicas del Servicio Madrileño de Salud de la Consejería de Sanidad en la que sólo entran los sindicatos que superan el 10% de los votos, fijado como mínimo para conformar la Mesa Sectorial.

De esta manera, la mesa sectorial del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) está compuesta por: SATSE con el 18,69% de los votos en las elecciones sindicales del 2019, CCOO con el 16,61%, AMYTS el 14,88 %, CSIT 11,76 % y UGT que entró por los pelos, el 10,03 %. Parecidas décimas le faltaron a CSIF, a MATS o a USAE, y, sin embargo, un sistema electoral, a mi juicio, injusto tira una enorme cantidad de votos prácticamente a la papelera, en nuestro caso, casi el 30%.

Muy democrático no es, desde luego, La responsabilidad de tamaña injusticia recae en los legisladores y en quienes participaron en las negociaciones previas de Ley Orgánica 11/1985, de 2 de agosto, de Libertad Sindical, jueces y partes. En justicia, ese listón debería fijarse en un 5% o 3%, porcentajes en concordancia con los que se exigen para entrar, por ejemplo, en el Congreso de los Diputados, el Senado o en los diferentes parlamentos autonómicos.

A bastante distancia de los anteriores, CGT-SummAT, SAS, CGT, CGT-SUSH y USO también se quedaron sin representación en Mesa, aunque los tres primeros, sí obtuvieron delegados. Todos ellos recibieron votos. Entre todos los que no consiguieron representación en la mesa, suman la nada desdeñable cifra del 28,03% de los votos, casi el doble que el sindicado desconvocante. Por lo visto, aquí las matemáticas no cuentan; 14,88 es más que 28,03.

Tengamos en cuenta que los delegados (salvando las distancias, los equivalentes a los diputados) obtenidos por los cinco sindicatos con representación en la Mesa, no son los únicos, están también todos estos: CSIF, 25; USAE, 24; MATS, 22; SUMMAT, 3; SAS: 3 y CGT, 2. Con la ley en la mano, estos “diputados”, que tienen su “acta”, no participan del parlamento sindical.

Los 25 delegados de CSIF, los 22 de MATS y los 3 de SummAT, todos ellos sindicatos convocantes de la huelga en los servicios extrahospitalarios, suman 50 delegados, tres más que los de AMYTS

El dato más concluyente, por lo tanto, es que entre los 25 delegados de CSIF, los 22 de MATS y los 3 de SummAT, todos ellos sindicatos convocantes de la huelga en los servicios extrahospitalarios, suman 50 delegados, tres más que los de AMYTS.

En el momento actual se mantienen los motivos que a la Plataforma de Centros de Salud le hicieron apoyar la convocatoria de huelga de SUMMAT, MATS, CSIF, AFEM y AME, apoyada también por la Plataforma SAR, en defensa, por un lado, de los trabajadores de los SAR y los SUAP, y por otro, y no menos importante, de la calidad asistencial y la atención sanitaria que se merecen los ciudadanos que residen en la Comunidad de Madrid. Esa huelga sigue en vigor, hasta conseguir sus objetivos.

La casi totalidad de los afectados “directos”, los trabajadores concernidos por la convocatoria, los de los SUAP, SAR y SUMA112, no están precisamente contentos con la actuación de AMYTS; los indirectos, trabajadores de los Centros de Salud, tampoco. Y, sobre todo, me pregunto y se pregunta todo el mundo: ¿lo están los 670.000 manifestantes a los que se les ha ninguneado y despreciado? ¡Luego nos quejamos de que la Administración lo haga con nosotros! No nos extrañe, pues, que en la próxima, la ciudadanía nos diga: "¡Por aquí se va a Madrid (a Cibeles)!”

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