Sistémico Madrid
Ignacio Garralda, puro capital

El presidente de la Mutua Madrileña respira el impuro aire de la capital bruñido por cuadros del Museo del Prado y las glorias literarias de la RAE. Garralda, pionero de la banca de inversión, representa como nadie la hornada de superejecutivos de primera hora que hoy controla las corporaciones españolas.

Ignacio Garralda
23 nov 2018 07:10

Para gustos, los colores, pero creo que la calle Moreto tiene unos de los mejores balcones de Madrid. Se ve atardecer que es un primor, pueden leerse a simple vista los nombres de Berceo, Fernando de Rojas, el Marqués de Santillana y otros padres de la lengua tallados en el lateral de la Academia de la Lengua y, al trasluz, hasta se le intuyen las costillas a las mismísimas Meninas.

Venía melancólica subiendo por la ladera del Museo del Prado. Lo que voy a contar no es la historia más agradable de una serie que de habitual no lo es y, sin embargo, la panorámica ha distraído mi mente.

Moreto, 3 tiene una facha de ladrillo elegante, portero las 24 horas, aire acondicionado centralizado, dos plazas de garaje para cada vecino, sin que falten enchufes para cargar el coche eléctrico, y unos gastos de comunidad de 800 euros. Ahora, con la derrama, más aún: 2.200 euros al mes.

En el quinto se asienta Ignacio Garralda Ruiz de Velasco (Madrid, 1951), notario en excedencia y presidente y consejero delegado de la Mutua Madrileña, consejero de Endesa, La Caixa, BME y Faes Farma. Cobra 1,7 millones de euros al año de todos ellos, su patrimonio conocido asciende a unos 60 millones de euros, por lo que no asoma entre los megarricos españoles. Es, sin embargo, uno de los directivos más respetados (por el resto de directivos, se entiende) y poderosos del país.

Garralda también tiene el honor de ser uno de los introductores del capitalismo financiero en España. A mediados de los años 80, él y otros siete, sin duda adelantados, crearon la agencia Asesores Bursátiles, luego AB Asesores. Fue tan viento en popa que en 1999 Morgan Stanley, que por entonces eran los amos de la banca de inversión de Manhattan, les compraron el negocio por entre 300 y 420 millones de euros, nunca se supo la cifra exacta ni la forma de pago.

De la noche a la mañana se habían cubierto de oro y, conociendo el filón, cada uno hizo camino y carrera en la banca de inversión y alrededores. Uno de ellos, Pedro Guerrero (otro notario), es presidente de Bankinter; otro, Santiago Eguidazu, socio principal de Alantra. Pero el más conocido de los ocho es Luis de Guindos, vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), ministro con Rajoy, secretario de Economía con Aznar y expresidente de Goldman Sachs España.

Al capitalismo financiero ya no le hace justicia la definición clásica que lo presenta como “aquel que persigue el beneficio mediante la especulación, moviendo el capital o dinero atendiendo a las tasas de interés, tipos de cambio, variaciones de precios, adquisición y venta de numerosos productos financieros y derivados”. La más actual y precisa lo acota como “aquel que para sobrevivir persigue el control de gobiernos y personas y obtiene beneficio mediante sofisticados modos de presión política y crediticia a costa del bienestar de la población, a la que arrebata su patrimonio para ponerlo en manos de las grandes corporaciones y sus gestores”.

Garralda eligió el camino de las corporaciones. Quienes vivimos en Madrid tenemos una idea de la dimensión de la Mutua Madrileña, dueña de 20 grandes edificios de la capital —siete de ellos en La Castellana—, entre ellos el más alto, la Torre de Cristal. Es raro pasear sin toparse con su emblema azul en coches, grúas, lonas publicitarias, coronando sus edificios. Y en Catalunya también deberían ponerle rostro, pues además de decenas de inmuebles, controla el 2,11% de CaixaBank y el 50% de SegurCaixa Adeslas.

Las mutuas son al capital lo que los orcos evolucionados al ejército de Mordor. No tienen accionistas, pertenecen a los mutualistas (unos dos millones en este caso), que no perciben dividendos sino descuentos y ventajas en sus primas. Están, de facto, en manos de sus directivos y consejeros. La Mutua no es Blackstone, pero si alguien reúne aspiraciones, esa es la entidad en la que Garralda aterrizó hace 16 años. Desde que la preside, en una década ha duplicado su tamaño (11.500 millones en activos) y ya es una de las mayores corporaciones del Estado.

En 2015, los directivos consiguieron que la junta de la Mutua Madrileña cambiara sus estatutos para otorgarles más poder y llevar a cabo sin la aprobación de los socios grandes operaciones corporativas. Garralda es una especie de Sauron.

Cómo llegar
Calle Moreto 3, Los Jerónimos. Madrid 1,8 km desde la Plaza Luca de Tena, número 13 (sede de la redacción de El Salto).
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Sistémico Madrid
Sistémico Madrid La red de arrastre de Manuel Lao
En un casino siempre gana la banca y Manuel Lao fue la banca muchos años. Ahora, en su turno de jugar, sabe cómo mover sus cartas y ha puesto a medio Madrid encorbatado a apostar su dinero.
Sistémico Madrid
Sistémico Madrid Álvaro y Antonio Muñoz Beraza, pozos de ambición a la murciana
Lejos de la huerta y en plena conquista del mercado mundial de la fruta, los hermanos Muñoz han plantado en el lujo de la calle Serrano de Madrid su filial AM Fresh Iberia.
Sistémico Madrid
Sistémico Madrid Domínguez de Gor hace amigos en Madrid
La familia dueña de la textil malagueña Mayoral ubica en la capital la sociedad que orquesta sus inversiones financieras (1.350 millones), que crecen más allá de su obviamente próspera firma de moda.
Corrupción
Corrupción El juez decreta prisión provisional sin fianza para Santos Cerdán
El juez acepta la propuesta del fiscal y decreta cárcel contra el ex secretario de organización socialista por integración en organización criminal, cohecho y tráfico de influencias.
València
València La Audiencia de Valencia confirma la imputación a Argüeso en el juicio de la dana
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial concluye que la resolución de la instructora “no es irrazonable ni arbitraria”, ratificando la imputación del ex secretario autonómico de Emergencias.
Barcelona
Derecho a la vivienda Amenazas de violencia extrema y una paliza a los habitantes de un bloque okupado de Barcelona
El Salto accede a las llamadas y mensajes de audio amenazadores que un grupo de desokupa envía al vecindario del bloque Llenguadoc, donde confirma cumplir con el mandato del propietario del edificio.

Últimas

Palestina
Tribuna Tres o cuatro días sin comer en Gaza
El drama de no poder dar suficiente comida a tus hijos es inmenso, sobre todo cuando sabes que a pocos kilómetros hay camiones llenos de ayuda. Parados. Bloqueados.
Gobierno de coalición
Gobierno de coalición La fuga de más diputados de Sumar, en manos de Sánchez
Más representantes de las confluencias aguardan a la comparecencia del presidente del Gobierno del 9 de julio como la última señal para no saltar al grupo Mixto.
Más noticias
Medio ambiente
Tribuna Mapa de los conflictos del agua: una herramienta para la defensa de los ríos, acuíferos y humedales
A pesar del grado y extensión del daño que sufren los ríos, acuíferos y humedales, las administraciones públicas no están tomando las medidas necesarias para frenar el deterioro y responsabilizar a las entidades que lo causan.

Recomendadas

Economía social y solidaria
Historia Lo que Franco arrebató al cooperativismo y a la economía social y solidaria
La dictadura franquista combatió de forma cruel el movimiento cooperativo fraguado en la II República, y durante la propia guerra con las denominadas colectividades, y pervirtió la idea de autogestión a través de los ideales falangistas.
Río Arriba
Río Arriba Yayo Herrero: “El holocausto nazi no es una excepcionalidad en la historia de Europa, es un modus operandi”
Nueva entrevista de Río Arriba en formato podcast y vídeo en el que hablamos de ecofeminismo, transiciones ecosociales justas, decrecimiento, colapso, poner la vida en el centro y mucho más.
En el margen
Cécile C. Eveng “Perdemos amigues y es una pena porque las personas LGTBIQ pueden ayudar a desarrollar África”
La filóloga camerunesa reside actualmente en España y estudia un doctorado en migraciones, cuerpos, negrofobia y vulnerabilidad de personas. Investigar sobre identidades disidentes en su país le ha traído críticas, hasta desde la propia academia.