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Chile
Chile como ejemplo de lucha (II)
La revuelta chilena no ha cesado en ningún momento, marcando una dirección de lucha en un momento en el que el mundo entero se está derrumbando. Un repaso a algunos de los acontecimientos de los últimos meses permite entender el ambiente social del país latinoamericano los días previos al referéndum constitucional.
Tras un año ininterrumpido de estallido social, las chilenas siguen luchando por conseguir todo lo que piden. La pandemia global no paró la revuelta, simplemente pausó las movilizaciones masivas, pero las protestas no han cesado nunca. El feminismo, la resistencia mapuche y el movimiento anarquista han destacado especialmente. La unión popular contra el Estado y sus fuerzas de seguridad no tiene precedentes en la historia chilena, surgiendo nuevos ídolos populares como el Negro Matapacos, Pikachu, el “primera línea” con la señal de pare, la abuelita luchando o el tiranosaurio rex.
Antes de la pandemia se reanudó la liga de fútbol y las hinchadas volvieron a ir a los estadios, cosa que habían rechazado cuando iniciaron las protestas, pero rápidamente volvieron a dejar de ir. El 28 de enero un carro lanzagua atropelló y mató a un hincha del Colo Colo. Por si fuera poco, al día siguiente la policía mató de un disparo a la cabeza a otro joven en una manifestación por la muerte del Neco, el hincha asesinado el día anterior. Estas tragedias politizaron y unieron aún más a las barras bravas chilenas.
La pandemia
Con la llegada del coronavirus a Chile, el Estado optó por una cuarentena selectiva, la cual se tradujo en que las zonas ricas cumplían con un confinamiento total y las pobres no. En las zonas populares la gente siguió yendo a trabajar, ya que no se paró la economía. A mediados de abril, debido al aumento de los contagios, se aplicó una cuarentena más severa a todo Santiago de Chile, pero lo cierto es que las cuarentenas que se fueron decretando solo fueron posibles de cumplir en las zonas ricas. La gente pobre tuvo que seguir saliendo a buscarse el sustento.El gobierno de Piñera repartió cajas de alimentos y bonos, medidas muy insuficientes y mal distribuidas. El motivo real no ha sido paliar la pobreza, sino acabar con la ayuda mutua por lo subversivo de esta
El gobierno de Piñera repartió cajas de alimentos y bonos, medidas muy insuficientes y mal distribuidas. El motivo real no ha sido paliar la pobreza de la mayoría de la población, sino acabar con la ayuda mutua por lo subversivo de esta. Las ollas comunes (el reparto de comida del pueblo para el pueblo) fueron criminalizadas, al igual que otras iniciativas de solidaridad popular que se pusieron en marcha rápidamente. Además, el sistema público de salud llegó al borde del colapso en muy poco tiempo, una situación que no es nueva para el pésimo sistema sanitario chileno.
En un contexto de descontento y pobreza generalizados, las grandes empresas subieron los precios de los productos básicos, tanto higiénicos como alimentarios, sin que el Estado hiciera nada por controlarlas. En cambio, los intereses empresariales sí que fueron protegidos: despidos, congelación y bajada de salarios de las trabajadoras y otras medidas que blindan los privilegios de las ricas.
Proceso constituyente y polarización social
El pueblo chileno consiguió que el Parlamento aprobase un referéndum constitucional inicialmente convocado para el 26 de abril. La demanda inicial, un proceso constituyente popular con la correspondiente representación femenina y mapuche, fue aparcada, aceptándose el referéndum a pesar de las dudas en torno a cómo se redactaría la nueva constitución. Fue entonces cuando comenzó una campaña de apoyo y otra de rechazo.En las manifestaciones por el rechazo apenas se concentraban unos pocos centenares, si no decenas, de personas. Grupos ultracapitalistas y ultraderechistas trataron de imitar a la primera línea, con la diferencia de que estos no se enfrentaban a la policía, pues gozaban de su complicidad, y de que eran mucho menos numerosos. En cambio, las manifestaciones por la aprobación fueron multitudinarias, al igual que la resistencia contra una policía que trataba de disolverlas por la fuerza sin éxito. La primea línea se encargaba de contener a la policía para que la gente pudiese manifestarse. Pero entonces llegó el coronavirus, las manifestaciones masivas cesaron y el referéndum de abril se pospuso para el 25 de octubre.
Grupos como Capitalismo Revolucionario y Vanguardia Patriótica han llenado coches de hombres armados (“fachomóviles”) y los han puesto a dar vueltas para disparar a cualquiera que pudiera salir a enfrentarse a carabineros
La represión no ha cesado nunca, con nuevos asesinatos como el sucedido el 7 de marzo, cuando la policía mata a Cristian Valdebenito tras dispararle una bomba lacrimógena a la cara. Cuicos y fascistas armados han estado saliendo durante la cuarentena a agredir a las que seguían protestando, registrándose heridas de bala y secuestros. Grupos como Capitalismo Revolucionario y Vanguardia Patriótica han llenado coches de hombres armados (“fachomóviles”) y los han puesto a dar vueltas por Viña del Mar, Valparaíso y Santiago de Chile para disparar a cualquiera que pudiera salir a enfrentarse a carabineros. Se han registrado heridas de bala de armas disparadas desde coches civiles, con disparos a la cabeza. La complicidad de la policía y la justicia con las ricas ha seguido siendo descarada durante la pandemia.
El sector del camión, típicamente derechista, comenzó una huelga a finales de agosto en la que exigían a Piñera reivindicaciones que el propio Gobierno deseaba. El motivo es la inseguridad en las zonas mapuches, por lo que pedían más policía y militares, consiguiendo un acuerdo el 2 de septiembre. La relación de este sector con la parte más reaccionaria de Chile puede comprenderse si se tiene en cuenta que Allende trató de construir unas líneas de ferrocarril que unieran un país estrecho y largo para el transporte de mercancías. En el periodo inmediatamente anterior al golpe de Estado, los camiones contribuyeron con la estrategia de desabastecimiento e inestabilidad de la oposición, hablándose incluso de financiación por parte de la CIA.
La explotación de los recursos y la resistencia mapuche
El problema del agua (básicamente que su explotación responde a intereses privados) se ha hecho especialmente grave durante la pandemia. Ha seguido en marcha el Proyecto Hidroeléctrico Alto Maipo, que afecta negativamente al agua potable de Santiago de Chile y al caudal de los ríos Maipo y Mapocho. Este proyecto empresarial privado contribuye a agravar los efectos de las sequías, cuando debería contribuir al abastecimiento de agua de la población. Igualmente, grandes empresas agrícolas (como por ejemplo las explotaciones de aguacates) han empeorado la situación hídrica tras las sequías. En Chile, como ocurre en mayor o menor medida en todos los países capitalistas, los intereses de las grandes empresas están por encima de los del pueblo.En las regiones de Biobío y Araucanía, las privatizaciones y la explotación desmesurada de los recursos naturales han dado lugar a protestas durante la cuarentena que han sido reprimidas por policía y militares. Todas las zonas de resistencia mapuche han sido reforzadas militarmente. El 4 de julio, unas personas no identificadas matan de un disparo en la cabeza al líder mapuche Alejandro Treuquil. El werken de la comunidad We Newen de Collipulli, que había sido amenazado de muerte por la policía, estaba junto con otros tres mapuches cuando fueron emboscados. Collipulli es una de las comunas que se encuentra constantemente hostigada por las fuerzas de seguridad del Estado, que defienden las explotaciones privadas.
La comunidad mapuche ha realizado acciones directas y ocupaciones contra las empresas extractivistas. Como respuesta es atacada por grupos de ultraderecha compinchados con la policía
La comunidad mapuche ha realizado acciones directas y ocupaciones contra las empresas extractivistas, que son propiedad de empresarios relacionados con el Gobierno de Piñera. Como respuesta, además de la habitual militarización de la zona, es atacada por grupos de ultraderecha compinchados con la policía. Uno de los eventos más trágicos fue el supuesto suicidio de Iris, una activista mapuche, y su hija Rosa. Las dos fueron encontradas ahorcadas en su vivienda, lo que ha levantado multitud de sospechas que apuntan a la policía o a las civiles que atacan con impunidad a las comuneras mapuches.
Las pensiones
Las AFP (Administradoras de Fondo de Pensiones) son empresas privadas que gestionan las pensiones chilenas. En un país con precios europeos, las pensiones rondan los 300 euros mensuales de media, a lo que hay que añadir una diferencia considerable entre hombres y mujeres. Este sistema privado de pensiones fue fundado por Pinochet y funciona de la siguiente manera: las trabajadoras están obligadas a escoger una AFP y a pagar un 10 por ciento de su salario cada mes. Con ese dinero, las AFP invierten en el mercado financiero, con cinco niveles de riesgo a escoger. El resultado es que se lucran considerablemente con los ahorros de las chilenas. Además, hay una comisión mensual por el servicio que ofrecen las AFP, un servicio que es obligatorio.La reivindicación de las chilenas de poder sacar el 10 por ciento de sus ahorros de las AFP, que en principio parece totalmente razonable, ha sido un terremoto político. Finalmente, gracias al amplio apoyo popular, la iniciativa fue aprobada en el Congreso a pesar del rechazo del Gobierno.
Estos son solo algunos de los sucesos que han tenido lugar en Chile en los últimos meses. Lo más importante es que la revuelta chilena ha cumplido un año y no se ha desinflado. Las protestas siguen; el descrédito hacia las ricas, hacia la clase política y hacia la policía y las militares es cada vez mayor; y lo más importante, y más temido por el Gobierno, es que las reivindicaciones no han perdido radicalidad: “Vamos a por todo”.