
China
Simone Perianni: “La censura en China es muy sofisticada; pero si alguien se la quiere saltar, puede hacerlo”
Tras probar la carne cultivada en un restaurante de Singapur, el periodista italiano Simone Pieranni (Génova, 1974) lo describe cómo una “sensación de haber cruzado un portal espacio temporal, de estar de vuelta en un futuro cuyos contornos no se comprenden bien” y añade: “En esta parte del mundo se apuesta más por el futuro, con una valentía que en el nuestro parece anestesiada”. Así lo narra en 2100, cómo será China, cómo seremos nosotros (Mondadori, 2025), candidato al Strega 2025, el premio al ensayo literario más prestigioso de Italia. Con un ojo en la historia de la descolonización y otro en el desarrollo tecnológico, Pieranni ofrece un mapa fiable para navegar por Asia en el siglo XXI.
El periodista italiano llegó en 2006 a China interesado en la política y la tecnología y vivió allí hasta 2014. Ha trabajado varios años como corresponsal para Il Manifesto y es fundador de China Files, una agencia italiana de noticias sobre China que acabó teniendo a diez personas en nómina. Actualmente conduce en Chora Media el podcast Altri Orienti, dedicado a contar Asia, con millones de escuchas todos los meses; también tiene varios libros publicados sobre el continente.
¿Qué cree que puede aprender políticamente Europa de Asia y viceversa?
Europa puede aprender de China la capacidad de invertir a largo plazo. Por ejemplo, en China, los estudiantes de primaria ya hacen ocho horas de aprendizaje de IA en las escuelas; y eso es la continuación de la política de Deng Xiaoping de introducir en cada casa un ordenador e implementar informática en las escuelas. Por otra parte, China podría aprender sobre el sistema judicial europeo. El 99% de las personas procesadas en China salen condenadas, resulta complicado defenderse. Los abogados de derechos civiles hacen años que piden un sistema garantista legalmente, no la caída del Partido.
La situación de los derechos de los trabajadores ahora es completamente diferente a la de hace 30 años. Actualmente, un operario medio en China puede ganar 1.000 euros, no 200 euros, como sucedía antes. Las tecnológicas están empezando a moverse de manera diferente al 996 [El 996 era un sistema de horas de trabajo por el cual a algunos y algunas trabajadoras chinas se les exigía, de manera ilegal, trabajar de 9:00 a. m. a 9:00 p. m., seis días a la semana; es decir, 72 horas semanales, 12 horas al día]. Ahora se dan más vacaciones y está prohibido hacer horas extra. Si el Partido quiere aumentar el consumo, tiene que hacer que las personas trabajen menos y gasten más. Pero lo más interesante de todo es que hay una generación de jóvenes que rechaza el trabajo. ¿Qué responde Xi Jinping a esto? Que hay que pasar fatigas, que el resultado llega después del sufrimiento.
Ahora se dan más vacaciones y está prohibido hacer horas extra. Si el Partido quiere aumentar el consumo, tiene que hacer que las personas trabajen menos y gasten más
El manifiesto de tangping sale de un movimiento liderado por la gente joven y tiene como idea central la oposición a una vida sobrecargada con trabajo. Imaginemos que los trabajadores americanos o europeos, en lugar de pensar que los chinos les roban el trabajo, se empiezan a dar cuenta de que están todos igual. En el momento en el que Xi Jinping dice que no aumenta el bienestar porque no quiere dar dinero a los perezosos, enuncia un discurso propio de Margaret Thatcher.
Protestas como las del ‘folio en blanco’, que hicieron que el Partido retirase definitivamente las medidas anti Covid, demuestran que el Partido también escucha a la población.
El Partido, con todas sus contradicciones, mantiene la idea del ‘mandato celestial’. Usa el palo, pero también sabe dar respuestas. Sigue siendo paternalista en un sentido confuciano.
Sin embargo, en la superficie mediática parece que en China no hay protestas laborales.Estos movimientos son interesantes y aún minoritarios, pero en el mundo del trabajo, la ciudadanía china se está empezando a mover y sí se están produciendo algunas protestas. Recientemente en BYD, una de las principales empresas de coches eléctricos, ha habido una. Los trabajadores chinos usan diferentes plataformas para comunicarse y organizarse, pero cada vez que las autoridades encuentran un sitio, se lo cargan y la gente tiene que buscar otra cosa. La censura es muy es muy sofisticada; pero si alguien en China se la quiere saltar, puede hacerlo.
El concepto de soberanía digital es algo que llegó antes a China que a Occidente. La red es el territorio
La muralla digital no es solo un sistema de censura, también es un sistema de defensa contra el extractivismo de datos.
El concepto de soberanía digital es algo que llegó antes a China que a Occidente. La red es el territorio. La nueva ley de big data obliga a todas las empresas extranjeras a dejar aquí los datos que han extraído, no pueden llevarlos a otros países. Sin esos datos, China no habría podido desarrollar softwares como DeepSeek.
¿Cómo ha afectado la vuelta de Trump y sus medidas arancelarias?El Partido quiere transmitir una imagen fuerte. Alega que lleva años preparándose para estas eventualidades. Pero si lees los comentarios de académicos y analistas, las preocupaciones entre la población existen. Se trata de prescindir del 15% de las importaciones. Son muchas empresas y trabajadores. Desde el Partido han dicho que financiarán la reconversión hacia el mercado interno, pero ese es el verdadero problema de China hoy: el mercado interno. El consumo no crece, como señalaba antes; y la desaceleración económica se nota. Hay una generación que va a vivir esta crisis después de conocer solo etapas de crecimiento económico. Esta es la generación de jóvenes de la que hablábamos antes. El Partido tiene un trabajo por delante, y es ver cómo conecta con esta generación. Por eso creo que los próximos años van a ser muy interesantes en China.
Interpretación del italiano al español: Elena Monaldo
China
Tang Ping, la revolución de los tumbados
Relacionadas
Crisis climática
¿Es posible el bienestar humano en un planeta finito? Sí, pero con “cambios extraordinarios”
Racismo
Miles de personas por todo el Estado se concentran contra la ola racista de Torre Pacheco
Crisis climática
Friederike Otto
“La industria fósil tiene un lobby; los trabajadores que mueren bajo el sol no”
Psicoactivos
Psiquedélicos, patentes y trumpismos: el campo antagonista que inaugura el renacimiento psiquedélico
Galicia
Las embarazadas de Ourense exigen dar a luz con seguridad mientras la Xunta maniobra para trasladar el paritorio
Economía social y solidaria
Cuando el arte se organiza: economía social y solidaria frente a la precariedad de la cultura
Extrema derecha
Nuria Alabao
“Frente a la lógica reaccionaria que explota el odio, una política cara a cara y apoyo mutuo”
Análisis
La descentralización de la guerra y el fin de la Agenda de Paz Internacional
Río Arriba
Núria Soto (Riders X Derechos)
“Ver salir del juzgado con ojeras al CEO de Glovo es una victoria”
Últimas
Comunidad El Salto
El Salto estrena nueva página: una web como una casa
El Salto n.79
Galicia dice 'no' al capitalismo verde y en el último número de la Revista El Salto te lo contamos
Portugal
Portugueses en los dos lados de la Guerra Civil española
Galicia
Todo lo que podría ser el género y cómo deshacerlo desde el escenario
La vida y ya
Romper todas las fronteras
Siria
Drusos: tierra, honor y armas
Francia
Calais, lugares de vida en la frontera
Asturias
Las Seis de la Suiza consiguen el tercer grado penitenciario a la espera del indulto prometido por el Gobierno
Portugal
La derecha y la extrema derecha portuguesas acuerdan una ley antimigrantes sin precedentes
Recomendadas
Siria
Wael Tarbieh
“Israel hace que tu vida sea un infierno para que huyas por tu cuenta”
Laboral
Legislación laboral en condiciones de calor extremo: existe pero ¿se aplica?
Pensamiento
Nuria Romo
“Los procesos de medicalización no son neutros, se hacen sobre todo hacia las mujeres”
Comunismo
Jodi Dean
“Sin organización, los movimientos surgen y desaparecen como setas”
Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.
Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!